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Crítica Literaria

Por Patricia Espinosa
Publicado en Las Últimas Noticias. Del 01 de octubre al 05 de noviembre de 2021



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Espejismo cruel
Juan Colil. Los Perros Románticos, 2021, 135 páginas.
LUN, 01 de octubre de 2021

Hay autores con los cuales se va a la segura. Así pasa con Juan Colil, quien posee una sólida trayectoria en el género negro, y una vez más no decepciona: Espejismo cruel es un thriller con personalidad y un pulso narrativo excepcional que nos encauza por la atolondrada vida de un dentista bastante poco convencional.

Gino Medina, el dentista, es un tipo mediocre, embustero, vivo, aunque de pocas luces intelectuales. Su mayor placer y lujo es gastarse lo que no tiene en bebestibles y prostitutas. El detonante de la novela ocurre cuando el dueño de una casa de remolienda le pide como favor que cuide por un breve tiempo a Svetlana Kokoity, recién llegada a Chile desde una lejana ciudad del Cáucaso. A partir de entonces, el dentista verá trastocada su monótona vida, ya que la mujer es un botín que pretende capturar una red internacional de mafiosos.

Juan Colil escribe con una agilidad impresionante y además entra en lo importante sin mayores preámbulos. Su técnica de ir al hueso resulta altamente productiva para narraciones en este género, donde proliferan la acción y los cambios de escenarios, y entran y salen personajes. Es destacable, también, una suerte de pragmatismo narrativo en el planteamiento de un conflicto del cual se deriva una serie de subtramas, por supuesto siempre encadenadas al protagonista.

El aire indolente del personaje central, sumado a su falta de carácter y su condición de sinvergüenza, lo convierte en un tipo literariamente atractivo. Lo más interesante es el tono kafkiano de todo lo que le sucede al dentista, quien se ve perseguido por una razón que desconoce en profundidad, pese a sospecharla. Es una víctima, sí, pero de algún modo también un victimario. Ha acumulado tantas irresponsabilidades en su historial, que es obvio que en algún momento tendría que pagar cuentas pendientes.

Medina pasa de Santiago a El Tabo y termina por recalar en la ciudad de origen de Svetlana, en el lejano Cáucaso, con una identidad desconocida y metido hasta el cuello en una red de muertes que involucra hasta al presidente de aquel país. En este nuevo ciclo de la novela, el personaje se da tiempo para reflexionar, mostrando zonas de una intimidad que guarda celosamente: "Entonces tuve la visión, un instante de iluminación, donde comprendí que la vida de cada uno se repetía en otro lugar lejano, oculta a nuestros ojos y quizás esa distancia hacía que las vidas se complementaran como partes de un rompecabezas".

La percepción de no ser único y la posibilidad de un doble que repetiría su modo de vida impactan al personaje, lo que lo obliga a tomar conciencia de la impresionante irresponsabilidad con que ha manejado su vida. Así que poco a poco el superficial dentista va adquiriendo espesor a punta de, por ejemplo, recuerdos de su infancia, su familia obrera o del sur chileno. Y no es que Medina deje de ser quien es, sino que adquiere otra densidad.

Quizás lo mejor de Colil sea permitirle a su novela que evolucione: su protagonista va más allá de lo esperado, al igual que la propia historia, que transgrede su desenlace optando por una trama abierta. El libro, cuyo título cita una triste canción ochentera, se niega a anudar personajes y tramas, procedimiento que pocos escritores pueden replicar. Espejismo cruel es un avance en la escritura de Colil y de paso nos da la oportunidad de acceder a una ejemplar torsión del género negro.



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Juan Colil ha publicado una decena de libros, entre los que destacan las novelas "Tsunami", "El reparto del olvido" y "Un abismo sin música ni luz", y el conjunto de cuentos "Al compás de la rueda". El autor nació en Santiago en 1966.


 

 


Sueños, verdad y locura
Cristian Tapia. Forja, 2021, 163 páginas.
LUN, 15 de octubre de 2021

Andy y Sofía protagonizan esta primera publicación de Cristian Tapia. Sueños, verdad y locura es una novela sobre jóvenes, drogas y delincuencia, donde predomina la velocidad de los acontecimientos y una mirada cercana a una juventud inserta en un estilo de vida decadente. Por ello la narración elude enjuiciarlos, generando una perspectiva algo ingenua, como si intentara demostrar que detrás de la máscara se ocultan sentimientos nobles y que tarde o temprano la vida se encargará de enrielarlos.

