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OMAR PÉREZ SANTIAGO: “KARIN BOYE ES UNA POETA DE EXCELENCIA”

Escritor y traductor chileno, Omar Pérez Santiago, presenta y traduce poemas
de la gran poeta escandinava, Karin Boye.



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Domingo. 27 de abril de 1941. Es un cálido y soleado día de primavera en el bosque de Nolby. Las flores de tussilago o pie de caballo dan un brillo limonado a la hierba ondulante de la pradera. A las tres y media de la tarde el granjero Carl Gottfridsson aparece caminando. Se detuvo a mirar el lago Mjörn donde aún había hielo azulado. Fue entonces cuando vio una mujer apoyada en una roca, “de piel gris, en posición agachada, con la gorra sobre la cara y los brazos cruzados sobre el pecho, aparentemente dormida”. Tenía una botella de agua vichy a su lado.

¿Quién era ella, amigos?

Era Karin Boye, poeta mayor, una de las estrellas de la poesía mundial.

Karin Maria Boye había nacido el 26 de octubre de 1900 en Gotemburgo y era la mayor de tres hermanos. La ciudad de Gotemburgo era el más importante puerto industrial de Escandinavia, de 130 mil habitantes. Era niña, tenía nueve años, cuando Karin Boye con su familia se mudó a un piso a la capital de Suecia, Estocolmo. Luego de unos años compraron una casa en Huddinge, al sur de Estocolmo.

CARRERA LITERARIA

Era jovencita, tenía apenas 22 años, cuando la editorial Albert Bonniers publicó su primer libro de poesías, Nubes, un libro que tiene niervos, un espíritu intelectual, calidad artística y donde se nota la influencia budista. Karin Boye leyó al budista Rabindranath Tagore cuando ella tenía 18 años.

En 1913 había nacido una “placa tectónica poética”. Las Placas Poéticas son lenguajes poéticos originales. Esos lenguajes poéticos no nacen en una tabula rasa. Los lenguajes poéticos son capas tectónicas intercaladas, que conviven con otras placas, y a veces tienen grandes colisiones, y crean terremotos y temblores, y a veces una de ellas se monta sobra la otra. Siempre en juego, siempre intercomunicadas.

En 1913, digo, Rabindranath Tagore iba camino a una escuela. Pasó frente a la oficina de correos y allí le pasaron un telegrama. Había recibido el Premio Nobel de Literatura. El impacto de la noticia dio surgimiento a la “Placa Poética Tagore” que creó ondas telúricas en todo el mundo.

Tagore viajó por vez primera a Estocolmo en 1921. Fue recibido como un rey. Visitó la Universidad de Uppsala, donde Karin Boye estudiaba idiomas.

Por la bella ciudad de Uppsala pasa el río Fyris. Una vieja leyenda del medioevo de la Gesta Danorum escrita por Saxo Gramático dice que allí se sembró oro.

En la Universidad de Uppsala, puesta sobre una colina, Karin Boye estudió materias duras y trabajosas como el griego, idiomas nórdicos e historia literaria. Pero, la chica en todo aspiraba a ser la primera. Fue socialmente activa. Participó en la Asociación de Estudiantes Femeninas y en Clarté, una organización que promovía la paz y el socialismo y también en la revista estudiantil Ergo. Fue miembro de la Federación de Escritores de Suecia y se unió a la Sociedad literaria de los Nueve (Samfundet De Nio), la más joven de todas. Participó en debates sobre crítica literaria, derechos de las mujeres, condiciones de las autoras y colaboró ​​ en la revista Spektrum. Junto a Erik Mesterton tradujo La Tierra Baldía de T.S. Eliot. Fue crítica literaria durante los años 1936 a 1938. Fue maestra de pedagogía progresista en la escuela de Viggbyholms.

Pertenecía al campo radical. La Primera Guerra Mundial había destrozado la creencia en valores e ideales eternos, absolutos e inmutables. Los valores básicos de la cultura anterior ya no eran válidos, pero aún no se había construido una nueva cultura. La lucha cultural se libró entre las fuerzas culturalmente conservadoras que defendieron el viejo orden y las fuerzas radicales que sintieron la necesidad de crear un nuevo orden.


