Verano TV
III
Cómo confiar en los signos vitales del conductor
cuando la velocidad alcanza 160 kilómetros por hora
Desabrocho el cinturón de seguridad
con los ojos fijos en los carteles
de emergencia
Este recorrido a casa es terrible
en el sentido de los castigos del Olimpo
en el sentido de una pena capital
Este camino a casa es como una terapia grupal
la todos los integrantes
ríen a carcajadas
mirando fijamente a los ojos del instructor
Este camino a casa
es como todos los caminos
a todas las casa de la periferia de la ciudad
como los caminos de Lorca
de Camila
de los padres de Camila
que la sientan a ver la televisión por cable
pero esta marca periférica
supera las astucias lingüísticas
se lee como una mala canción a través del auto
en el que últimamente
sólo funciona el sistema de sonido
Igual al auto blanco de mi padre
asentado en el jardín de mi casa durante media década
esperando la ayuda de los niños del barrio
para un primer impulso motor
un jardín en el que nunca creció nada más
salvo el calor de los meses vacacionales de Santiago
pequeñas piernas
atestadas
y corriendo descalzas por la calle
tardes de calor capeadas
por la felicidad eufórica del único grifo abierto
o los largos viajes en micro
rumbo a la fuente alemana de plaza Italia
en donde solíamos veranear
en aquellos años.
MATE
Los perros se suicidan
arrojándose bajo los neumáticos de los automóviles
realizan el mismo juego monótono desde hace años
equivocándose por esta única vez
No es casualidad
tampoco la poca luz de este día en pleno verano
Ni la disposición de los cerros de esta ciudad
que no son más que la continuidad de las paredes
ocultándonos el atardecer
que en cambio
en la ciudad vecina
se muestra entero
Nada de particular en la disposición de estas calles
pensadas para el extravío
y el olvido de la misma ciudad
porque este lugar se olvida a la vuelta de la esquina
En cambio el olor
el olor ha quedado impregnado en todo el país
Son muertes inesperadas, es cierto
pero más necesarias aún
que el descanso de los ojos
que por demasiado tiempo
han estado sometidos
al reflejo de la luz del televisor
Porque esta ciudad nos cobija a todos
aquí nadie muere de frío
el sitio perfecto para no tener ningún lugar a donde ir
y quedarte en un banco
dando de comer a las palomas
o insistiendo en una ronda de ajedrez
perdida desde el primer movimiento.