La ideología de los perros
Maurico Embry. Libros del Amanecer, 182 páginas.
LUN, 1 de abril de 2022
Hay narraciones que cautivan en progresión, que se van consolidando en el proceso mismo de la lectura. La ideología de los perros no es en su inicio una novela seductora; sin embargo, aunque con morosidad, consigue entregar una propuesta sugerente en torno a la historia del país, a través de un puñado de personajes que se mueven entre la inocencia y la infamia.
Mauricio Embry, el autor, plantea como eje la noción de memoria. El volumen posee tres narradores: uno enfocado en Andrés —un niño—; un primer monólogo, el del niño Andrés convertido en adulto; y un segundo monólogo, el de Arnoldo, un extraño vecino del barrio. El segmento relativo al niño es una suerte de anecdotario infantil con exceso de diálogos; sin embargo, los otros segmentos se vuelven más interesantes porque están cruzados por la culpa. Son precisamente estas voces lo medular del libro.
La infancia de Andrés transcurre durante la acusación a Pinochet en Londres. Ya como adulto, Andrés se encuentra atormentado por el juicio a su padre, infractor de derechos humanos. Arnoldo, por su parte, el vecino cabizbajo y retraído, se encuentra situado siempre en el pasado, bregando con su traición: haber denunciado a sus compañeros y amigos de la resistencia.
Andrés en su pasado es denominado siempre como "el chico obeso". Es algo torpe, ingenuo, de pocas amistades. Su familia pinochetista —el padre es funcionario de las Fuerzas Armadas— le enseña su versión de la historia del país. El niño se enamora de una pequeña vecina, hija de detenidos desaparecidos, adoptada por un abogado de derechos humanos. Y ese es el gran conflicto del "chico obeso": buscar el modo de aproximarse a Frida, la chica de sus sueños. En el pequeño mundo del niño, un vecino llama su atención. Se trata de Arnoldo, tío de un amigo del colegio. El hombre es un solitario que apenas sale de su casa y que lleva siempre un intrigante cuaderno de notas que el chico se propone robar.
El personaje del traidor es configurado de forma bastante certera. Arnoldo es un tipo angustiado, culposo, al borde de la locura, ya que no puede olvidar su miserable comportamiento. La narración se interna en sus cartas dirigidas a una pareja de antiguos amigos asesinados. Escribir para sanar es un método que le ha recomendado un psiquiatra con el cual busca apaciguar su conciencia.
A pesar de que el tramo de la infancia de Andrés se expande demasiado, la narración intenta equilibrar las diversas voces, permitiendo que Andrés adulto y Arnoldo adquieran cada vez más importancia. En todo caso, el segmento de la niñez de Andrés permite una construcción muy interesante del contexto dado por la primera década de la posdictadura. Utilizando una mínima cantidad de información, el libro logra afianzar el momento histórico por el que pasa el país y los personajes, un momento clave donde las huellas, los dolores y las culpas del pasado convivían con un exitismo generalizado.
Una de las grandes deudas literarias de nuestro país es la ausencia de publicaciones sobre hijos de represores y, desde la vereda opuesta, personajes delatores. Dos mundos ajenos, en apariencia, pero que se encuentran unidos por la historia del país. Ese cruce permite que la condena y la búsqueda de redención se conjuguen en esta novela, donde nada escapa al daño, la angustia, la tristeza. Será labor de los lectores reflexionar sobre esas zonas de nuestro pasado que se han intentado dar por cerradas, pero que oscuramente siguen pesando en la memoria colectiva.
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Mauricio Embry nació en Santiago en 1987. Es colaborador permanente del diario digital "Cine y Literatura". El libro que aquí se reseña es su primera publicación.
Como de un país
Marco Andrés Montenegro. Lom, 2021, 89 páginas.
LUN, 8 de abril de 2022
Es cierto que los hechos acontecieron en su infancia, pero a medida que pasan los años parece hacerse más fuerte la culpa en Carlo Scavia. Es escritor y se ha propuesto realizar una novela sobre su pasado, para ello deberá realizar una investigación que lo llevará a descubrir una cadena de hechos escabrosos.
Como de un país es el título de este libro escrito por Marco Andrés Montenegro. Se trata de una novela donde la memoria es fundamental. Para reconstituir su pasado, Scavi contacta a Negroni, amigo de la niñez. Hace treinta años, ambos fueron protagonistas de un suceso que no se expone nunca en detalle, pero que implica haber ejercido violencia a una niña llamada Fabienne Alain.
