Pueblos abandonados afirma que, si bien vivimos en pueblos abandonados, abandonados no es nuestro gentilicio, abandónicos es como nos llamamos a partir de nuestra posición estratégica en la periferia.
Pueblos abandonados sostiene que no hay centro. Pueblos abandonados afirma que el centro podría estar en cualquier parte. Pueblos abandonados esgrime que es importante que el centro no esté en ningún lugar.
Pueblos Abandonados difama el canon compensatorio. No quiere más diccionarios de escritores chilenos ni atlas literarios de Chile, región por región. El geo estatus es su enemigo. De todas formas, y a pesar del cariño que se le tiene, Pueblos Abandonados espera que Santiago se revuelque en sus propios desperdicios, muera probando su propia medicina y caiga enterrado en la tumba que él mismo está cavando.
La expresión “pueblo chico, infierno grande” no es equívoca, pero sí imprecisa, porque todo el país es un pueblo chico con pretensiones infernales, así lo documenta el saqueo de los plutócratas y los cuicos que se llevan todo para la casa, incluso el capital cultural. Desde ahí, se genera en el campo literario, la idea de la provincia como territorio de los melancólicos, balneario o centro de vacaciones para jubilados. De esta manera, el escritor globalizado y metropolitano, va a buscar a las regiones un fragmento de lo incontaminado que a estas alturas ya no existe.
Pueblos Abandonados aborrece al funable personaje que persigue la poesía en caminos polvorientos de nuestro territorio, gritando como patrón de fundo que lo de antes siempre fue mejor.
Pueblos Abandonados está hasta más arriba de la coronilla de que nos consideren teloneros de los escritores y artistas de verdad que traen las productoras, municipalidades e instituciones culturales a ferias regionales de libro igual de abandonadas.
Pueblos Abandonados condena a la clase política y empresarial que en su afán centralista y autoritario relegó los territorios no metropolitanos a la función de vertedero, a zonas de sacrificio, a comarcas entregadas al extractivismo salvaje.
Pueblos Abandonados afirma el concepto de comunidad y la declara materia de sus escritos. Y no se crea que aspiramos a la restauración de un criollismo ramplón que termina siendo domesticado por las agencias de turismo y los programas de televisión que subliman lo típico. Por el contrario, los pueblos a medio construir o erosionados por la dejación institucional, son igual la argamasa de una escritura en permanente construcción.
Pueblos Abandonados confirma la idea de una literatura con pensamiento crítico, que no se traiciona a sí misma y que salta sin paracaídas a las entrañas del paño territorial. Aborrecemos la espera de la inspiración y la epifanía: el territorio lo habitamos diariamente.
Pueblos Abandonados proclama la reivindicación de los países que respiran dentro de un Chile que algunos quisieran monolítico, en su voluntad decidida de transformación.
Pueblos Abandonados propone que así como existen monumentos al soldado desconocido, en cada pueblo pequeño exista una que se erija en materiales espurios al escritor de pueblo abandonado, como testimonio de una persistencia en la lucha escritural en los lugares donde el diablo perdió el poncho.
Pueblos abandonados conoce las ventajas de la desventaja. Sin embargo no sabe cómo explotarlas porque no tiene plan de negocios ni trabaja en marketing, coaching o turismo de intereses especiales, ni diseña evaluaciones de impacto ambiental.
Pueblos abandonados asegura que se puede escribir bien sin sentirse victimizado ni explotado.
Pueblos Abandonados considera a las editoriales independientes lo mejor que pudo pasarle a la literatura chilena, incluso con sus tiempos dilatados al infinito y sus tiradas de 150 ejemplares. Lo que Pueblos Abandonados no puede soportar es que las editoriales independientes se fundan con la plata y sobre todo que no le entreguen los libros prometidos al autor.
Pueblos abandonados se identifica, aunque hayan vivido o no en Santiago, con escritores que no dan puntada con hilo. Y así admira a gente como Pablo de Rokha, Enrique Lihn y Stella Díaz Varín, Maha Vial. Todavía más a pobres diablos como Alfonso Alcalde que fracasó en todo y en cada lugar donde vivió.
Pueblos abandonados reniega del éxito. Tememos triunfar. Pueblos abandonados sabe que hay que fracasar cada vez mejor. Generaciones y generaciones de fracaso nos sostienen.
Pueblos Abandonados busca la comunicación (diálogo) e intercambio con escritores y escritoras de territorios y maritorios de provincias fronterizas, en el caso del Norte de Chile, con el sur del Perú, Cochabamba en Bolivia o el norte de Argentina, que también experimentan el centralismo literario. Esto también puede extrapolarse al sur y Patagonia de Chile, que mantiene una extensa frontera con Argentina. Más que vivir pendientes de lo que se conversa en un café de Providencia, queremos comunicarnos con autores de lugares remotos provenientes de Rumania, Sudán, Irak o Surinám. El territorio es el lenguaje.
Pueblos Abandonados no propone ni el ombliguismo ni el regionalismo, ambos reaccionarios argumentos de un mismo lenguaje, sino dialogar con otras comunidades de diferentes latitudes de nuestra América y el globo. No descansaremos hasta fundar la Internacional Abandónica. ¡Arriba los Pueblos Abandonados del Mundo!
Documento leído en forma coral por los escritores Marcelo Mellado, Verónica Zondek, Aldo Astete, Rodrigo Ramos Bañados, Oscar Petrel, Antonia Torres, Cristian Geisse, Oscar Barrientos, Poli Roa, Yuri Soria en el Sexto Congreso de Escritores de Pueblos Abandonados realizado esta semana en Punta Arenas.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com 2do manifiesto de Pueblos Abandonados: Por un nuevo resentimiento.
Leído en Sexto Congreso de Escritores de Pueblos Abandonados. Punta Arenas, 1 al 4 de abril 2024.