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        Idealismo y Materialismo en “Escritura de Raimundo 
  Contreras” de Pablo de Rokha (**)
            
            Por Felipe Gamboa Bravo
            
          
        
          
        
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          “La historia de la filosofía en su conjunto es la historia de la lucha y  el desarrollo de dos escuelas filosóficas 
            opuestas entre sí, el idealismo y el  materialismo. Todas las corrientes y escuelas filosóficas son manifestaciones
  
            de estas dos escuelas fundamentales”
            Mao Tse Tung
          
            (**) Conferencia leída en el marco del “Congreso  internacional de poesía: Chile mira a sus poetas”. Organizado por la Pontificia  Universidad Católica de Chile. Octubre de 2015.
           
          I. Consideraciones  preliminares
          Escritura de Raimundo Contreras (1929) de Pablo de Rokha es una obra  paradigmática en el proceso escritural  rokhiano. La finalidad de este trabajo es analizar cómo confluyen en el topos  del poemario los planteamientos antagónicos del Idealismo y Materialismo.
          Pablo de Rokha nace el 21  de Marzo de 1894 en Licantén, provincia de Curicó. En 1905 ingresa al Seminario  Conciliar de San Pelayo en Talca, del que es expulsado en 1911 por ateo y  rebelde. De esta época proviene la influencia de Voltaire y los clásicos  griegos como Lucrecio, Plauto, Virgilio y Heráclito; también su apodo de "amigo  de piedra".  
          En 1913 viaja a Santiago  para estudiar Derecho e Ingeniería en la Universidad de Chile. En esta época  estrechará vínculos con los círculos literarios de 
Santiago y varios  escritores, entre ellos Angel Cruchaga Santa María y Vicente Huidobro. Escribe  para los periódicos La Razón y La Mañana, publicando sus primeros poemas  en la Revista Juventud de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile  (Nómez, 1992). De los años de estudiante universitario datan sus lecturas de  Nietzsche y Walt Whitman, influencia que será fundamental en su creación  literaria. 
          Escritura de Raimundo Contreras pertenece a la primera etapa creativa de De Rokha, denominada  por Naín Nómez (1992) como “Experimentación y descubrimiento”. Esta etapa inicial  se caracteriza por una búsqueda artística, valórica y experimental, que  abarcará variados estilos literarios desde 1916 hasta 1930. En su búsqueda por alcanzar  una identidad artística, el autor heredará de Whitman la necesidad  grandilocuente de abarcarlo todo; afán totalizante presente en significativos  momentos de Canto a mí mismo. De Nietzsche,  por su parte, reformuló y contextualizó el “Súper hombre”, resignificado en la  figura épica de Raimundo Contreras, protagonista del poemario, quien es un  huaso y poeta que lee a Kant. En este periodo primer periodo artístico publicó: Folletín del diablo (1916), poemas  sociales que denotan su visión anarquista y crítica de la sociedad. Los gemidos (1922), libro vanguardista que  buscará un lenguaje que exprese las contradicciones vitales y sociales. U (1926), poemario de influencia  futurista. Suramérica (1927), libro  de influencia onírica y surrealista. Finalmente, Escritura de Raimundo Contreras (1929). Esta etapa artística  finaliza en 1930 con el ingreso del autor al partido comunista.
   
            Escritura de Raimundo Contreras, si bien editada en 1929, apareció  en circulación en 1944; la imprenta retuvo 13 años el libro ya que De Rokha no  tuvo dinero para cancelar edición. Los problemas de solvencia y edición fueron  una constante en la vida de Pablo. Recordemos que Los gemidos (1922) -obra cumbre de este primer periodo artístico-  corrió una suerte similar, ya que al tratarse de una autoedición el autor no  pudo cancelar la totalidad de los libros. La imprenta vendió los ejemplares de Los gemidos que no fueron cancelados como  papel para envolver carne en el matadero central (Lavquen, 2002).
   
