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Crítica Literaria

Por Patricia Espinosa
Publicado en Las Últimas Noticias, del 24 de febrero al 24 de marzo 2023



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Los niños furiosos
Ángela Bascuñán Rodríguez. Forja, 2022, 146 páginas.
LUN, 24 de febrero de 2023

No se nace malo, nos indican estas narraciones: son los avatares de la vida los que llevan a tomar malas decisiones. Sin embargo, una vez que queda instalado ese mantra contra el determinismo, todo vale cuando se trata de sobrevivir en la infancia. Los niños furiosos, de Angela Bascuñán Rodríguez, es un conjunto de relatos sobre la crueldad, la ausencia de culpa y la urgencia de cuidarse que se apoderan de los niños cuando los adultos los dejan entregados a su propia suerte.

Si bien son estos mundos infantiles, la caracterización de las conciencias de las protagonistas, en su mayoría niñas, es similar a la de mujeres adultas. Bascuñán construye personajes que cargan preocupaciones enormes que alteran su tranquilidad, porque a su corta edad ya han sufrido alguna catástrofe, especialmente la de estar viviendo en un ambiente hostil, plagado de indicios que alertan sobre un inminente peligro.

El mal no es una entidad abstracta en estos relatos. Bien puede tomar la forma de amenazantes extraños que rondan el barrio y que poco a poco parecen apropiarse de la casa familiar o bien el mal pueden ser los propios padres, cuyas vidas están centradas en el individualismo.

Si hay algo que la autora realiza con soltura es ingresar con facilidad a las pesadumbres infantiles. Sus historias no pierden tiempo y van al grano con eficacia, no solo proponiendo el conflicto, sino que generando una voz narrativa involucrada directamente en esos infortunios. Lo mejor es que esos pesares nunca son inverosímiles, por lo que generan una rápida empatía con las protagonistas y permiten comprender las motivaciones de su llamativo actuar.

Porque acá los niños no solo temen y dan vueltas obsesivamente a sus dolores: también toman resoluciones sorprendentes o reaccionan de manera violenta. Pero esas reacciones tiene un origen y casi siempre es la mentira. Los relatos parecen decir que mientras la familia más cree ficciones para proteger a la infancia y mantener alejado el mal, más será la acumulación de rabia, porque nada puede ser más terrible que la mentira, aunque sea con fines de salvaguardar el mito de la infancia edénica.

Imposible resulta no mencionar dos de las grandes narraciones de este volumen, "Cenizas" y "El mudito". "Cenizas" es un texto aterrador —que apenas nos permite respirar— en el cual una niña relata el incendio de su casa. Su voz tensada y alerta a lo macabro así dice: "Comienza a buscar la salida conmigo en los brazos. Deambula como si estuviera en medio de un laberinto. No sabe adónde ir, no sabe por dónde salir. Tose con su aliento seco y pegajoso sobre mi cara. Intento respirar, pero no puedo. Ya no hay aire. Entonces, aparece el fuego. Desde el living nos sorprenden unas llamas ávidas, desesperadas, como si hubiesen sido recién liberadas". Las consecuencias del infortunio serán catastróficas para la pequeña sobreviviente. Lo mismo sucede con "El mudito", un relato definitivamente atroz, donde la autora pone en escena un tema en extremo complejo como es el suicidio infantil.

Angela Bascuñán Rodríguez se atreve aquí a desautorizar múltiples lugares comunes asociados a la infancia: la amenaza, la agresión, el miedo son parte central de esa etapa de la vida, en la que no hay interlocutores ni cómplices. Los niños furiosos en un libro macabro, pero también emotivo, un profundo llamado de atención a las demandas silenciosas de nuestros niños y niñas.

 

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De profesión historiadora, Ángela Bascuñán ha sido guionista de numerosos programas y miniseries de televisión, entre estas sobre Neruda, Mistral y Huidobro. La autora nació en Santiago en 1970 y "Los niños furiosos" es su primer libro.

 

 

 


Vals chilote
Yosa Vidal. Fondo de Cultura Económica, 2022, 210 páginas.
LUN, 3 de marzo de 2023

Un chilote que en solitario emprende la lucha armada contra la dictadura es el eje de esta novela de Yosa Vidal. Junto a él, una precaria red de opositores se ve enfrentada a adoptar decisiones atroces para seguir con vida.

Visto así de resumido, el argumento pareciera estar perfecto para desarrollar una parodia, con mucho de tragicomedia. Pero no: Vidal opta derechamente por la tragedia y lo hace con un respeto extraordinario, casi como si quisiera rendir un homenaje a la lucha antidictadura en regiones, una lucha desesperada alejada de las élites y las tratativas de los partidos, una lucha al todo o nada, sin medias tintas.