OBRAS
POEMARIOS




Libros de Karin Boye

· Moln, (Nubes), 1922.
· Gömda land, (Tierra Oculta), 1924
· Härdarna, (Los Hornos), 1927
· För trädets skull, (En el nombre de los árboles) 1935
· De sju dödssynderna, (Los siete pecados capitales), 1941

NOVELAS
Astarte, 1931
Merit vaknar, 1933
Kris, 1934
För lite, 1936
Kallocain, 1940


AMORES
En 1929 se casó con el escritor Leif Björk y el matrimonio duró casi dos años. Tuvo una relación breve con Victor Svanberg, un profesor de historia literaria.

Desde 1934 vivió con la judía alemana Margot Hanel. La homosexualidad estaba prohibida cuando se conocieron, pero el movimiento feminista les creó un espacio libre.


FINAL
En abril de 1941 viajó a Alingsås, un pueblecillo cerca de Gotemburgo.

Suecia es un país afortunado. Su población es pequeña y sus pueblos tienen casitas adorables rodeadas de bella y dulce naturaleza. Su amiga Anita Nathorst vivía en Alingsås y estaba enferma de cáncer de mama. Anita Nathorst era su amiga desde la universidad de Uppsala. Nathorst fue la primera mujer licenciada en teología en la historia de la iglesia. Karin Boye amaba a Nathorst y también escribió poemas para ella, pero ese amor fue no correspondido del mismo modo. Nathorst vivía con el doctor Iwan Bratt en Alingsås, uno de los psicoterapeutas más conocidos en Suecia.

El 23 de abril, Boye salió de la casa. Iwan Bratt informó de su desaparición después de solo una hora. Se puso en marcha un importante esfuerzo de rescate: la policía, los scouts, la Cruz Roja.. También fue buscada a través de la radio.

En la tarde del 28 de abril el granjero Carl Gottfridsson la encontró muerta en una colina a las afueras de Alingsås. Junto a ella había una botella de líquido para dormir –tal vez morfina- y una botella de agua Vychi, ambas vacías.


MUERTES
El entierro de Karin Boye tuvo lugar el 4 de mayo.
El ave rapaz de la muerte siguió volando en círculos.
Un mes después, el 30 de mayo de 1941, Margot Hanel, su compañera de años, abrió los grifos de gas en la cocina. En sus brazos tenía la colección de poesía de Karin, En el nombre de los árboles.
En agosto, Anita Nathorst falleció en el Hospital de Malmö de cáncer.


KARIN BOYE COMO SIMBOLO ANGELICAL
La fantasía mental de la época interpretó la muerte de Karen Boye como un problema psicológico personal, antes que efectos de la organización social. Su muerte en 1941, en plena segunda guerra mundial, fue considerada como un problema íntimo. Las fantasías mentales dominantes evadieron la responsabilidad social y política del statu quo en el trato a las mujeres. Esa Fantasía Mental o Imaginario Dominante no permitía asumir los problemas como una brecha de género o una brecha de poder. Había que permanecer tranquilos silenciosos ante las injusticias.

Eso es lo que hay que reparar.


LAS FANTASIAS MENTALES
Las fantasías mentales determinaron el rol que Karen Boye jugaría en mundo del arte: le otorgaron el rol de ángel sufrido. Le construyeron la imagen de una mujer angelical y candorosa. Esa imagen se propagó fácil, pues a mucha gente le gusta lo escabroso, eso parece que les mitiga sus almas cautivas.

En Chile los manipuladores hicieron lo mismo con la poeta Gabriela Mistral, la convirtieron en una recitadora de rondas infantiles, en una madre frustrada.

Se llaman Fantasías Mentales a los modos de expresión dominantes de una época (según el joven filósofo alemán, Markus Gabriel).

Esas fuerzas mentales actuaron sobre los símbolos de comprensión del arte, como una forma de manipularlo o encubrirlo. Esas fuerzas exógenas del mundo artístico buscaron determinar cuáles son las obras de arte y su sentido. Hoy eso se llama constructivismo posmoderno. El constructivismo estético posmoderno, un residuo del estructuralismo y del mecanicismo, son presunciones, eufemismos, disfraces de un campo del arte, elaborados para manipular y ejercer poder mental sobre los otros. Reducen el arte a la representación de la vida. Creen que el arte se cubre de prestigio porque puede ser explicado mediante circunstancias históricas. Ven el arte como algo subsidiario de la sociología o la historia.

Aburridos.

El austriaco Stefan Zweig afirmó que el constructivismo fanático de Kant perjudicó en extremo la expresión sensual, la euforia de la poesía, el libre curso de la imaginación, al quererlas llevar hacia un criticismo estético.