Este discurso convive con una prosa que vuela y un modo de escritura coloquial, plagada de neologismos asociados a la cultura canábica. Andy y Sofía son universitarios de clase media alta, asiduos partícipes de fiestas donde la finalidad es emborracharse y consumir drogas.

En uno de estos encuentros, Andy conoce a su contraparte Sofía, una mujer coqueta con firmes ideas liberales que aún no se recupera de la muerte de su padre, asesinado en un asalto en la puerta de su casa. Andy, por su parte, es un sujeto un tanto crédulo al que le gusta socializar y que trata de evitarse problemas.

El meollo de esta historia es la búsqueda de los asesinos del padre de Sofía, lo que pone en riesgo la vida de ambos, ya que se encontrarán con una mafia internacional de grueso calibre.

Un aspecto fundamental en el periplo de la pareja es el consumo de una particular droga. Andy descubre por casualidad en su vestimenta una pequeña bolsa de pastillas que incitan a decir la verdad. Cómo llegaron a su poder y para qué sirven son incertidumbres que en el fragor de la lectura dan lo mismo.

Es tal la cantidad de situaciones que surgen de manera espontánea ayudando a los chicos a resolver el caso policial que es fácilmente olvidable el origen de las pastillitas de la verdad, al igual que la presencia de sueños premonitorios, derivados también del químico, que ayudan al rastreo de los criminales y a salvaguardar a ambos personajes.

Si bien es cierto que no detenerse en esos "detalles" ayuda a aumentar la celeridad de los hechos narrados, generan un tono inverosímil, por el exceso de coincidencias favorables a Sofía y Andy, lo que contrasta con la seriedad que se impone en el resto del libro.

Hay un aspecto importante en la dedicatoria de esta novela. Además de los cariños a la familia, se incluye al sanador espiritual del autor. Esta información corresponde obviamente a la biografía de Tapia, al igual que la referencia a su tratamiento médico por "locura", como el mismo denomina a su condición pasada. La finalidad de lo anterior, entonces, sería entregar "una visión alternativa" a la locura. Este segmento determina la lectura del libro: el drama en que se ha basado la historia ha sido vivido por el autor. Por lo mismo, el enfoque podría orientarse a despertar la complicidad y la sensibilidad ante lo narrado. Todos estos extras o agregados, al inicio del libro, resultan innecesarios, ya que la ficción se sostiene por sí misma.

Aun cuando Tapia se queda corto en el aspecto místico de sus personajes, elabora un thriller intenso y descarnado sobre juventud, excesos, crímenes y redes de corrupción, donde la diversión y el riesgo son caras de una misma moneda.

 

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Cristian Tapia, licenciado en trabajo social, nació en Viña del Mar en 1991 y vive en Isla de Pascua. "Sueños, verdad y locura" es su primer libro.


 

 


Después de la niebla
María Edwards. Alfaguara, 2021, 123 páginas.
LUN, 22 de octubre de 2021

Esta propuesta narrativa de María Edwards está escrita en fragmentos, posee un lenguaje sutil y una mirada lateral que no va directo, sino que ronda, merodea aquello que se sospecha central, desmigajando los conflictos y resquebrajando la solidez de los personajes. Después de la niebla es una novela donde se cruzan los tiempos escolares con los veraneos en una casa en un lago.

Un aspecto importante del volumen es la persistencia de una misma mirada. Si bien la voz narrativa pasa por diversas etapas de crecimiento de la protagonista, no hay cambios en su punto de vista. Su voz parece ser siempre la de una niña con un leve retraso mental, como se lo hace ver su profesora. Esta narradora posee una enorme capacidad de observación, pero parece ir seleccionando retazos de la realidad, que se van hilando sin someterse a la linealidad. En todo caso, la estabilidad o quietud de la perspectiva termina siendo el rasgo definitorio del libro.

Esto da lugar a una historia que parece estática, como una fotografía sin espesor. Sin embargo, el desenlace provoca que todo adquiera otro ritmo, otra intensidad. Los trozos dispersos pueden leerse desde ahí como el intento de acercarse a una experiencia de vida imposible de recuperar.

Aunque el padre aparenta ser el eje de los acontecimientos, tras su figura, que funciona como una pequeña trampa a los lectores, se oculta el real foco: la vida de la narradora: quieta, monótona, volcada hacia sí. Desde esta intimidad se desgajan pequeñas visiones sobre la casa, el entorno, el colegio, la vida doméstica. Digo visiones como también podría decir pequeños segmentos hilados en función de un todo. El fragmento opera en este libro como una parte determinada por el conjunto. Una pieza, en otras palabras, que permite acceder a un todo.

