Sigo las expresiones literarias de Oscar Barrientos Bradasic desde su primer libro “La ira y la abundancia” en el que ya se podía presagiar que su inserción en la literatura implicaba un aporte importante a la renovación de la narrativa magallánica centrada hasta ese momento en la representación del enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza, y los esfuerzos de los hombres y mujeres que habían protagonizado la colonización de la región austral. Y si bien es cierto que esas características siguen presentes en los relatos de Barrientos, también lo es que ella tiene otras tonalidades y en muchas de sus expresiones adquieren importancia los espacios urbanos, las anécdotas citadinas y el uso de recursos relacionados con la literatura de aventuras y fantástica.
Barrientos ha publicado una veintena de obras en los que ha dado una importante vuelta de tuerca a la narrativa austral. En libros recientes, como “Pagana Patagonia” o “El correo del viento”, y por cierto en las novelas de la serie Saratoga, establece nuevas bases para la recreación de vidas y territorios en los que la existencia y los mitos se mezclan y potencian para el desarrollo de un universo tan normal como dislocado. En los títulos mencionados, y en “El rencor vino del frío” que ahora comentamos intervienen leyendas regionales, mitos, personajes solitarios y aparentemente irreales; configurando un imaginario que hace de la Patagonia un espacio de utopías extrañas en el que sobreviven personas atrapadas entre el genio y la locura.
Recurriendo a las páginas de este libro y a algunos recuerdos personales, podemos establecer los enlaces entre la ficción y la realidad existentes en la narrativa de Barrientos. Veamos.
Locos, solitarios y marginales. Durante mis años en Punta Arenas teníamos personajes que dirigían las marchas militares o que a diario medían con una huincha las dimensiones de las veredas. También solitarios que asistían puntualmente a todos los sepelios. A personajes como esos los recordé al leer el cuento “En el origen de la tristeza” donde conocemos vínculo entre Juvenal, un amigo del narrador que vive en un rincón del barrio, a la intemperie, soportando el rigor del invierno. Un personaje que desde la indigencia mira el horizonte de un modo diferente, esperando tal vez la aparición de una nave ocupada “por soberbios animales del océano”. Las visiones del indigente sólo se pueden compartir con la imaginación de la infancia, y años después quedan en el olvido luego de una revelación familiar que deja al protagonista en el desamparo.
Visitas extraordinarias. Frecuentemente llegaban a Punta Arenas personajes que parecían salir de la nada y nos asombraban con sus propuestas. Tipos que recorrían el mundo en bicicleta y se quedaban una semana dando vueltas por la plaza de armas; hipnotizadores de confusas procedencias que dormían a la gente a través de la radio. Por eso, y a partir del cuento “Tren al sur de la tierra media” me parece creíble que aparezca un imitador de Gandalf o Saruman, personajes de “El señor de los Anillos” contratados para animar una reunión de admiradores de Tolkien plagada de confusiones y situaciones graciosas que terminan con el temible Saruman bailando tangos con la anciana tía del protagonista. Dicen que los cielos de Punta Arenas son mágicos y por eso no es extraño que entre sus nubes se abren puertas por las que entran personajes de otras dimensiones.
Monstruos y seres extraños. En las leyendas patagónicas abundan seres a los que la naturaleza otorga una existencia fuera de lo común. En “El rencor vino del frío” uno de estos seres se llama Víctor Colitis, un engendro horrible dotado de tentáculos que brotan de su torso y sobre todo de un vivo rencor hacia todo lo que proviene de lo que podríamos llamar la vida normal. Colitis, transformado en poeta mediocre y resentido, reúne en su escuálida fisonomía todos los defectos humanos que finalmente lo condenan al desprecio y a la soledad. Un destino similar tiene el personaje del cuento “Gaucho cabrío” que recrea situaciones que en tono de chiste o de cuento tenebroso suelen contarse luego de un exceso de bajativos. La relación entre un hombre y una oveja; y el nacimiento de un ser destinado a ser una sombra despreciada. El gaucho cabrío, primo hermano del Bobby de Carlos Droguett, tiene orejas velludas y extremidades de animal que terminan en dos pezuñas hendidas. Un fauno sediento de sangre, que representa el bien y el mal latente en cada ser humano.
La historia como fuente inagotable de relatos. Este elemento lo encontramos en el cuento “Hibris” que nos acerca a las huellas del poder económico y político de ciertos “emprendedores” que no vacilaron en exterminar a pueblos indígenas para llenar sus bolsillos con el oro blanco proveniente de la crianza ovina. La historia real, muchas veces contada, está enfocada desde una perspectiva original: la de un descendiente de los viejos empresarios que es amigo del protagonista. El cuento recrea una historia de sangre que parece recluida en el pasado, pero que como una maldición se extiende hasta el presente en forma de pokemones que el descendiente busca sin éxito, hasta encontrarse con la locura que lo obliga a enfrentarse de un modo particular con el pasado familiar.
Algunos de los materiales que utiliza Barrientos en sus cuentos o novelas lo han llevado a entregar un dibujo diferente al que hasta hace unos años nos presentaba la historia magallánica. Y a través de esa historia, y sin entrar a citar la conocida reflexión de Tolstoi, da una visión de los horrores y temores del hombre en distintas latitudes y épocas. Si autores como Francisco Coloane recrearon la Patagonia desde la lucha del hombre contra la naturaleza o desde el rigor de vidas hechas para las aventuras y las hazañas; si autores más próximos en el tiempo como Eugenio Mimica o Pavel Oyarzun se preocuparon de explorar el paisaje urbano o la historial social de la Patagonia, Barrientos añade en sus narraciones elementos que nos hacen ver las cosas de otra manera a la habitual y nos permiten acercarnos a historias no oficiales, a mundos paralelos y a creer en seres prodigiosos que viven al amparo del intenso horizonte patagónico.
El libro de Oscar Barrientos es osado y entretenido; a ratos nos lleva al horror y en otros a la ternura. Una muestra más del trabajo sostenido de un autor apreciado y leído más allá de las fronteras regionales en las que comenzó a escribir, y que ha encontrado un lenguaje propio para narrar un universo tan atractivo como original.
(Presentación del libro “El rencor viene del frío” de Oscar Barrientos Bradasic
en la
Furia del Libro desarrollada en Santiago entre el 30 de mayo y 2 de junio).
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Oscar Barrientos: El original y atractivo mundo patagónico.
“El rencor vino del frío”. La Pollera, 2023, 150 páginas
PRESENTACIÓN
Por Ramón Díaz Eterovic