ABRO PARÉNTESIS:
(La fantasía mental de nuestra época elimina los placeres que tientan, la belleza que hechiza, lo erótico que excita. Eliminan a los círculos intelectuales que provocan, a las filosofías florecientes o al arte nuevo que captan la atención o cautivan la mente. Censuran a los pecadores pecaminosos y a los seres realmente humanos. Necesitan validar la ideología biempensante. Es un mundo de aburridos censores conformistas, consentidos y petulantes dueños de la actual “corrección política”. Es sabido, amigos, que el actual mundo cultural es un microsistema poblada de censores de lo políticamente correcto. Pequeños enfermos, una turba de ignorantes y envidiosos, obsesionados por la prelación y el rango, subsistiendo en comisiones de especialistas, comités editoriales, jurados de fondos concursables, etc, etc. Y como sabemos, ese mal cultural se propaga fácil porque hay una masa de gente joven, que sin leer un verso, va y les cree.

“La multitud es falsa.” — dijo el pensador danés, Søren Kierkegaard. La masa tiende a ser apática, haragana y descuidada. Como un hámster corren y corren en su ruedecita sin llegar a ningún sitio, y un día, oh sorpresa, despiertan y se encuentran a sí mismos vacíos.)

Cierre paréntesis.


KARIN BOYE POETA DE EXCELENCIA SUPERIOR
Las nuevas biografías han cambiado esa visión que se construyó inmediatamente después de su muerte. Las fotos de su primer libro ayudaron a verla como una monja.

Hay indicios que ella realmente no quería suicidarse. La dosis de insomnio no habría sido lo suficientemente fuerte. Ella no murió por las pastillas para dormir. Ella se congeló hasta la muerte.

Pongamos otro ejemplo de época:
En el hotel de un pequeño pueblo situado entre los cerros de los Pirineosen una humilde pensión llamada el Hotel Francia de Portbou, en septiembre de 1940, el filósofo Walter Benjamín tomó la decisión de suicidarse. Escribió una carta, se sacó sus gafas redondas y tomó pastillas de morfina. Su muerte reafirmó su desprecio al nazismo, esa mierda, una peste de la cual Benjamin huía forzado al exilio.

Vivían una de las épocas más oscura de la civilización, nazismo, en una palabra, totalitarismo. Una lucha directa con el demonio. Una época tan oscura como la actual crisis de la civilización por el Coronavirus.


NUEVA SUBJETIVIDAD FEMENINA: HARTA DE PONZOÑA
El filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein dijo en una ocasión:
«Lo que puede expresarse puede expresarse con claridad”.

Digamos con claridad lo esencial.

El asunto personal de Karin Boye no era solo una confusión personal. Al contrario, era un permanente desajuste con un entorno machista. El vigilantismo del patriarcado es una epistemología que no escucha la interioridad desatendida de las oprimidas.


VIDAS PARALELAS
Lo mismo ocurrió con otras dos escritoras de esa época, Virginia Woolf y Alfonsina Storni. La comparación da una serie de reflejos que iluminan mejor el marco de profundidad en el espacio.

La tres insignes figuras épicas acumularon muchas semejanzas, Boye, Woolf y Storni. Las tres terminan prematuramente su vida. Las tres terminan en el suicidio. La tres no tenían la pasión por el ruido, por el cartel, o por los fuegos artificiales que tienen algunos escritores mediocres que yo he conocido.

Eran naturalezas libres encerradas entre muros, en un espacio más reducido que un convento, en una comunidad opresora.

Sí, amigos, fue una época terrible.

Para la mayoría de las mujeres que vivieron y trabajaron en esa época, la realidad era sombría. Presas en el laberinto de Creta, destinadas a ser devoradas por el Minotauro. Vivían un momento de terror, en el centro de la realidad brutal de la guerra, la corrupción, la opresión y la misoginia. Les zaherían la terrible sombra de un apocalipsis y el patriarcado.

Es terrible. El comienzo del siglo XX no ama a las mujeres, siente miedo de la plenitud de las mujeres y un sordo terror ante la fuerza de su exuberancia.

El 28 de marzo de 1941, Virginia Woolf se puso su abrigo, llenó sus bolsillos con piedras y se lanzó al pequeño pero profundo río Ouse, Inglaterra, cerca de su casa y se ahogó en esas aguas oscuras.

En 1938 Alfonsina Storni se suicidó en Mar del Plata, Argentina, arrojándose desde la desaparecida escollera del Club argentino de mujeres.