Scavia y Negroni se proponen rastrear a la Fabienne adulta. El volumen presenta las voces de los tres personajes adultos, al modo de monólogos que asumen en ciertas ocasiones la forma epistolar. La variedad de voces resulta estilísticamente homogénea, no se advierten modos de habla ni enfoques que permitan identificar diferencias entre los personajes. Esto incide en una estructura de hablas fusionadas, como si se tratara de un gran emisor, oculto detrás de distintos nombres que solo inserta ciertos detalles para intentar marcar distancias entre uno y otro sujeto.
De las tres voces, la de Carlo se alza como protagónica. Es quien rastrea información y lleva la iniciativa. Respecto a Negroni, no queda del todo clara su presencia en esta historia y su rol es tan anodino que tiende a parecer un personaje incidental. Fabienne, en cambio, sí es un aporte, aunque se desdibuja constantemente.
Montenegro escribe con seguridad; sin embargo, abusa de frases sentenciosas como "recordar es darle al pasado respiración boca a boca, revivir fantasmas hechos de un puñado de hojas en blanco que parecen escribirse incesantemente a sí mismas", "No importa cuántos años pasen, se tiene siempre la edad en que la memoria se detuvo y el recuerdo tomó la palabra", "Mientras la memoria ayuna, el recuerdo, voraz, se alimenta de ella y le exige hasta que, agotada, se le entrega como un rescoldo donde un par de imágenes consumen el calor que antes fue luz, para brillar tenues, vagamente cálidas, casi reales".
Ese proverbial estilo otorga al relato un tono ceremonioso inadecuado si se considera el hecho que detona la novela. Así, pareciera que el protagonista buscara redimir una culpa motivada por un hecho ingrávido, que ni siquiera ha subsistido en el recuerdo de los involucrados. El desequilibrio entre lo
pomposo de la retórica sobre la culpa y la memoria y lo difuso de la causa original hace que buena parte de la historia tienda a ser un poco absurda.
Como sea, ambos varones buscan redimirse y no hallan nada mejor que volver a acosar a la mujer, ahora en busca de perdón. O sea, para librarse de un error comenten el mismo error. Tanto así, que Fabienne adulta es presionada por ambos hombres a perdonar algo que ni siquiera recuerda. Flor de narcisismo.
Solo muy avanzado el libro, Montenegro consigue dar un giro provechoso a su narración al ingresar en las familias de los involucrados. Aunque un poco forzadamente, este recurso le permite conectar lo personal con la historia política de Chile.
Como de un país es una novela con irregularidades formales y que toma mucho tiempo en ingresar en el hecho medular, desaprovechando la buena historia que aparece en el último tercio del libro.
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Marco Andrés Montenegro nació en Concepción en 1967. Es licenciado en estética y director de la Fundación Yo Te Leo. "Como de un país" es su segundo libro; el anterior, destinado al público juvenil, se llama "Oreja de Tarro".
Los muertos no escriben
Emilio Ramón. Los Perros Románticos, 2021, 254 páginas.
LUN, 15 de abril de 2022
Pasan los años y las décadas incluso, pero el efecto Bukowski no deja de aparecer en la narrativa nacional. Su influencia no solo influye a adolescentes postulantes a escritor maldito, sino que pasó a ser modelo para todo aquel que quiera contar historias sobre decadencia.
Los muertos no escriben de Emilio Ramón es una novela plenamente bukowskiana: un grupete de escritores fracasados que se hunden en el desencanto mientras se emborrachan y drogan, aunque no dejan de soñar con el éxito, como todo escritor que se precie de marginal.
El libro sigue una línea progresiva que abarca tres etapas del año 2018 y cierra con un epílogo situado en julio del año 2003, fecha de muerte de Roberto Bolaño.
Camilo K. es el encargado de articular esta narración. Escritor de una novela "underground", que logró una pequeña fama en circuitos alternativos y que está desaparecido de las pistas literarias, Camilo K. cree haberse convertido en autor de culto con su ópera prima El dildo en llamas, cuando recién acababa de terminar la universidad.
Junto a él, aparecen el Chancho Seis, Juan Primo, Max Bodrio, Karina Valium, Felipe Dell'Orto, quienes conforman el proyecto editorial Perro Muerto y que habitan, algunos como arrendatarios, otros como visitantes, en un edificio ubicado en la calle Morgue 666. Según una leyenda urbana, por ese lugar circulan fantasmas de escritores. El caso es que Stella Díaz Varín y Roberto Bolaño habitan el edificio y entablan amistad con algunos de los personajes.
Si bien la narración acude al grotesco y la farsa, hay un tono dramático importante que está mejor logrado que la excesiva vertiente humorística del volumen. Lo que da como resultado una interesante tragedia con exceso de comedia; en el terreno liviano, el autor consigue algunos interesantes momentos al mostrar una imagen grotesca de la decadencia de cada personaje, del campo literario y sus idolitos de turno.
