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Catorce preguntas a Pablo de Rokha

Por Jorge Román Lagunas y Patricio Ríos S.
Publicado en LA NACIÓN, 7 de enero 1968


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—1) En su poema CANTO DEL MACHO ANCIANO surge la idea de la más tremenda frustración. Concretamente, queremos preguntarle por el sentido de estos versos:

“Infinitamente cansado, desengañado, errado, con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado o abandonado o atropellado al avatar del destino”...

—P. de R- El héroe que se cree héroe, no es héroe, el santo que se cree santo, no es santo, porque el héroe que se cree héroe, ha endosado el histrionismo a la dignidad tremenda de la categoría heroica, enmascarándose, es decir, desintegrándose, por suicidio. La sensación de “frustración” se refiere a lo heroico mismo y no al sujeto local, sino al sujeto social, histórico, debatiéndose en la agonía de la burguesía imperialista, medio a medio de la problemática horrenda de la existencia. Nos lanzamos a la batalla contra el destino con “la ilusión heroica” de taladrar la eternidad con la belleza, pero como la eternidad no existe, sino desde el punto de vista de la materia, y todo arte es arte clase, el material del arte refleja y se refleja en la desgarradura “agonal”, —como diría Epicuro—, del régimen, azotándose contra el régimen. Además, soy huaso chileno, soy roto chileno, en el corazón de Latinoamérica, y los chilenos “amarditamos” los vocabularios, a fin de no naufragar en la fanfarronada, ni en la astracanada del énfasis. Yo escribo “epopeyas populares realistas” cuya raíz honda, tranquea desde la infancia, y como yo admiro, como Goethe o Pío Baroja, al hombre de acción, me conmueve, probablemente caminar los desfiladeros del Moisés del “Pentateuco”, "El Génesis”, “El Éxodo”, “El Levítico", “Los Números”, y “El Deuteronomio”—, escribiendo, construyendo y conduciendo un pueblo, su pueblo, mi pueblo, cosa tan grandiosa como horrenda, porque Moisés no entró a Canaán, murió en las alturas de las montañas del Nebo, contemplándola... (entró Josué, su hermano), cosa tan grandiosa como horrenda fue mi gran esperanza, ya frustrada, porque aspiraba a las capitanías: sólo los tontos y los megalómanos, como Neruda, por ejemplo, se autoestatuizan, confundiendo el éxito con el mérito.

—2) ¿En qué consiste esa suerte de sentimiento trágico de la existencia que se respira en gran parte de su obra?
—P. de R. Toda mi obra, toda, absolutamente toda es trágico-dionisiaca, volcánica, insular, dramática oceánica, como el Continente americano.

—3) En sus obras abundan las alusiones a contingencias y personas ¿No cree Ud. que estas alusiones rebajan en parte la calidad poética de su canto?
—P. de R. Repitan su lectura del Dante y encontrarán en “El Infierno” de “La Comedia” o “Divina Comedia”, como la bautizaron a la memoria del Alighieri), a todas las ''personas" políticas, papales, artísticas, cardenalicias que lo calumniaron o lo desterraron o lo difamaron, y en "El Paraíso" a Beatrice di Portinari, su amor enorme, y me repiten la pregunta, porque "La Divina Comedia" es una gran campana de oro en la cual resuena todo el Medioevo, como en la Catedral Gótica o Barroca, más en la Catedral Barroca, y en la Catedral Itálica o en la Catedral Hispánica.

—4) Al lector de su poesía le sucede algo así, tan pronto un verso lo emociona por su ternura y por su intenso sentido amoroso, surge el verso siguiente. sarcástico, odioso. Según esto, ¿puede decirse que su obra es un continuo saltar del amor al odio, sin términos medios?
—P. de R. Naturalmente. Yo trabajo los estadios de la concepción planteada por el Materialismo Dialéctico e Histórico del conocimiento de la naturaleza, desde el Tales de Mileto, Heráclito, Zenón, Demócrito y Hegel, en sus raíces idealistas (ya tronchadas por el Marxismo y logradas sólo y únicamente como método), a Marx, Engels y Lenin. Entonces se produce el choque terrible de los términos antagónicos o no antagónicos y de "los contrarios" heracliteanos, en el estilo.