La opción por construir ficciones a partir de fragmentos, más que ser una moda, tiene relación con las mutaciones que experimentan los géneros literarios a partir de los contextos histórico-estéticos. El fragmento nos habla de una subjetividad en crisis y de la imposibilidad de representar la realidad como un bloque. En términos generales, es posible identificar un fragmentarismo inconexo, donde las partes no se orientan al todo, y otro conectado, como en este caso, enfocado a un ensamble causal, que da cuenta de un origen y un término de la historia.

El mayor acierto en este relato termina siendo la permanente sensación de soledad y tristeza que experimenta la voz narrativa. La ausencia de alegría se debería tanto al modo de vida impuesto por padre y madre como a una visión sacra de la familia. Por ello, la protagonista nunca cuestionará el proceder de sus mayores y jamás revelará algún conflicto entre sus progenitores: una pareja de hippies con cinco hijos que —tras un fracaso económico del padre— emigran, durante la década de los 70, a un pueblo cercano a Osorno.

Edwards consigue activar la narración mediante un delicado y lírico estilo de escritura. Su relato posee enigmáticas ambigüedades que llevan a sospechar de todo y de todos. Esta presunción de turbiedad convive con una actitud de enamoramiento y goce con el entorno natural, que compensa en gran medida la taciturna mirada de esta protagonista que parece haberse detenido en la niñez y la soledad.

 

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"Después de la niebla" es el primer libro de María Edwards, quien estudió arte y se especializó en botánica en Edimburgo. La autora nació en Santiago en 1977.

 




Diario de Provincia
Yuri Pérez. Narrativa Punto Aparte, 2021, 150 páginas.
LUN, 29 de octubre de 2021

Narrar la migración desde el interior de la pobreza y la absoluta imposibilidad de cambiar de estado de las cosas es el gran acierto de Diario de Provincia, un registro lacerante de una forma de resistencia individual y colectiva, donde se ponen a prueba los límites absolutos de la derrota. Yuri Pérez escribe con rabia y sin una pizca de complacencia la que tal vez sea su mejor novela.

El narrador principal del libro es uno más de una decena de viejos amigos chilenos, todos decadentes, pastabaseros, desencantados, para quienes "la izquierda y la derecha son la misma rata". Hartos de vivir en un país a punto de su caída final, toman la decisión colectiva de emigrar a Suecia, que los recibirá con un desatado racismo. El grupo, en Chile y luego en Estocolmo, se dedica a elaborar un pasquín llamado Diario de Provincia, dedicado a difundir noticias "transitorias y esotéricas: variables en la integración multicultural".

Pese a las críticas nacionales que califican al periódico como un asco, la meta de este grupo de reporteros es continuar con su publicación desde un foco distinto: "Un diario que dé alguna señal de respiro y evite levantar entre los chilenos el amor por las narco rancheras". Sin embargo, el objetivo final es concretar un plan macabro, tremendista, la única salida posible a su condición.

Un aspecto importante en este volumen es el modo de estructurar la voz del supranarrador, el subdirector del diario, quien pareciera tener el control absoluto. Pero su poder sobre el mundo narrado disminuye cuando cede su lugar al grupo de reporteros del medio o, más bien, a las escrituras de estos reporteros en un largo capítulo. Este incluye solo textos sin firma, principalmente crónicas de diversos temas, que dan cuenta de una intensa diversidad de voces y puntos de vista, donde se mezclan diversos géneros periodísticos con la autobiografía, ceñidos por una hebra de excentricidad e ironía.

La vida en Chile, el detalle del viaje, la llegada, el periodo de instalación van hilando una historia que va y viene, entre el pasado y el presente, anda por una suerte de presagio mortal. Pérez desarrolla con enorme pericia un estilo de escritura dúctil, donde mezcla la rabia con una arrolladora sensibilidad, el entusiasmo por elaborar un proyecto con las ganas de mandar todo al diablo: "Nuestros padres arrojaron los cuchillos a la basura para que ninguno de nosotros se cortara el cuello. ¿A qué nos íbamos a quedar en Chile si ya sabíamos en qué terminaban nuestros sueños? ¿Nos quedaríamos para tener alucinaciones republicanas en nuestras casas de tabla? ¿Intentando convencer a nuestros padres de que el pueblo solo importa a los pericotes".

El capítulo final es el máximo acierto del libro: lírico, enrarecido, apegado a la miserable realidad del autoexilio de este conjunto de seres empobrecidos, solitarios, conscientes de un nuevo fracaso. Solo los mantiene en pie el odio hacia el origen: "Chile no nos quiso. Estocolmo no nos regaló nada, Chile nos quitó pertenencias y el derecho de ser felices [...]. Ya lo sabemos, Chile siempre estará en deuda con los chilenos. Puta patria".

