Un poeta como Oliver Welden ha permanecido en la recóndita memoria de todos los lectores que conocieron Perro del amor (1968, Premio Nacional Luis Tello, de la Sociedad de Escritores de Chile), esa ardiente poesía juvenil publicada por Guillermo Deisler (edición Mimbre Tebaida).
Transcurrieron más de tres décadas y nada se sabía de Welden. Enfrentando la vida y sus demonios trabajaba en un lugar de Estados Unidos para ser el proveedor de su hogar y escribía a solas, como ejerciendo un acto clandestino. Nunca dejó de escribir, simplemente no publicó nada más. Como él dice, esa es otra historia.
Ahora fijó su residencia en España, en la Costa del Sol. Su admirable libro Oscura palabra da voces en busca de editor. Entretanto, el poeta ha emprendido la aventura de imprimir el libro y encuadernar unos pocos volúmenes para algunos amigos, convirtiéndolo en joya bibliográfica.
Durante treinta y seis años de lucha incansable en busca de justicia para los asesinados y desaparecidos a manos de la dictadura, para los sobrevivientes de las prisiones y campos de concentración, para el rescate de la memoria y la recuperación de la fe en la vida, se ha dejado de lado —es comprensible— la reflexión por el daño inferido a los exonerados y a los exiliados, en el exterior y en el exilio interior. Se quebraron los destinos. Se interrumpieron o cortaron estudios, profesiones y oficios. Se desperdigaron las familias. Se destruyó la red de relaciones, muchas veces construida en generaciones sucesivas.
Creemos —y reiteramos— que Oscura palabra fue gestada en tiempos de oscuridad, transtierro y desarraigo. La palabra convoca humor doliente, presencia fraterna de los poetas, vida trabajada y estragada, memoria fresca. La palabra no se da tregua y aunque surja de las tinieblas, irradia luz para alumbrar el sendero.
Este es un libro ardiente como cuerpo desollado. Teje el pasado con el presente permitiendo aflorar la esencia del dolor y la esperanza, haciendo surgir la vida del humus del sufrimiento. Resulta elocuente su dedicatoria:
"En homenaje a Ariel Dantón
Santibáñez Estay (1948)
Poeta de Chile
Secuestrado en 1973 y 1974
Torturado en Villa Grimaldi
Desaparecido en 1974
Asesinado".
Oliver Welden no viene a Chile, pero tiene el país grabado como marca de hierro candente en su corazón, como se puede apreciar en este conmovedor poema:
Cuando la nieve se derrite
dónde se va lo blanco
yo me he parado
en las puertas de los cementerios
a contar muertos
sólo los de arriba mueren de viejos
el pueblo muere de pueblo.
Luis Moreno Pozo
pero qué sueño es éste
a cuya orilla me dejan
como a la espera de un cuerpo
prometido por las aguas.
Waldo Rojas
Esto de cambiar la voz, el color de los ojos, la caligrafia,
países, estaciones, puestas de sol, el idioma,
cuando es necesario un lugar largo para vivir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .y duradero
como el nombre que te acompaña para toda la vida.
Es que hay una muralla de muertos y muertos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . en las murallas,
y el río que pasa con el agua flotando sobre el río,
y niños que crecen en silencio hacia dentro de sí mismos.
Terribles como los olvidados ya sin esperanza
y en paz olvidados,
dónde están los que faltan, los desaparecidos,
cuántos son y por cuánto tiempo se han ido.
Y éste qué hacía: hacía el pan, tres veces al día.
Y esta herramienta, quién la usaba: Sebastián Acevedo
Y aquí nos quedamos con las mismas viejas fotografías.
Cuando la sangre se seca dónde se va lo rojo
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Oliver Welden y "La oscura palabra"
Por Virginia Vidal
Publicado en Punto Final, N°706, abril de 2010