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Teatro:
Entrevista a Omar Pérez Santiago por su obra “Te Rogamus. Papa Fracisco, escúchanos”


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El 16 de enero, mismo día en que el Papa Francisco llegará a Chile, se entrena la obra “Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos” del escritor Omar Pérez SantiagoDetrás de esta dimensión cultural de la visita del Papa está la compañía de teatro Perro Viejo, bajo la dirección de Claudio Orellana, en el teatro del Centro Cultural de San Joaquín.

El Apóstol Santiago, como superhéroe pop aparece en Isla Negra, y camina sobre el agua. Viene desde el olimpo a aclarar ciertas cosas conspirativas de su pasado en América Latina. Y allí se interpela al Papa Pop Francisco, un latinoamericano que enfrenta la realidad desde la periferia.

Omar Pérez Santiago es escritor chileno, nacido en 1953. Es traductor y autor de libros de narrativa de imaginación o literatura fantástica donde aparecen espectros y fantasmas de personajes históricos como en la novela Allende, el retorno y en Nefilim en Alhúe. Amante también de las historietas, hace unas décadas fue uno de los creadores del parque del comic en San Miguel, donde está Condorito, Pepe Antártico, Mampato y Ogú. Hablamos con él sobre la obra de teatro próxima al estreno, Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos y la visita del Papa Francisco a La Araucanía. 


¿De qué trata la obra "Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos"?
El Apóstol Santiago, el hermano de Jesús, se aparece en unas rocas de Isla Negra. Aparece tal como surgen los superhéroes pop de Stan Lee o de Marvel. El apóstol camina sobre las aguas tal como le enseñó Jesús, como un real superhéroe, un poco más allá de donde se encuentra la tumba del poeta Pablo Neruda. Se le aparece a un amargo escritor de apellido Santiago. Es el Apóstol más barbudo que el escritor en su delirio jamás haya visto.

Ese escritor se apellida como tú, Santiago, ¿Es tu alter ego?
Puede ser yo. Aunque, un escritor derrotado es un tópico sobre el destino o es el peligro potencial o es el barranco recurrente de muchos escritores. El destino les oficia diversos caminos a los escritores. A algunos les da honra y fortuna, a otros, la mayoría, su parte de dolores. Este escritor lo ha pasado canutas y siente profundo e instintivo disgusto con lo que le tocó vivir. El escritor fracasado sabe que el lenguaje es intrínsecamente difícil para transmitir la riqueza o la confusión del mundo y del alma humana. Lanza un mensaje en una botella a un mar y no sabe dónde llegará y a quién si acaso llega.

¿Este personaje es un tópico o modelo del fracaso?
Sí. O bien, es el escritor que de tanto escribir lamentos y de aumentar el pesimismo de sus personajes, ha minusvalorado su propia felicidad. Es muy parecido al escritor fracasado, que describía el escritor argentino Roberto Arlt: lo que le espera al escritor fracasado como todo premio es un sepulcro profundo y una nada infinita.

Súmele sus pecados y su insolvencia moral que lo llevan a una crisis y a un desdoblamiento. Mientras el escritor está derrotado una noche en Isla Negra, frente al Océano Pacífico, cerca de la tumba de Neruda, aparece entonces el Apóstol Santiago. Es una especie de superhéroe pop que le gusta caminar sobre el agua, que dice ser su hermano, pero que más parece ser su sombra, su otro yo, su socias o su doppelgänger.

¿Es el apostol Santiago, el hermano de Jesús?
O es su Preexistente, el Apóstol más barbudo que jamás haya visto, vestido austero con atuendos grises. Un superhéroe low fashion.

¿Se hablan de Santiago a Santiago?
De Santiago a Santiago. Insinúa el Apóstol Santiago, con ese humor melancólico que lo hace encantador, que trae las enseñanzas secretas que una noche en Jerusalén le enseñó Jesús, como transmisión del fuego. Dicen que esas enseñanzas secretas consisten en mostrarnos la tierra. En mostrarnos quienes somos. ¿A qué vendría si no el Apóstol y su cerrada barba a Isla Negra?

¿El viejo tema del otro?
Sí, o también llamado La Aparición del Preexistente, un antiguo y bello artificio de la literatura clásica. Está en Narciso y su Eco. En El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, o en el otro de Borges; el otro, su alter ego que se le parece y que se pone a silbar mientras Borges está sentado frente al río Charles.

Inicialmente, bajo una tendencia subyacente mística, la comparecencia del Apóstol Santiago frente al escritor derrotado parece ser el enfrentamiento entre dos formas de ver las cosas. Parecen muy distintos. Pero, al final, parecen uno. Eso sí, ambos son sinceros y son pesados y discutidores como borrachines. O sinceros y discutidores como si fuesen calvinistas.

Uno es taciturno, como cara de luna, el apóstol; huraño como gato de vieja, el otro, el escritor.

¿Son como dos hombres tristes que se baten a duelo?
Sí. Los duelistas hablan como dos hermanos al nivel de barra de bar, donde se expresa claramente la bobada, el exabrupto, lo insustancial; digamos: el insulto.

