VIVAN los novios bien intencionados
Que se casaron de común acuerdo
En un rapto de buena voluntad.
El galán no tenía qué ponerse,
Ella apenas tenía qué sacarse,
Pero fueron las bodas más sonadas
En cuarenta kilómetros cuadrados.
Un señor de bigotes preguntó
¿Qué se persigue con el matrimonio?
¿La miseria moral del desposado?
Fueron las bodas más fenomenales.
El chacolí corría como sangre,
Los pasteles volaban por el aire
Como por arte de birlibirloque,
Para no decir nada de la luna
Cuya calva brillaba como un sol.
El chacolí corría hacia adelante,
Los pasteles corrían para atrás,
Sin enseñar la espalda al enemigo.
¡Todos nos comportamos como héroes!
¡Hasta los ataúdes se reían!
Como no había nadie en la cocina
Los menores hicieron de las suyas:
Un barrabás rompió una calabaza,
Otro se apretó un dedo en una puerta
¡A media cuadra se oían los gritos!
En el momento de apagar las luces
No se sabía quién era la novia:
Todas eran esclavas del amor.
No sólo había leña que cortar
Sino también madera que pulir.
Yo le tiré los tejos a la suegra
Pero ella me hizo el abanico.
Todos nos divertimos por parejo.
Claro que los vecinos reclamaron.
Varias veces vinieron a decir
Que eran más de las tres de la mañana,
Que ¡por favor!, que ¡hasta cuándo demonios
íbamos a seguir con el escándalo!
Era para morirse de la risa:
Unos se deshacían en elogios,
Otros nos desafiaban a pelear.
Cuando el carabinero de la esquina
Hizo su aparición en el salón
Con los ojos fuera de las órbitas
Todos los invitados bostezaban:
Hubo que reclinarlo en un sofá.
Mi cabeza giraba en el espacio
A cuatrocientas vueltas por segundo.
Resultado, que todo se arregló
Sin la menor molestia para nadie.