            A las dificultades para  financiar sus publicaciones, debemos agregar la problemática de la distribución.  De Rokha generalmente publicaba sus libros en ediciones limitadas y pagadas por  el mismo autor. Esto generó que su obra se encontrara ausente de una gran  cantidad de bibliotecas y antologías. De aquí la importancia de la labor realizada  por Lom, Cuarto Propio y la propia Fundación de Rokha, al poner en circulación  el imaginario poético rokhiano, reeditando sus textos a partir de 1990.
          
            II.  Idealismo y materialismo
          En Escritura de Raimundo Contreras confluirán al menos dos escuelas de  pensamiento disimiles e incluso antagónicas; el Idealismo y el Materialismo. 
          El Idealismo sostiene que  el mundo material, es decir la "entidad de lo real", según Platón, es  incognoscible (Giménez y Rueda, 2015). La  reflexión es lo que nos permite aproximarnos a un conocimiento parcial de la  realidad por lo que, según el Idealismo, la realidad es generada y derivada de los  procesos cognoscitivos de los sujetos. Esta doctrina ha experimentado diversas teorizaciones,  si bien el referente inicial es Platón, serán importantes las contribuciones de  Descartes, Kant, Hegel y Fitche. Podemos distinguir al menos tres clases de Idealismo:  Absoluto, Subjetivo y Trascendental. 
          El Idealismo Absoluto o Filosofía  del espíritu afirma, según Fichte, que el espíritu es  todo, por lo que las nociones de pensar, ser y verdad son categorías que se articularán  desde el espíritu. El Idealismo Subjetivo, por su parte, minimizó el sujeto a  todas las cosas; el hombre lo es todo. En esta variante del idealismo, Kant asignó  al hombre un valor absoluto. Finalmente para el Idealismo Trascendental, sólo  podemos conocer las cosas en medida  que  están sometidas a las formas de nuestra sensibilidad y, puesto que el espacio y  el tiempo no son propiedades reales de las cosas sino algo asignado por el  sujeto, no podremos conocer jamás las cosas tal como son en sí mismas, sino que  sólo las cosas tal como nos aparecen. Para el idealismo trascendental los  fenómenos son representaciones y no cosas en sí mismas.
          Los  planteamientos idealistas estarán dentro del poemario en tensión constante con  el Materialismo. Éste propone que la materia es primaria y la conciencia es  producto del desarrollo posterior de la materia. El Materialismo plantea que la  conciencia se crea y modela a través de la percepción de la materialidad del  mundo y no es en ningún caso anterior a este como lo sugiere el Idealismo. En  esta doctrina destacarán Marx, Engels y Feuerbach; desprendiendo  de sus planteamientos al menos cuatro clases de Materialismo: Dialéctico, Histórico,  Filosófico y Científico.
          El  Materialismo Dialéctico es una concepción filosófica y científica del mundo,  creada por Marx y Engels. Según estos autores, la realidad se desarrolla  siguiendo una concatenación infinita de causas y efectos; en el mundo no existe  nada al margen de la materia y las leyes de su nacimiento y cambio. El  Materialismo Histórico, por su parte, es la aplicación histórica y social de  los principios del Materialismo Dialéctico. Todo Materialismo Histórico es  Dialéctico. Esta doctrina explicará el curso de la historia basándose en causas  materiales y económicas. El Materialismo Filosófico, en cambio, es la ruptura  con el idealismo y la afirmación más radical del materialismo, atacando la  religión y la teología, al igual que la metafísica en el sentido especulativo. El  Materialismo Filosófico propondrá que la unidad real del mundo consiste en su  materialidad, por lo que el hombre y el pensamiento serían productos de la  naturaleza, desarrollados y formados por su medio ambiente. 
          Finalmente, el  Materialismo Científico no se limitará a una perspectiva metodológica, sino que  "buscará la relación entre el entendimiento y el cuerpo, es decir, una  relación entre cualquier fenómeno mental y un proceso físico" (Giménez y Rueda, 2015). El  Materialismo Científico tendrá una noción positivista de la competencia  científica en el campo del conocimiento.
          