—5) ¿Qué opinión tiene Ud. del libro PABLO DE ROKHA, GUERRILLERO DE LA POESÍA, de Mario Ferrero? ¿Está Ud. de acuerdo con las ácidas criticas que Yerko Móretic le dedicó en el diario "El Siglo"?
—P. de R. Mario Ferrero es un gran poeta joven de Chile y un ensayista considerable. Su ensayo de crítica: “PABLO DE ROKHA. GUERRILLERO DE LA POESÍA", con el cual estoy de acuerdo mayoritariamente, y con el cual no estoy de acuerdo, minoritariamente, es un ensayo de critica honrado y leal, basado en los hechos concretos y en el estudio de mi vida y de mi obra, bien escrito, con decoro, honesto y sincero, con relación a mi vida y a mi obra. La opinión de quien aluden, señalándolo, ustedes, es grandemente equivocada, lamentable y vulnerable, y, acaso, insidiosa, rencorosa, venenosa. El señor Y.M. termina la diatriba diciendo que él ignora cómo será el hombre de mañana, pero si él es comunista, y es comunista muy habilidoso y aficionado a refocilarse en la vida dichosa, sabrá que el hombre de mañana será comunista, porque él no podría dudar de la victoria definitiva de los trabajadores, si es comunista, y no un anticomunista con sombrero loco.

—6) Entre los escritores importantes de este país Ud. es prácticamente el único que ha tenido que editar sus propias obras. ¿Por Qué?
—P. de R. ¿Soy el único, como lo afirman ustedes? Bien, perfectamente. Y si soy el único, soy el único que no encontró al editor que no buscó, editándome yo, o no me buscaron los editores porque no he de ser un poeta comerciante entre comerciantes.

—7) ¿Por qué cree Ud. que críticos como Alone, Edmundo Concha, Fidel Araneda Bravo, apelan a argumentos extraliterarios para condenar su obra?
—P. de R. Porque los tres son unos criticastrejos turbios y aventureros, según las premisas ya estipuladas. Un crítico literario, que cree que hace crítica literaria, sirviéndose de “argumentos extraliterarios”, no es un crítico literario, es un granuja malintencionado e idiota. "Tú lo estás diciendo", le respondió Jesús de Nazaret a Poncio Pilatos, en el interrogatorio flagrante y cargado de azotes (y Poncio Pilatos era un romano de la Roma Imperial de los Césares y había heredado su matrimonio de Tiberio...

—8) En la lista de escritores galardonados con el Premio Nacional de Literatura, ¿quiénes sobran y quiénes faltan?
—P. de R. ¿sobran tantos (no se equivoquen y escriban "tontos”) y faltan tantos, que no me voy a referir a los que sobran, sino a cuatro o cinco o seis de los que faltan: Mahfud Massis, Carlos Droguett, que debió recibir el Premio Nacional de Literatura 1967, Gonzalo Rojas, Mario Ferrero, Daniel Belmar, Juan Godoy, y otros.

—9) ¿Que opinión le merece el nuevo Premio Nacional, Salvador Reyes?
—P. de R. Reyes es un "afrancesado”, a la manera de sus maestros Pierre Loti, Claude Farrere o Jean Lorrain, y algunos ingleses someros. Hay “siutiquería” literaria, en niveles descomunales o estúpidos en sus novelas. Y es menester no olvidar que el primero y el segundo, aparte de ser anormales, como el tercero, fueron criminales, porque Viau-Loti, está marcado por el gran poeta francés Claude Roy, como uno de los bandidos uniformados de la Marina de Guerra de Francia, de aquellos años protervos, que actuaron en los asesinatos de Shangay, y en las masacres de chinos, más horrendas, como son las masacres más horrendas. Reyes no tiene esas taras viejas y repulsivamente inmundas. Pero el juego del romanticismo mediocre de “lo marino”, a la manera de D’Halmar, babea sus novelerías y sus marinerías. Además, el Premio Nacional de Literatura tendría un significado positivo y no negativo e insignificante, u ofensivo, como hoy, si abriera las puertas editoriales de contornos continentales, con el aldabón de las editoriales chilenas, que poseen, apenas, un carácter provincial, aldeano, nacional, así como así, permitiendo la invasión de la "civilización” del Imperialismo de Norteamérica en “la historieta” malvada, corruptora, hinchada de intención colonizadora y no lanzando los libros chilenos, no sólo los libros de “los premiados”, sino todos los libros chilenos a todo lo largo y lo ancho del idioma castellano. Son los pueblos del mundo, de todos los tiempos del mundo, los que consagran la obra, que no es fama, la obra, y no los jurados, ni los jureros, no los jurados, y el Premio no es pueblo, sino en casos excepcionales y emocionantes, es, generalmente, muñequeo por ablandamiento.

