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"Valpore" de Cristóbal Gaete
UN TOUR NARRATIVO POR LA BABILONIA HARDCORE- PORTUARIA
Por Oscar Barrientos Bradasic
Me pregunto que hubiera pensado Salvador Reyes, autor de Valparaíso, puerto de nostalgia si pudiese leer Valpore de Cristóbal Gaete. El puerto bucólico y de una bohemia más malditista que maldita parece la maqueta de un colegial o una égloga, al lado de esta pequeña novela pos-moderna.
Gaete domina bien los derroteros narrativos y envuelve al lector en atrapantes laberintos de significación, entrecruzando narraciones y construyendo en cada capítulo una estructura narrativa similar a la de un cuento como si cada unidad fuese un puño cerrado. Sus personajes son parias, drogadictos, prostitutas, pedófilos, borrachines abandonados al capricho de veleidosos dioses.
Las atmósferas se mueven sospechosamente entre la vigilia y el sueño, o más bien entre pequeñas islas de lucidez y trasnoches al calor de todo lo espirituoso y terrible.
De esta manera, Valpore es el espacio donde se termina todo, donde la urbanidad perdió su sentido constituyéndose en las sórdidas favelas de la modernidad guachaca, monumentos al sinsentido y la orfandad. Personajes como el trío conformado por el narrador, la madre y el Pulpo son guías turísticos en la Babilonia hardcore… claro un turismo para los perdedores y viciosos, que desdeña el abordaje del puerto que vendido como folleto por los alcaldes momios o los historiadores que parecen beneficiarse de la ruinas.
Y en este último sentido, Valpore no sólo es el espacio donde conviven lo innombrable en perfecta armonía, sino también el sitio donde el lenguaje encuentra su sentido originario, en el entramado de un relato de sintaxis aglutinante, un virus que ha decidido tomar por asalto la mente humana y convertirla en su extravagante ecosistema. No pude dejar de pensar naturalmente en William Borroughs cuando la cajita que nace de la madre gemía o en los poemas de Maquieira al momento de apreciar la escena de los sea harrier. Pero esto no se trata de una caza de brujas sino de la gestación de una pequeña gran novela.
Una novela más política de lo que pudiera parecer, ya que su formato encubre muchas penumbras. Mis reconocimientos, por cierto, a la editorial Emergencia narrativa por este hallazgo.
Como se quiera, Cristóbal Gaete ha creado un relato revelador, un libro audaz e infrecuente que conlleva oficio y talento, una impronta personalísima que sin duda dará a luz otros libros tan interesates como éste.