            III. Escritura  de Raimundo Contreras
          La intención de este estudio  no es zanjar la disputa entre Idealismo y Materialismo, sino que comprender de  qué manera esta contradicción filosófica y existencial se presenta en el texto.
          En Escritura de Raimundo Contreras asistimos al desarrollo de una  épica social en la tradición literaria chilena, comenzada en gran medida por De  Rokha en Los Gemidos. El poemario abordará  la realidad desde su fragmentación, a través de la figura de Raimundo Contreras,  quien transitará entre la modernidad y postmodernidad; entre el campo y la  ciudad, develando la pugna ideológica entre Materialismo e Idealismo. Raimundo  encarnará un cúmulo de contradicciones vitales y sociales, denunciando el  abandono y desarraigo del campo chileno. 
          La primera gran prueba que  enfrentará Raimundo es el misterio de la muerte, ya que su hijo Tomás acaba de  fallecer:
          
            “Aquí, en este vértice, Tomás,  hago un abismo, trazo un vacío imponente, paro mi vida.
              Aún escucho crujir la  naturaleza y el corazón de tu madre, aún veo el sonido de mundo, de tiempo que  se derrumba, de sol, de mar, de luz partida de la última gota de aceite  alcanforado, aún siento que la pequeña lengua lame la eternidad ensangrentada.
              Ahora te come la tierra, más  glotona que tú, hijo mío, niño mío, Tomás, y yo te lloro.
              Morías como un héroe del  absoluto” (De Rokha, 2001) 
          
          Estos desgarradores versos  atestiguan un hecho real; lamentablemente De Rokha y Winett padecieron la  muerte de un recién nacido llamado Tomás. Hay un fuerte sustrato biográfico en la  obra, lo que ha llevado a la crítica a interpretaciones exclusivamente biográficas,  clausurando otras lecturas del texto.
          El idealismo se presenta  en primera instancia, como una búsqueda por superar la condición existencial de  angustia, evidenciando la lucha del hombre contra un dolor que no comprende.  Esta condición de amargura y dolor arrastrará a Raimundo al descontrol, a  través de valores y personajes propios del bajo mundo, como son el exceso y las  prostitutas:
          
             “la Rosita con los calzones  llenos de pecados echarla a la cama cerradas todas las puertas del viento dios  caído de cabeza a la espalda del infinito eternamente como quien se huyese con  ella” 
          
           O también:
          
             “tabernas de acero humedece de  cuadrantes melancólicos la rabia ansiosa del niño mete un invierno de  provincias de atardecer por las roturas de las tristezas de Raimundo” (De  Rokha, 2001)
          
           El personaje sufre el vano intento por eludir su  destino y olvidar la muerte de su hijo;
          
             “es un ruido que abarca que  agranda que
              agarra enrollado a la noche  partida un ruido que
              va saliendo un ruido que va  creciendo y desenvolviéndose arrastrando a Contreras entre las patas velludas  de sus neumáticos” (De Rokha, 2001)
          
          Luego de la muerte de  Tomás, Raimundo viajará a la ciudad buscando un nuevo comienzo, pero terminará delirando  ante una ciudad que no comprende; evidenciando las contradicciones sociales y epocales  entre campo y ciudad presentes en la década del 30'. Raimundo jamás será feliz  en la ciudad. El universo del poemario se constituye como una crítica a la  sociedad industrializada de la época. El paisaje es opresor y llenará de vicios  y amarguras a Raimundo, denunciando la tensión materialista a través de los  conflictos sociales que surgen de la migración y la falta de humanidad en la  ciudad.
          
