Karix es la hermana del presidente de la Argentina Penumbral.
Ha trascendido que es además la Jefa del “Círculo Encantado” que gobierna el país.
Ella se rebautizó como Karix, (se llama Karina), por las influencias de los druidas o magos celtas, como Panoramix.
Karix camina por el parque de la Quinta de Olivos.
Ve un árbol que lleva el nombre de “Evita”.
En 1952, Evita Perón, la primera dama de la nación, muere de un doloroso cáncer de útero. Una vecina, en homenaje y duelo, plantó ese árbol en la Quinta de Olivos. Lo bautizó como “Evita”. La gente se sacaba el sombrero y rezaban cuando pasaban frente a él.
Karix lo miró. Detectó el graznido de un cuervo.
Sorprendida caminó hacia el árbol llamado Evita. Lo olió con su nariz puntiaguda. Vio que el árbol llamado Evita tenía un hueco en la base.
“No toques ese árbol”, pensó instintivamente. Le dio terror que la energía áurea la transmutase en Evita Perón, la abanderada de los peronistas.
En la base del árbol entre la paja seca había una muñeca de grano envuelta en pañales.
Karix tembló.
¡Oh!
La muñeca era un kern mapuche tejida a palillo con tallos de maíz, un vestido teñido con hojas de maqui, cruzada con un punzón o alfiler. Tradición de hechizo y conjuro de las machis que las enterraban en un Ku, bajo sus tótems de roble.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral. Karix se puso pálida como cáscara de huevo. Sintió la fuerza malévola que libera energías áureas sedientas de sangre.
Su primer instinto fue pisarla con sus botas de cuero, con rabia con odio.
Tuvo un vahído. Se volvió caminado y de pronto tropezó y cayó en una zanja.
—La puta que la parió.
Quedó llena de barro.
¡Oh!
Supo de inmediato que alguien le había hecho un gualicho, una peligrosa magia negra.
Cerró los ojos. Los abrió.
Los abrió y sintió que la culpable era la Ministra de Seguridad del gobierno de su hermano.
¡Linyera!
En Argentina parece que siempre asola una nueva tormenta. Se abriría la ventana de lo que se bautizaría como La Guerra Esotérica Argentina, la GEA. Hechizo contra Conjuro.
Furibunda entró a la casa de Quinta de Olivos.
El presidente de la Argentina estaba en calzoncillos y en penumbra, pues el presidente es fotofóbico, Estaba sentado frente a su computador enviando un nuevo twitter.
Karix le gritó a Javo:
—Siempre sospeché de esa cabrona montonera de la Columna Norte, asesina de la lucha armada. Su secta satánica y sus máscaras de animales. Sus famosas fiestas donde se empelotaba en orgías impías.
—¿Quién?
—Tu Ministra de Seguridad.
No se sabe si es el odio o quizá la envidia le daña el alma. Como boxeadora fatigada Karix alegó:
—Tu ministra de seguridad usa pavorosos trajes de guerrillera maoísta, uniformes Mao o chaquetas maoístas. Se viste igual que Xi Jinping.
Karix sabía que la ministra de seguridad había comentado una vez:
“Karix usa la psicocháchara”.
Eso alteró el estado mental de Karix. La tuvo entre ceja y ceja.
—Comunista traidora, viciosa que vive a cuerpo de rey mientras los argentinos de a pie pasan grandes penurias. Es una gazmoña, quintacolumnista que sibilina prepara su proyecto paralelo.
—Karix, calma, yo no quisiera desperdiciar el talento de la ministra, dijo Javo. Se rascó el trasero y se arregló su pijita.
—El único talento que tiene esa, es el talento de Judas.
Karix fue a su aposento.
Karix es perceptiva. Sabe dónde reside la fuente secreta de su poder. Nada existe en soledad. Se trata de modular las frecuencias básicas para la comunicación. En una era caótica y de algoritmo, se trata de hipnotizar chabones de lealtad fanática. Los alimenta con propaganda exaltada para que asolen, como una red de araña siniestra, a la ministra de seguridad en twitter.
—A la montonera yeta le voy a mandar mis hachas hambrientas de escrache en twitter.
Luego Karix prepara su contrahechizo, cuyo efecto principal será inhibir los efectos del hechizo de la ministra. Revisó libros de la historia del esoterismo en Argentina.
Agotada se acostó. Se durmió.
Un ruido la despertó.
Un hombre mayor con traje militar se le apareció de pronto.
—¿Vo' quien sos?
—Soy Perón, soy el teniente general Juan Domingo Perón. Yo dormía en esta habitación en una cama ortopédica cuando morí de un ataque cardiaco, en julio de 1974.
¡Qué macana! dijo Karix y se desmayó.
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dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com SECRETOS EN LA QUINTA DE OLIVOS IV
Camorra esotérica y la infiltrada montonera
Por Omar Pérez Santiago
Revista Off The Record, 1 de abril 2024