—10) Quisiéramos una opinión suya sobre la poesía joven de Chile. Entre otros, queremos preguntarle por Barquero, Parra y Arteche.
—P. de R. Me parece que Efraín Barquero, agarra, en principio, el buen camino, superándose y ensanchándose; Parra es nada más que un «snob» plebeyo y populachero, no popular, un versificador en niveles abominables de oportunista, que pretende engañar o engañó a las manadas enajenadas de la chacota en la literatura, no al pueblo, porque al pueblo no lo engaña nadie y a los que lo engañan les parece que lo engañan y un desfachatado y escandaloso trepador a máquina, un pingajo del zapato de Vallejo; Miguel Arteche escribe sonetos, que, como sonetos, son buenos, como sonetos, únicamente como sonetos.

—11) Al parecer las condiciones económicas (tan adversas) en que les toca iniciarse a los escritores jóvenes, no han cambiado en nuestro país. ¿Qué les recomendaría Ud. para lograr el diario sustento?
—P. de R. Lo declaro rotundamente: yo no doy consejos, ni los acepto.

—12) Usted es un poeta revolucionario. Como tal ¿cree Ud. necesaria para un artista la militancia política? Esta pregunta pretende aludir también al tan discutido problema de la independencia.
—P. de R. Cuenta Clara Zetkin, en sus conversaciones con Lenin, el gigante Lenin, que un camarada se acercó al líder máximo del siglo, allá por adentro de los pueblos de la U.R.S.S. recién nacida, le dijo: "Camarada Lenin, el camarada X no acepta otras tareas partidarias sino las de escribir poemas"; Lenin replico: "Muéstreme sus escritos"; y después de haber leído con atención, haber sonreído y haber guiñado un ojo, con la malicia genial de ese grande hombre, agregó: "que continúe escribiendo, y escribiendo, con gran responsabilidad: su poesía es su militancia".

—13) El crítico Sánchez Latorre (Filebo) creyó encontrar un acabado retrato de su personalidad poética en las siguientes citas de Walt Whitman:
. . . . . . . . "...Señero, insatisfecho, conspiró para la revolución..."
. . . . . . . . "...Levantado ahora y siempre contra quienquiera que, menospreciándome, pretenda gobernarme..."
. . . . . . . . "...Malhumorado, lleno de ardides, cargado de recuerdos, caviloso, con muchas tretas..."
. . . . . . . . "...Ni el tiempo ni su mudanza alterarán jamás mi ser ni mis palabras..."
¿Qué opina Ud. de este retrato?
—P. de R. Que Luis Sánchez Latorre, con quien no coincidimos, ni en la doctrina ni en la ideología, y a quien yo aprecio bastante, es bastante inteligente, un crítico.

—14) ¿Qué opinión tiene Ud. de Miguel Ángel Asturias, el nuevo Premio Nobel de Literatura?
—P. de R. Opino que Fidel Castro es el más grande hombre político de América, indiscutiblemente, el más grande hombre político de América, de todos los tiempos, y que la pequeña Cuba inmensa va a dar un tipo de hombre nuevo en el continente, como lo está dando la República Popular China, un tipo de hombre nuevo, que no presintió Miguel Ángel Asturias.


 

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