            “cuando comienza la mañana a  colocar pájaros en las banderas del día ¡ay! Raimundo ese
              vino grande que se quiebra  sonando a ventana de
              invierno ese vino libre y  polvoroso vino de puta
              en catre salvaje negra la  tonada corazón ofendido y andariego……
              qué ganas de matarse tiene  Raimundo Contreras tan apasionado tan atrabiliario y con
              tanto cansancio arrinconándole  tan valerosa cobardía qué ganas de tener ganas de matarse” (De Rokha, 2001)
          
           Ante la soledad y angustia de la urbe moderna, el  sujeto poético se refugia en la bohemia nocturna del bajo mundo; el alcohol y la  prostitución aparecen como suplementos ante la orfandad del sujeto, aunque la noche  y la farra sólo acrecentarán la angustia de Raimundo. 
          
            “y además literato ¿literato?  literato es
              decir una gran máquina es  decir el que riega
              duraznos con petróleo y el que  siembra terrenos
              a dinamita y ara a patadas o  balazos es decir el
              que esteriliza y produce  aquella fruta egregia del
              veneno: el poemagran química  metasíquica” (De Rokha, 2001)
          
           Raimundo además de marginal citadino es poeta; alter  ego rokhiano que alegorizará en su praxis vital los conflictos sociales, denunciando  la inutilidad de la poesía ante los ir y venires del mundo citadino. La crítica  a la sociedad industrializada que porta el poemario, se interpreta como una  crítica al determinismo materialista y a la ilusión de progreso que presenta la  sociedad capitalista. 
          
            “de repente asoma la  naturaleza entre las grandes aguas marchitas doblado hacia adentro atento a la  imperial polea sicológica escuchando los anillos de indefinible herido en heridas  afuera del suceder kantiano Raimundo mirando su soledad en todas las cosas no  alcanza a ver la tierra” (De Rokha, 2001)
          
           Este fragmento presenta una crítica al idealismo  subjetivo, ya que al posicionar al hombre en el centro del universo, dejará de  lado el mundo material, lo que llenará de una profunda angustia al protagonista.  El poemario planteará críticas a ambos lineamientos ideológicos; la tensión  entre Materialismo e Idealismo recorrerá todo el poemario, por lo que el autor  no podrá decidirse ni por una, ni por otra escuela filosófica. 
          El idealismo abordará la  desmesura del topos lírico, algo que será reiterativo en la poética rokhiana. El  hablante se viste y fusiona con el paisaje -síntesis hegeliana-, inaugurando  una nueva etapa en la linealidad del poemario que marcará el fin del  sufrimiento y el comienzo de la felicidad para el hablante. Raimundo se  reconciliará con la realidad y clase social en un entorno alejado de la  vorágine citadina. El regreso al mundo rural provocará en el hablante la  conciencia de clase, enalteciendo los valores locales; iniciando o continuando la  épica social latinoamericana, que se convertirá con el pasar de los años, en el  sello poético de Pablo de Rokha:
          
             “al caminar va levantando los  pájaros
              colorados pisa y revientan  grandes hongos dulces que tienen bastante mundo en las pupilas 
              arrumoradas de esteros eternos  habla y sonríen
              todas las materias ¡oh! habla  habla y setecientos camarones entusiastas emergen del elemento
              del universo embanderados los  cuadrados lomos
              dando olorosos saltos de  potrancas en soledad
              Raimundo entonces Raimundo  abraza la vida
              la monta y le revientan loros  de tinta” (De Rokha, 2001)
          
          En oposición a la vorágine  citadina, el retorno al campo que lo vio nacer brindará a Raimundo estabilidad  sentimental, abandonando su inicial condición de soledad gracias a Lucina. El sujeto  estará acompañado por primera vez en el poemario. Pareciera ser, que es Raimundo  quien permite el nacimiento de su amada, lo que sería el primer indicio de la  condición de macrocosmos materialista que portará el protagonista:
          
             “veces de veces le parece a  Contreras que ella
              no sucedió desde afuera hacia  adentro como
              manzana madura sino desde  adentro hacia afuera como lo caído y tremendo de las cosas futuras
              que son el pasado de la  esperanza y como
              obra suya apenas cree que  existe y la llena
              entera de lamentos” (De Rokha,  2001)
          
