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Clemens Altgård, la Pandilla de Malmö, muerte y melancolía en el existencialismo nórdico
Por Omar Pérez Santiago
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Clemens Altgård es un poeta y traductor sueco, crítico de arte y literatura en los diarios Sysvenska Dagbladet y Skanska Dagbladet, nacido en 1959 en Laholm. Debutó como poeta en el año 1986 con el libro Pandemonium y ha publicado 6 poemarios más desde entonces. Fue uno de los líderes de un movimiento literario ya conocido como La Pandilla de Malmö, que en los años 80 del siglo pasado, removió los cimientos de la literatura de esa región. Clemens recién acaba de sacar un nuevo libro, Odöd, No Muerto.
El movimiento literario de los años 80 en Suecia fue activo en una época que pasó mucho y todo parecía posible. En ese momento surgió La Pandilla de Malmö, algo bien inusitado. El surgimiento de la Pandilla de Malmö es una historia compleja, por supuesto, como ocurre con todos los fenómenos literarios. En contacto con algunos de los nuevos poetas daneses, como Michael Strunge y Søren Ulrik Thomsen, el nombre la Pandilla de Malmö se usó por primera vez en 1986.
Habían puntos de partida culturales comunes como el punk y un fuerte interés en los primeros modernistas como Baudelaire y Rimbaud. La transformación, el cambio de la conciencia y una fuerte inspiración la música del punk, Iggy Pop y David Bowie. El 9 de marzo de 1986, el danés Michael Strunge saltó por la ventana y de ese modo la muerte que había poetizado se convirtió en realidad. Así, a los 28-años de edad, Strunge finalmente fue un mito. Por siempre joven, como la poesía de Ziggy Stardust.
Desde el punto de vista estético, la Pandilla de Malmö descreyó de la poesía de los años 60 y 70, la poesía conversacional y social. Pero también de la poesía de los años 50, como la poesía de los suecos Lasse Söderberg (n. 1931) y Tomás Tranströmer (1931–2015 ). Mirado en perspectiva, La Pandilla de Malmö estaba más cerca del simbolismo, del surrealismo y del imagismo.
Era el mismo conflicto en los países nórdicos, como en Suecia y en Dinamarca, entre la nueva “generación punk” o la generación “posmoderna” contra la poesía realista de visión política, a menudo social, que surgió durante los años 60 y 70. Hubo excepciones en la poesía del 70 en Suecia, como el Grupo Vesubio, y su principal representante Bruno K. Öijer, (1951) y su aclamado anarquismo, el legado de Rimbaud y la poesía beatnik. Hubo polémicas, ciertos desacuerdos sobre la poesía modernista clásica, principalmente el rol de la celebrada metáfora como agente efectivo. Había admiración por los simbolistas y surrealistas, sí. Imaginismo también, claro. Baudelaire era importante, inicialmente.
A pesar que Clemens Altgård tenía un título universitario, una licenciatura en la Universidad de Lund, la imagen de La Pandilla de Malmö era anti-académica. Poetas de la calle, absolutamente. El nombre de Pandilla de Malmö fue también provocativo y trajo asociaciones con la criminalidad. Del mismo modo que el hiphop juega con esas asociaciones. Por otra parte, hay un hilo que va del Dadá al Punk, de Marcel Duchamp a los Sex Pistols, tal como lo estudia Greil Marcus en su libro Rastros de Carmín, Las historias secretas del siglo xx, un libro muy inteligente sobre las corrientes alternativas, dadaísmo, popart, punk, como movimientos sociales que subvierten códigos y que repiten ciertos temas a través de la historia.
Había un espíritu regionalista también, de autonomía, y de resentimiento anti Estocolmo, la capital de Suecia. Los periodistas de Estocolmo, o ciertas mafias culturales, miraban despectivamente a Malmö como si estuviera en África.
Clemens Altgard y la Pandilla de Malmö estaban en contra del centralismo de Estocolmo y querían empezar desde su entorno, su propia ciudad, su región. Celebración de la periferia regional y geográfica. En cierto sentido, es verdad que la innovación poética a menudo proviene de la periferia, de los cantos.
