CAFICHE DE LA MUERTE
Como carne de cóndores hirvientes
o de tordos quemados como cresta
del rojo al negro se cambió la fiesta
y en silencio se fueron los clientes
Se nos vació no más todo el prostíbulo
se vaciaron las camas y los bares
y todas las que estábamos de a pares
sollozamos de a una en el vestíbulo
Por el pasillo viene la señora
siempre tan maternal siempre a la hora
con su taza de té y un trago fuerte
Para qué te moriste desgraciado
Mira mi pobre cuarto desolado
tipo traidor: cafiche de la muerte
LA MUERTE TIENE UN DIENTE DE ORO
La muerte no tiene dientes: se ríe con la encía pelada.
Y cuando muere un rico, la muerte tiene un diente de oro.
Y cuando muere un pobre, no tiene ningún diente
o le crece un diente picado. ¿Cachái ganso?
La muerte tiene la boca
llena de muelas tristes, de colmillos cariados,
llena de jugo gástrico en lugar de saliva.
Yo tuteo a la muerte.
“Hola, Flaca, le digo. ¿Cómo estái?”
Porque todavía soy un diente de leche.
A LA UNA MI FORTUNA
Estuve toda la noche parado frente a tu puerta
esperando que salieran tus sueños
A la una salió una galería de espejos
a las dos salió una alcoba llena de agua
a las tres salió un hotel en llamas
a las cuatro salimos tú y yo haciendo el amor
a las cinco salió un hombre con una pistola
a las seis se oyó un disparo y despertaste
A las siete saliste apurada de tu casa
a las ocho nos encontramos en el Hotel Valdivia
a las nueve nos multiplicamos en los espejos
a las diez nos tendimos en la cama de agua
a las once hicimos el amor hasta el exterminio
Ahora son las doce del día
y tengo entre mis brazos
al cuerpo de todos mis delitos
NACIMIENTO DEL FANTASMA
Entré en la sala de baño
cubierto con la sábana de arriba
Dibujé tu nombre en el espejo
brumoso por el vapor de la ducha
Salí de la sala de baño
y miré nuestra cama vacía
Entonces sopló un viento terrible
y se volaron las líneas de mis manos
las manos de mi cuerpo
y mi cuerpo entero aún tibio de ti
Ahora soy la sábana ambulante
el fantasma recién nacido
que te busca de dormitorio en dormitorio
A UNA LAVANDERA DE SANTIAGO
Mi prima que vivía de su artesa
se me murió de muerte repentina:
le partieron de un golpe la cabeza
con la culata de una carabina
Desde el abismo de su cráneo abierto
suben gritos y cantos fraternales:
entran en cada vivo en cada muerto
y enmudecen las músicas marciales
La ropa sucia no se lava en casa
cuando la manchan sangres tan enormes
que van de lavatorio en lavatorio
Un regimiento de manchados pasa:
y no podrá limpiar sus uniformes
ni el mismo purgador del Purgatorio
¿POR QUÉ ESCRIBE USTED?
Porque el fantasma porque ayer porque hoy
porque mañana porque sí porque no
Porque el principio porque la bestia porque el fin
porque la bomba porque el medio porque el jardín
Porque góngora porque la tierra porque el sol
porque san juan porque la luna porque rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel
porque la carne porque la tinta porque la piel
Porque la noche porque me odio porque la luz
porque el infierno porque el cielo porque tú
Porque casi porque nada porque la sed
porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás
UNA NOCHE EN EL CAFÉ BERLIOZ
Yo he visto su cara en otra parte le dije
cuando entró en el Café Berlioz
Soy de otra dimensión contestó sonriendo
y avanzó hacia el fondo del salón
Ella finge escribir en su mesa de mármol
pero me observa de reojo
Desde mi mesa veo su cuello desnudo
Como un aerolito cruzó mi mente
el rostro de Muriel mi amante muerta
Usted es zurda le dije acercándome
Hacemos la pareja perfecta
Tomé su lápiz y escribí “te amo”
con mi mano derecha en la servilleta
Rey del lugar común respondió sin mirarme
mientras le echaba azúcar al té
Me ha clavado una estaca en el corazón
Me ha lanzado una bala de plata
Me ha ahorcado con una trenza de ajo
Volví confundido a mi mesa
con la cola de diablo entre las piernas
En este punto las sombras de los clientes
pagaron y se fueron del Café Berlioz
Váyanse espíritus les dije furioso
agitando mi paraguas chamuscado
¿Hay alguna Muriel aquí?
gritó la mesera desde el umbral
Cuando ella caminó hacia la puerta
vi que tenía una cruz en la mano
Por favor tráiganme la cuenta
que ya está por salir el sol
La lluvia penetra por los agujeros de mi memoria
Muriel Muriel
¿por qué me has abandonado?
