Uno de los sucesos más recordados del 2004 fue el triunfo en dobles de tenis con el que Fernando González y Nicolás Massú obtuvieron la primera medalla de oro olímpica en la historia de nuestro país. La hazaña caló tan hondo en nuestra vida cotidiana que incluso el premio Pablo Neruda de Poesía Joven, que ese año correspondió a Víctor Hugo Díaz, fue organizado en torno a esa temática, coronando con laureles al poeta en las dependencias de La Chascona, tal como sucedió en Atenas con los tenistas.
Otro suceso que se recuerda es la celebración del centenario del natalicio de nuestro premio Nobel, Pablo Neruda. Por ese motivo, algunos poetas jóvenes de entonces, lo asumimos como nuestro año, una instancia de celebración, pero también de creación y reflexión en torno al oficio. Fue así como durante los días 21, 22 y 23 de octubre de 2004, la poesía del norte de Chile inauguró el siglo XXI con un evento que involucró a las cuatro primeras regiones del país (Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo[1]), además de invitados de Valparaíso y Santiago, con un total de 55 poetas.
Ese 2004 fue muy especial para los poetas copiapinos, significaba un doble festejo, ya que también se conmemoraba el centenario del natalicio de Romeo Murga. El contexto era propicio para celebrar la actualidad de la poesía del desierto, por lo cual, a comienzos de ese año, a un grupo de amigos se nos ocurrió organizar un evento regional que convocara a poetas jóvenes de Atacama en torno a la figura del autor de «Canto en la sombra».
Fue así como en abril de 2004, con el apoyo de la Sociedad de Escritores de Atacama, de la Corporación Club Copiapó y del entonces Director Regional de Cultura, el poeta y editor Eduardo Aramburú García, realizamos una actividad que incluyó poesía, fotografía, escultura, cine, collage, títeres, plástica y música. La actividad se realizó en las dependencias del Club Copiapó y tuvo una alta convocatoria. La persona que colaboró intensamente, ayudando a coordinar y sacar adelante la actividad fue la poeta, realizadora y académica Florencia Doray. A su vez, el poeta Cristian Muñoz hizo el afiche de difusión y el que escribe lideró el evento, además de compilar los textos para una antología.
Junto con el evento artístico, hicimos el lanzamiento de la antología «10 poetas jóvenes de Atacama», un cuadernillo de la Sociedad de Escritores de Atacama, financiado por el Consejo Regional de la Cultura y las Artes. Se imprimieron 100 ejemplares, distribuidos de forma gratuita durante la actividad. El cuadernillo incluye ilustraciones del pintor, grabador y escritor Guillermo Martínez Wilson. Los 10 poetas antologados son los siguientes: Juan Soñador Rivera, Florencia Doray, Cristian Muñoz, S.J. Villalobos, Víctor Munita, Agustina (Kamila Muñoz), Vicente Rivera, Carla Iriarte, Odette Lemún (Eliana Hertstein), y el autor de este artículo. Como compilador, tuve la certeza de que esa publicación daría, como lo hizo, un nuevo impulso en la poesía local.
Considerando el éxito del evento, «nos empoderamos», como diríamos ahora, y propuse organizar una actividad similar, aunque de mayor envergadura y que involucrara al Norte Grande y al Norte Verde. La idea tuvo asidero y poco a poco fuimos convocando voluntades hasta que logramos reunir los documentos necesarios para postular un proyecto al Fondo del Libro. Por suerte, en ese tiempo era más expedito el asunto y lo obtuvimos. Nuevamente, el aporte de Florencia Doray fue clave en el proceso de argumentación y postulación del proyecto. El equipo de trabajo responsable de llevarlo a cabo estaba conformado por Catalina Zamora Labarca, Guillermo Martínez Wilson, Kamila Muñoz, Víctor Daviú y Cristian Muñoz López, coordinados por mi persona. También contamos con el apoyo de Jessica Acuña y de Gabriel Indey. Este grupo humano supo estar a la altura de las circunstancias, logrando con éxito los distintos objetivos que nos propusimos.