Gran parte del estilo de “poetas callejeros” creó cierta alquimia también entre los inmigrantes y los refugiados de América Latina. Varios artistas latinoamericanos llegaron a Malmö desde las dictadura del cono sur, jóvenes latinoamericanos que venían de una gran derrota, como si les hubiese caído la bomba de hidrógeno. Por ejemplo, el poeta de antofagasta Rubén Aguilera (1949) venía de sobrevivir dos años en un campo de concentración. Hubo un sentimiento común, sentir que estaban en el mismo barco, que también venían de la calle, tal vez no de una calle principal, pero sí de un callejón oscuro y trágico. Además, había algo dadaísta o de los situacionistas en leer textos en diferentes idiomas, tal como lo habían hecho los dadaístas originales, y sonaba vanguardista o cautivador. O el artista uruguayo, de una obra muy punk, Carlos Capelán, y su performance de quema de libros en el Konsthallen de Malmö, durante la presentación de una película que produjo el fotógrafo peruano Ricardo Arroyo sobre Jorge Luis Borges, La Novia de Borges. O las ilustraciones en revistas, dibujos muy de manchas, muy punk, del artista uruguayo, José Luis Liard. El arte los había unido en una especie de comunidad. Todos eran “extraños” en la cultura sueca, había un cierto “salvajismo” que no era realmente bien visto en el luterano clima literario sueco, de color protestante.
No Muerto. Clemens Altgård y sus turbadores poemas existenciales
— ¿Quién eres?
— La Muerte.
— ¿Y a qué has venido?
— Hace tiempo que camino a tu lado. ¿Estás preparado?
— El espíritu es fuerte pero la carne es débil.
La Muerte levanta su capa y está a punto de tapar el cuerpo del hidalgo Antonius Brock.
— Espera un momento. Juguemos una partida de ajedrez.
— Soy un gran jugador, le dice La Muerte.
Antonius Brock escoge dos piezas de distinto color, y se las ofrece a La Muerte, una en cada mano y con los puños cerrados. La Muerte se queda con las piezas negras.
El séptimo sello (1957), de Ingmar Bergman
El existencialismo en imágenes del cineasta Ingmar Bergman -central en la cultura y las artes del sglo XX de los nórdicos- se vincula con el existencialismo del filósofo danés Sören Kierkegaard (1813–1855. La melancolía como referente fundamental de la existencia estética. La cofradía de los enterrados en vida. El más desdichado y el más melancólico. El mundo que envejece, aumenta la disolución y la ruina. El fin del mundo. La tristeza y la acidia.
Melancolía
Melancolía es también un film del danés Lars von Trier (nacido en Copenhague en 1956), una ficción apocalíptica de fatalismo y depresión, que comienza con una eminente y bella colisión en la que la tierra será absorbida por un planeta llamado Melancolía.
Son estos temas también presentes en los recientes poemas del sueco Clemens Altgård, poeta, crítico, dramaturgo y traductor.
Ingmar Bergman nació en Uppsala el año 1918. El filósofo existencialista Kierkegaard nació en la Plaza Nytorv de Copenhague, en 1813. El poeta Clemens Altgård nació no lejos de allí, en Laholm, en Escania, en 1959. Y ha vivido casi toda su vida en Malmô. Clemens Altgård, creador de la mítica y juvenil Pandilla de Malmö, ha publicado ahora, después de 20 años, un nuevo libro de poemas, titulado Odöd. No-muerto.
Su universo es caduco y sinrazón. La llovizna -cita a Tarkovski-, y su forma es negar la relación con lo real o relacionarse con él de manera estética, sin sucumbir ante el señuelo de los ideales. ¿Culpable? ¿No Culpable: el No-yo, lo sensible. La ironía corrosiva en oposición del orden, de la sistematización de la existencia. El corazón del spleen y lo fragmentario como un modo de contar.
Clemens Altgård escribe sobre la desilusión de la vida cotidiana, y la conformidad de la misma. No está muerto, pero tal vez no del todo vivo. Entre los papeles, la lluvia, las deudas, y la sinrazón, esos pequeños pasajes de los que se compone la vida y que no tienen valor o no vale la pena vivir.
