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Lecturas
Cómplices
"La ira y la abundancia",
Oscar Barrientos Bradasic, Mosquito Editores,
Santiago, 1997, 153
páginas.
Por
Marcelo Novoa
El Mercurio 28 de noviembre de 1998.
Siempre resulta sorprendente encontrarse con autores jóvenes
que cultiven el género fantástico. Más aún
cuando la tendencia predominante es una narrativa filiada al realismo.
Y cualquier incursión en los territorios de la especulación
literaria debiera tener presentes a los escasos pero doctos autores
chilenos que les precedieron en tales enrancias. Me refiero a Hernán
del Solar, Mauricio Wacquez, Carlos Iturra, y los aún noveles
Sergio Meier y Daniel Pizarro.
Y ahora, por cierto, La ira y la abundancia, genuina rareza
local.
Al decir de Borges- principio y fin de toda incursión latinoamericana
por derroteros fantásticos- desde la Biblia en adelante no
hemos sino acumulado reiteraciones escritas de sueños y pesadillas
nacidos junto a la primera fogata. ¿Qué trata el libro
reseñado? Relatos de conspiraciones a nivel planetario (la
Liga de la Virtud enfrentada a la Liga de Occidente), con escenarios
y tramas que se suceden vertiginosos desde la costas bretonas a las
callejuelas del Medio Oriente. Sin descontar aquellas tierras de ensoñación,
como Atlántida o Lemuria. Es literatura sin escuela, pero con
muchas asignaturas pendientes, pues su autor acusa deudas con escritores
tan disímiles como geniales (Poe, Melvilla, London, Schwob,
Calvino o Lem, por nombrar mis favoritos). Aunque el lenguaje artificioso
- propio de un narrador intemporal- entorpece la lectura a ratos,
aún así asombra su impronta de oficio, al evocar con
mano segura paisajes fantasmagóricos, además de una
fina observación al retrata personajes insólitos que
se fijan en la memoria.
Y como toda literaria fantástica que se precie, esconde la
verdad envuelta en sutiles mentiras, ficciones apenas sostenidas por
el halo poético de algunos relatos o, aún más,
su apuesta a muerte por la siempre riesgosa literatura de ideas. Así
como al centro mismo del libro descubrimos que la gran conspiradora
no es otra que la muerte, arrebatando a la amada o negando la tierra
prometida a los cansados viajeros. Del enfrentamiento de fuerzas antagónicas,
la narración nos sumerge en una inesperada reflexión
sobre uno de los mitos fundadores de Occidente: la inmortalidad a
través del arte.
Relatos que esconden un poemario en su interior, pues, al decir de
un personaje "sólo la poesía puede librar a un
hombre de la ruina total". Cientos de aventuras, diarios de navegación,
memorias delirantes en lazadas por el velo sombrío y atormentado
de quienes huyen a su destino. Fatal, claro está. Invitación
al goce puro. Escasísimo por estos días. (Se echa de
menos una edición menos precaria. ¿Se imaginan el mismo
texto en las cuidadas ediciones Siruela?). Soñar no cuesta
nada. El libro de este Jove autor de provincia nos invita a disfruta
con apoderado asombro una saga de espías románticos
que mezclan imaginación y fantasía a través de
historias algo primerizas, es cierto, pero que no dan tregua al lector
cómplice, acaso el único propicio al género fantástico.