Pérez elabora una propuesta narrativa sustentada en un rencor depurado que interpela intimidades inexpugnables, donde siempre queda en ascuas el sentido de la vida y los límites entre la lealtad y la traición. El desarraigo, la caída de un país, la imposibilidad de encontrar una salida son llevados a su máxima expresión en esta intensa y conmovedora novela.

 

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Yuri Pérez es autor de las novelas "Niño feo", "Mentirosa", "La muerte de Fidel" y Virgen", del volumen de cuentos "Suite", y de una decena de libros de poesía, entre ellos "Mala yerba" y "Ghetto". El autor nació en Santiago, o más bien en San Bernardo, en 1986.

 


 


María y el fuego
Carmen García. Neón, 2021, 165 páginas.
LUN, 5 de noviembre 2021

La pérdida de abstracción ha sido un enorme logro para Carmen García. Este, su segundo volumen de narrativa, abandona las atmósferas de ensueño, ese discurrir alegórico que permeaba su anterior escritura, para dar paso a historias concretas. Su ingreso al realismo no significa, en cualquier caso, perder un ápice de su estilo oscuro, cargado de signos de sinsentido, de muerte y, en esta oportunidad, de rebeldía.

María y el fuego es el título de esta decena de relatos protagonizados por mujeres agobiadas por algún sistema de control que las obliga a seguir normas y entregar su vida a una causa no elegida. Mujeres que poseen una doble cara: mientras por un lado se representan como perfectas sometidas, interiormente pulsa en ellas la disconformidad, la ira y el deseo de desobediencia. Si bien la búsqueda de una salida puede significar la catástrofe, no pierden un segundo en reflexionar sobre las consecuencias que les traerá su accionar.

Estas mujeres están dispuestas a desobedecer porque se han enfrentado a la imposibilidad de sobrellevar mandatos que las aplastan, que las convierten en seres mustios y que terminarán por destruirlas. Así es posible advertir en el relato que da título al libro. "María y el fuego" expone a dos mujeres. Una de ellas es presa de la indecisión y la falta de expectativas. La otra es una artista atrevida, que representa el misterio y todo el ímpetu que a la otra le falta. El encuentro entre ambas será parte de una suerte de rito que permitirá a la pasiva protagonista no solo correr riesgos, sino adentrarse en un mundo del que sin saberlo ya formaba parte.

Otro relato destacable es "Un paso más cerca del mar", donde lo macabro empapa cada uno de los gestos y palabras de la protagonista, una suerte de novicia recién llegada a un claustro donde se realiza un culto a una extraña deidad femenina. Erotismo, sexo entre mujeres y sangre son parte de una secuencia de ritos de entrega donde el personaje central es una pieza más. Desde aquí surge la pregunta sobre su deseo de liberación y el posible encuentro de una grieta en aquel mundo hecho a la medida del poder.

Si bien la terquedad casi siempre es considerada una característica negativa, en las mujeres que recorren estos relatos ser terca tiene un significado diferente. Carmen García elabora una terquedad productiva, como la ira de la que nos habla en uno de sus ensayos Audre Lorde. Una especie de obstinación profunda que permite a sus personajes canalizar sus descontentos, abandonar la pasividad y ejecutar planes sin consultar a nadie.

"Noches sin luna", "La hora correcta" y "Al ritmo de sus pulsaciones" son narraciones que destacan por su atmósfera ruinosa y las vidas comunes de mujeres sometidas a estrictas rutinas. Historias donde una prosa limpia, un fraseo corto y una diversidad de indicios auguran un desenlace, en cierto sentido, poco feliz. Sin embargo, aquello que podría denominarse desgracia, adquiere un sentido distinto, ya que es precisamente en ese tránsito por la fatalidad donde las mujeres encuentran paz.

Carmen García explora con eficacia en un neogótico enfocado en representar ya no lo sobrenatural, sino el terror y la monstruosidad de las relaciones humanas. La autora construye sus relatos al modo de un trampantojo que oculta su objeto central: la asimetría de poder entre lo masculino y lo femenino. Un libro arriesgado, con una ejecución impecable.

 

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"María y el fuego" es la segunda novela de Carmen García; la primera, "Las oscurecidas", apareció en 2018. Nacida en Santiago en 1979, la autora ha publicado también tres libros de poesía: "La insistencia", "Gotas sobre la loza fría" y "Máquina para hablar con los muertos".


 

 



 

 

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