La narración aborda principalmente a dos personajes entrañables. Uno es Hiroito Cáceres, oriundo de Chiloé, retornado político clandestino, con entrenamiento militar en Cuba y Centroamérica, creador del Frente de Insurgencia Austral. Hiroito planea combatir la dictadura mediante constantes acciones de sabotaje y comienza por intervenir con proclamas las transmisiones de la radio de la zona. Es importante destacar que Hiroito no es un loco ni un obsesionado por la violencia, sino un tipo con convicciones, que analiza, estudia y logra sus objetivos. Con esto Vidal arremete contra la ridiculización que, incluso desde la izquierda, hoy por hoy parece ser la única mirada para observar al guerrillero.

Por otro lado está Ramón Millán, periodista de la radio que se ve atrapado en una trama que le podría significar el cierre de la emisora o incluso la muerte. De hecho, su pareja, una joven santiaguina, se verá involucrada en las indagaciones sobre el movimiento de resistencia encabezado y conformado solo por Hiroito.

Vidal se desliza con velocidad por diálogos fluidos y la reflexión interna de sus protagonistas, demostrando con ello un manejo técnico impecable. Ambos personajes son profundos y llenos de vericuetos. Dificil resulta así tomar partido por uno u otro protagonista. Tanto Hiroito como Millán están dando una batalla desde frentes distintos, pero no menos arriesgados. Los dos representan el heroísmo encauzado de diferentes maneras, donde la palabra traición parece no tener lugar, pero resuena con fuerza.

Hiroito, pese a compartir protagonismo con el comunicador radial, se gana un lugar de privilegio. Al evaluar su pasado y su presente, señala: "Doce, quince años encerrados, enmascarados por siempre en unos sucuchos esperando una salida política. Encerrarse y no poder salir nunca más. Además la salida política no los incluiría, era la única y gran certeza que tenía [...]. Lo había visto, había visto a algunos compañeros que regresaron a la clandestinidad para quedarse siempre en ella. Vio en sus ojos que habían perdido el nombre para siempre, de ahí en adelante eran nadie y seguirían siéndolo".

El espacio es otro de los elementos centrales de este libro La autora evita la caricatura o típica estampa chilota y elabora encuadres culturales ricos en significados identitarios. Esto redunda en una mirada que cala con fuerza en lazos familiares, formas de comunicación, afectos y cuidados, donde lo comunitario ni siquiera necesita ser mencionado, pues se vive dentro de ello.

La reivindicación de la figura del guerrillero es un enorme logro de esta narración. Un reto complejo que Yosa Vidal sortea con creces en esta terrible y hermosa novela sobre la historia de nuestro país, que precisamente este año resulta importante revisitar.

 

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Yosa Vidal nació en Santiago en 1981. "Vals chilote" es su segunda novela; la anterior, "El tarambana", la publicó hace diez años. También es autora del conjunto de cuentos "Los multipatópodos" y del libro para niños "Érase otra vez".


 

 


Macho beta
Carlos Otondo. Forja, 2022, 248 páginas.
LUN, 10 de marzo de 2023

Esta novela de Carlos Otondo viene cargada de anécdotas sobre la vida de un protagonista que se llama igual que el autor del libro.

Estamos nuevamente ante una autoficción en la que el personaje central va de un fracaso en otro, aunque en realidad a Otondo, el protagonista, esa circunstancia le genera orgullo: es cierto que desmorona su autoestima, pero con el transcurso de los años contribuye a forjarle un carácter resiliente.

Si bien el comienzo del relato es demoledor —un tipo que confiesa haber intentado suicidarse en tres ocasiones—, lo que sigue aminora esa naturaleza trágica. Y esto ocurre porque Otondo, el autor, intenta teñir con un barniz humorístico hasta las situaciones más inconcebibles, tal como sucede con la violencia que experimenta su personaje en un colegio particular de Curicó.

El bullying es precisamente uno de los grandes temas del libro (otro es la resiliencia). Las terribles experiencias, algunas de ellas verdaderas torturas, que sufre Otondo, sin que profesores o familiares sean capaces de advertirlas, están siempre presenten en la narración. Por eso la recurrencia de los dolores infantiles y juveniles generan una suerte de duda respecto a qué tipo de comportamientos tendrá de adulto.

Y pese a que los fracasos universitarios, laborales y sociales son innumerables, él sigue siempre adelante con su proyecto de trabajar en medios de comunicación y codearse con gente importante del ambiente televisivo. Estos segmentos son los peores. El niño y adolescente maltratado se ha convertido en un trepador de tomo y lomo cuya gran meta es trabajar de creativo en programas televisivos dedicados a la entretención basura. Gran parte del volumen está destinado a sumar y sumar anécdotas insulsas, inconducentes.

