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Deudas por saldar. María Inés Cavalla. Editorial Asterión, 2009, 161 páginas.
El peso del sexismo
Por Patricia Espinosa
Las Ultimas Noticias, 29 de mayo de 2009
La fábula de corte feminista todavía resulta viable como estrategia literaria, aun cuando el feminismo, en nuestro país, parece haber quedado reducido a los departamentos universitarios de estudios de género. 
Ejemplo de esa viabilidad es esta novela de María Inés Cavalla, la primera de la autora, narración que entrega una moraleja destinada a denunciar las estructuras que instalan el dogma de la supuesta inferioridad femenina.
El libro se divide en cuatro capítulos centrados en Esperanza, hija de una conservadora familia provinciana, que vive su adolescencia en plenos años 60. Las múltiples lecturas, el contacto con sus compañeras de diversa condición social en un colegio público y la figura materna golpeada y humillada por el padre despiertan su rebeldía. Esperanza se propone estudiar y desviarse del camino trazado por su familia. El sueño se trunca porque a los diecisiete años se casa. El matrimonio fracasa y ella decide separarse, generando un escándalo social en el pequeño pueblo. Luego se traslada a Santiago con sus dos hijos e inicia una nueva vida.
Deudas por saldar es una novela cargada de sufrimiento pero también de ilusión. La protagonista vive el cruce de dos épocas desde la pasividad a la toma de conciencia, mientras ve emerger nuevos paradigmas valóricos y políticos; aunque éstos le pasan por el costado durante su adolescencia, logra finalmente recuperar el tiempo perdido. Así, se expone de modo directo y básico a un personaje que simboliza todo el peso del sexismo y que, a pesar de sus limitaciones, tambalea pero logra darse cuenta de que su única salida es el estudio y la profesionalización. Y, aunque se saltó los años del hippismo, la militancia y la vehemencia del proyecto revolucionario que vivía el país, cayendo de sopetón en la dictadura, Esperanza sí puede elegir su propio camino. El despertar político, aun cuando le llega tarde, se materializa en sus hijos. Ambos universitarios, educados por una madre que les enfatiza su postura liberal, se manifiestan como severos opositores al régimen militar.
La novela sigue fielmente un desarrollo lineal en el progreso existencial de su protagonista, cubriendo décadas y décadas con una rapidez abismante, lo cual tiende a darle al libro un ritmo acelerado, pero le resta profundidad. Sin embargo, a pesar de su ligereza, consigue delinear el camino de autonomía que la protagonista va experimentando de manera progresiva.
Y, tal como en una fábula, la heroína regresa al pueblo que la vio nacer. Es en ese lugar donde volverá a vivir una experiencia traumática que marcará un nuevo rumbo en su vida mediante el cruce del amor y la muerte. El tono exageradamente sencillo y translúcido de la propuesta narrativa de María Inés Cavalla redunda en un texto de carácter didáctico, con cierto aire de manifiesto generacional que, pese a todo, resulta necesario considerar como parte de una literatura cuya función principal es exponer un feminismo que todavía reclama igualdad.
