Proyecto Patrimonio - 2018 | index | Pablo De Rokha | Autores |

 










PABLO DE ROKHA, VOZ DE LOS OBREROS

Por Matías Sotomayor
Fundación De Rokha
Publicado en Revista Mapocho, N°83, 2018



.. .. .. .. ..

I. Presentación

Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh, Pueblos! /
El canto frente a frente al mismo Satanás, dialoga con la
ciencia tremenda de los muertos, y mi dolor chorrea de
sangre la ciudad
(De Rokha, 2016, p. 13).

Pablo de Rokha, seudónimo de Carlos Díaz Loyola, poeta y guerrillero literario. En su figura, hombre y mito se complementan en una perfecta armonía. Él nació junto al siglo[1] y falleció una mañana del 10 septiembre de 1968 a los 73 años, “vivió setenta y tres años sobre la tierra, falleció en el patíbulo, POR REVOLUCIONARIO. R.I.P.” (De Rokha, 1994, p. 29).

El pequeño Job —como lo llamaba su madre— nace en el corazón geográfico de Chile, en la Región del Maule, específicamente en la comuna de Licantén. Zona de vastos espacios, mágicos y desconocidos para nosotros que vivimos en una época gobernada por la globalización y la interconexión constante. En este lugar, el poeta desarrollará un mundo interior vasto y de una fuerza espiritual arrolladora. De igual modo, comprenderá y vivirá en carne propia la violencia del campo chileno. A lo largo de sus primeros años acompañará a su padre Don Ignacio Díaz en los continuos viajes que debía emprender como jefe de resguardos cordilleranos. En ellos conocerá maleantes, arrieros, contrabandistas, y otros tantos personajes que desfilarán a lo largo de toda su obra poética. Su amigo Carlos Droguett recuerda al Amigo Piedra del siguiente modo:

Él era un poeta solar y un forajido, no, no lo podían perdonar, primero le tenían miedo, después le tenían odio y le vaticinaban dolencias y cuarentenas, se aislaron, lo aislaron. Los más audaces o los mejor guarecidos por el sastre, el notario o el boticario, lo insultaron, le enviaron anónimos, trataron de reírse de él, de su modo de andar rural y empastado, pero el poeta no se quedaba callado, en el campo se cría buena voz, se alimenta uno de terrores y soledades, de grandes espacios, él había sido arriero y testigo y cómplice de contrabandistas, de bandidos, de verdaderos hombres, manejaba el látigo, el puñal, el revólver, los puños, los dientes, todo eso lo esgrimía en su poesía. No, no se quedaba callado, no se quedaría callado, aunque lo enmudecieran, contestaba con ímpetu fenomenal, con osadía, con saña y demoledora obscenidad si era necesario, y siempre era necesario (Cuadernos Hispanoamericanos, N° 313, julio de 1976).

Él era lo descrito y más, recorrió Chile de cabo a cabo, conoció en profundidad el pueblo chileno, sus costumbres, sus oficios; comió, compartió y aprendió de ellos, entroncó su destino con el de los obreros de Chile y el mundo. Amó a su familia y a sus amigos, respetó a toda persona humilde y comprendió que la verdadera riqueza de este pueblo no recae en sus bienes materiales, sino en la fraternidad de la mesa, la belleza de sus campos, valles, pampas y páramos. En síntesis, conoció la belleza de un país profundo e inexorable.

II. Voz de los obreros

Pablo de Rokha sufrió en vida el silencio y el exilio de los círculos literarios nacionales e internacionales. Este hecho afectó profundamente la difusión de su obra en todos los niveles. Intentaron silenciarlo y difamarlo, le negaron constantemente el Premio Nacional de Literatura desde su instauración en 1942. Lo recibe en 1966 de manera tardía: “Quería este Premio cuando vivía mi mujer, cuando vivía Carlos; llega tarde, encontrándome solo y viejo” (Zerán, 1997, p.158). A pesar de los intentos por acallarlo, no lo lograrían. Dice Droguett: “No, no se quedaba callado, no se quedaría callado”. En 1938 funda Multitud. Revista del Pueblo y la Alta Cultura. Con el fin de entregar a “grandes masas, grandes formas de arte”. Multitud se transformará posteriormente en el sello editorial del poeta. En él aparecerá gran parte de su obra. Esta será su trinchera oficial, desde ella defenderá sus ideales estéticos, políticos y sociales, y responderá los constantes ataques de sus enemigos. El escritor Joaquín Edwards se referirá a ella:

Cada mañana hago homenajes mentales al poeta panfletario pariente del Aretino. Cada mañana recito una poesía del gran oso mágico de la selva faunal de Sudamérica […]. Cuando hablo de revistas no conecto la idea con tu arte enteramente foráneo y de guerra. Multitud, no se define como revista en parte alguna del mundo impreso. Llámalo cartel lírico; llámalo exaltación de humanidad o índice de pueblos. Llama como quieras a tu cartapacio sangriento. Cada página de él se podría pegar en una muralla y recordaría la orden de una movilización general para la Gran Guerra, cuyo término será la revisión de todas las leyes. No te conceptúo como director de revistas, sino como capitán de conciencias… (En: De Rokha, 2011, p. 181).