Las reflexiones sobre el paso del tiempo son frecuentes y casi siempre asociadas a la cercanía de la muerte y la desesperación por ocupar un lugar en la "escena literaria". Tanto así, que se transforma en casi la única cosa con sentido que mueve sus miserables existencias. En uno de sus constantes monólogos, Camilo K. dice: "¿Qué es lo que quiero hacer con el resto de mi vida? Escribir algo decente, supongo. Y esperar a que pase algo. Cualquier cosa".
Emilo Ramón se esfuerza por elaborar una escritura ruda, violenta, irónica. Quizás por ello, cuando está a punto de ingresar a la intimidad de cada personaje, se desvía. Camilo K. es el único que se salva de la mirada exterior, pero no alcanza porque, cada vez que el autor se acerca a una zona de mayor profundidad, surge el humor y su kit de anécdotas chistosas sobre borracheras, cañas, drogas y actos sexuales fracasados. A eso hay que sumar la trivia sobre personajes, bares y bandas punk. Este cúmulo de gestos se orienta a dar cuenta de un mundillo tóxico, una microcultura de exrebeldes convertidos en una manga de tipos al borde del ridículo.
Aun así, dentro del estilo bukowskiano, este es uno de los mejores libros publicados. Sin duda la escritura de Emilio Ramón da para más, en especial cuando logra desprenderse del tonito carnavalesco con el que se suele describir a los grupos de escritores ansiosos de vitrina. Lo mejor que hace es enfrentarnos a estos adultos que siguen siendo adolescentes, porque dentro de todo no han perdido su espíritu punk.
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Emilio Ramón nació en Santiago en 1984. Es autor de la novela "Labios ardientes", del libro de cuentos "Noches en la ciudad", y, a medias con Ricardo Vargas, del conjunto de crónicas "Disco punk. Veinte postales de una discografía local".
Yoshimi Paradox
Sergio Alejandro Amira. Pan, 2021, 245 páginas.
LUN, 22 de abril de 2022
Yoshimi Komatsu, de ascendencia japonesa, conocida bloguera durante la primera década del dos mil, autora de fan fiction y de una novela desapareció sin dejar rastro. Este suceso da pie a la novela Yoshimi Paradox, de Sergio Alejandro Amira, escritor de ciencia ficción que ahora se aleja de ese género para entregar una suerte de policial metafísico protagonizado por una mujer.
Yoshimi Paradox posee una estructura enmarcada; es decir, hay una historia que sirve para presentar una segunda que corresponde al origen de todo. El primer segmento del libro está a cargo de Sofía Martelli, estudiante de literatura que desea hacer su tesis sobre la bloguera desaparecida. La búsqueda que realiza Sofía implica una serie de entrevistas a un puñado de escritores que conocieron a la chica. El segundo segmento corresponde a una selección de entradas del blog de la chica japonesa entre 2006 y 2008.
La sección de Martelli está escrita en un estilo demasiado esquemático, con diálogos extremadamente formales y rígidos, lo que genera una profunda falta de espontaneidad en la interacción entre los hablantes. Donde el volumen mejora es en la segunda parte. Narrada por Yoshimi, está compuesta por pequeños textos de crítica literaria, cuentos y fragmentos de una suerte de diario de vida en el que el protagonismo lo tiene su vida amorosa.
Debido a la abundancia de entrevistas, da la impresión de que en este libro predomina una suerte de perspectivismo, es decir, muchos puntos de vista para construir un relato. Sin embargo, no es así, porque en definitiva no hay más que dos puntos de vista, uno de los cuales tiene por función solo presentar el segundo. El primer punto de vista es el de los escritores entrevistados, el segundo es el de Yoshimi, en cuanto a Sofía, la tesista, es un personaje desperdiciado, vacío, su presencia es meramente instrumental.
En cambio, el segmento correspondiente a Yoshimi sí posee una clara elaboración de personaje y, por supuesto, demuestra un enfoque no solo más profundo sino también muy definido en términos de representación de una época. El relato logra mostrar la prehistoria de las redes sociales mediante un acercamiento minucioso al uso del blog y de Messenger por parte de los primeros nativos digitales del siglo XXI. Aquí, el libro adquiere un valor documental importante por lo novedoso de este acercamiento al pasado de las redes.
En paralelo al problema en el punto de vista narrativo, donde la diversidad de voces termina reducida a una perspectiva, es en la configuración del personaje femenino donde se encuentran los mayores desaciertos. Se trata de una chica que depende emocionalmente en exceso de cada una de sus parejas. Sus referentes literarios son en su mayoría varones y sus principales deseos se pliegan a lo que la hegemonía le impone: "Me gusta ser mina y tener un cuerpo suave y con curvas... Quiero tener un poni y estudiar literatura dura. Quiero ser una princesa y una estrella porno". Yoshimi se desliza así hacia el borde de la caricatura, encasillada en el circuito mina-princesa-pornostar. Esta mirada hipererotizada de Yoshimi la aproxima a una idealización anacrónica, estereotipada y pasiva.
