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La poesía de Michael Strunge arde azul

Omar Pérez Santiago
Copenhague, junio 2015

 

 



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Camino desde el centro de Copenhagen por la avenida Andersen hasta el cementerio Assistans, en el barrio Nørrebro. Son varias cuadras de calles casi deshabitadas, aunque numerosas bicicletas pasan por mi lado.

A la entrada del cementerio, donde todo está correcto, (el césped, las flores, los arboles), hay un letrero que indica la ubicación de las tumbas de sus muertos más famosos, como el escritor Hans Christian Andersen, el filósofo existencialista Soren Kiergegaard y el poeta Michael Strunge.

He estado errando un poco entre los tilos verdes de la alameda, las tumbas del cementerio y algunas blancas chicas danesas que se han sacado las faldas para, tiradas en el césped verde, tomar el primer y débil sol de verano de una mañana de junio.

He estado errando para hallar el sepulcro de Michael Strunge. Finalmente, le pregunto a una joven jardinera de rostro pálido. Ella se saca los guantes, deja la herramienta con que afeitaba una planta y me lleva con todo entusiasmo frente a la tumba del poeta danés, Michael Strunge.

-Aquí está, me dice.
-Gracias, le respondo.

La jardinera me ha llevado donde yo quería.

Aquí está efectivamente la lápida de Strunge.

Son dos piedras pequeñas. Sobre una de ellas se inscribe con letras de metal:, Væbnet Med Vinger (Armado con alas). Y abajo: Michael Strunge (10.6.1956- 9.3.1986). Hay numerosas lapiceras dejadas en su tumba por sus admiradores. Aquí entre las flores le dejaré yo al muerto uno de mis libros, el libro “Allende, el retorno”.



Durante los años 80 erré mi exilio en esta región fría. El frío y la oscuridad. Los calendarios de los antiguos nórdicos eran nocturnos: contaban el tiempo por noches.

Eran los años 80 y ya en los años 80 la literatura coloquial y social cedió lugar a una literatura más privada, lírica y dramática. Aquí en Copenhague, se decía, bullía, nacía una nueva onda poética.

Su líder se llamaba Michael Strunge.

El joven Michael Strunge, que ahora está aquí bajo tierra, era entonces un poeta profético, al estilo de Whitman, Blake y Rimbaud. Daba que hablar y su poesía contagió el ambiente, junto a los poetas Pia Tafdrup, Søren Ulrik Thomsen, Bo Green Jensen, F.P. Jac y Jens Fink Jensen.

Una vez Michael Strunge leyó sus poemas en una galería de arte de Malmö y produjo el efecto eléctrico, acurrucado en algo tenue, que quizá era tristeza. Quizá. Su poesía hermética, fragmentaria, era de una notable tensión erótico místico o religioso. Un romanticismo postmoderno. Michael Strunge se convirtió en un mito escandinavo, y se traducía en Estocolmo y también en Malmö por nuestro amigo, Clemens Altgård, de La Pandilla de Malmö. Fue entonces cuando yo también comencé a traducirlo al castellano.

Sagrada, sagradamente

Nuestra divinidad es el amor
ahora y siempre, encerrado en nosotros.
El rito es juego de cuerpos
bajo la suave frazada de la noche
o simplemente la tranquilidad
de las miradas en la mesa
cuando tú dibujas y yo escribo
o el acuerdo en comprar una botella de vino
a bajo precio.

Somos paganos a veces
me transformo en un ángel exigente
y tú dejas que se agite tu diablo interior.

Nuestra divinidad es el amor…
Sagrada, sagradamente nos bañamos juntos
y nos turnamos el agua caliente,
y sólo con señales, libres de palabras
nos turnamos el cigarrillo
Sagrada, sagradamente esperamos el bus
y damos una vuelta bajo tierra
en la noche con tres grados de frío
y cuando dormimos pegados cubiertos
sólo con la oscuridad y nuestros cuerpos tibios
Sagrada, sagradamente viajamos en bus
y te sientas con tu cabeza apoyada en mi hombro
y casi en sueños hablas sobre mañana
o cuando yo despierto
y me quedo una hora para sólo mirarte
y tu rostro es liviano como un ala
sagrada, sagradamente bajamos después de mediodía
a "nuestro" café a tomar "desayuno"
Sagradamente me llamas por teléfono
y el sonido es limpio como reloj
y tu voz vivaz como pájaro
sagrada, sagradamente cierras los ojos
y lanzas tu cabeza luminosa
hacia atrás para destruir la noche
mientras yo estoy sobre ti y en ti
y tiro de tu pelo
fuertemente como a ti te gusta,
sagrada, sagradamente.

Y nuestro rezo son palabras que nos decimos
en los momentos en que obviamos
ser modernos en este mundo.
Y nuestro rezo son los ojos que fijamos
con caricias para abrirnos paso, libres en el mundo.


Pero ahora Michael Strunge está aquí bajo tierra.

Después de errar por las tumbas del cementerio llegué finalmente al sepulcro de Michael Strunge y ahora noto algo nervioso que han pasado ya muchos años desde esos intensos años 80 de mi exilio frío;  años que ya no añoro, que ya no puedo ni debo añorar.

Michael Strunge en siete años escribió 11 libros y produjo una revolución poética nórdica, una nueva época de oro. El poeta como visionario, un neo romántico, inspirado en el modernismo de Rimbaud y Baudelaire, y la música rock, en su variante punk: Sex Pistols, Iggy Pop y David Bowie. Sueños y visiones y la angustia de perder los sueños y las visiones. Abrir la puerta de la noche. Strunge se movía entre la alegría de vivir, soñar un mundo mejor y la profunda depresión de un mundo frío, de negros lobos y negros demonios. Se le decía joven salvaje o poeta azul, fundador de la más nueva poesía danesa.

En 1978 Strunge debuta con su libro Livets Hastighed, Velocidad de la Vida, y ese año también es internado por primera vez en el siquiátrico. En 1981 escribe tres libros y por primera vez intenta suicidarse. Cinco años después es hospitalizado de nuevo. En una visita a casa, el domingo 9 de marzo de 1986, el poeta, a los 27 años, escribió su nombre en la puerta de su departamento del cuarto piso en la calle Webers en el barrio Østerbro de Copenhague, no lejos de aquí del cementerio Assistans y saltó por la ventana.  Así Michael Strunge entró al famoso club de los 27, las estrellas que mueren trágicamente a los 27 años.

Ahora Michael Strunge está aquí bajo tierra.

Y ahora siento que han pasado muchos años desde que erré mi exilio en estas regiones frías, de mi exilio que no añoro.

La poesía danesa sigue siendo una de las más vitales hoy en día y la influencia de Michael Strunge es central. Por ejemplo, en el poeta Yahya Hassan, un muchacho de origen árabe, que ahora es multimillonario, gracias a la venta de su primer libro de poesía.  Y las mujeres poetas como Asta Olivia Nordenhof yMaja Lee Langvad tienen una poesía dinamita, tienen temperamento e intensidad. Es la nueva poesía danesa, los poetas que hoy tienen menos de 30 años, los llamados Generación Ética. 

Michael Strunge está ahora bajo tierra, tal vez es arcilla.
El hombre terminó hace ya bastante tiempo.
Pero su poesía está muy viva y arde.



 



 

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