Una de las principales preocupaciones del “amigo piedra” fue dar voz a quienes no la poseían. Su obra poética es el intento de dar ‹‹categoría y régimen›› al lenguaje del hombre común. Marilú Ortiz señala sobre la obra de Pablo de Rokha:

Muchas guerras a muerte daría Carlos Díaz Loyola, pero tal vez la más importante de todas fue la que libró para darles voz en su obra a quienes no la tienen, y, luego para dar a luz creaciones literarias que trasciendan todo molde, en su búsqueda incesante de nuevas formas de expresión. Asimismo, persiguió con ahínco crear su estilo propio, y domar el lenguaje, como quién amansa un potro salvaje, pero sin que éste pierda vigor ni fuerza, ni su violenta animalidad (Ortiz de Rosas, 2015, pp. 297-298).

La poesía de Pablo de Rokha tiene como eje las vivencias, los anhelos, el dolor y la agonía del pueblo chileno. En su prosa se presenta la ‹‹necesidad poética›› de dar a conocer al hombre de su tierra —Como arquetipo de la humanidad—, dice:

Estudiemos al hombre en Chile: si la tierra / chilena tiene médula vital y originales / aspectos y energía y levadura eterna / con que construir héroes o construir estrellas / ¿por qué inquirir la razón del hombre en otras partes? (De Rokha, 1985, p. 9).

El objetivo es alcanzar el lenguaje del hombre de a pie. Esta búsqueda tiene su primera expresión clara en Sátira, y culmina en Vocabulario Rokhiano.

En Sátira, el bardo establece su carta de ruta:

Pero el lenguaje humano aún permanece intacto! / —Hacer arte en las letras nos es más que hacer lenguaje, / Expresarse tal como se expresan los humanos, / es decir, los que saben pensar, no los macacos, / las ratas, los cazurros, los curas, las comadres (Sátira, 1985, p. 23).

El desafío propuesto por Pablo de Rokha es cantar “la vida multiforme y compleja” (Ibíd., p. 7). Esta búsqueda culminará con la publicación de Vocabulario Rokhiano. En él, el “amigo piedra” fundará el español de Chile otorgando ‹‹categoría y régimen›› a las hablas populares. Su intención es definir la belleza multiforme de la vida cuotidiana, nuestra alimentación, nuestras bebidas, el divertimiento y las actividades laborales propias del Chile periférico. En su poesía se entronca inseparablemente al hombre, al poeta y la realidad. Naín Nómez señala lo siguiente:

Pablo de Rokha quiere mostrar una realidad en estado caótico y cambiante y cuya transformación se fije en un lenguaje que por su estructura adquiera estas mismas características. De ahí que se busque el poema total en que vida y discurso se aproximen, se intercambien, se totalicen y fragmenten, en el mismo movimiento, para que pensar, hablar y actuar se conviertan en una triple articulación inseparable y cuya constante aflora en toda la obra del poeta (Nómez, Naín. 2011, p. 7-8).

Esta comunión de elementos será fundante en la épica rokhiana; complejizándola y complementándola. En palabras del propio poeta:

Hacer arte es hacer que el devenir eterno, / el correr infinito del tiempo y del espacio, / se queden para siempre clavados al momento / en que el hombre cogió a la vida, en un lienzo, en un poema trágico, o en un trozo de mármol (De Rokha, 1985, p. 23).

El objetivo de Pablo de Rokha es ser el poeta de Chile. Él se define en 1922 como “un País HECHO poeta, por la gracia de Dios” (Los Gemidos, 1994, p. 22). Cabe señalar que la noción de país que desarrolla el “amigo piedra” no hace referencia alguna a la concepción burguesa del concepto, sino, más bien, a la patria grande de los obreros del mundo, es decir, la instauración del ‹‹comunismo››:

Y ha de manejar un día / bajo la bandera roja / la espada de la congoja / como un grito de alegría; / cruzando su rebeldía / de toruno bramador / anchas leguas de dolor, / abrazada de heroísmo, / implantará el comunismo / del pueblo trabajador!… (De Rokha, 2000, p.21).

