Así suenan los fantásticos fuegos artificiales de año nuevo en la
bahía de Valparaíso, espectáculo que cientos de chilenos y turistas
admiran y disfrutan desde la playa.
Con toda esa vistosa parafernalia llega el año 2025.
Con sus ojos azul pardo de Greta Garbo, la sueca Anna Ersdotter ve
el asombroso entretenimiento frente al mar con un grupo de
bulliciosos y alegres amigos. Es la presidente del centro Sueco-
Chileno de cultura de Valparaíso, Svensk-Chilenska KulturCentrum.
Anna había llegado a Chile por esos caminos misteriosos que tiene
el destino: un gran amor.
Estaba junto a su hermana Petra que vino desde Suecia a pasar las
fiestas de fin de año con su hermana.
Anna y Petra continuaron la alborozada fiesta hasta el amanecer en
un caserón con amplio patio iluminado con lucecitas de colores.
Anna y Petra bailaron boogie-woogie, alegres y divertidas, tal como
cada fiesta de año nuevo lo hacían de niñas en su casa, en su natal
Höor, un pequeño y adorable pueblo donde reside el pintoresco
espíritu y color sueco.
My boogie woogie, boogie woogie, boogie woogie country girl Rock 'n' rollin' is her need
Los amigos las animan con las palmas. Las dos suecas coreografían
ritmos rápidos, enérgicos y vibrantes. Vuelan sus rojos vestidos
elegantes con brillantes de lentejuelas. Ríen hasta el amanecer.
Pero, en la noche del 1 de enero, Anna Ersdotter apareció muerta
en un roquerío de la playa Las Torpederas de Valparaíso.
El primero en llegar al lugar del crimen fue el detective privado
EMeBé, vestido con la sofisticada moderación de la masculinidad
sueca, un vestón azulino de lino y corte recto.
El agua del mar bañaba los blancos pies descalzos de Anna.
Resaltaban sus uñas lacadas de rojo con esmalte Vogue que
costaba varios dólares.
—Qué en paz descanse.
Miró el cadáver de Anna con detenimiento.
—No hay nada más revelador que un crimen.
Pronto llegó la BRICE, la Brigada del Crimen de la Policía de
Investigaciones, la PDI. Procedieron a rodear el lugar con huinchas
amarillas de barricada que decían. “No pasar. Lugar del crimen.”.
—Es un asesinato ritual, les dijo de inmediato EMeBé.
—¿Por qué lo dices? preguntó un inspector de la PDI.
—Fíjate en el símbolo que le dibujaron en su espalda.
—Parece una serpiente.
—Es el símbolo rúnico de Loki, el dios del engaño de la mitología
nórdica. Traicionero y hábil para deslizarse entre las sombras. Es la
terrible sociedad secreta de Loki.
El de la PDI revisó el cuerpo y notó que le faltaba parte de un brazo.
Se lo habían cortado como una rodaja.
—¡Dios Mío!, exclamó EmeBé.
—¿Qué?
—Son caníbales, comen a sus víctimas.
—¿Sacaron una lonja del brazo para freírlo?
—Sí, ritual de Secta Loki.
La PDI tomó fotos y rastreó toda la playa Las Torpederas.
Los funcionarios de la morgue levantaron el cadáver. Se la llevaron
en una camioneta blanca hasta la morgue del Hospital Van Buren
en la subida del cerro El Litre.
Al otro día, el 2 de enero, Petra llegó al Servicio Médico Legal a
reconocer el cadáver de su hermana Anna, acompañada de EMeBé.
Toda la alegría de la noche de año nuevo se había transformado en
profundo pesar por su amada hermana asesinada.
—¿Por qué mataron a mi hermana Anna?, se preguntó Petra entre
sollozos desconsolados.
Le cerró los ojos azules a su hermana Anna. Le puso unas monedas
suecas en los ojos.
—Te dará fuerza para seguir adelante, le dijo.
De pronto suena el teléfono de Petra.
—Petra, no contestes el teléfono, le dijo EMeBé.
—¿Por qué no?
—La sociedad secreta de Loki es una poderosa fuerza racista que
ejercen el control mundial a través de los dispositivos digitales.
—¿Secta Loki?
—Son una constelación que manipula tu identidad digitalmente.
Luego ejercen control de tus sueños y tu percepción extrasensorial.
Acechan en los sueños. Te inventan pesadillas negras. Así pierdes
consciencia emocional.
—¿Consciencia emocional?
—Con programas maliciosos o malware manipulan fácil a los ultra
conectados.
—Mi hermana Anna era nomofóbica, dijo Petra, siempre tenía el
teléfono móvil a mano para estar conectada, era su obsesión.
—La Secta Loki ya ha matado a tres.
—¿Por qué?
—Creo que no tienen un plan. Simplemente odian y matan a los
mestizos.
Entonces el detective EMeBé blasfemó en sueco:
—¡Förbannad jävel!
Rápidamente la alteración emocional se desplazó al corazón de la
colonia sueca de Valparaíso. Cundió el miedo, pero también creció
la indignación.
En el cerro Concepción de Valparaíso se erige la hermosa Iglesia
Luterana de La Santa Cruz, coronada con una torre y un
campanario. Al día siguiente, el día 3 de enero, se realiza allí un
responso por la bendita alma de la querida Anna Ersdotter.
Por la tarde, la iglesia se comienza a llenar de jóvenes de la colonia
chilena sueca. Estaban sacudidos por la aprensión, pero no eran
indolentes.
El detective EMeBé vigilaba desde el segundo piso de la iglesia
luterana.
A las 8 en punto comenzó a sonar la estremecedora música barroca
del grandioso órgano de la iglesia luterana, un instrumento de
1884.
En ese preciso momento entró a la iglesia el embajador de Suecia
en Chile, Göstaff Johansson, acompañado de su bella esposa
peruana, Rosita Pachacútec.
EMeBé se estremeció:
—El embajador corre peligro. Es la carnada perfecta para el asesino
serial y racista.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Asesino de Olof Palme 2
Embajador sueco en peligro en Valparaíso.
Por
Omar Pérez-Santiago
Publicado en Revista Off The Record, enero 2025