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GRIS: Ruta de Poeta
GRIS del poeta Paolo Astorga

Por Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda


 



.. .. .. .. .. .

“… si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios ─o del demonio─,
 también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo,
y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema.”
Federico García Lorca.

 

Uno.

Paolo Astorga es conocido como un joven dinámico, audaz   e incansable con la promoción literaria y las letras desde Lima hacia el mundo. Esto se refleja desde cuando era estudiante en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle –“La Cantuta”. Alma mater de este poeta prolijo, quien viese sus primeros trabajos, la dedicación a la enseñanza y el desmedido amor por la poesía así como a la Literatura.

Aunque en tiempos actuales, las políticas educativas están sufriendo cambios; también, muchas veces denosta a los docentes.

Paolo Astorga (P.A.), frente a este torbellino incierto y de inestabilidad laboral, brinda a los adolescentes y jóvenes que inician desde aulas, recitales; etc., el ejemplo de la disciplina, talento, sacrificio, y producción.

P.A. no se intimida frente a los riesgos sociales que sufre el país, no se rinde; sino más bien ama y construye como estudiante, como profesional, como esposo, padre, hijo; y como un personaje de las letras del s. XXI.  Realidades que hilvana con la fe firme hacia la poesía, la literatura y las letras; como respuesta de que se puede dar un cambio o mejora social a través de la cultura de las letras. Sentimiento que compartimos, y quizá sea una característica generacional.

Entonces, su quehacer poético, en general, se anuda a la problemática social, al entorno decadente, a la esperanza ácida del mañana. Su preocupación se alista a una literatura seria del autor con relación a la sociedad y a la poética; como el compromiso del “poeta negro”.

Mientras que, su obra en narrativa explora escenas pícaras, de ternura, de frialdad y de naturalización de comportamientos lúdicos y de riesgo para sus personajes. La ilusión, la cruda realidad, comportamientos recalcitrantes; frente al acto como caso, como libertad enjaulada, como amor en mesa, como ave en biblioteca.

A demás que este creador, es un dedicado promotor de poetas, narradores, ensayistas; así como de trabajos de reseñas, críticas. Trabajos que se reflejan a través de plataformas virtuales como en fuente impresa; y así lo evidencia la revista literaria de alcance internacional que dirige: Delirium Tremens. ¿Otra característica generacional del Perú?

Dos.

En esta ocasión nos entrega el texto poético titulado “Gris”. Y como exigencia crítica literaria, desde ya, el título, tiene diversas connotaciones y sugerencias, como función poética.

Entonces “Gris” nos lleva al símbolo del entorno geográfico de Lima, pero a la vez a la categoría existencialista de Unamuno, Heidegger, Sartre; y más cercana a las poéticas de los poetas malditos de Francia, y los neologismos como las correspondencias, “el gris” color connotado por Verlaine. Pero este gris, a la vez se inmiscuye en las venas del hombre y la sociedad, en el paso incierto, en la duda, la rutina, en el hartazgo, en el miedo, en el desvarío, en la decadencia, inseguridad…; aunque también al estancamiento y a la “comodidad” de jerarquías sociales.

El texto de P.A. está integrado en una espiral de cinco apartados (Placer, Culpa, Apariencia, Después del Balazo, Parir Nuevamente); y teniendo de pilar la suma de treinta y cuatro poemas (con sus respectivos títulos).

Su estética, se concentra en el trabajo pulcro de los apartados como balotarios, en donde los títulos de cada poema fortifican la estructura temática y enriquecen semánticamente al poemario en general, recordándonos así al poeta negro, Antonin Artaud.

Por lo que, la voz del poeta se encumbra bajo la música airada de la moral dolida, la ironía, la sentencia…; donde los valores de la verdad, y del amor evitan las máscaras. Esta es la espina dorsal de su poesía conjugada a la belleza del verso libre con matices sórdidos y nublados. Es un canto lanzado con grito de fuego o claxon, grito de afiebrado espacio suburbano, muelle y metrópoli.

Tres.

El apartado Placerreúne cinco poemascuyos títulos segregan al acto indefinido y convulso de la ansiedad.

”El abismo es para después”, ubica la desconfianza, luego como segundo acto la decisión; y por último la consumación de lo inevitable, la desvirgación. Pero hay que añadir que la maestría versal de P.A.  se encuentra en que lo sugiere.