Una conversación:
Una habitación, una mesa.
y un par de sillas, dos
personas, tal vez un florero,
bastan como instrucciones escénicas.
No es la muerte suave y la vida dura …
Especulamos
como si fuera el mercado de valores.
Y cada fe es una auto negación
(Tal como dijo Nietzsche en el Anticristo)
Bueno, entonces quizá sea hora de
encolar los modelos de construcción.
Con un par de alas en la mano izquierda
y en el firme puño derecho
algo que más parece una tortuga
metido uno en líos, por así decirlo.
Los papeles en el cajón del escritorio
no se quejan, y los problemas
se ven bien como gráficos de barras
mientras el día persigue la próxima mañana.
Es lo más parecido a un film animado
titilando en el interior del cerebro
donde las hojas de los viejos dioses de los meses
caen,en la grava, dando tumbos
con las descoloridas ninfas del calendario.
Sombras se apresuran sobre el papel
partículas de polvo caen
de tus pestañas,
filtradas a través de la luz, en mis palabras.
Tal vez la muerte sigue siendo suave a pesar de todo,
entre fragmentos y otros desechos.
Descomposición:
¿Quién te oye respirar
cuando la habitación se ensancha
alrededor de la medianoche?
Notas dispersas
En papeles y blocks:
Ametralladora como signo
de una época.
Pájaro carpintero como símbolo
De la irritación irracional.
Algunos pantanos, enebros y plazas
como punto de partida de
un drama con vagabundos.
Un escape a la soledad
y un regreso
como cuando uno sale de la tina
aproximadamente
y la suciedad se adhiere.
Entonces resulta así
(aproximadamente):
Ningún día está enraizado
y la víctima no huye
sino es atraída magnéticamente
hasta el punto donde el peligro es mayor.
Casi todos pueden ver la bola de fuego
casi todos pueden puede ver el ala cayendo.
Todos excepto aquel cuyo cráneo está amenazado.
Pero no se debe tomar
personalmente — la descomposición
que vive en lunes, martes
etcétera — siete años de mala suerte
se dice que significa.
Es casi hermosa
cuando se ve a distancia.
Sí, realmente von oben (desde arriba)
en forma de cristales de nieve contra
un espacio oscureciéndose
como un retrato de la poeta Karin Boye
con los ojos amarillos brillantes
y el cabello azul.
Bajo suave rocío
Finalizado el invierno más largo en años
la gente camina con paraguas.
Acaso no les gusten las gotitas de agua.
Acaso los paraguas
sólo son una protección
de una amenaza imaginaria,
como si los portadores desean
esconderse
de los contrasentidos de sus vidas
o de un ojo
espía.
A mí me da lo mismo,
agradecido de que otro día
se encienda, aunque débilmente.
La luz flota sobre la materia
así el día sea una aboveda
sobre flores secas,
cuadros de ajedrez, pisos de piedra
y techos de automóvil.
Así pronto las partículas de polvo
brillarán una vez más.
El verdadero resplandor blanco.
Es ciertamente solo lo que ciertos llaman
Arte y Poesía.
Parece como si el mismo aire
deseara ocultarse.
Paradojas de la vida:
Ojo de nube.
Ojo elástico.
Vigila en el alto cielo.
Tengo un día parecido de nuevo.
Gracias por otro día.
Brilla, débilmente.
La luz se cuela a través de la calefacción central.
Es tan popular hoy en día:
Flores secas,
cuadriculado, el nuevo negro.
Real representación blanca.
La hoja donde se escribe una poesía
que se imprime.
(Traducción del sueco: Omar Pérez Santiago)
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Omar Pérez Santiago: Escritor y traductor chileno, ha publicado los cuentos Nefilim en Alhué y otros relatos sobre la muerte, Memorias eróticas de un chileno en Suecia, las novelas Allende, el retorno, Negrito no me hagas mal, Malmö är litet (Suecia) y Trompas de Falopio (junto a Gabriel Caldés); también ha escrito guiones para películas, como La novia de Borges y Plikten. Ha publicado tres libros de traducciones: La Pandilla de Malmö, Tomas Tranströmer, introducción para inquietos y Michael Strunge, poemas de amor