          Lucina alegoriza  planteamientos idealistas, ya que permite la redención vital y existencial de  Raimundo, potenciando la armonía en el topos campesino del poemario. Es un amor  de desterrados que pese al germen de la desolación, permite la evolución sicológica  del hablante, proyectando paz y armonía al texto:
          
             “hay una cosita azul ardiendo  apenas adentro del hombrote duro un departamento de debilidades felices un  aroma de pueblos que nadie conoce se torna profundo colgando duraznos en las
              higueras de siempre” (De  Rokha, 2001)
          
          El poemario evidencia el tránsito  de la vida juvenil de excesos citadinos, a una tranquilidad vital y existencial,  centrada en la relación armónica del sujeto con el campo. Apreciamos una  madurez del sujeto lírico, fruto de experiencias y angustias, revindicando la  condición campesina.
          
            “Raimundo la quiere y la huele  como a una
              naranja pero la aprieta mucho  y ella llora sola
              haciendo pucheros de uva  entonces él le corta
              rosas de risa y amapolas” (De  Rokha, 2001)
          
           Se presenta una violencia creadora, Raimundo se aleja  del abandono y la soledad iniciales. Tensionando la relación finito-infinito. El  sujeto buscará la trascendencia a través de ambas corrientes filosóficas.
          
            “¿por qué convergen a Lucina  todos los caminos? porque convergen a Lucina todos los caminos de la misma  figura que al poeta todos los sucesos por convicción del ser cósmico porque rodean  su postura de ejemplo adorándola los fenómenos” (De Rokha, 2001)
          
           La imagen femenina convoca y aglutina diversos elementos  naturales. El amor de Lucina redime y salva a Raimundo.
          Al finalizar el poemario,  el universo lírico alcanza cierta armonía y parecía que se cerraba con el  protagonista dejando atrás su inicial orfandad, gracias a la figura femenina y  al campo; pero el topos poético se revela inesperadamente contra el hablante.  El universo lírico vuelve a ser hostil, transitando  desde lo subjetivo a lo objetivo; Raimundo acoge dentro de su propio ser a  Lucina y sus hijos para resguardarlos del mundo. El hablante se posiciona como  macrocosmos transitando desde lo particular a lo general, por lo que Raimundo  pasa a ser el mundo, clausurando de forma insospechada el poemario:
          
             “olas de silencio altas olas  de silencio lo van
              arrinconando contra la montaña  de fuego todas
              las hienas de la soledad y su  actitud la propia
              memoria lo escupe lo araña le  tira espanto a
              los ojos insultándolo en la  inmensa noche abierta
              entonces se abre las entrañas  y mete adentro a
              Lucina y mete adentro a sus  hijos y a sus hijas y
              les hace camas de besos y echa  a rodar mundo y
              cielo abajo” (De Rokha, 2001)
          
           El sujeto se configura como un todo; pasando a ser,  no el centro del mundo, sino que el mundo mismo. Raimundo se constituye como un  macrocosmos histórico, lo que alegorizará en los versos finales del poemario, el  triunfo del Materialismo sobre el Idealismo.
          
