“Audioficciones”, el soundtrack de la Ciencia Ficción en Chile
Por Cristián Amirá
Pretendo revisar la propuesta de la banda electrónica Lluvia Ácida, “Audioficciones” (2007), quienes utilizan una serie de cuentos de autores fantásticos chilenos para ambientar o interpretarlos musicalmente. Por cierto, el autor del relato aquí comentado, Oscar Barrientos, como la banda musical, tienen arraigo en Punta Arenas; al igual que yo, por lo tanto, mi pregunta es sobre la visión de lo fantástico desde el extremo sur.
Sobre el proyecto “Audioficciones” diremos que se encasilla dentro de la música electrónica, pero utiliza al mismo tiempo, herramientas electrónicas e instrumentos autóctonos (y tradicionales). El disco “Audioficciones” se plantea como un disco conceptual, en que el entramado es un recorrido unitario y simbólico que el tema o el transfondo es la ciencia ficción chilena.
La banda está formada por Rafael Cheuquelaf y Héctor Aguilar; y el disco fue producido por la banda magallánica y Sergio Amira, bajo el sello Eolo (2007).
El disco está estructurado en base a un cuento de ciencia ficción chilena, cada canción remite a la unión de los siete relatos de diferentes autores chilenos que tratan la ciencia ficción. Los autores y obras son: Sergio Alejandro Amira, con “Caro data archangeli”, Néstor Flores “La Máquina”, Gabriel Mérida, “Los que no vuelven”, Luis Saavedra, “Esferas de Carey”, Jorge Baradit, “La conquista mágica de América”, Sergio Meier, “La Segunda Enciclopedia de Tlön (fragmento)” y, Oscar Barrientos, “Esa ventana que mira al mar”.
En palabras de la propia banda, la idea es poder ser el soundtrack de la ciencia ficción en Chile, estableciéndose “audioficciones” como una antología del genero. Al tiempo que rinden tributo al legado electrónico a partir de las bandas sonoras de las películas de ciencia ficción a partir de los años 50 (en adelante).
El tema seleccionado para este trabajo es el de Oscar Barrientos “Esa ventana que mira al mar”. Esta canción tiene la característica de que posee, además de los sonidos electrónicos, la participación vocal de Verónica Gallardo. El tema se inicia con la voz de la mujer, que se desdobla en dos voces paralelas, las cuales se vuelven míticas por la cadencia y por pequeños “destellos” electrónicos. Luego de la introducción irrumpe una base electrónica que semeja a latidos inhumanos pero que uno posteriormente vincula con un barco (al leer el texto al cual hace referencia), este es una base que es un bitoscuro y pesado, que acompaña todo el desarrollo del tema, pero que se ahoga antes de finalizar, dejando nuevamente a la voz de la mujer(es) solitarias en un primer plano.
El tema dura 3 minutos con 40 segundos, y se plantea como atmosfera del texto, pero con una inversión de puntos de vista interesante que posteriormente voy a explicar. En el caso del texto de Oscar Barrientos “Esa ventana que mira al mar”, la narración consta de diferentes elementos que son recurrentes en la narrativa del autor, en primer lugar, es evidente la vinculación a la corriente romántica y al exotismo presente, tanto por la vinculación a los viajes de los piratas (no explicitado en el texto, pero tampoco negada), como por la constante referencia a la literatura de la época, se señala reiteradamente la figura de Byron en las conversaciones de los protagonistas.
La narración se desarrolla en un barco, en el cual la información es deliberadamente omitida, tanto como el destino, el encuentro de los diferentes personajes y sobretodo a las instituciones a las cuales estos personajes están vinculados y que los oponen. En este relato, el ambiente es el océano Atlántico, pero ha de suponerse que este barco parte desde el Puerto Peregrino, estableciéndose dentro del mundo establecido anteriormente en sus otros textos y que sirve para ampliar y fortalecer su ucronía post-romántica.
El relato cuenta la historia de unos viajeros en un barco “extraño”, el cual de varios días de sospechoso recorrido encuentran flotando un cuerpo, posiblemente de un naufragio. Al subir a abordo el cuerpo, se dan cuenta que es el de una mujer y que está viva, la dejan en un compartimiento, la visten, y todos los marinos la van a contemplar a escondidas, pero ella siempre mira al mar por una ventanita. Al final, el protagonista la deja escapar antes de llegar al Puerto de Ámsterdam, ella se lanza al mar.
Para iniciar el análisis comparativo, hay que preguntarse ¿puede una canción establecerse como fantasía sin que su efecto se base en su letra? En primer lugar estableceremos un análisis clásico sobre los rasgos fantásticos en el relato de Oscar Barrientos, para posteriormente vincularlo con el audio, y de esa manera justificar su inclusión al género.