“Aproximación” manifiesta la desnudés de la vida difícil, merodeados por dos aves gigantescas como la depresión y el suicidio; en una cotidianidad cruda. Aunque esto no aleja al placer, sino más bien lo facilita; a través de la conciencia de que la cultura es artificial, y por ende, hincha la idea de transgredir sus normas por parte de la colectividad como acto natural.  He ahí el poeta, como queriendo salir de ese útero, como si quisiera renacer y salir de esa burla social decadente de facilismo y embrutecimiento de pautas; quiere salir y para ello tendrá que acuchillar la niebla, que no es más que la realidad; con miedo a no encontrarse nunca más (¿poesía como camino?, ¿poeta poseso?, ¿poética del poeta?).

“Sólo falta la zozobra de los días
la rúbrica indecencia de las horas y los amaneceres
hace falta cuerpos etéreos tiritando su indecencia por los puentes
culminación de los adioses
un día común para violar la culpa de los relojes
las metáforas sumisas después de la huida de los témpanos de la memoria
un día sobre el engranaje de palabras precisas
exacta canción baldía
monumento de piedra para el ahogado corazón del desaire
aproximación de siluetas perpetuas
libertad creadora de pecados húmedos
penetración, delirio, mutilación,
un beso restringido
primera sangre mutua
virginidad desfasada en deudas
burocracia de himen y letra muerta
hace falta el morir abriendo los ojos 
hace falta el azar de la piel fragmentada en miedo
transmisión de caricias levemente tiernas
holograma de nuestra última celebración,
nuestro recuerdo en filigranas
mientras acuchillamos la niebla 
hasta perdernos para siempre.”

“Delirium”, encumbrado poema, nos confirma el sentir existencial, como sol o como fantasma; aunque el dolor se agrava, y el sentimiento hacia la sociedad es de manera gótica y burda, renace el placer en su más alto grado: lo “hipersexual”. Es así que, ello fabrica al hombre en acto de gozo sólo para desvanecer en el sueño o ¿en la saciedad?

“Hilachas a mil”, es la representación de la ilusión y la realidad, donde la postmodernidad se encarna como desvalidador de las palabras (lo más preciado entre los hombres).

“Sigue”, desde el título, es la exaltación de lo irrefrenable; que, se mimetiza al secreto y a la cobardía como gozo. Es la histeria misma de la mentalidad en crisis social.

“Pero más inútil me hago con el tiempo
más intrascendente y agónico
sin embargo lacerado y furtivo es el placer
de lo que frecuentemente sobra y continúa
imprecisa intuición cuando voy a tirar mis últimos restos
al mar y entonces me nacen nuevas alas y nuevos tambores
nueva rabia y posesión
otra vez todo se erecta en mí
y los colores existen
el sonido y los espasmos y a la mierda el miedo
siempre el miedo
el miedo
y un millón de explicaciones más
para negar que soy un cobarde
mientras gozo.”

El segundo apartado, engarzado al primero, es Culpa (con 8 poemas)Que nos acerca sin más al remordimiento y al morbo.

“La hermosura de liberarnos de la presión después del trabajo es una patraña”, ubica al lector a un duelo moral y de contemplación; que, después del placer nada ha cambiado. El rostro de la culpa se transfigura en la descarada rutina.

“Muchacha camina en círculos “, lo grisáceo alude a la prematura vejez; donde el cobijo del amor destruye al cuerpo juvenil. En donde lo ruin y la virtud se encierran en una alcoba junto a situaciones delicadas, como destellos de la realidad; configurando así, la elección de vida.

“Noticia antes de terminar la noche”, es la angustia como rol comercial, atiborrada a la condición humana y al esfuerzo de sobrevivencia con la razón equívoca, con pasión, como acto animal; enjaulados de incertidumbre. Aquí, y en otros poemas, lo gris se manifiesta  encarnado en la ceniza.

“Quien ama se contenta con el placer de los últimos minutos de su reloj, pero algo más quiere”. Poema que confirma los títulos reflexivos y ácidos de los poetas negros. Los versos en general recrean lo inconcluso, aunque hay indicios de un hermetismo como letrero. A especie de art poética, el poeta nos sugiere el salir del romanticismo, y brincar al vitalismo. Y aunque la batalla es ardua, existe un muro, que es traslucido y que sólo deja impotencia al no poder atravesarlo. Construyendo, así, al recuerdo y los egos, que al final caen como consuelo estúpido de nostalgia.

“Liberarnos
y nada más liberarnos
hastiarnos de la belleza postiza de las palabras
y jadear y nada más jadear
el infierno como un laberinto erótico
tan conocido hasta el bostezo
alucinaciones de caricias certeras
y pensar que es para siempre
torpe mía 
cuestionar desde una ventana mojada por la lluvia
desde una luminosa infamia
y luego con la cara dura
sonreír
hacia la inmensidad
terriblemente condenados
terriblemente afanosos y ardientes
haciendo de nuestros cadáveres
conocidos nichos de estúpida nostalgia.”

