Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Gonzalo Millán | Nicolás Meneses | Autores |
«Un puño de brasa: Merodeos en torno a la obra de Gonzalo Millán»
Editorial Virus, Varios autores. 2017, 200 páginas
Por Nicolás Meneses
Publicado en http://www.loqueleimos.com/ 30 de Agosto de 2019
.. .. .. .. ..
Tras el deslumbrante diario de vida-muerte titulado Veneno de escorpión azul (Ediciones UDP, 2007), poco y nada se ha sabido de la escritura de Gonzalo Millán. Apenas la publicación de sus entrevistas en una edición de montaje llamada La poesía no es personal (Alquimia Ediciones, 2012) y ahora el primer libro de la Editorial Virus: Un puño de brasa: Merodeos en torno a la obra de Gonzalo Millán.
Los lectores de Millán hace tiempo que exigimos la reedición de unas obras completas, la pronta circulación de sus libros agotados en casi todas sus ediciones. La importancia del autor de La ciudad (1979) es tan evidente en las generaciones de nuevos poetas que es incluso comparable al influjo que está teniendo Lihn, el otro gran polo por donde se mueve la poesía chilena hoy en día. Esto no quiere decir que la poesía chilena se mueva en función de dos poetas, sino que las obras más fuertes vienen de ellos.
Un puño de brasa reúne siete apartados en su índice, a saber, cinco lecturas de poetas que se han inmiscuido en la obra-vida de Millán, una entrevista realizada por Raúl Hernández y Leonardo Contreras y un par de poemas inéditos que se le escaparon al conjunto de Veneno de escorpión azul. Los acercamientos a Millán los inicia Jaime Pinos con su ensayo sobre la revista que Millán dirigió y editó entre 1985 y 1998, proyecto que cuenta con solo tres números, los dos últimos espaciados por más de diez años entre sí. Ahí Pinos recoge una de las reflexiones que más resuenan en el quehacer poético nacional: la de mantener la poesía civil, cultivar El Espíritu del Valle. Para abrir esta reflexión Pinos se vale del prólogo de la antología Poesía Chilena (Quimantú, 1972) de Jaime Concha, quien compara a la lírica chilena con la geografía más espectacular del país: poetas como cumbres, volcanes, mares y ensenadas, ríos e hilillos de agua cristalina. La poesía chilena como una cordillera en que relumbraban los grandes poetas, complementados por los otros accidentes geográficos. El Espíritu del Valle, entonces, como respuesta a la estridencia y monumentalidad de los grandes poetas que representaban las grandes cumbres, una venia a la poesía civil, una llamada al rito de la comunidad y del diálogo en el asentamiento público, donde todos los ciudadanos pueden encontrarse e interactuar. No la altura de las cumbres donde solo se aventuran en soledad los profetas.
En el segundo texto, Walter Hoefler cartografía a Millán casi de forma íntegra: repasa y analiza todos sus libros, los lee a contraluz, los bocetea con un papel de calco encima. Hoefler postula un análisis programático de la obra de Millán, tomando en cuenta tanto los análisis hechos de su obra como anclándose a la figura del propio poeta, apelando a las señas biográficas para levantar más hipótesis. Antonio Rioseco lo lee a partir de dos concepciones de memoria; Fernando Pérez aplica un bisturí excepcional indagando en la relación de los últimos libros de Millán con las artes plásticas y varias pinturas icónicas. Guido Arroyo retoma la idea de la revista El Espíritu del Valle, se niega a leer a Millán en clave paper, a saber, que el propio poeta reclamaba la ausencia de una crítica capaz de traducir la poesía chilena e intentar mediarla con un público lector no tan reducido, no tan poeta, no tan escritor ni especializado, y a partir de esta idea y más, analiza la genialidad de Relación personal como una de las óperas primas de poesía chilena más potentes de la literatura nacional, obra que ganó fuerza con los libros que le sucedieron y fueron afianzando un corpus de poemas tanto o mejores que los anteriores.
Si bien el libro tiene la virtud de lograr abordar desde las diversas lecturas los principales aspectos de Millán, termina destacando por la multitud de registros que recoge para el acercamiento que realiza, con voces diversas, unas más cercanas al análisis seco y otros optando por mostrar una razón más evidente de la importancia de Gonzalo Millán para la poesía chilena de los últimos años. Cerrar con la entrevista donde se logran redondear varios aspectos de los merodeos realizados por los autores y regalar como epílogo algunos inéditos del poeta, convierten a Un puño de brasa en una obra de consulta importante, indispensable en la poca circulación y reedición de los libros de Millán y el impulso que debiese dársele en los años venideros.