Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Priscilla Cajales |
Autores |





 




El verbo J
Claudia Hernández, La Pollera, 2019. 182 págs.

Por Priscilla Cajales
Publicado en Grado Cero. Noviembre de 2019


.. .. .. .. ..

Se trata de la segunda novela de Claudia Hernández (San Salvador, 1975), quien anteriormente había publicado los libros de cuentos De fronteras y otras ciudades, Olvida uno, La canción del mar y Causas naturales y la novela Roza, tumba, quema (2017).

J es una mujer transexual que nace en el seno de una familia asediada por la pobreza en El Salvador, la cuarta de cinco hermanas; le antecede una hermana que sufre de alguna enfermedad mental que la hace tener la madurez de un infante, unas gemelas y un hermano menor que jamás le perdona ser motivo de burlas por culpa de los modos femeninos que desde muy pequeña dejó a J a merced de la crueldad de todos cuanto la rodeaban. La miseria hace que las gemelas migren hacia el norte, y tras ellas va J. En el camino, ya sin el amparo de su madre, se ve asediada por la cruel realidad de la migración. Ella: pobre, de apenas 12 años, trans, lleva consigo todos los elementos que la pueden posicionar como sujeto marginado y abusado, y lo hacen. Habiendo llegado al fin al lugar del sueño americano, conoce a sus primeros verdugos: hombres viejos que llevan a pequeños para violarlos e intentar comprar con comida y ropa sus afectos. J debe huir y lo logra, para al fin reunirse con una de sus hermanas de las que solo guarda un número de teléfono que ha aprendido de memoria.

La masculinidad en El verbo J es sinónimo de agresión y de maldad. El padre es quien inaugura la maldad masculina, le sigue el hermano que el verbo j abusa de la hermana mayor, los compañeros de barrio de quienes debe esconderse para no ser golpeado, los adultos con los que J convive, mayormente violadores o proxenetas. Todo aquel que pudiera identificarse como sujeto masculino es alguien de quien habrá que tener miedo.

El maquillaje sirve a J, cuando al fin toma el nombre de Jasmine, a borrar los vestigios de esa identidad maldita: «Era una forma de no verse de la manera que odiaba hacerlo. Era una manera de ser menos él y más una flor. Era la manera que había encontrado para poder sonreír en la fiesta de la niña, una vía para que la gente no notara los golpes que todavía no habían sanado».

La novela se escribe a través de capítulos que llevan los nombres: «Yo», «Tú», «Él», «Ella», «Eso», «Nosotros», «Ustedes», «Ellos», a través de los cuales vamos conociendo la historia de J desde diversas perspectivas y en algunos momentos haciendo zoom sobre acontecimientos que marcan el desarrollo de la historia, como la enfermedad: «Eso», del que J es contagiada después de un ataque sexual perpetrado por un grupo de hombres. La llegada del ceropositivo, tal como los abusos, la miseria y el maltrato que la sociedad ejerce sobre J se naturalizan en una escritura que evita los meollos y se siente más cómoda sugiriendo. En El verbo J es necesario leer entre líneas para dar con la verdadera violencia.

Si la primera parte de la historia se desarrolla en medio de la guerra en El Salvador, lo sabemos apenas por un grupo de universitarios que van a dejar comida a los pobladores y por el miedo de la madre que le advierte a J que de esa revolución hay que cuidarse. Así como los beneficios del seguro médico que salvan a la protagonista de la pobreza y le proporcionan cuidados médicos, son el doblez de la soledad y de una medicina que es vista con miedo y de la que es mejor mantenerse lejos. El sueño americano y la dureza de la migración son temas que El verbo J desarrolla con inteligencia y sutileza. En este libro no se habla de los golpes, sino de la persistente huella que dejan los moretones.



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2020
A Página Principal
| A Archivo Priscilla Cajales | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
El verbo J
Claudia Hernández, La Pollera, 2019. 182 págs.
Por Priscilla Cajales
Publicado en Grado Cero. Noviembre de 2019