“Canción del extinto”.  Es un poema que asume la vida para expresar el miedo a sufrir, a fracasar; en una realidad insolente que frustra con las tantas máscaras de la cotidiana vida en tragedia.

“Niña es encontrada muerta en su casa con una nota entre sus manos”. Alude, sin taras, la hipocresía social. Es una crítica a la publicidad descontrolada como reflejo del entorno, que arrastra a los niños y a la juventud a los rincones de los juegos sexuales, al pragmatismo de la soledad, del placer…; u otra forma de muerte a través de lo lúdico. Es la realidad suburbana, las condiciones de una metrópoli, la deuda social.

“Otra vez decapitada y a comprar una corona”. Aquí, el poeta refuerza la intención del poema anterior, en donde el ojo púnico hace morbo del aborto, y de la belleza de gestar vida; después de aprovechar  la inocencia…

“Cuarto menguante”, con matices simbolistas y herméticas contiene la relación mística de la vida y la muerte, las migajas de la memoria, el acero del sistema cultural, y la santidad como acto que no purifica las conciencias.

Apariencia, los poemas de este apartado (que son 9), no se alejan de este título.

“Apariencia”, hace que el gris se transfigure en un estadío, como es el limbo. El canto, es una queja de la utilización de la luz de las palabras en actos vacíos. Es decir, el poeta reclama el compromiso pleno a las palabras, o a los actos; más allá del “aparentar” las falsas normas y las falsas creencias.

“¿Qué puede hacer un murmullo sobre el abismo?”,  aquí, P.A., señala la falta de comunicación como problema naturalizado en los tiempos actuales, en plena era de la información, donde la soledad es más rauda:

“…
Todo se lentifica 
adquirimos un cuerpo indolente
nos hastiamos de los abrazos, de los objetos deseados
bebemos fuego blanco y viciamos las palabras con ruegos
atendemos un teléfono que nunca suena
vivimos como insultando 
ardemos en una hoguera de presagios
y aun así
la agonía nos excita
a cumplir con la vida
a arrancarle la virginidad a la luz
y hacerla más pura 
eternamente pura
entre ladridos de perros
y voces que no dicen nada
sobre la aglutinada soledad…”

“Poseer”, es la envidia, la falsedad. Los actos saludables que pueden ser borrados por la historia e intereses individuales, donde las bajas pasiones se ajustan a proclamar y construir lo efímero.

“Jugando a ser divertido”, es sombra y espejo de los intelectuales de coyuntura, de los mercenarios de las letras. La tristeza del poeta convulsiona de compasión por el hombre y el mundo que avanza con zapatos de luto hacia el mañana, junto a la falsedad del hombre que se engaña a sí mismo.

“A mí no me interesa ya la tarde.
El baile se acerca.
Al mono se le caen los lentes 
y a mí los oídos mientras como una fruta amarilla y jugosa.
No interesa la tarde o parte de la noche
si no has movido tus ojos, tus pies, tu columna, tu trasero al mundo.
La llama ha de encenderse con la sangre inocente de un cuento para niños
No podré ver más que mis manos embarrándose en el piso
éxtasis de ya no volver a la insuficiente sonrisa de una barbie
éxtasis del paisaje que me desgarra los latidos afilados en el rumor de
                                                                                                         [voces            
que gritan sus tristezas digitales
la locura apedreada en el último rincón donde no hay más que decir
sino estirar el tiempo y no poder mirar atrás
el espacio que ha quedado sin final
bajo la frontera de los ojos alunados de primavera
la orbe abriendo su boca como mujer humeando por la niebla de zapatos
                                                                                                     [negros
                                                                        
la magia de retratarse ante el olvido de cíclopes
mordiendo un par de senos 
                     donados al sistema.
Ahora desvestida 
bajo la profundidad de un matorral
tu pecho es una pala
que cava su tumba lentamente y en silencio 
estallando una ternura tan postiza como 
tus excesos.”

“Mujer y varón”, se inserta al tema de género, como una discusión que envejece sin solución a ambos géneros; ¿distracción intelectualoide hacia las masas?

“Tartamudeo del lobo”,  es el poema que ubica a los falsos líderes.

“Ileso”. Poema donde la verdad lanzada a las masas ¿qué importancia tiene en estos tiempos actuales? Luego: ¿terapia?

