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Rugendas: un amor no correspondido
Rugendas de Patricia Cerda. Ediciones B, 2017
Por Cristián Brito Villalobos
Periodista y magíster en literatura
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Patricia Cerda, historiadora chilena radicada en Alemania, luego de su auspicioso debut en novela con “Mestiza”, nos presenta ahora “Rugendas”, volumen donde el concepto que se repite es el desamor. En una serie de 235 cartas escritas por Carmen Arriagada, hija de un miembro de la Primera Junta Nacional de Gobierno al pintor e ilustrador alemán Juan Mauricio Rugendas se describe el profundo e intenso amorío que ambos sostuvieron. Carmen Arriagada, a pesar de estar casada con otro alemán, Gutike, que siempre se muestra celoso y exterioriza su sentimiento de inferioridad hacia al talento de Rugendas, observa cómo, desde la llegada del artista, su matrimonio antes sólido, aunque bajo una mentira, se desmorona con el arribo de este pintor que deslumbra a Carmen por su atractivo y gran acervo cultural, además de su talento artístico. La relación que ambos entablan, en silencio y a escondidas, se extiende por años a través de una profunda relación epistolar en la que ambos amantes sueñan con la idea de finalizar juntos, hecho que se verá truncado por la realidad que vive Carmen, así como por los propios miedos que la embargan. Las misivas fueron encontradas por un sobrino nieto del pintor bávaro alemán cuando limpiaba el entretecho de la casa de su padre en Augsburgo para, posteriormente, donarlo al museo de Berlín. La documentación es real, existe y revela la pasión de una chilena de los tiempos de Diego Portales, que comenzó a mediados de 1830 y terminó probablemente con la muerte de ella en 1900, aunque el intercambio de cartas duró cerca de dos décadas. En la obra y a modo de resumen, su autora retrata la llegada de Mauricio Rugendas a Valparaíso, su encuentro con Carmen Arriagada, su constantemente aplazado retorno a Europa (finalmente pasó 8 años en Chile). A pesar de ser una novela histórica, abundante en datos y fechas célebres, el lenguaje utilizado por Cerda es amable con el lector, facilitando la lectura y comprensión de ésta, aun cuando se desconozca el contexto histórico de fondo. Es, entonces, una obra que además permite al lector instruirse en última instancia sobre la idiosincrasia chilena de la época, sobre cómo la sociedad se enfrentaba frente a diversos temas por entonces considerados tabú. Rugendas es en definitiva una novela narrada de manera ágil, que mantiene la atención del lector y que nos retrata desde una óptica diferente la vida del pintor y dibujante alemán, conocido por sus registros de paisajes y gentes de varios países latinoamericanos en la primera mitad del siglo XIX.
