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Monstruos narrados entre las páginas.
Monstruos entre nosotros.
La casa a veces es la boca del lobo
Presentación de Monstruos. Lucía y otros relatos, de Nata Arroyo
Por Margarita Bustos Castillo
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Durante este eternar en pandemia, reencuentro con el hogar y los límites fracturados del adentro y afuera, con las cajitas virtuales invadiendo habitaciones, rostros, espacios que alguna vez creímos personales; durante esta Plandemia y las consecuencias del confinaMiento para la precarización aún mayor de nuestras vidas, llegó una tarde el libro Monstruos, de Nata Arroyo.
Así como el aire marino en alta mar y ese vaivén incierto, ingresé lectora a cada uno de los nueve relatos que lo conforman para que los seres humanos monstruosos que habitan junto a nosotros, entre nosotros, en nuestras familias, espacios laborales, compartiendo el metro o un ascensor, cruzando la calle, se situaran ahora desde un espacio que a momentos quisiéramos fracturara las leyes físicas de “la realidad que conocemos/desconocemos” para tornarse en 
mundos fantásticos como los cuentos de Edgard Allan Poe… pero no, se quedan en este mundo realista o cotidiano con el propósito de que nuestra curiosidad/asombro/masoquismo/miedo los mire, escuche y presencie en forma descarnada y veraz. Quiénes son, por qué apetecen prácticas que podríamos tipificar como patologías mentales, parafilias, etc. Sujetos abyectos con los que compartimos la misma especie y qué atemorizante descubrir si algo más.
Los nueve relatos fueron organizados con una protagonista y luego un protagonista, pasamos de un género a otro con magistralidad a través de la focalización del narrador/a, quien permite que conozcamos a veces desde dentro las consecuencias de sus acciones y a momentos desde una focalización cero. Alrededor de una protagonista que come y bebe sangre humana o de una mano niño que no mece la cuna, sino que está allí para atormentarlo a él y a sus padres, para descubrir que la venganza tiene móviles insospechados pese a muchas lecturas de género negro que hayamos realizado previamente. Descubrimos cómo las vidas vacías por la máquina(ria) del sistema repetitivo laburante pueden literalmente vaciar el espíritu, y cómo actuaría un alma vacua. Reconocer que en el “libre albedrío” y con algún catalizador podemos tornar nuestra ética afectiva relacionante en otros parámetros, descorrer los límites y aniquilar o aniquilarnos.
Regresando al título, además de la maestría con que nos presenta estas narraciones, con una llave acertijo en la mayoría a través de los epígrafes filosófico poéticos, nos atrapa la necesidad de comprender, ¿cómo reconocer que empatizamos con tal rapidez con esos monstruos? Y a momentos el juicio, la náusea ante sus acciones.
Los personajes se encuentran generalmente situados en el oikos/hogar, así en la primera parte de Lucía, así también con el niño del relato Igual que las mariposas o con el cuento El Lagarto, o Fuga o el Hijo, transcurriendo en espacios cerrados, desde el adentro. Si lo relacionamos con el contexto de recepción (lectores/as hoy) podemos observar cómo en el presente el oikos -en la era de la técnica- se tornó un espacio de funciones cotidianas, no del estar en ellos. Hemos sido los mismos que antes pero otras/os. ¿Qué ha significado para nosotras/os el retorno al hogar con este habitar en confinaMiento? ¿Qué sucede cuando la casa para algunas/es/os es la boca del lobo? Cuando los monstruos tienen sólo dos piernas, y nuestra misma piel, cuando realizan actividades cotidianas como: salir a trabajar o quedarse en casa cuidando de un hijo, abuelo, etc., pero a su vez anhelan comer carne humana, o se obsesionan con cucarachas y sus efectos/control.
En el libro Monstruos, de Nata Arroyo, los personajes se quedan a habitar esa oscuridad, sus capas y atmósferas, lo que me parece revelador y una nueva propuesta escritural, porque generalmente en este tipo de cuentos psicológicos nos encontramos con la negación o la salvación de los personajes, mientras que acá el abismo y el encuentro con éstos desde la verosimilitud de los engendros.
Para el psicoanálisis la literatura, la escritura y el fenómeno de la creación se inscriben como procesos sublimatorios, transformadores de la palabra de un estado a otro, metamorfoseando el espíritu que alienta la mano del/la escritor/a. Tanto Freud en sus inicios, como Lacan posteriormente trabajarán las nociones de “Yo” incompleto, fisurado, al igual que el lenguaje que permite nombrarnos y representarnos, en una búsqueda permanente por la articulación, rearticulación/construcción y deconstrucción de este yo escindido y habitado por el lenguaje[1].
Como bien lo expresa Gilles Deleuze, una buena escritura será aquella que logre fisurar el lenguaje desconectando las palabras de los objetos a los cuales se intenta hacer referencia, y la autora alcanza este propósito a través de la trastocación de referentes, el juego metafórico y sinestésico; pero sobre todo a través de los ecos de sus textos, como la crítica.
Cómo dialogan en los nueve cuentos las nociones de arte como espejo o como ventana para los lectores/as, lo descubrirán en la lectura de sus páginas. Mientras, me parece valioso recordar una de las reflexiones de Marguerite Yourcenar sobre el rol del escritor/a: “Todo escritor es útil o es nocivo. Es nocivo si es farragoso, si deforma o falsifica (aun inconscientemente) para obtener un efecto o un escándalo; si se acomoda sin convicción a opiniones en las cuales no cree. Es útil si ayuda a la lucidez del lector, lo desembaraza de timideces y de prejuicios, le hace ver y sentir lo que ese lector no hubiera visto o sentido sin él”. Nata Arroyo alcanza este propósito, asume esta responsabilidad como autora, y Editorial Bogavantes así lo percibe en el trabajo que le da forma, difusión y circulación para que llegue a nuestros hogares e imaginarios lectores en pandemia, donde la boca del lobo en algunos casos pareciera aullar sobre nuestras cabezas.
[1] El lenguaje entendido bajo la triada lacaniana de lo real, lo simbólico y lo imaginario.
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Margarita Bustos Castillo (Chile). Docente, poeta y gestora cultural. Egresada del Magíster en Estudios de Género y Cultura de la Universidad de Chile.
Ha participado en Encuentros literarios nacionales e internacionales en México, Argentina, Uruguay, Perú y Colombia.
Organizadora del encuentro Poético Musical: Colusión Poética y La Ciudad de las mujeres. Durante los últimos 9 años ha llevado a cabo ciclos literarios y presentaciones de libros en la SECH, Espacio Estravagario de la Fundación Neruda, Bibliotecas Públicas, Museos. Codirectora del Ciclo de Literatura de mujeres: “Versadas”. Actualmente es parte del equipo editorial de la Revista Latinoamericana Mal de Ojo.
Traducida parcialmente al rumano y al portugués. Integra diversas antologías latinoamericanas.
Libros Publicados: “Maldigo el paraíso de tu abandono” - “Eros en la Lengua” - “Existencial (es)”