“Creación”. Nos acerca al bosquejo del autorretrato poético. Rostro que se reconoce desde lejanos orígenes, hasta ubicarse frente a falsos poetas, donde se confirma, en reclamo, el compromiso hacia las letras.

“Cerebro sobre sangre
mi cuerpo es un monstruo
que muerde senos malditos
atrapados en los tachos de basura del abismo,
voces en forma de espinas
atravesando a los gorriones
una llanta, sueño,
una llanta, columpio de los niños amarillos
intentando nacer una sonrisa
bajo el blanco pañuelo
cayendo en medio de vampiros sordomudos,
una muchacha recogiendo una manzana mordida,
sólo la carne entregada al éxtasis de volarse las manos
sólo la tarde
como un recuerdo
de calles mojadas
por el aullar de perros malolientes
tratando de lamerme las heridas
y estas palabras eyaculadas en un papel solo y oxidado
que ya llegó
tan sólo para irse.”

Después del Balazo. Apartado que contiene 6 poemas.

“Gestos de labios que pueden ser siniestros en la noche”, nos enmarca en lo mucho que falta por hacer y no se hace, en el espejo del hombre en una condición social de autómata.

“Para desvestirse todo”, es la semilla lanzada con el anhelo que florezca el ánimo de rehacer (lo más preciado como lo más vil), y así sentir al mundo con el extrañamiento, como algo nuevo. En este poema, al estilo simbolista ruso, alude a la “muerte” como otra forma de nacer. Aunque la realidad es dura para desencadenarse hacia una mejora de cambio.

“Órgano oscuro, sangre invadida”. Algo gótico, al estilo de E. A. Poe, el poeta persevera para no perder su espíritu, y esa imagen se encarnará en una muchacha que bien puede ser una musa, la poesía, o un fantasma; esperanza de ruta para no envejecer ni ser enjaulado.

“Representación de inercia”. Todo acto tiene su precio, es la consigna en este poema. Es la batalla que evita que los sublimes anhelos ingresen en la estructura de la cultura.

“Junto al manicomio”. Durante toda pugna emergen sentimientos de luz, como oscuros. Es así que la duda, el temor…; tratan de resquebrajar el compromiso del poeta como humanista. Aunque el poeta, a través del amor, la libertad; y,  la literatura; realiza y confirma su elección de vida hacia estas últimas; incluso lejos de sí mismo.

“Intento dar explicaciones
Dar la cara a todos decirles que la inocencia
Es el erotismo de las palabras mientras nos crece la vergüenza
Y seguimos dormidos mientras nos violan sin control
La luz me ha abandonado miserablemente
No tengo más conciencia que la que me ha dado la inutilidad
Entonces me enamoré de un cuerpo que fingía ser un cuerpo
Me enamoré de un nada más y quédate allí
Pensé en la esperanza mientras los gusanos
Se comieron mis ganas de decir algo cualquier cosa
Preferí entonces alucinar
Copular contigo en la incoherencia
Llegar hasta donde todo se desprende
Aguardar de ti algún cumplido
Que el mundo se haga caricia o puñalada
Pero que empiece la música pronto
Que empiece la música pronto
Y mi alma no desee estúpidamente regresar
Hipnotizada por la exacta pulcritud
De lo que nunca será merecido
Sino hasta reconocer lo podrido en el dolor
Mientras sencillamente se coge un corazón cualquiera
Y se lanza lejos, lejísimos
De la memoria
Y de la culpa.”

“Aunque estalles mil veces”. En este poema, el gris, se manifiesta como el color de las tumbas. Es así que la libertad, como acto de discurso o creación, debe reventar las máscaras, hasta que emerja el rostro verdadero de los humanos.

Partir Nuevamente, es el último apartado que (contiene 6 poemas). Hace de fin de ciclo y de reencuentro con el poeta en su arduo camino por el “gris”, y así volver a empezar.

“Nos cae el mundo como si fuera el último día”, a especie de monólogo, el poema se hace tierno, confesional, desgarrado; y así el poeta reinicia  su camino, reconociendo las rutas, y sabiendo evitar las caídas.

“Retorno a un jardín muerto”, aquí Paolo Astorga, sabe que tiene que ir en busca de un lenguaje más allá de las correspondencias simbolistas; es decir, es un atisbo de que el poeta está en busca de su voz, de una poética nueva. Por lo tanto, el poeta no sólo batallará en lo visible, sino en lo invisible, en el camino metafísico, pero siempre atado a su sentir humano (los sueños y el dolor), que es lo único que lo identifica como ser vivo y creador.