La aparición del Apóstol Santiago genera desconcierto y horror en el escritor fracasado y le responde enojado:

“En América, la imagen del Apóstol Santiago cumplió un rol nefasto.”
Esto no es, de ningún modo, blasfemo. Es la verdad histórica. El Apóstol Santiago fue llamado un Mataindios, según la versión de los codiciosos colonizadores españoles, buscadores de oro y plata.
Pero, sorprendentemente, ahora el apóstol Santiago de Isla Negra, saca su argumento más sólido:
“Nunca he estado antes en América Latina.”
Sostiene el apóstol que todo eso fue un invento de los colonizadores, que él nunca estuvo en América, ni menos a favor de la matanza de aztecas, mayas, incas o mapuches.
Sostiene Santiago que él es un representante del Jesús, cuyo ideal por todos conocidos es la paz, no la guerra.

Es decir, ¿De algún modo el apóstol Santiago también aparece en Isla Negra para reinvindicarse?
Exacto. Eso es lógico. No hay peor cosa que moleste más que tener mala imagen. A nadie le gusta ser la Yoko Ono, a quienes todos le echan la culpa de la separación de Los Beatles. El Apóstol Santiago de Isla Negra, o su espectro, sostiene que está chato de la historia mitificada de los españoles, donde aparece él como sanguinario.

Ese es el núcleo de la historia. Y es aquí donde entra el Papa Francisco.

¿En qué sentido?
Bueno… El Apóstol Santiago pudo haber llamado por teléfono móvil a Francisco. Je. Y le pudo decir, “mira, Francisco, que yo estoy apestado de ser Mataindios.” Pero, al parecer el apóstol quiere hacer milagros mediante la intermediación de un pecador o un derrotado poco manso, un escritor agrio. El Papa Francisco es central, aunque subyacente. Por una razón obvia. Francisco es el presente, es latinoamericano. Son asuntos conspiratativos que también se barajan silenciosamente dentro de la jerarquía eclesiástica, en las reuniones cardenalicias. O en la renovación de los cuadros de la iglesia a nivel mundial.
Francisco es una noticia hecha, tal como les gusta a los periodistas perezosos. Francisco está de moda. Francisco es Pop.
Es obvio que un papa latinoamericano, argentino, borgiano, nos entiende mejor a los latinoamericanos.
Tampoco es casualidad que Jorge Mario Bergoglio tomara el nombre de San Francisco de Asís. Cuando el padre Jorge Bergoglio iba a visitar una villa miseria en Buenos Aires, aprovechaba el trayecto en el Colectivo para leer la biografía de San Francisco de Asís de G. K. Chesterton.
¡Qué fácil se le hacía evadirse leyendo la biografía de San Francisco de Asís!
Según Chesterton, San Francisco de Asís fue un anticipo de todo lo que hay de más liberal y simpático en el temperamento moderno: el amor a la Naturaleza, el amor a los animales, el sentido de la compasión social y el de los peligros espirituales de la prosperidad y aun de la propiedad misma.

Ciudades coimeras y energúmenos conspirativos
El Papa Francisco sabe que Latinoamérica sufre hoy la peor pesadilla con la corrupción. “Ciudades coimeras”, ha dicho el Papa. La debilidad de las instituciones.
Las nuevas generaciones han visto mejorar sus condiciones materiales, sí.
Viven mejor, sí. Muchos millenials tienen proyectos propios, sí.
Pero en la sociedad hay una fisura, hay monopolios y hay resistencia al cambio. Hay demasiada desigualdad. No hay suficiente meritocracia. Demasiados apitutados e hijos de papá sin talento. También la libertad sufre con eso. Es triste que los jóvenes sufran por eso, se ponen malgenios, se arrugan como una pasa. Se encierran en su pieza. Es como comer por tiempo largo una seta envenenada que los convierte en enojones. Empiezan a echar humo. Es insano. Es difícil contenerlos, cuando les ofrecieron igualdad de trato. La discriminación a los mapuches es aún peor. Hay trolls, guardias y camarillas cancerberas de la cultura que impiden que surja algo luminoso. Es una real conspiración de energúmenos que tiran a matar al diferente. Sólo a los energúmenos les puede agradar este estado discriminatorio y tóxico.

¿Es lo que tu llamas El malestar cultural?
Sí, es una extendida insatisfacción cultural y perturbación emocional. Y el Papa Pop sabe que ese es un profundo problema de resonancia moral.

¿Cuál es la raíz de la insatisfacción cultural?
Existe un serio problema de crisis identitaria. No surge aún una forma adecuada de ser latinoamericano moderno, de ser libre e igual en América Latina. Y la desazón se vive sólo como un malestar cultural. Latinoamérica es un gran continente con modernos solos. La soledad de los modernos. Un baile de los solos. La soledad duele como el hambre, confunde como el fracaso. No nos hemos llegado a encontrar con nosotros mismos. Algo nos falta.