La idea de este «Primer Encuentro de Poetas Jóvenes del Norte» era conocernos en persona, celebrar la poesía, dialogar en torno al oficio desde nuestros «oasis particulares», reconocer a poetas de otras generaciones que desarrollaban una labor constante y valiosa, aunque poco difundida —incluso ahora—, del ejercicio de la poesía en provincia, y cuando digo provincia refiriéndome al norte de Chile, quiero decir Borde; ni siquiera Margen. Al menos veinte y más años atrás, la cosa era así. De tal modo que, para tener un contexto adecuado a nuestras intenciones de celebrar la poesía, de celebrar a Neruda y a Murga, de celebrar nuestro oficio cargado de sed y sal, sol y distancias enormes, y aún así o por eso mismo maravilloso, decidimos reunir a nuestros invitados en un hostal de cabañas de madera que rodeaban una gran piscina. Aquel fue el sitio donde la poesía del norte inauguró el siglo XXI como correspondía: con respeto y admiración por ese enorme grupo humano que se dio cita en Copiapó a causa del oficio mayor. Nada menos.
Con ese tono enfrentamos las tres jornadas, y así nos enteramos de que en Arica el grupo Vertizonte se reunía en casa de Rodolfo Khan, publicaban libros y realizaban lecturas; en Iquique el movimiento era similar en torno al palacio Astoreca y la UNAP; en Antofagasta el Círculo de Artes Manuel Durán Díaz llevaba una década de actividades y publicaciones; en La Serena un grupo de jóvenes desarrollaba su obra en paralelo a agrupaciones emblemáticas como el Círculo Carlos Mondaca o la revista Añañuca; y en Copiapó nosotros dábamos un impulso a la Sociedad de Escritores de Atacama.
Los eventos públicos se desarrollaron en distintos puntos de la Región de Atacama: Copiapó, Tierra Amarilla, Paipote, Inca de oro, Caldera. Hubo lecturas, ponencias, charlas magistrales, debates en mesas redondas, shows con música en vivo, entrevistas, conversaciones con estudiantes de las universidades locales, transmisiones radiales y cobertura de prensa escrita. Fue maravilloso ver la ciudad de Copiapó invadida de poetas, y más con la atención popular centrada en ellos.
Quisiera destacar la participación de poetas de otras generaciones que nos acompañaron en esa oportunidad (lamentablemente, algunos de ellos se han quedado en nosotros): Eduardo Aramburú García, Danilo Bruna, Miguel Morales Fuentes, Walter Hoefler, Rodolfo Khan (1935-2018), Juan García Ro (1945-2019), Eduardo Díaz Espinosa (1936-2009); nuestros invitados de Santiago: Víctor Hugo Díaz y Mauricio Barrientos (1960-2011); y nuestro invitado de Valparaíso Mauricio Torres Moyano (1978-2023). Deseo consignar que los poetas Héctor Cordero (Antofagasta), Guillermo Ross Murray (Iquique) y Arturo Volantines (La Serena) estaban dentro de nuestro listado de invitados, sin embargo, no pudimos contar con ellos. Arturo tenía otro compromiso en esas fechas; Héctor estaba desaparecido del norte (se había radicado en Osorno); y no logramos contactar a tiempo al «Chino» Ross Murray.
Además de las actividades públicas realizadas en la región, quisimos consignar la participación de los poetas jóvenes en una antología representativa, «Poetas del desierto», que incluye a 39 de los participantes. Se imprimieron 300 ejemplares, distribuidos de forma gratuita durante el evento. El libro lo publicó la extinta editorial porteña La Cáfila. El tiempo ha dicho que no son todos los que están ni están todos los que son, como siempre ocurre, sin embargo, corresponde a un momento clave en la poesía del norte de Chile, y como compilador me siento orgulloso de haber colaborado a que exista como testimonio de que no solo en la capital o en ciudades sureñas se estaba escribiendo buena poesía.
