El anillo que el Arcángel Miguel entrega al Rey Salomón no sólo permite detectar a los que roban piedras preciosas en la construcción del templo. También le permite controlar demonios y consultar genios. Pero lo que nos importa es lo siguiente: le da el don de hablar con animales y plantas. Esto último destaca en el segundo libro de Natalia Figueroa, en donde se muestra a las bestias en su naturaleza y no como símbolos (a eso se refería Stein cuando escribía: una rosa es una rosa es una rosa). Destacan especialmente los poemas sobre perros, porque es fundamental desmantelar los lugares comunes. De hecho, se podría hacer una lista de poemas con la palabra perra escritos hace algunas décadas, pero acá, a cambio de ese brochagordismo, están los matices del carácter de cada raza que menciona.
Pastor belga laekenois
Los métodos de adiestramiento duro no resultan con este animal.
Por su gran vitalidad e instintos requiere ejercicio, socializar desde temprana edad.
Su amo debe ser firme pero justo: castigarlo gratuitamente le destrozaría el carácter.
Parson Russell Terrier
No le temen a nada. Apenas pueden se dan a la exploración o a la persecución de otros animales, provocando a perros más grandes o atacando a mascotas pequeñas. Se llevan bien con las personas sin buscar caricias ni aprobación. Su alta actividad los hace fáciles de entrenar, si se sabe cómo.
Aparece además en el libro el tema de la casa, una constante en la poesía chilena: Vasta como los basurales/diminuta como el corazón de las ratas. Así comienza el poemario aludiendo al territorio no como paisaje sino en su asfixia. En general, todo el material y los poemas de fauna que aparecen en este libro, son roturas de cliché y subversión de los símbolos tradicionales que se asocian a los animales, lo que proyectamos sobre ellos. Las tórtolas, que para el conocimiento popular son los enamorados, aparecen como un animal que tortura a sus presas con crueldad infinita. Hay también un cuervo, quien cuenta, posado en el hombro de la poeta, un secreto. Y hay, como ya he dicho, perros. De estos poemas destaco sobre todo el siguiente:
Ceremonia
Traje un perro a punto de morir
comido por pulgas y moscas.
Le corté el pelo
limpié con asco su hocico.
Dormía cerca del fuego
gruñía si lo quería apartar
rehusé ponerle nombre
me gustaba su mirada dura
darle comida y que no lo agradeciera.
Ya recuperado devoró al chincol
que venía a mi jardín.
Al levantarle la voz respondió
con un potente ladrido
me obligó a bajar la vista
su cuerpo robusto
fácilmente me habría derribado.
En la madrugada comencé a tocarme,
sentía mi propio olor.
Sin darme cuenta el perro entró,
de un salto se puso encima mío
imponente
los ojos fijos.
Al otro día ya no estaba.
Es invierno otra vez, es tarde.
Si miro hacia el fuego
después de un rato, veo su rostro.
Por otro lado, los peces y tortugas que habitan en un charco, pero sólo los ve quien se sumerge. Sólo ve quien tiene calle: la mujer sola que siempre llama la atención en un pueblo, como señalaba su libro anterior. Rebeca Solnit se refiere a un prejuicio del lenguaje: un hombre con calle es sinónimo de audacia y experiencia; una mujer con calle es una puta.
Hay algunas alabanzas y bendiciones. Una alabanza al cielo y al paisaje urbano el día de una despedida. Quizás porque la despedida y el viaje siempre implican un cambio Adelante, viajeros! No escapan del pasado/ hacia vidas distintas ni hacia ningún futuro./ Ustedes no son los mismos/ que partieron de la estación / ni los que llegarán a terminal alguna (The dry savuages, Eliot). Bendito misterio del final, dice acá la poeta. Bendita muerte. Siempre pensé que cuando una pareja está realmente enamorada, podría separarse y el amor perduraría de todas formas, con la misma potencia, pensaba que esa pareja quedaría unida de por vida en su momento más feliz.
Hay también un poema de un ciego que anda a tientas entre turistas que se toman selfies y que actúa como si nada. Va a contramano, como la poeta que en este libro escribe con la mano izquierda. A quienes escriben poesía les gusta andar a tientas por la oscuridad como si anduvieran en plena luz, creen tener ese poder de artistas marciales o ninjas en la noche y a veces cruzan el peligro, intactos. Creo que uno de los poemas claves del libro es el que habla de escribir con la mano izquierda. Al ciego del poema en algún lugar hermoso de Grecia todo le es natural, como las muertes y despedidas de algunos poemas de este libro. Luego de los acontecimientos de 18 oct 2019 comenzamos a replantearnos el tema de la ceguera y nos dimos cuenta que cierta parte de la sociedad no ve a la otra, no la conoce (un ministro de salud que en realidad es un gerente reconoce públicamente que no conoce la realidad del hacinamiento de los santiaguinos pobres). Al ciego que se mueve holgado entre turistas que toman fotografías la brisa le es suficiente. Frente a la saturación de imágenes de la realidad, el libro está poblado de sombras que aparecen en varios poemas. Andar a tientas luego de un corte de luz luego de un terremoto. Escribir con la mano izquierda, quizás como un adiestramiento para este habitar en las sombras que es la ceguera. Y también el gozo. Porque la oscuridad en este libro es gozo. Quizás los poemas de este libro son instrucciones para saber desplazarse en la oscuridad y una oda al placer que significa esta oscuridad: Cuando el director de esa orquesta suelte la batuta / cierre los ojos / y disfrute. Gonzalo Rojas hablaba de oscuridad hermosa; Neruda de la necesidad de un baño de tumba; Ranciere escribe entero un libro en elogio a las sombras. Senderos sombríos, sombras que resguardan secretos, eso aparece con mucha frecuencia en el libro.
Veamos, para terminar, este poema que es sobe un cuesco que es un corazón que es un escudo:
Porque nos dimos el fruto según su apariencia primera: cáscara gruesa y áspera, oscura/ así se tocó: como si nuestro mundo estuviese ahí / y no fuésemos las que tocan el símbolo/ sino que el símbolo nos contuviera bajo su capa oscura pasa de tu mano a la mía(…)en su aspereza me acurruco en su negro manto me acuno./ Porque tomaste el cuchillo, lo partiste en dos/ y así surgió el verde claro/ después de la oscuridad seductora.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
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Instrucciones para desplazarse en la oscuridad.
Sobre "Experimentos acerca de la repetición de los días" de Natalia Figueroa.
Por Germán Carrasco