¿Qué es lo que nos falta?
Nos faltan cosas que no pueden ser aprendidas en manuales, como tener personalidad, tener amigos, tener poesía y tener encanto personal. Nos falta chispa, gracia, salsa. Nos falta humanidad, piedad, respeto, reconocernos en el otro.
Tenemos miedo, eso sí. Y el miedo es un desequilibrio nervioso.
Y esto tiene raíces en un pasado desgraciado, donde fuimos humillados, excluidos, marginalizados. Se trata de historias de la soledad de seres modernos pero desesperados en búsqueda de conexiones o raíces imaginarias. Y andamos a tumbos en una especie de catarsis en búsqueda del elixir contra la soledad. En fin, somos muy tristes, pues tenemos un vacío que tapar.

¿Se ha puesto de moda el Nacionalismo de nuevo?
Naaa. Nadie civilizado con corazón puede ser nacionalista hoy. Es más bien la tarea de una comunidad libre y democrática, que debe reconciliar hoy su doble pertenencia a espacios locales y globales, una realidad latinoamericana cambiada y que necesita adecuarse o adaptarse. La globalización no es homologación ni uniformación.
Por lo demás, lo ha dicho de modo simbólico el Papa Pop, que, sin duda, ha leído a Chesterton, a Borges, pero también al padre Castellani: Es la disputa de la esfera contra el poliedro: Francisco dice que la esfera nivela cada relieve y desaparece cada diferencia; el modelo en cambio es el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta la unidad en la variedad.
Francisco defiende la diversidad. Es la cultura del encuentro donde cada uno tiene su lugar.

¿Qué hay que hacer?
Primero, no ser un resignado. Pensar América Latina. Primero, internamente la comunidad debe acercarse, debe reconstituir sus lazos comunes. Deben romperse las trabas que impiden que la gente sienta que la meritocracia es un valor y que las instituciones sólidas estén a favor de la comunidad democrática y libre y no de grupos y castas de intereses privados. Los jóvenes no deberían ser héroes para desarrollarse plenamente. Deben tener libertad. Y, a la vez, no puede ser que haya un grupo pequeño que estafa a las mayorías, que compran políticos para sus intereses.

¿En qué sentido puede el Papa Francisco jugar un rol?
Todo hombre tiene un momento triunfal, su momento de mayor intensidad. También Francisco tendrá su momento triunfal.
Es lo que profetiza el Apóstol Santiago de Isla Negra.
Francisco Pop está hecho para la memoria. Y pedirá perdón por el mal uso de los símbolos religiosos. Francisco, o sus elementos o imaginarios religiosos, también pueden jugar un rol en consolidar la democracia, la reconstrucción de las comunidades democráticas y libres.

¿De qué modo?
El Papa viaja a La Araucanía, Temuco, el 17 de enero.
Francisco lentamente y cojeando por sus inevitables dolores de caderas, llegará a un estrado en el aeropuerto de Maquehue, donde celebrará misa. Maquehue significa lugar de maqui, un árbol pequeño que produce un fruto negro con el que se hace mermelada. Los mapuches la hacen fermentar y la convierten en una chicha sabrosa y dulce, que a veces llaman Muday. La comuna donde está Maquehue se llama Padre Las Casas.
Sí. Padre Bartolomé Las Casas, el protector de indios.

¿Tú crees que no es una simple coincidencia?
Claro que no, joven. Obvio que no. Es un acontecimiento misterioso.
Francisco sabe que no se trata sólo de vestirse con colores mapuches ni de tan sólo de saludar en mapudungún: “Mari mari peñi, mari mari lamngen.”
No se trata de ser políticamente correcto. Francisco dirá, o debe decir, algo más.
Francisco recordará o deberá recordar a Bartolomé de Las Casas, el defensor de los indios.
Si quiere aportar al “progreso de los pueblos” debe aplicar su humildad y deberá decir, a su modo, que la iglesia jugó un rol retardatario en América Latina.
Pues nada envenena más que un gran pecado inconfeso.
Los símbolos de confesión y de penitencia son importantes. El mismo Francisco ha dicho que de joven una simple confesión lo llevó al seminario para convertirse en cura.
Francisco ayudará así a mitigar el resentimiento histórico de los humillados. Ese sería un aporte para que el latinoamericano moderno encuentre su forma de ser.
Es importante desmontar el invento colonial del Apóstol Santiago de la guerra. A eso parece que vino el Apóstol Santiago de Isla Negra.

¿A desmontar al apóstol Santiago de la guerra?
Sí, bajar a Santiago del caballo, quitarle la espada. Pues hay fuerzas retardatarias que aman esa imagen de “Mataindios” y están ansiosas por empeorarlo todo. No es una hipérbole decir que, en lugar de comprensión, quieren guerra. Quieren la vuelta del apóstol armado de una espada arriba de un caballo blanco matando indios de nuevo. Usan la religión como fachada de la tiranía. Quieren sangre en la Araucanía. Las cosas sí pueden empeorar y a veces, en un clima de división y de proyección del odio, lo hacen rápidamente.

 

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 TE ROGAMUS, PAPA FRANCISCO, ESCÚCHANOS
Perro Viejo Cía presenta obra de Omar Pérez Santiago, con la dirección de Claudio Orellana


 

 

 

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