Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Patricia Espinosa |
Autores |






Crítica Literaria

Por Patricia Espinosa
Publicado en Las Últimas Noticias, del 17 de abril al 15 de mayo de 2020



.. .. .. .. ..


Cola Mala

El Rey Feliz. Planeta, 2019, 222 páginas.
LUN, 17 de abril de 2020

El diseño de la portada, el título y las páginas iniciales de este libro dan señales equívocas La primera impresión es que se trata de un volumen cargado al humor y la irreverencia liviana; sin embargo es totalmente lo contrario. Cola Mala, firmado con el seudónimo El Rey Feliz, es un volumen dramático, donde lo menos que hay es ironía y risa.

Inicialmente esta escritura fue parte de un blog autobiográfico, donde el autor mantenía contacto directo con sus lectores durante la efervescencia de la generación pingüina. La no ficción, por tanto, es el origen de esta novela de formación sobre Rey Feliz, el mismo nombre del autor, un chico gay, de clase media, con una familia homofóbica y que estudia en un liceo de hombres.

Mediante sus recuerdos, el protagonista recupera tramos de su infancia y adolescencia, atravesadas por el constante bullying escolar y la represión familiar a causa de su sexualidad. El personaje reconstruye con minuciosidad las múltiples circunstancias y situaciones en que fue violentado sin que nunca hubiera nadie capaz de rescatarlo o darle, a lo menos, una palabra de alivio o solidaridad.

La soledad del personaje es impactante. El "niño cola", como el propio narrador lo define, no posee educación sexual ni herramienta alguna para enfrentar un mundo asquerosamente homofóbico. Por tanto, lo único que le queda es explorar y equivocarse en sus decisiones, como en su enamoramiento quinceañero y sus encuentros sexuales concertados por una red social. Para Rey Feliz, el miedo, el sufrimiento y los constantes errores no son una parte más de su crecimiento; más bien son la única forma de vivir la homosexualidad.

El volumen posee una fuerte carga didáctica. Las aventuras de su protagonista son narradas desde un punto de vista cercano, ingenuo, al extremo de ignorar la asociación de alguna enfermedad con una activa vida sexual. El protagonista, además, genera una enorme empatía al mostrarse sencillo, carente de toda mala intención. El libro se dirige claramente a dos tipos de lectores, el muchacho gay y el adulto homofóbico. Estos dos destinatarios podrán verse representados como víctimas y victimarios.

No es raro encontrar en las novelas de formación figuras homosexuales; casi siempre aparecen sublimadas o embozadas detrás, por ejemplo, del nacimiento del artista; además, conflictuar la moral dominante y el carácter ejemplar son casi requisitos del género. La narración de Rey Feliz no se esconde, sino que acentúa el conflicto sobre la homosexualidad. En lo que sí responde al género es en la crítica y la moraleja. Hay una evidente responsabilidad familiar en la situación del chico. Su desamparo es producto del dogmatismo del padre, el sometimiento de la madre y un sistema escolar arcaico y violento. A nivel de subtexto se comprende que Rey Feliz hubiese podido vivir su homosexualidad de otra manera, con respeto, afecto o por lo menos sin violencia.

Cola Mala, expresión que el protagonista se autoatribuye asumiendo con triste sarcasmo lo que el mundo homofóbico piensa de él, es un libro que no pretende ser más de lo que es, cercano a la autoayuda, sin impostaciones intelectuales o de clase, mesurado en su cercanía con la cultura mainstream. Representar el ser gay desde una clase media tan conservadora como la peor de las élites es una tarea que Rey Feliz cumple a cabalidad, dejando al mismo tiempo un conmovedor testimonio de una de las más grandes revoluciones sexuales del país, la de la generación pokemona.


________________________________________-
Nacido con otro nombre, como es bastante obvio, El Rey Feliz, periodista de profesión, tiene 25 o 26 años. "Cola Mala" es su primer libro.



 



María Cuñada Mía
Joannes Lillo. Laurel, 2019,44 páginas.
LUN, 24 de abril de 2020

Dentro de las cursilerías del lenguaje literario está la palabra plaquette, que remite a una obra literaria de pequeño formato, a veces un adelanto de algo más grande, por lo general de poesía. Es extraño que en nuestro país haya escaso interés editorial por publicar plaquettes en géneros como el cuento o el ensayo. Por estas razones la aparición de un libro de pequeño formato que contiene un solo relato suele resultar toda una novedad. Desgraciadamente, María Cuñada Mía de Joannes Lillo genera expectativas que no se verán satisfechas.

Las decisiones editoriales suelen ser insondables. Sin embargo, hay algo que no se puede eludir: si un libro ha sido publicado es porque se estimó valioso, destacable. Y eso es doblemente importante en este formato, ya que estos libritos conllevan una fatalidad, una suerte de condena: ser considerados joyas ocultas, obras potencialmente de culto. Pero María Cuñada Mía de joyita no tiene nada, ni siquiera puede ser catalogado como un cuento mediocre.

Si hubiese que destacar algo en este relato serían los dos párrafos finales, por dos razones. La primera es que se rompe el tiempo pasado en que ha sido narrado la totalidad del volumen. La segunda es que por fin sucede "algo" que permita movilizar la monotonía de esta historia protagonizada por un colegial enamorado de su cuñada. María solo tiene algunos años más que el jovenzuelo y ha sido la pareja de Christopher, su hermano mayor, durante varios años. En el presente, uno de los hijos de la pareja ha muerto y Chistopher se ha marchado del hogar, al parecer a un lugar desconocido.

El narrador, el adolescente, tiene como interlocutora a María, quien jamás responde a esta sufrida confesión. La soledad de María sirve a su joven cuñado para buscar su cercanía, planificando mostrarse amigo, conversador, compañero de carretes. Todo esto con mucho respeto, ya que busca no traspasar límites ni dañar la relación fraternal que ha logrado construir.

La historia insiste en exponer el cortés y cándido discurso amoroso del joven, matizado con cierta eroticidad. Este tipo de historias de enamoramiento adolescente reafirman mitos de una masculinidad con la sexualidad a flor de piel, pero también con una potente carga emocional. El muchacho parecería congregar características de hombre deconstruido que no teme convenirse en el sirviente de su amada con tal de lograr su cometido. Sin embargo, esto es apenas aparente. En lo profundo, el muchacho mantiene su naturaleza masculina constantemente en alto. Por ejemplo, ve a la mujer siempre como una entidad indescifrable y alguien a quien proteger, destacando principalmente su condición de madre sacrificial.

Este folletín o novela rosa invertida, donde el lugar que suele ocupar la mujer esta vez lo ocupa un hombre, aunque sin perder sus atributos de autoridad, reproduce el habla coloquial chilena como si se tratara de una conversación oral, entre dos personas cercanas. Para ser un autor joven hay nulo riesgo en esta escritura, que no sale del realismo, la redundancia, la linealidad, pasando una aplanadora a sus personajes y, finalmente, convirtiendo en héroe a su protagonista.

Resulta inmerecido publicar un libro como este, que termina perjudicando más al autor que a la editorial. Probablemente una compilación de sus textos podría dar cuenta de su posible riqueza o de un estilo más coagulado. Sin embargo, el presunto honor de ser publicado como plaquette le queda como poncho.


__________________________________________
Joannes Lillo nació en Santiago en 1989. Hace tres años publicó la novela "Diario flaite de un vampiro". Con "María Cuñada Mía" ganó los Juegos Literarios Gabriela Mistral, de la Municipalidad de Santiago.



 



El amante indeciso
Ernesto Ayala. Emecé, 238 páginas, 2020.
LUN, 1 de mayo de 2020

En su adolescencia fueron algo así como novios. Se perdieron el rastro, pasaron los años y se reencuentran ahora, en la treintena. Ambos con hijas, ella separada y él en crisis matrimonial. Los protagonistas de El amante indeciso, de Ernesto Ayala conversan de la vida y sus fracasos jugueteando, coqueteando, pero también con la seriedad de una disputa donde se transa algo más que un amorío.

Los veinte diálogos que conforman esta novela constituyen una apuesta importante en términos estructurales. Con facilidad pudo caerse en la monotonía, el encierro, la falta de contexto. Sin embargo, Ayala toma un camino interesante. Las conversaciones entre Celeste, documentalista, y Manuel, arquitecto, están tensionadas por un juego de seducción constante, lo que no solo aporta movilidad a la historia, sino que también contribuye a otorgarles espesor a los personajes y sus discursos.

Si bien el título del relato se focaliza en el personaje masculino, el derrotero narrativo es diferente. Tanto Celeste como Manuel se encuentran atrapados por su pasado y el estilo de vida que han elegido. Ella es una mujer separada que valora su independencia y que suele tener romances breves; él, por su parte, vive un matrimonio aburrido, matizado con infidelidades que no sobrepasan lo que puede llamarse pequeñas aventuras. Los encuentros de la pareja son siempre en espacios públicos y, aunque parezca increíble, estos dos adultos, con dinero y ansiosos de sexo, no encuentran un lugar privado y jamás se les ocurre acudir a un motel. Esto de algún modo permite sospechar que se inventan una excusa para no intimar más allá de lo necesario. El sexo, para ambos, es el límite, lo que permite configurarlos como un par de conservadores que intentan pasar por impúdicos.

A través de los diálogos, con mínimas intervenciones de un narrador, las dos voces ejecutan una suerte de duelo, donde lo que está en juego es cuándo la mujer cederá a los requerimientos del hombre. Situación que se eterniza y que termina por encauzar la anécdota hacia un único destino: el encuentro sexual, acontecimiento que es prefigurado y tensionado en múltiples escenas con piruetas de porno soft.

Hay un aspecto que parece menor, pero que merece mencionarse. La indecisión, término que aparece en el título del libro, no es patrimonio del hombre; ella también se muestra indecisa. La falta de determinación no solo se refiere al encuentro sexual, sino a comprometerse seriamente. Celeste no quiere ser amante de Manuel y este no tiene la intención de separarse, según él, por el cariño a sus dos pequeñas hijas. La crisis en cierta madurez, el aburrimiento matrimonial, el peso de la maternidad y la paternidad, la conciencia de que la vida imaginada en la juventud no se ha logrado son piezas fundamentales en esta narración en torno al desgaste, tanto como el temor a lo nuevo, a recomenzar y apostar demasiadas fichas a lo que puede ser una vez más un fracaso.

Ayala pone en escena a una pareja heterosexual enfrentada al paso del tiempo, la corrosión de las expectativas ante la posibilidad de una relación que exceda el nivel de los amantes. El tópico en sí es trillado, claro, pero hay algo llamativo en esta escritura: el uso persistente del diálogo coloquial, lúdico, irónico, ligeramente insultante. Esa dosis de resentimiento libidinoso es, en definitiva, lo que logra distanciar a esta historia de la mera novela de seducción, aquella coronada ya sea con el surgimiento del amor o del sexo.


________________________________________________-
Periodista y crítico de cine, Ernesto Ayala nació en Santiago en 1970. "El amante indeciso" es su cuarto libro. Antes publicó el conjunto de cuentos "Trescientos metros", la investigación periodística "Noche ciega. El crimen de Elenita Yáñez" y la novela "Examen de grado".






Piñén
Daniela Catrileo. Libros del Pez Espiral, 2019, 70 páginas.
LUN, 8 de mayo de 2020

Al hueso: esta novela —la primera de Daniela Catrileo— es un oscuro, enrarecido y violento relato de formación sobre una joven mapuche que se rebela y que poco a poco va encontrando su rumbo en el reconocimiento de sus raíces.

Conocida por su poesía más bien calma, de verso corto, prolífica en símbolos y sugerencias —donde la marca de género suele estar ausente y la crítica social es casi simbólica—, la autora se ubica con Piñén en la vereda opuesta, porque aquí la voz femenina, la denuncia política y la exposición de la violencia contra quienes pertenecen a la nación mapuche se presentan como los pilares centrales de su propuesta.

Todo ocurre aquí en un primerísimo primer plano y golpea sin cesar: la narración se despliega sin ningún tipo de retórica oblicua. Catrileo construye desde el más pleno realismo esta historia de iniciación en torno a un personaje contantemente sometido al despojo. Carolina Manque cuenta en primera persona su infancia y juventud. Es una chica que vive en la periferia metropolitana, sometida a una intensa disciplina familiar que la obliga a asumir una religión y un modo de ser introvertido, dispuesto a cumplir con lo que se espera de ella: una excelente alumna enclaustrada en un hogar que opera como escudo contra la violencia callejera.

El libro se encarga de exponer la severidad y obediencia con que la protagonista se toma la vida; sin embargo, cuando transita hacia la adolescencia el relato se enfoca en su deseo de otra existencia y de una sexualidad distinta a la asignada. Pero hay un aspecto que la narración se guarda casi hasta el final: el dolor que va acumulando durante esos años, donde la angustia subyace en cada una de sus acciones. Carolina consigue crear un muro de contención que explosiona su vida, para luego encontrar un sentido total, profundo y sin vuelta atrás que la resignifica.

Pese a las diferencias entre la escritura poética y narrativa de Catrileo, es necesario remarcar que esto no implica el desprendimiento de la lírica. Su prosa es poética o también podría decirse que la liricidad se mantiene siempre presente, a partir de un enfoque en lo menor que busca iluminar lo cotidiano. Así se advierte en estos dos ejemplos: "No todos tienen la suerte de la resurrección, esa es la injusticia del nombre. Se vuelve al barro del mismo modo en que nacemos. Como un matorral de cardos o yuyos que a pesar de la pena se agitan al viento y vuelven a ser maleza a la inversa: se muere para volver a la tierra seca"; "Una línea imaginaria delimita las fronteras del barrio. Se vuelve real entre cordeles que recortan la imagen obturada del que mira. Muchachas diversas cuelgan las ropas que se estrujan en tarros de pintura, en baldes de plástico [...] La mezcla de lavaza y piñén entre sus dedos".

Piñen es un tremendo aporte a la escasa narrativa no oral mapuche producida por mujeres. Con lucidez y virtuosismo, esta escritura se cruza con la crónica y el documento, configurando con ira y una especial ternura a un conjunto de seres fuera de lugar o incluso limitados a un lugar que nos los conforma. Daniela Catrileo se mueve con tino por los frágiles límites de una mirada descarnada, alejada de la fetichización, para abordar la tragedia con esperanza.


______________________________-
Daniela Catrileo (Santiago, 1987) es, además de escritora, profesora de filosofía. "Piñón" es su primera novela. Entre sus publicaciones anteriores destacan los libros de poesía "Guerra florida", que obtuvo el Premio Municipal de Santiago, y "Río herido".





Una música futura
María José Navia. Kindberg, 2020, 130 páginas.
LUN, 15 de mayo de 2020

Desde hace un tiempo es posible leer a una nueva oleada de narradores que sabe bien contar historias comunes cargadas de un halo de extrañeza, como si la realidad estuviera siempre a punto de volatilizarse. María José Navia forma parte de esa tendencia y en este, su nuevo libro, se muestra dispuesta a explorar en lo fantástico, en lo erótico y en la maldad. Sin embargo, la falta de intensidad da como resultado una escritura quieta, convencional, con relatos que dependen de los desenlaces y un tono de frialdad que atenúa el peso trágico de los conflictos presentados.

Una música futura está conformado por siete narraciones donde los personajes centrales son mujeres jóvenes, de no más de treinta y algo, solitarias, disconformes con su vida, apegadas a pudores y reglas de una crianza de clase media represora. La mezcla conduce a la contención máxima, lo que genera personalidades victorianas: educadas señoritas en lo público con una interioridad tormentosa y hasta cierto punto malvada. Por desgracia, precisamente esa interioridad desobediente a las normas impuestas se manifiesta solo de manera leve: sabemos que está ahí, pero casi no la podemos ver.

Es en ese espacio interior donde es posible encontrar un "deseo de suciedad", como dice una de las protagonistas, y en el cual el sexo culposo lleva las de ganar. Esta visión de lo sexual impregna casi todo aquello que estas mujeres experimentan como placer, pero el cinismo de las protagonistas sabe recubrirlo con tanta eficiencia que este punto de tensión extraordinaria termina reducido a un simple actuar disociado, carente de energía para generar nuevos conflictos. Así las cosas, el mayor logro de estas narraciones parece ser un efecto no buscado: las protagonistas resultan falsas, indiferentes ante la muerte de los otros, mentirosas compulsivas, hipócritas y con un infantilismo que funciona como un escudo ante el mundo.

Los relatos son pulcros, apegados a una redacción impecable y a una estructura adecuada, tanto así que resultan hiperpulidos, ultracorregidos, lo que constriñe las historias y los personajes. Su lenguaje es como en la literatura de los noventa, muy enfático en restar marcas regionales y en insertar citas en inglés. Estos rasgos implican, y nuevamente aludo a los noventa, la intención de globalizar la escritura, desligándose de toda referencia chilena o latinoamericana.

Quiebres amorosos, la incertidumbre de ser madre, la soledad de una estudiante doctoral en el Primer Mundo, la amistad entre mujeres y hombres, el desencanto ante el modelo familiar liberal son las temáticas que cubren estas narraciones, donde Estados Unidos está siempre presente. Solo dos cuentos muestran tensiones algo distintas y resultan ser lo mejor del libro, "Todo incluido", un texto donde la autora explora en lo fantástico, y "Una música futura", un elegante relato en torno a los niños que han sido despojados de sus padres inmigrantes bajo el gobierno de Trump.

Si bien es cierto que el cuento es el género que mejor trabaja María José Navia, este conjunto se presenta como una tarea que cumple con todos los requerimientos de un curso de escritura creativa. Navia se mueve a sus anchas en el terreno victoriano, pero queda muy en deuda en el intento por superarlo y actualizarlo La falta de "suciedad" de este conjunto nos muestran una escritura que requiere con urgencia asumir la literatura, aunque suene a tremendo cliché, como un lugar de libertad, de expansiones más que de contenciones.

__________________________________________
María José Navia nació en Santiago en 1982. "Una música futura" es su tercer libro de cuentos, tras "Instrucciones para ser feliz" y "Lugar". También ha publicado dos novelas: "SNAT" y "Kintsugi".



 

Proyecto Patrimonio Año 2020
A Página Principal
| A Archivo Patricia Espinosa | A Archivo de Autores |

www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza.
e-mail: letras.s5.com@gmail.com
Crítica Literaria
Una música futura, María José Navia; Piñén, Daniela Catrileo; El amante indeciso, Ernesto Ayala; María Cuñada Mía, Joannes Lillo; Cola Mala, El Rey Feliz.
Patricia Espinosa
Publicada en Las Últimas Noticias
Del 17 de abril al 15 de mayo de 2020