Y, es él quién los guiará:

Por muchos milenios, naufragaría mi lenguaje, adentro de los pueblos de mis antepasados, desgarrándose y depurándose, hasta hacerse masa frutal en mi espíritu. Por eso, la tradición popular me pertenece. (De Rokha, 2015, p. 21).

El “amigo piedra” es patria de dolores y angustias y como el dolor nacional es mío, el dolor popular me horada la palabra, / desgarrándome, / como si todos los niños hambrientos de Chile fueran mis parientes (Canto del Macho Anciano). La belleza del intento rokhiano recae justamente en el ‹‹gesto›› de “hacer suyo el dolor nacional”. Esta es la génesis de su poesía.

El destacado poeta nacional Raúl Zurita, al referirse a la obra de Pablo de Rokha, afirmará:

Nadie en nuestra lengua había mostrado como Pablo de Rokha un idioma más programáticamente enraizado en las hablas populares, como nadie tampoco develó como él la profunda musicalidad, la sinfonía casi abstracta de una lengua en particular, la lengua Chilena (Zurita, 2011, p.9).

El lenguaje poético del bardo abre la puerta trasera de la historia de Chile, ese espacio mudo o zona gris donde acontecen hombres y mujeres sin nombre, sin rostro, que no aparecen y no aparecerán en los libros de historia. Desde su prosa emergen las provincias, las ciudades y los pueblos. Si seguimos la lógica expuesta por Raúl Zurita —en el prólogo ya mencionado— estamos en condiciones de afirmar que en Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile presenciamos la gran fundación poética de Chile en el siglo XX. En ella, el “amigo piedra” tiene por objetivo fundar todos los rincones de Chile mediante su palabra y compartiendo la fraternidad de ‹‹la buena mesa››. Lo señalado tiene un claro correlato en su poesía: El aventurero de los océanos deshabitados, / el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de / ciudades tentaculares (De Rokha, 1961).

Pablo de Rokha, hizo de la poesía su militancia, entregó sus versos a la revolución, sus poemas son armas en manos del pueblo, de las multitudes y de la clase obrera. El gesto rokhiano encontrará su redención y superación en la militancia política activa: aunque existo porque batallo y “mi poesía / es mi militancia”, / todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando / desde la otra orilla (De Rokha, 1961). El poeta emprende la colosal empresa de alcanzar y poetizar el lenguaje común. Su objetivo es guiar al pueblo de Chile a la revolución marxista:

La miseria social me ofende personalmente, / y al resonar en mi corazón las altas y anchas masas humanas, las altas y / anchas masas de hoy, / Como una gran tormenta me va cruzando, apenas / soy yo mismo íntegro porque soy mundo humano soy el retrato bestial / de la sociedad partida en clases, / y hoy por hoy trabajo mi estilo arando los descalabros.


III. Conclusión

El “amigo piedra” comprendió la necesidad de una poesía comprometida políticamente. Él advierte la necesidad de un arte político y combativo, un arte y un intelectual situado:

No solo lo pienso, sino que pienso que si no se interesa, es porque está enfermo, o porque no es un escritor, sino un badulaque fabricante de palabras. La política es la expresión social del sentido del hombre. (De Rokha, en Rosas, 2016, p. 12).

Dice:

Intento comprender la vida en su devenir, intento agotar el lenguaje, lo conceptualizo, lo amaestro y con él experimento la posibilidad de abarcar y significar la multiplicidad infinita de sentires y pensares humanos, elevo a la categoría de arquetipo universal al campesino y al obrero de Chile.

Antón Chéjov pensaba que para ser universal había que hablar de nuestro pueblo, de nuestra aldea, y es en la figura del mismo Pablo de Rokha donde esta sentencia cobra todo su sentido.

 

[1] De Rokha, en Neruda y Yo, señala haber celebrado su cumpleaños: “13 de marzo cumplí los setenta” (De Rokha, 2007, p.31).En su visa se consigna como fecha de nacimiento el 21 de marzo de 1894. Carlos Droguett, asegura que el poeta nace el 22 de marzo de 1894. En cambio, Faride Zerán en La Guerrilla Literaria afirma que el bardo nace el 10 de octubre de 1894. Naín Nómez sostiene, en Epopeya del Fuego, que Pablo de Rokha nace el día 17 de octubre de 1894, según su acta de bautismo.



 

 

Proyecto Patrimonio Año 2018
A Página Principal
| A Archivo Pablo De Rokha | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Pablo De Rokha, voz de los obreros
Por Matías Sotomayor
Fundación De Rokha
Publicado en Revista Mapocho, N°83, 2018