La novela está escrita con rapidez, aunque se extiende en demasía en hechos menores y repetitivos. El autor ocupa un lenguaje formal intervenido con neologismos mayoritariamente noventeros. Lo peor es que no profundiza en su personaje; más bien lo vacía, como si el dolor le hubiera ocurrido a otro. Esto último conduce al relato al borde del cliché del niño-joven, gordo, tímido, miedoso, violentado por los malos que actúan como mero bloque. Lo bueno es que evita caer en otro cliché, que es el del fracasado en la edad escolar al cual la vida lo hace triunfar y obtener su revancha. No, Otondo fracasa y lo hace con rigurosidad.

También hay que destacar del narrador su honestidad al autocalificarse de ex pinochetista, llorón, experto en "rotear" e incluso algo homofóbico. Pero por momentos suena a que su autocrítica no es más que un intento de acomodarse a los nuevos tiempos para no perder espacio en el mundo laboral.

Por desgracia, la historia resguarda demasiado al protagonista y sus cercanos. Por ejemplo, Otondo casi no toca a su familia ni menos su propia vida amorosa. Y, para peor, los intentos de suicidio anunciados al comienzo quedan en una nebulosa, y qué decir de las formas de recuperación por las que ha tenido que pasar.

Macho beta es una novela sobre un tipo de clase acomodada muy maltratado en su niñez y adolescencia, pero que extrañamente tiene un tono de comedia que no resulta como se espera. ¿Temor a mostrar que el daño permanece? Puede ser. Lo que sí queda claro es que este volumen no es de entretención, pues la tragedia consigue filtrarse más allá de los esfuerzos de su autor.

 

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"Macho beta" es la primera novela de Carlos Otondo, quien ya había publicado dos libros de cuentos: "El colorín diabético de Marte" (2013) y "El ataque de las moscas anoréxicas" (2014). El autor nació en Curicó en 1984.


 

 


Inacabada
Ariel Florencia Richards. Alfaguara, 2023, 161 páginas.
LUN, 17 de marzo de 2023

Autoras como Iván Monalisa Ojeda o Claudia Rodríguez son ineludibles al momento de hablar de literatura trans chilena, aquella que surge desde un cuerpo trans, una poética trans y una palabra trans. Dentro de este pequeño circuito, y más allá de sus diversas propuestas, se incluye ahora Ariel Florencia Richard y esta novela autobiográfica, Inacabada.

Juana, la protagonista, a sus 37 años se enfrenta a su terapeuta y le dice por primera vez "soy mujer". Este dato capital aparece en un prólogo de la propia autora. Con un poco más de imaginación se podría perfectamente haber incluido esto dentro de la novela. No está de más reiterar que la literatura no requiere prólogos ni siquiera de la propia autora o del propio autor. Y si la necesidad de sumar veracidad es tan urgente, lo más conveniente es un posfacio o pasar a la no ficción.

Juana es una joven profesional que se encuentra cursando un doctorado en artes y que debido a que participará en un congreso viaja con su madre a Nueva York, ciudad en la que Juana vivió algunos años a causa de sus estudios y donde pretende hablar de su transición con la madre. El lugar le resulta familiar y sus recuerdos fluyen de manera constante. Sin embargo, la convivencia con M (así se denomina a la madre) se vuelve complicada. Esta se muestra distante y silenciosa, evitando con ello ingresar al diálogo que su hija intenta establecer: "Aunque en el pasado les gustaba conversar, el inicio del tránsito había afectado su relación. M se había replegado y Juana sentía que al insistir le hacía daño. Alrededor de la tregua en la que habían acordado instintivamente no tocar el tema, había un silencio incómodo. Más allá de ese silencio, Juana sentía tristeza".

Richards asume a su personaje desde la perspectiva de un narrador omnisciente. ¿Por qué no optar directamente por una primera persona en una historia con un fuerte carácter testimonial? Si bien la tercera persona es un recurso que puede implicar distanciamiento, en este caso puede ser la poderosa huella de la mirada de los otros, una suerte de vigilancia que se ha mantenido constante sobre el cuerpo trans de la protagonista.

La limpieza de la prosa es innegable, todo un acierto; también lo es el tono lírico, el modo de abordar los afectos y el despliegue de la tensión entre madre e hija. La puesta en escena de ambas, contenidas en lo que deberían hablar, es tremendamente violenta porque implica el silencio como negación por parte de la madre. Además, el volumen explora con éxito cómo se relacionan el arte y la vida en la protagonista, pese a que bien pudo ampliarse la muestra hacia artistas no solo primermundistas. Algo similar ocurre con cierto escamoteo sobre el contexto de origen de Juana, lo que genera un escenario desprovisto de ideología.

Ariel Florencia Richards explora en un territorio literario complejo, reducido e invisibilizado. Resulta valioso acceder a la transición de género desde sitios donde debiera ser aceptada sin problemas, aunque sea hipócritamente, como resultan ser la academia y cierta intelligentsia progre. Pero también, ojo con esto, se trata de una transición rechazada con violencia por una familia acomodada y tradicionalista.

Inacabada es una novela necesaria, que abre rutas y puede contribuir a combatir la bestial transfobia que, pese a todo, parece avanzar cada vez más.

 

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Ariel Florencia Richards nació en Santiago en 1981. "Inacabada" es su segunda novela; la primera, "Las olas son las mismas", apareció en 2016. La autora es investigadora de artes visuales y colabora habitualmente en la revista digital "Artishock". En 2015 publicó el libro de poemas "Trasatlántico".

 





Educación superior
Valeria Barahona. Lecturas, 2022, 159 páginas.
LUN, 24 de marzo de 2023

Las novelas que se asemejan a ejercicios de sanación encomendados por psicólogos están haciendo furor por estos días: historias con un trasfondo no ficcional importante, donde la vida se aborda como un stand up comedy, en la que reírse de los dolores propios es la tónica. Educación superior, de Valeria Barahona, es justamente un relato de este tipo, protagonizado por una estudiante de Periodismo tan encandilada por su nueva experiencia estudiantil que es incapaz de advertir las diversas formas de violencia que la persiguen.

Situada en Concepción, la narración se abre con un megaterremoto. Las réplicas pasan a ser una parte natural de la vida de Victoria del Sol Arana Tondreaux, quien en su adolescencia idolatraba a personajes como Nicolás Copano y Alberto Fuguet y el periodismo de "Zona de Contacto". Victoria es expuesta como una chica común, altamente superficial, siempre dispuesta a endiosar a sus amantes y despreocupada de sus estudios casi hasta la indolencia.

Se podría decir que en muchos sentidos ella no tiene límites; sus relaciones amorosas, públicas o clandestinas, parecen siempre atrapadas por algún beneficio económico, académico o simplemente estatus. No por nada su única pareja pública es un estudiante de posgrado y destacado dirigente universitario. Sus afectos se transan sin problema.

Las andanzas amorosas de la chica, por tanto, uno de los aspectos más banales de su personalidad, ocupan gran parte de la novela. Otro aspecto, de radical importancia pero levemente profundizado, es su condición de niña abusada sexualmente por su padre, suceso que aparece de manera fragmentaria y breve dentro de la historia. Es en estos segmentos donde se aprecia la mejor escritura de Barahona, ya que adopta no solo un lenguaje bullente de figuras retóricas que recuerdan el horror, sino que asume una prosa cansina, profunda, dolorosa y sin el alboroto que predomina en todo lo demás. Estos flashes de buena prosa ocupan un lugar menor, siendo tragados por la farragosa comedia romántica de la protagonista.

En medio de este constante tono de divertimento, surge un tema que resulta llamativo. Se trata del discurso del novio de Victoria. El estudiante promueve que Concepción alcance autonomía plena, es decir, se independice de Chile, argumentando que en ese territorio se fraguó la patria y fue la cuna de múltiples héroes. Los Tres y Los Bunkers, citados constantemente, conformarían la banda sonora de este anhelo de recuperar la ciudad como centro político-intelectual a nivel mundial.

Más allá de lo anterior, el desenfadado discurso de Victoria respecto de sus experiencias sexuales pudo haber sido el sello del volumen. Pero el foco está puesto en su pareja masculina, y ella no es más que un tímido cuerpo orientado a recepcionar y satisfacer al macho. Para peor, en este punto el libro alcanza un altísimo grado de cursilería: "Ruedan cerezas desde mi útero y una camelia florece en mi centro ahora amplio, fulgurante, explícito, comestible, tibio para esconder sus manos". ¿Camelia? Sí, camelia.

Entre los méritos de Educación superior está que se lee de una sentada y que se puede entender como una denuncia al acoso sexual del mundo académico. Un mejor equilibrio entre el drama y la comedia habría dado un resultado menos olvidable.

 

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"Educación superior" es la segunda novela de Valeria Barahona; la anterior, "Señoritas en toma", fue publicada en 2016. La autora nació en Peor es Nada, en la Región de O'Higgins, en 1990, y es periodista.


 

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Crítica Literaria
Los niños furiosos, Ángela Bascuñán Rodríguez; Vals chilote, Yosa Vidal; Macho beta, Carlos Otondo; Inacabada, Ariel Florencia Richards; Educación superior, Valeria Barahona.
Por Patricia Espinosa
Publicado en Las Últimas Noticias, del 24 de febrero al 24 de marzo 2023