Epifanía de una Sombra es el libro póstumo de Mauricio Wacquez (1939-2000), quien no pudo presentarlo en la Feria Internacional del Libro de Santiago, como él y muchos lectores esperábamos. Es la primera parte de una trilogía autobiográfica, escrita desde la conciencia de la muerte, donde el autor y narrador se escribe con una desnudez admirable y conmovedora. Radicado en Calaceite, España, luego de abandonar Chile en 1973, Wacquez era hasta hace poco, acaso siga siendo, una suerte de autor selecto o secreto, cuyos libros no eran fáciles de hallar. Aparecía como una especie de rara joya, envuelta en el sutil misterio de la extravagancia o la genialidad. Su obra publicada está integrada, entre otros, por los volúmenes de cuentos Cinco y una Ficciones (1963) y Excesos (1971) y por las novelas Toda la Luz del Mediodía (1965), Paréntesis (1975), Frente a un Hombre Armado (1981) y Ella o el Sueño de Nadie (1983).
El amor, la sexualidad, el poder son algunos de los temas que Wacquez desarrolló a través de sus narraciones, y que están también en Epifanía de una Sombra, pero desde la perspectiva del hallazgo, del crecimiento. La novela narra los primeros 20 años de vida de Santiago: la infancia en Ñilhue, localidad ficticia de la zona central de Chile, donde el lector lee la Colchagua natal del autor, y la adolescencia en la capital, donde se reconocen Providencia, Macul y el desaparecido bar El Bosco.
La vida "poco novelesca" del protagonista se desenvuelve en una familia de campo adinerada, tradicional, que comienza a dar signos de decadencia económica, en un ambiente social marcado por la hipocresía y las represiones paternales, subvertidas por el despertar sexual de los muchachos.
En esa atmósfera Santiago experimenta, aún sin comprenderlo, el primer deslumbre amoroso, en la persona de su de su amigo Vicente. Un amor mezclado con la rivalidad y el impulso de ejercer poder sobre el amado. Un amor contradictorio, arrebatador, que confunde y despierta los sentidos hasta la embriaguez. Experimentará la pérdida, también, y la muerte; aprenderá a simular, a mentir para defenderse, y descubrirá más tarde una ciudad abierta, nunca. lo suficiente, para su hambre de cultura y pasión. La novela es relatada como una sucesión de recuerdos, sin más orden que el de la memoria de un narrador de 60 años, que mira al niño de su infancia con benevolencia y honestidad. Wacquez es capaz de narrar el candor, transmitir la sensación inédita de las primeras vivencias, a la vez que reflexiona sobre ellas, dándoles brillo y densidad.
Suerte de Retrato del Artista Adolescente o Cachorro, Epifanía de una Sombra es al mismo tiempo una novela sensual y erótica, de sensaciones, de olores. de texturas, escrita con el refinamiento y la intensidad de un esteta. El lenguaje y la forma, el detalle, en Wacquez tienen un peso y una corporalidad propias, a la manera de Proust. De lectura pausada, que puede cansar a lectores acostumbrados al libro fácil, esta novela destella la luz del misterio auténtico. Es un aporte y el saldo de una cuenta pendiente con un autor que nunca debió estar ausente de las letras chilenas.
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"Epifanía de una Sombra"
Mauricio Wacquez. Editorial Sudamericana. Santiago, 2000, 408 págs.
Por Andrés Gómez Bravo
Publicado en Rocinante N°26, diciembre de 2000