¿ANGELICAL, CANDOROSA?
Karin Boye tenía una brillantez inimitable. Ella era versátil y destacó en diversos ámbitos con una obra genial que fue realizada en breves, traumáticos y apresurados años. Tenía deseos y vivió una vida intensa y apasionada. Ella fue poeta con un agudo sentido del idioma y su musicalidad, escritora de novelas que aún se leen, crítica literaria, traductora, amante del debate público. Era una mujer de vanguardia con un quemante interés en el sicoanálisis y la pedagogía. Jugó un rol central en la vida cultural de los años 20, 30 y 40.

Pero, oh sí, manipularon su legado, tal como, la hienas, lo hicieron en Chile con la gran poeta chilena Gabriela Mistral, a quien convirtieron en una recitadora de rondas infantiles, o en una madre frustrada.

Tal como nuestra amada Gabriela Mistral, Karin Boye estaba con entusiasmo comprometida con los problemas de la época. La atmósfera estaba dada por los movimientos feministas radicales, con el movimiento de las sufragistas. En el año 1928, años transgresores, años salvajes, apasionados, paraíso de la libertad y la vanguardia, ella bebió en los bares de Berlín de la Alemania de la República de Weimar y en los bares de Moscú en los inicios de la revolución Soviética. Tenía además una sonrisa encantadora, se cortaba el pelo a la moda y tenía una vida sexual activa.

La muerte es un tema en su poesía.

Sí.

Pero igual de importante son otros temas: el existencialismo, el crecimiento, el árbol y su amor a la naturaleza. Escribió un libro entero al árbol y la naturaleza, En el nombre de los árboles. Escribió una novela distópica y de ciencia ficción, Kollacaína, comparada con las grandes distopías literarias: La metamorfosis, Un mundo feliz, 1984, El señor de las moscas, La naranja mecánica o Fahrenheit 451.

Algunos tienden a ver una intensidad emocional, una oscuridad o una sarna de pesimismo en Karin Boye simplemente derivada de la forma en la que murió.
Es una suposición equivocada.

La forma de morir no determina una obra. Uno no puede pretender leer a una autora como un reflejo de su estado mental final.

(El filósofo Hegel, por ejemplo, murió en 1831 de cólera. No pudo contener la diarrea. Relacionar la visión dialéctica de la historia de Hegel con sus heces acuosas es infantil y coprolálico.)

Bien lo saben ustedes, amigos y amigas, el arte verdadero supera al poder que construyen las Fantasías Mentales. La obra de arte es autónoma por naturaleza, a tal grado, que el aparato constructivista del mundo del arte jamás podrá dominar.

Karin Boye tenía una verdad interior, era libre de prejuicios, abierta a la verdad. Su forma de vida era una protesta contra la decadencia y la decrepitud de la civilización.

Incubó un legado literario, realidades imaginarias o simbólicas, que han ejercido una gran influencia en la cultura con su magnífico ritmo del lenguaje, que cautiva nuestro entusiasmo por su pureza y fuerza.

Nada, nada ha producido la poesía sueca más pura y más llena que esas oleadas sonoras que no se interrumpen ni por un segundo; ninguna obra de la poesía sueca tiene esa continuidad de ritmo, esa armonía tan bellamente desplegada.

Pues sí, para Karin Boye, la nobleza de su lenguaje era la forma natural de su aliento, de su voz; era algo fundamental de su propio ser; así que nada hay de artificial en esa obra, en la que sólo hallamos magnificencia de la forma. Su literatura, no puede ser de otro modo, ha influido en varias generaciones de mujeres de trayectorias intelectuales.

Sí, por supuesto. Karin Boye era una mujer llena de vida y vitalidad, con gran sentido del humor y personalidad.

Era gentil e indulgente. Tenía gracia y gentileza. Sí.

Pero también tenía el brío de las chotacabras, la energía que el pájaro necesita para incubar en el nido su huevo poético. Su luminosidad para entregar vida a su germen interior, una lírica de temperamento y carácter.

Karin Boye era bastante rica en imaginación, audacia y fuerza creadora como para producir una nueva realidad que la amplia y la enriquece, una ilusión poética que se transforma en vida, un mundo dentro del mundo.

Luchando contra sus demonios, creó su propio mundo.

Amigos, los invito cordialmente a conocer su poesía.



POEMAS DE KARIN BOYE


Estoy harta de ponzoña
Estoy harta de ponzoña. Estoy loca de sed
y la naturaleza no creó el licor que me sacie.
Por la campiña corren arroyos y manantiales
Me inclino y bebo de las venas de la tierra.
su sacramento
Y mis espacios se inundan de sagrados ríos.
Me levanto y siento mis labios húmedos
de éxtasis blanco.
Pero en ninguna parte, en ninguna parte …
Estoy harta de ponzoña. Estoy loca de sed
y la naturaleza no creó el licor que me sacie.