“Nostalgia de una señal perdida”. Representa el camino lejano, el destierro…

“Seguir escribiendo después de la sangre derramada”. Continúa el camino del poeta, pero esta vez como ruta de iniciación, más allá de los ideales y el frágil corazón; tratando de pintar a los abismos islas de cielo.

“Discurso del pusilánime”, al estilo mesiánico, el poeta anuncia su retorno desde la muerte; y el continuar  de su camino hacia el “algo”.

“Estoy absolutamente solo
con la tapa de los sesos reventada
apesto a muerto
pero he de seguir
mi ternura es multa
droga de los días de la misma sinrazón 
o quizá solo un ungüento para llenar los mismos obituarios
del olvido.

Estoy absolutamente solo
y no paro de vendarme los ojos
y creer sólo en mí y en la música y en la ventana atestada de moscas
y en tu vestimenta de alondra psicodélica y en tu nave de metal oxidado
y en tu sombra y en mi sombra sobrando explicaciones
y en la luna asqueada de inútiles mutilaciones 
y ser disfraz en cuerpos desmoronándose
y ser lo que se alcanza al incendiarse las manos y escupir furioso
sobre algún lugar del universo
y decir 
vamos
vamos
vámonos.”

“Última coronación”, es la adquisición plena de conciencia del poeta y de su circunstancia. Es así que, aparece una revelación: el “gris” existe en todas las dimensiones. Pero, el poeta nunca debe ceder a la quietud; sino, siempre avanzar.

“Agárrate bien, entrena tinieblas y arremete
el amanecer castra y ya no hay fuerza
o intestino sideral del mundo absorbido en un trago
esto es magia de úlceras y ungüento de voces urgentes
engendro final de arropados sueños
nadie susurra plegarias de colectividad solidaria
manos y fantasmas apenas
oscura ofrenda de licuación interior
y mírate ahora codiciando el mismo color que todos deseamos
brillantez de búsquedas sin encuentros
olfato atroz del humanoide que vive de ti y palabrea
y palabrea y danza estúpidamente y hace chistes y conmueve
mientras tú sigues en la cuestión de preguntarte a cada cinco minutos
o cada vez que la belleza te dice vamos hagámoslo
y no hay temor
sino para qué vives si igual vas a morir en medio de orines 
y puertas quemadas
corpus del miedo a vencer la ignorancia de tus alas eternas
y la misma motivación que aunque te tomes y te destripes apasionadamente
lo gris que es gris siempre seguirá siendo gris
todos los días.”

Cuatro.

En la poesía de este nuevo libro de P.A. se anuncia la decadencia, la batalla por la mejora social, la lucha interna del poeta en contextos de postmodernidad o tradición. El camino de elección es su horizonte y fortaleza. Aunque los ideales, como educador, hacen de su moral la inmensa estrella de esperanza de que todos deben y pueden recibir las  mismas oportunidades. En ello, se manifiesta una gigantesca utopía, la construcción de una sociedad con conciencia a través de las letras, en este caso la poesía (que no es extraño en los poetas de esta generación que emergen desde el año 2000); para que se evite el exceso del placer, la culpa, la apariencia, la muerte…; el gris. Y más bien, que germine la elección de vida; no sólo de manera individual sino en un devenir de familia, de colectividad, de humanidad…

Este poemario, entonces, se une a la voz de muchos de los poetas jóvenes que exaltamos el retorno del poeta a la sociedad.

Felicitamos a Paolo Astorga, por reafirmar y compartir con su obra nuestro compromiso con las humanidades y las letras, en estos quince años que cumple la revista y sello de creación literaria Enroque y más Versos. Además que Paolo integra, desde ya, a los poetas trascendentes del Perú, y que este, su verso, se hace valioso para entender la mentalidad del s. XXI, por lo que nos es un honor y satisfacción su amistad.

Éxitos y reconocimientos, para el poeta y su canto que confirma el camino que ha elegido.

 

Ursula A. N. Podestá Sánchez.
Orlando V. Bedoya Pineda.
Investigadores, críticos, poetas, escritores, promotores culturales,
editores; desde la ciudad de Arequipa.

Arequipa, 13 de febrero de 2014.

 

Título: Gris.
Autor: Paolo Astorga Requena.
Editorial: Enroque y más Versos.
Ciudad: Arequipa-Lima.
Año de publicación: 2014. 
Género: Poesía.
Medidas: 20,35 x 14,6 cm.
Encuadernado: Empastado.
Nº de páginas: 78.



 



 

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GRIS: Ruta de Poeta.
GRIS del poeta Paolo Astorga.
Por Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda