Proyecto Patrimonio - 2018 | index | Enrique Verástegui | Paolo de Lima | Autores |

 











Verástegui decolonial

Por Paolo de Lima



.. .. .. .. ..

A Enrique Verástegui (1950–2018), poeta eterno, quien durante toda su vida tuvo una trayectoria ejemplar frente a la poesía, lo buscábamos los novísimos poetas del grupo Neón hasta Cañete, su ciudad natal, para traerlo a Lima a que nos presente en nuestros recitales multitudinarios de la generación del 90, muy a inicios de dicho decenio. Recibir su bendición era lo máximo. Se trataban de recitales multitudinarios, en casi todas las universidades de Lima, o en espacios culturales como el Centro Cultural Peruano-Soviético, en la avenida Salaverry, que dirigía el poeta Arturo Corcuera.

El último viernes de julio de este año Enrique Verástegui asistió a otro recital de poesía que organicé. Ocurrió en la librería Escena Libre del CC de la PUCP, en San Isidro. Fue con motivo de la presentación de un dossier sobre poesía y hambre en el Perú del siglo XX que edité este año en la revista mexicana Unidiversidad, donde incluyo su célebre poema “Primer encuentro con Lezama”, de su primer poemario En los extramuros del mundo, publicado en 1971, que le valió el respeto unánime de los lectores, y en el que Verástegui se describe como un adolescente vigilado y controlado por su entorno mientras deambula “entre prostitutas y ladrones / que no logran robarnos nada porque nada tenemos pero tenemos / hambre y comemos ciruelas”.

En esta su última lectura pública, rodeado por poetas de las últimas generaciones, varios de ellos pertenecientes a los más importantes grupos literarios de la segunda mitad del siglo XX, empezando por Hora Zero, del que formó parte, y continuando con La Sagrada Familia, Kloaka, Los Tres Tristes Tigres, Neón e Inmanencia, Verástegui nos ofreció una suerte de testamento a través de un sentido poema, que hoy más que nunca, desde el escalofrío de haberlo escuchado desde su propia voz para nosotros sus lectores, no puedo dejar de memorizar con una mezcla de pena y alegría, pues así quiso él que lo escucháramos por última vez: “Me he sentado a esperar la vejez. / No pienso ni hago nada hasta que llegue otra generación / a desempolvar el brío, los libros dorados, las matemáticas, / el cuerpo, el alma, el universo, / todo ese conocimiento sepultado por el rencor, / la gnosis que demuestra que lo infinito / está en lo finito / donde está, realmente, el universo. // Florecí más que nadie / pero perfidia cayó sobre mí, / doblándome como una flor, / herrumbrándome, y fui silenciado. / Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la vida, / ¿no dan ganas de llorar?”. Lo que nos dio ganas a todos los presentes en el recital del último viernes fue de abrazarlo y decirle las palabras más cariñosas del corazón. Y quizá, por eso, su despedida final, en la foto, junto a todos los poetas del último viernes, fue levantar el brazo para expresar el símbolo de “amor y paz”.

En octubre del año pasado, con ocasión de la inauguración del VII Festival de Poesía de Lima, dedicado íntegramente a Verástegui, y en cuya mesa de honor tuve la suerte de participar, el poeta me obsequió su más reciente libro, publicado ese mismo año, 2017: El principio de no-ser, “una crítica de Popper, y fundamentación matemática en el siglo XXI”, como me comentó él mismo en la dedicatoria. Se trata, como apuntó Miguel Ildefonso en una reseña publicada el 31 de diciembre de ese año en la sección cultural del diario La República, de “una miscelánea de ensayos, desde la filosofía a la poesía, en ese orden, que continúa la línea de sus libros Apología pro totalidad y El modelo del teorema; a su vez, es una lectura, un ‘ecce homo’, que hace el propio autor de su acercamiento a las diversas formas del conocimiento que ha desarrollado a lo largo de los años, tal como hizo en varios textos de su poemario Tratado sobre la yerbaluisa” (36).

De entre los casi treinta textos que conforman El principio de no-ser, quiero destacar uno de ellos: “La precisión del pensamiento amáutico”, pues en él Verástegui realiza un diálogo con una de las corrientes de pensamiento más interesantes de la hora actual: el pensamiento decolonial, que, como es sabido, es intrínseco al reconocimiento y apoyo de los movimientos indígenas no solo en sus reivindicaciones sociales y políticas, sino en su identidad cultural y el respeto y promoción de sus lenguas, formas de organización social y visión del mundo; es decir, en la defensa y el respeto por la herencia indígena. Pensamiento que, por lo demás, como escribe Verástegui, considera la “realización espiritual del indio” porque “el indio es pensamiento y fe” (63).

En este breve ensayo “La precisión del pensamiento amáutico”, Verástegui da cuenta del libro El pensamiento amáutico del escritor boliviano Fausto Reinaga (1906-1994), publicado en 1978 en La Paz por Ediciones Partido Indio de Bolivia, y que, entre otros antecedentes destacados, se encuentra el autor martiniquense Frantz Fanon, sin dejar de mencionar al “héroe inca” Tomás Katari, de quien Reinaga se proclama descendiente. Como señala Verástegui, en su obra, Reinaga “reconoce la co-existencia pacífica de todas las razas, excepto la raza blanca, a la que identifica con Sócrates, el origen de todos los males, según el boliviano” (61).

Para Verástegui, el pensamiento del boliviano Fausto Reinaga “me parece más justo, rico y necesario que el del político peruano José Carlos Mariátegui, quien dijo que ‘el problema del indio es el problema de la tierra’, lo que, desde el campo del socialismo libertario, es tan incierto como incorrecto, dado que el campesino peruano fue el primero en oponerse a las cooperativas agrarias, a cambio de constituirse en un pequeñoburgués provinciano, alguien sin ideales, sin sueños, sin metas celestiales y terrenas. Así que Mariátegui se equivoca donde Fausto Reinaga acierta: el problema del indio es su realización espiritual, digo yo” (62-63).

Como puede apreciarse, Verástegui plantea claramente una forma de pensamiento afiliado al de Reinaga: “Esa lucha por el pensamiento amáutico es también mi lucha” (63). Se trata, pues, de una veta de pensamiento filosófico y vivencial que se hace necesario profundizar para acceder de manera mucho más sistemática y certera a la visión social y humana que Enrique Verástegui nos ha legado en su extensa y valiosísima obra literaria. Es importante, pues, afiliar a Verástegui con esta vertiente del pensamiento decolonial, una de las más significativas para la trascendencia de nuestra América.

Miraflores (Lima), Feria del Libro Ricardo Palma, 05 nov 2018

 

 

Bibliografía

- Ildefonso, Miguel. “Verástegui y la nada”. La República (31 de diciembre 2017): 36.
- Verástegui, Enrique. (2017). “La precisión del pensamiento amáutico”. El principio de no-ser. Lima: Garabatitos Editores. 61-64.



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2018
A Página Principal
| A Archivo Enrique Verástegui | A Archivo Paolo de Lima | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Verástegui decolonial.
Por Paolo de Lima