 

Sí, duele
Sí, duele cuando los tallos brotan
¿Por qué sino la primavera vacila?
¿Por qué todo el ardiente deseo
Se lía a lividez amarga y fría?
El brote fue un capullo todo el invierno
¿Qué es esa cosa nueva, que socava y estalla?
Sí, duele cuando los tallos brotan
dolor del que crece
y del que se encapulla

Sí, es difícil cuando las gotas caen
Temblando de miedo pesadamente cuelgan
Asidas a la rama, se hinchan, se deslizan
La gravedad las tira hacia abajo, aunque se adhieran
Difícil ser incierto, temeroso y dividido
Difícil sentir la profundidad que tira y llama
Sin embargo quedarse y solo temblar

Difícil desear permanecer
Y desear caer.
Entonces, cuándo es peor y nada ayuda
Los brotes del árbol rasgan en júbilo,
Entonces, cuando ya no existe ningún temor,
Caen brillantes las gotas de la rama
Se olvidan de su temor ante lo nuevo
Se olvidan de su ansiedad por el viaje
Viven su mayor certeza por un segundo,
Y descansan en esa confianza
Que crea el mundo.

 

Eres semilla
Eres semilla y yo tu humus.
En mí creces y vales.
Eres el niño deseado.
Soy tu madre.
¡Tierra, da tu calor!
¡Da tu néctar, Sangre!
Una fuerza desconocida necesita hoy
toda la vida que legase.
La ola fogosa que fluye
no siente ningún polvo,
además quiere crear,
y salir adelante
Es por eso que duele tanto
dentro de mí ahora:
algo crece y me desgarra,
¡querida, tú!

 

Consuelo
Mi consuelo más puro, eres
Mi protección más firme, eres
Lo mejor que tengo, tú eres
Pues como tú nada duele.
No, como tú nada duele.
Ardes como fuego y helero
cortas mi alma como un acero
Lo mejor que tengo, tú eres

 

Chotacabras
Somnolienta incuba en la noche de verano
suaves sueños, sí, esos desconocidos.
El agua lustrosa de los estanques
refleja un cielo pálido
de crepuscular infinito.
Las estrellas son más blancas.
A lo lejos, a lo lejos canta
solita la chotacabras
su melodía de piedra y sin tono.
Ella nunca se balancea audazmente a altura,
flota bajo por el bien de su llanura.
Alas crepusculares suaves
parece atada por la tierra,
agobiada por el polvo y el barro.
Ay de ti, alas frescas
no puedes subir,
solo se demora
excesivamente atraída por las dunas, cuyos colores tiene.
Mas ni el blanco más blanco entre los cisnes,
que viaja en sus caminos reales
llenos de luz de la mañana,
jamás tuvo el anhelo
que tiene la chocacabras.
Nadie puede anhelar esa distancia
como la eterna caída de la chocacabras
perpetua caída azulina.


* * *


BIOGRAFÍA

Svedjedal, Johan, (2019). Den nya dagen gryr: Karin Boyes författarliv. Wahlström & Widstrand.
Svanberg, Victor, (1970). Leva för att leva. Memoarer. Askild & Kärnekull.
Domellöf, Gunilla, (1986). I oss är en mångfald levande: Karin Boye som kritiker och prosamodernist. (Acta Universitatis Umensis) (Swedish Edition).
Helgesons, Paulina, (2000). Ett verkligt jordisk liv. Brev. Albert Bonniers
Gabriel, Markus, (2016). Por qué el mundo no existe. Océano.
Dionisio, Mario, (1972). Introducción a la pintura. Alianza Editorial
Tagore in Sweden: 1921 & 1926 : Published by the Embassy of Sweden in New Delhi on the Occasion of the Replacement of Rabindranath Tagore’s Nobel Medal to Visva-Bharati, Shantiniketan : 7 May 2005.
Pérez Santiago, Omar, (2012). El Origen del Fuego. Placas de la Poesíawww.critica.cl.



 

 

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OMAR PÉREZ SANTIAGO: “KARIN BOYE ES UNA POETA DE EXCELENCIA”
Escritor y traductor chileno, Omar Pérez Santiago, presenta y traduce poemas de la gran poeta escandinava, Karin Boye.