El texto se ancla en la idea de los viajes por los mares desconocidos, acompañados de sujetos pintorescos con mala reputación, dentro de este contexto se vincula a los personajes con una especia de grupo secreto: “la liga”, lo cual opone al protagonista con el capitán, esta narración sigue un curso clásico vinculado a la escritura romántica, pero la reactualiza al enfrentarse con la figura de la sirena , el cual por breve que halla sido su presencia, establece un quiebre irremediable con la configuración del mundo representado.
El personaje la sirena es explorada tanto desde su posible existencia, por medio de los diálogos en que se explicita teorías sobre Lemuria, Gondwana, ciudades perdidas, y referencias romanas y teorías actuales, ensalzadas con poesía romántica. Al tiempo que se da un paso más adelante al tema de la sirena en el cual se interactúa con ella y se caracteriza sicológicamente, esta es la gran entrada de la fantasía en la obra, puesto que se desvincula entre materia y conciencia. Pues, aunque el personaje de la sirena tiene forma humana, su sicología es inaccesible, al tiempo que su anatomía se pone en duda.
Considerando que el disco se plantea como una antología de la ciencia ficción chilena. Es decir, está anclada a este género desde su referencia directa. Desde aspectos más musicales, el uso de los sonidos electrónicos en este trabajo vinculado conceptualmente a relatos, se vuelve significativo, pues se relaciona con la única canción con sonidos vocales, en el cual la voz de la mujer da cuenta, por medio de distorsiones de un sonido no humano, al tiempo que los sonidos de sintetizadores generan atmósferas en “que las leyes naturales se han roto” citando lo señalado por Marie Laure Ryan, en que las marcas de subjetividades como rasgos vocales (canto) se han subvertido e inmenso dentro de un ambiente de máquina.
Pero ahora queda a modo de conclusión poder vincular cómo estas propuestas se hacen cargo de lo fantástico, desde Magallanes. Mi idea es que la fantasía desde Magallanes está arraigada desde el mito, esto creo que tiene relación con el aislamiento propio de esta zona extrema astral y el pesimismo propio de este ánimo.
Oscar Barrientos advierte: “el fin de las ilusiones en el mundo contemporáneo. Un testamento sobre la búsqueda eterna, esa que realizamos dentro de nuestras más entrañables lecturas, en librerías atestadas de pequeñas utopías, de pequeñas ciudades que habitamos y jamás encontramos”.
Estableciéndose como una instancia de verosimilitud, lo cual establece un descalce en el lector, puesto que lo sobrenatural no es enjuiciado.
En relación al locus de enunciación, mi hipótesis se basa en la vinculación al mito por parte de la producción magallánica, en este caso el mito se señala como “El mito expresa, del modo más claro posible, sus dos significados; el deseo exaltado de elevación y la insuficiencia de los medios empleados.”
En este mismo sentido podemos entonces ahora vincular el canto femenino (de la sirena) como un mantra (celta o algo así) o el sonido escuchado por Ulises al amarrarse al mástil. El sonido evoca una humanidad con resonancia transcendental.
La vinculación al mito se establece a demás por su arraigo en la cultura pop, pero esta entendida dentro de un revisionismo, es entender entonces todo un bagaje cultural estereotipado del sigo XIX, pero que su pregunta principal, es la relación con los otros; es decir, la alteridad.
La alteridad entonces no solo es con los otros sino como nos podemos relacionar con los seres eternos o transcendentes. La propuesta es actuar simplemente emocionalmente, puesto que en ningún momento se establece un juicio sobre el ser, sino que se relacionan los sujetos por los deseos que estos generan.
El mito entonces es tratado como un mundo de coexistencia, por medio de una Ucronía post-romántica, donde la búsqueda central es el encuentro con lo más espiritual, donde planteándose desde la leyenda (tono del relato), el mito logra establecer un arraigo entre los sujetos, los cuales no casualmente están a la deriva en un barco, la única unión o sentido a este viaje, en el cual nunca se establece una ruta clara, es la ayuda y deseo ante esta sirena.
Así, la audioficción se establece como un nuevo género dentro de la música, en el cual la canción se hace cargo de un correlato literario, en este sentido, el mito tiene relación con la amplitud sonora que va desde la estridencia más alta al tiempo que se mezcla con bajos que retumban en notas “oscuras” o profundas.
En relación al temple del relato se siente la influencia de Lovecraft, pero con tonos más desolados, donde los seres de eones se mezclan con los humanos, pero a diferencia de Lovecraft, Barrientos no plantea una demencia frente a este encuentro, sino que esto saca lo más humano de cada sujeto; las pulsiones más profundas del hombre. La música retrata esto con un tono pagano e irrupciones “infértiles” electrónicas que dan otra dimensión a estas relaciones de alteridad máxima.