EN LA PLAYA NUDISTA DEL INCONSCIENTE
Un hombre está tendido en la playa nudista del inconsciente
a esa hora de la noche en que salen dos soles
La parte mujer del hombre corre graciosamente hacia el agua
La parte hombre camina en dirección a la orilla
En la playa nudista del inconsciente
las dos partes se bañan tomadas de la mano
El sol negro se alza en el horizonte
El sol blanco se pone al rojo vivo
La mujer y el hombre hacen el amor hasta el vértigo
Sus cuerpos luchan en la arena fosforescente
Y el firmamento se llena de aerolitos
que se desplazan a la velocidad de la luz
HUESO
Curiosa es la persistencia del hueso
su obstinación en luchar contra el polvo
su resistencia a convertirse en ceniza
La carne es pusilánime
Recurre al bisturí a ungüentos y a otras máscaras
que tan sólo maquillan el rostro de la muerte
Tarde o temprano será polvo la carne
castillo de cenizas barridas por el viento
Un día la picota que excava la tierra
choca con algo duro: no es roca ni diamante
es una tibia un fémur unas cuantas costillas
una mandíbula que alguna vez habló
y ahora vuelve a hablar
Todos los huesos hablan penan acusan
alzan torres contra el olvido
trincheras de blancura que brillan en la noche
El hueso es un héroe de la resistencia
LOS FANTASMAS DE LISBOA
Dónde estará el pasado que tuvimos
el pasado que tuve entre tus brazos
En la calle resuenan nuestros pasos
pero no estamos: nos desvanecimos
Dónde estarán los besos que nos dimos
la tristeza tan dulce de los fados
tus promesas tus llantos mis enfados
nuestros cuerpos que un día compartimos
Asustados los nuevos ocupantes
de nuestro cuarto en el hotel escuchan
la risa de personas que se duchan
Como los personajes de Pessoa
somos almas sin cuerpo: dos amantes
que penan en las noches de Lisboa
TORRES GEMELAS
Estrellaste tu avión contra mi torre
y yo mi avión contra la tuya
Eso fuimos los dos:
torres gemelas que se desplomaron
torres en llamas que se hicieron escombros
Y ni siquiera habrá un monumento
a la memoria de nuestro amor:
solamente un terreno baldío
y una nube de polvo
SASTRERÍA
Me he probado la muerte como un traje
que por ahora me queda grande
Y tengo mucho miedo
de que mi cuerpo empiece a crecer
hasta alcanzar el tamaño de mi muerte
y que de pronto la ropa me quede bien:
los zapatos holgados
la camisa impecable
el traje a la medida
DESPUÉS DEL INCENDIO
Tengo que recoger mis escombros
darles la forma humana que tenían
y seguir adelante
Que no haya brasas en los ojos
ni nubes de humo negro en el alma
Algunas cicatrices
por aquí y por allá son aceptables
Lo demás es echarse el dolor a la espalda
limpiarse las cenizas
y continuar andando
PARÁBOLA DEL TRIÁNGULO
Había una vez
dos ángulos inferiores
que planeaban eliminar
al ángulo superior
Olvidaron sin embargo
un principio elemental
Ningún triángulo puede
existir con dos ángulos
Perpetrado el crimen
y como era de esperar
el triángulo completo
desapareció del mapa
Y con él los victimarios
En el diseño del universo
nadie está libre de cavarse
su propia tumba
CAJONES
Se abrieron todos los cajones
de los muebles que había en la casa
Saltaron por el aire
las cosas que estaban adentro
como si una caterva
de demonios enloquecidos
buscaran algo en su interior
Yacían las cosas desparramadas por el suelo
crujían los cajones vacíos
Ave María Purísima exclamé persignándome
Y una voz surgida de no sé dónde dijo:
sin pecado concebida
Y de nuevo saltaron las cosas por el aire
y regresaron al lugar de donde habían salido
Todo volvió a la normalidad
Excepto ese cajón que aún permanece abierto
y que parece una boca de lobo
LA MEMORIA DE LOS ESPEJOS
En este espejo que cuelga
en el baño de mi dormitorio
ella se peinó una noche
y después se fue para siempre
Ahora me pregunto si su imagen
no habrá quedado presa en el espejo
como la joven que se peina
en el cuadro de Renoir
Día a día la busco
por los rincones del azogue
pero lo único que encuentro
es el reflejo de la cama vacía
De esa noche sólo me quedan
dos cabellos suyos
enredados en mi cepillo
y la triste certeza
de que los espejos no tienen memoria