Sergio Amira elabora un personaje femenino cuyo máximo talento es inflamar la virilidad y que, por lo mismo, recibe un castigo, tal como sucede con Emma Bovary o Anna Karenina, cuyos trágicos finales eran para los autores una consecuencia lógica y natural debida a sus "pecados".
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"Yoshimi Paradox" es la octava novela de Sergio Alejandro Amira, prolífico exponente del reducido grupo de escritores de ciencia ficción chilenos. De sus obras anteriores destacan "Identidad suspendida", "Armórica" y "Sweet Dreams". El autor nació en Concepción en 1973.
La verdad sobre su padre
Carolina Pardo. Cuarto Propio, 2022, 109 páginas.
LUN, 29 de abril de 2022
La necesidad de exigirle respuestas al pasado es clave en esta novela de Carolina Pardo. La verdad sobre su padre tiene como protagonista a una mujer que va tras una historia que oculta macabros secretos familiares.
Pardo se suma a una temática explotada con saña por el cine y la literatura. Me refiero a todo lo que tenga que ver con la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, la autora consigue elaborar una novela atractiva en un formato similar al de un policial. Siguiendo la pista de continuos flashback o breves recuerdos que la asedian, inicia una ruta que la lleva a transitar desde la idolatría a la caída de la figura paterna.
La protagonista se siente acosada por una culpa que nace de una historia que no vivió: esa sensación no la abandona de principio a fin. Lucía, chilena de cuarenta años, en proceso de separación matrimonial, acaba de experimentar el fallecimiento de Walter Neumann, su respetado y acaudalado padre. Entre los bienes heredados se encuentra una fotografía que dará inicio a la reconstitución del pasado de su progenitor, tarea que la llevará a viajar a Estados Unidos y Alemania. En este último país se vinculará con un profesor de historia que le ayudará a rastrear las huellas de un hecho sepultado bajo décadas de silencio. Este personaje, el académico atractivo e inteligente, ocupa un lugar central en el accionar de Lucía, le resta autonomía, haciéndola ver, por momentos, subordinada a su liderazgo.
Si bien el personaje femenino resulta atrayente, se ve afectado por una cuota innecesaria de lugares comunes y melodrama debido a su angustia por no poder ser madre biológica, lo que incluso provoca su ruptura matrimonial. El relato así dice: "su vientre vacío y yermo imploraba abrazos y contención". Ana resulta sometida a un sufrimiento originado por no poder cumplir con un deber supuestamente connatural a su género: ser madre. Por eso, da lo mismo que en tanto personaje se manifieste fuerte e inteligente, características que quedan siempre cubiertas por su sensación de frustración maternal. Por suerte, la narración sale con relativa velocidad de ese verdadero pozo de cursilería y determinismo en el que había caído.
En el resto del libro su prosa es mesurada, con muchos y bien armados diálogos; además, pocas veces cae en la divagación gratuita, sino que explora por el lado sensitivo, emocional, corporal. Pese a su racionalidad, su cuerpo da siempre señales del dolor al que se enfrenta: "Al principio, las huellas encontradas en este viaje envolvían sus pensamientos de a poco, como las pequeñas olas del mar que desde la orilla y aún en la arena, oscilan entre nuestros pies sin mojarnos del todo... Ahora, estaba sumergiéndose a cuerpo completo en un mar de confusión y de recelo. ¿Podría salir nadando o se ahogaría para siempre en la sospecha?".
Si pasamos por alto la configuración de Lucía con aspectos que la atrapan en algunos estereotipos culturales, el libro alcanza momentos muy bien logrados, con una velocidad llamativa y una adecuada profundidad en su aproximación a una historia de filiaciones cargada de mentiras y hechos repulsivos que cambiarán su vida para siempre. Respecto al desenlace, daba para más, porque resulta imprevisto, no habiendo necesidad de apresurarlo. A pesar de ello, queda claro que Carolina Pardo escribe con soltura y que ésta, su primera publicación, es un estreno literario bastante sustancioso.
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Chilena nacida en Caracas en 1978, Carolina Pardo es abogada. Con "La verdad sobre su padre" debuta como escritora.
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Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Crítica Literaria La ideología de los perros,
Maurico Embry; Como de un país,
Marco Andrés Montenegro; Los muertos no escriben,
Emilio Ramón; Yoshimi Paradox,
Sergio Alejandro Amira; La verdad sobre su padre,
Carolina Pardo. Por Patricia Espinosa
Publicado en Las Últimas Noticias, del 1 al 29 de abril de 2022