A continuación nombraré a las y los poetas incluidos en «Poetas del desierto». Algunos de ellos se han retirado de la vida muy pronto, otros han desistido y una mayoría continúa en el oficio, con mayor o menor presencia mediática, aunque estoy seguro que con las mismas convicciones. Están ordenados por fecha de nacimiento (de 1968 a 1987; algunos publicaban por primera vez): Hugo Cortés Zúñiga, Gabriel Moyano Cárdenas, Marcos Tomásevic, Eduardo Farías, Joaquín Taborga, Guillermo Gálvez Gallardo, Juan Soñador Rivera, Silvia Villalobos, Reinaldo Hugo, Sbenger, Marietta Morales, Martín Yáñez-Renard, Aída Osses Herrera, Cristian Muñoz, Samuel Salgado, Alejandro Jordán, Florencia Doray, S.J. Villalobos, Eduardo Cuturrufo, Pablo Bordohum, Jorge Cannobbio, Álvaro López Bustamante, María José Rivera Oyarce, Esperanza Díaz Monterrey, Davis Fernández, Milko Urqueta, Juan Malebrán, Jaime Moya, Andrés Herrera, Markos Quisbert, Víctor Munita, Jonathan Guillén, Jaime Cortés, Agustina, Víctor Quezada, Juan Santander Leal, Vicente Rivera, Carla Iriarte, Odette Lemún.
A ellos hay que sumar a Raúl Belmar, Danilo Pedamonte, Daniela Araya y Ehurodice Rivera, que asistieron al evento pero no aparecen en la antología. Si he olvidado algún nombre, ruego me disculpen, ya que, con el tiempo transcurrido, más los cambios de ciudad y mudanzas, buena parte de los registros se han extraviado.
Veinte años después, me atrevo a decir que el «Primer Encuentro de Poetas Jóvenes del Norte, Copiapó 2004» marcó un hito referencial en los poetas que viven y desarrollan su oficio en la macro zona norte del país, pues, queríamos hacerles sentir como en casa, no solo bienvenidos sino además celebrados, que fueran el centro del evento y sintieran lo importante que eran para nosotros como continuadores de una tradición literaria robusta, original y diversa. Creo no equivocarme si afirmo que logramos ese objetivo, aunque no hayamos tenido la delicadeza de coronarlos con laureles a la usanza del momento, que sí lo merecían, todas y todos.
En la actualidad, muchos de aquellos participantes del evento de 2004 nos hemos trasladado a otras ciudades, regiones o países. En mi caso, además he optado por el apellido materno para firmar mis libros. Quizás estamos lejos desde una perspectiva geográfica, pero el norte no es un lugar sino un tono, un modo de enfrentar la vida, y en esa actitud la poesía permanece y se expande, como un desierto poderosamente fértil.
La Calera, 21 de octubre 2024.-
[1] Aún no existía la región de Arica y Parinacota.
* * *
El poeta y profesor Eduardo Aramburú García da por inaugurado el encuentro.
Asistentes a la inauguración del encuentro.
Los poetas Raúl Belmar y Jaime Moya (QEPD)
Los poetas Danilo Pedamonte, Miguel Morales y Juan Malebrán
Poetas Miguel Morales y Eduardo Díaz
Lectura de la poeta María José Rivera
Durante un descanso en los patios de la Universidad de Atacama
Juan Santander, Víctor Quezada y otros.
Los poetas en un almuerzo de camaradería.
Entre ellos, el entonces
recién galardonado Premio Pablo Neruda de Poesía Joven 2004, Víctor Hugo Díaz.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com A 20 AÑOS DEL ENCUENTRO DE POETAS JÓVENES DEL NORTE
ATACAMA POESÍA 2004
Por Osvaldo Godoi