MÁS ALLÁ DE LA LITERATURA, EL NOBEL
Por Omar Cid
Editor de Cultura Crónica Digital
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El premio Nóbel de literatura entregado por la academia sueca, ha recaído este año en un escritor latinoamericano, se trata de Mario Vargas Llosa y lo recibe en un contexto en que las jóvenes repúblicas de América del Sur, cumplen o se acercan a cumplir doscientos años de su independencia del imperio español.
Vargas Llosa, desde esa perspectiva es un signo de unidad entre la Europa conquistadora y la América conquistada, sus dos nacionalidades, la peruana como española, lo acreditan.
Recibe este premio, en un momento en que su carrera literaria viene en baja, no en cuanto a marketing, ni producción, sino en la calidad de su obra, a modo de ejemplo: Las travesuras de la niña mala, novela del año 2006 es indudablemente inferior, en propuesta estética a La ciudad y los perros o Conversaciones en la Catedral.
Sin embargo, tomando en consideración la caída lenta, sus actuales trabajos son muy superiores a lo que se publica en general desde América Latina, y es que el escritor peruano, es un hombre trabajador, disciplinado y con un talento innegable.
Para Arturo Fontaine, escritor chileno, la evolución política del autor, se encuentra enunciada en sus primeros trabajos, porque serían una crítica a los modelos totalitarios.
Desde mi perspectiva, sostengo lo contrario, creo que los “trabajos de juventud” de Vargas llosa, son una crítica a los autoritarismos, los militarismos y a las dictaduras latinoamericanas.
Su vuelco liberal, no es comparable al de las derechas latinoamericanas, de hecho pierde la elección en Perú, debido a que su contendor Fujimori, usó un discurso populista y autoritario, muy distinto al suyo.
El novelista peruano, es de esos liberales que hoy no existen, su símil chileno sería Alfredo Jocelyn Holt, que es una rareza, de ahí que la derecha en Chile, se tragó su discurso anti-militar y de apoyo al entonces candidato Sebastián Piñera, con whiskeys bien cargados.
Desde otra mirada, el premio obtenido por el escritor nacido en Arequipa, es un largo proceso de domesticación, al que serían sometidos los literatos, por las editoriales, por los gobiernos, hasta llegar al oportuno momento de obtener los reconocimientos traducidos en premios nacionales, internacionales de diversas características y como punto final, el Nobel de la academia sueca.
Bajo esa lectura, Vargas Llosa y otros, han tenido que emprender su marcha por el desierto, dejando atrás sus rebeldías, sus temáticas e incluso parte de su propia estética. La chilena Isabel Allende, vive el mismo proceso, teniendo incluso que mostrar su buena conducta con la nueva administración política chilena, para recibir el Premio Nacional de Literatura año 2010.
Si es así en Chile ¿Qué criterios primarán para obtener premios de importancia mundial? Bueno, parte de los razonamientos los podemos ver en los propios premiados, no basta la obra, el discurso del arte por el arte, es una mentira. Se trata de la obra y un comportamiento ético, acorde a los tiempos que se viven.
El propio Mario, tuvo que recular al intervenir en política contingente, como candidato a la presidencia de su país.
Para la comunidad literaria, el mensaje es claro y categórico, los premios de esa envergadura se ganan más allá de la obra o como diría el poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow "No basta el talento para hacer a un escritor. Tiene que haber un hombre detrás del libro."