            IV. Palabras  finales 
          El poemario evidencia las  contradicciones vitales y existenciales presentes en De Rokha, contextualizando  las temáticas centrales de su obra: la grandilocuencia de un hablante ante un  mundo desmesurado; épica y resemantización de lo popular; una visión degradada  de la historia humana; la necesidad de ruptura con la tradición poética  anterior y finalmente, atestiguar la unión total y sin medios tonos entre  praxis y pensamiento, Naín (1998) hablará de un “código ético y político de  honestidad personal”; temáticas relacionadas directamente con los  planteamientos filosóficos contenidos en el texto.
          Lo  interesante del texto no es el triunfo del Materialismo sobre el Idealismo,  sino la manera en la que se presenta esta relación contradictoria. El texto  presentará críticas a ambas corrientes filosóficas, por lo que la tensión entre  Idealismo y Materialismo recorrerá el texto de forma sostenida; develando las  contradicciones vitales y existenciales del autor, a través de la figura mítica  y heroica de Raimundo. 
          Raimundo Contreras es un  héroe épico, que encarnará los valores del campesinado chileno y luchará por  vencer el destino adverso de abandono y desolación; alegorizando los valores y  problemáticas de su clase social, universalizando y mitificando la figura de  Raimundo. El mundo rural emerge como “una mitología mundana de figuras  heroicas, a veces satanizadas, sufridas y abnegadas pero siempre epónimas,  fundadoras de una identidad” (Rojas, 2009). Raimundo, alter ego rokhiano poeta  y lector de Kant, saldrá victorioso de su batalla épica contra el mundo, al transitar  de lo individual a lo colectivo, convirtiéndose en el macrocosmos histórico-materialista  del poemario. 
          Al respecto, es pertinente  recordar los planteamientos estéticos enunciados por De Rokha en Obras inéditas (1999): “La imaginación  creadora no va de lo subjetivo a lo objetivo (idealismo) sino de lo subjetivo a  lo objetivo (materialismo) y retorna a lo objetivo como una realidad nueva,  estremecida de autonomía”. Esta cita explicita el transito del pensamiento  anarquista e idealista juvenil, a un pensamiento que sintoniza con ideales  marxistas, los que llevarán al autor a inclinarse por el Materialismo  Dialéctico como método filosófico-estético de creación literaria, lo que se  atestigua en los versos finales del poemario.
          Escritura de Raimundo Contreras, publicado en 1929, articula un vértice en el  proceso escritural rokhiano, anticipando los contenidos sociales y políticos  que estarán presentes en las posteriores obras del autor; atestiguando el  tránsito de los planteamientos idealistas iniciales, hacia una concepción  marxista de la historia, plasmándose en su ingreso al Partido Comunista en  1930. Posterior a su ingreso al partido, comenzará el segundo periodo poético rokhiano,  influenciado por temáticas bíblicas y sociales, en el que prevalecerá la noción  materialista de la historia.
           
          V. Bibliografía
          - De Rokha, Pablo. Escritura  de Raimundo Contreras. Santiago: Editorial Cuarto Propio (2ª ed.), 2001.  Versión online
 
            [http://ww2.educarchile.cl/UserFiles/P0001%5CFile%5Carticles-66641_Archivo.pdf]
           - De Rokha, Pablo. Obras Inéditas. Santiago:  Lom. 1999.
          - Giménez y Rueda. Lecciones de filosofía: Bachillerato,  cap. VII. Consultado 17 de Agosto, 2015. Versión online
 
            [http://efrueda.com/textos/materialismo-e-idealismo]
          - Lavquen, Alejandro. 80 años de los 'Los Gemidos' de Pablo de  Rokha En: Revista Rebelión, 21 de Julio, 2002. Versión online
 
            [http://www.rebelion.org/hemeroteca/cultura/alejandro200702.htm]
          - Nómez, Naín. Pablo de Rokha treinta años después. En Revista  Rocinante, Noviembre de 1998. Versión online
 
            [http://www.letras.mysite.com/rokha1.htm]
          - Nómez, Naín. Vida y Obra. En Nómez, Naín (ed). Poesía  chilena contemporánea: Antología crítica. Santiago: Fondo de Cultura  Económica. 1992. Versión online
 
            [http://www.letras.mysite.com/rokha3106.htm]
          - Rojas Pachas, Daniel. Los Gemidos de Yanquilandia. En Revista  Cinosargo, (21 de Julio, 2009). Versión online
 
            [http://www.cinosargo.cl/content/view/437141/Los-Gemidos-de-Yanquilandia-por-Pablo-de-Rokha.html]