LA FORMA DEL NAUFRAGIO "La palabra quebrada"
Martín Cerda.
Cormorán Ediciones 2022, 218 páginas Por Pedro Gandolfo Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 11 de diciembre de 2022
¿Por qué reeditar un libro sobre el ensayo publicado originalmente en 1982? La respuesta es simple: porque la obra del crítico Martín Cerda es esencial y vigente, y cada edición es una respuesta a los nuevos lectores que esperan por ella. Podría decirse, sin temor a la exageración, que se trata de un clásico de la crítica chilena, el cual puede ser releído para encontrar un ángulo nuevo, captar el sentido vital de una pregunta, el problema velado en un enunciado.
Este ensayo sobre el ensayo también, como lo señala Cerda en su interesante discurso ante la Academia de la Lengua, se trata de una manera disimulada de narrar el itinerario intelectual del propio autor, sus dudas, interrogantes y conjeturas. Una parte importante de este libro, pues, la dedica Cerda a revisar, en breves discursos, una serie de autores a través de los cuales va elaborando un paisaje del ascenso del mundo burgués, su consolidación y significado, su ruptura, decadencia y vestigios. En ese bosquejo, Cerda pone al final de ese proceso una fragmentación de la sociedad burguesa, fragmentación de la cual se deducen consecuencias alarmantes para la sociedad contemporánea, una peligrosa y dispersa orfandad, a la cual corresponde una fragmentación de la palabra. "Todo escrito fragmentario implica, en efecto, una fractura, crisis o quiebra social y, al mismo tiempo,
una infracción de todos los lenguajes que, de una manera u otra, intentan enmascararla o 'taparla'". La ruina de la sociedad burguesa —que Cerda repasa en un conjunto de ensayistas que van desde Descartes y Bacon hasta Benjamin y Barthes—requiere de una forma fragmentaria, no ya el remanente de una obra perdida ni el proyecto de una obra inacabada, sino como "destino" formal de una época. El fragmento está ligado esencialmente a la forma del ensayo y el escrito fragmentario atraviesa la novela, la poesía, el diario y una serie de géneros que predominan en el panorama literario contemporáneo. El ensayo no es solo cosa del ensayo, sino una perspectiva que vemos surgir y resurgir por aquí y por allá en el paisaje de las letras La sintonía entre el ensayo y la disolución de las certezas y relatos propios de la sociedad burguesa explicaría, según Cerda, ese predominio de la forma ensayística vista como un hecho, tanto desde el ángulo de la producción literaria como desde el ángulo del lector. El ensayo es la forma contemporánea porque es la forma que conviene a la contemporaneidad y, así, de alguna manera, el ensayo es el refugio de la literatura en nuestro tiempo.
La caracterización del ensayo que realiza Martín
Cerda sigue las líneas de su fundador, Michel Eyquem de Montaigne y, más contemporáneamente, del pensamiento de Georg Lukacs en "Sobre la esencia y la forma del ensayo: una carta a Leo Popper".
Siguiendo a Lukacs, para Cerda "lo enteramente esencial en cada ensayo no reside, en consecuencia, en el objeto de que se ocupa, sino más bien en las preguntas a que lo somete discreta y, a veces, radicalmente, porque esas preguntas suelen tocar —decía Lukacs— 'la concepción del mundo en su pureza'. Son ellas, asimismo, las que permiten al ensayista ir reduciendo a escombros la fachada altanera de los pensamientos convertidos en tópicos o doxas, y, a la vez, anunciar el perfil inédito de las cosas que promete el futuro. Son esas preguntas, por último, las que al enfrentarlo siempre con lo viejo orientan cada paso del ensayista hacia un tiempo nuevo frente al cual todas las distinciones entre las formas cuyo material procede de la vida y las que se constituyen a partir de algo previamente configurado se vuelven superficiales. Para el ensayista todo se convierte —decía Lukacs— en una 'materia prima informe'".
De esta concepción, Cerda subraya la idea de
que el ensayista no tiene por objeto una materia cuya forma ya se encuentra establecida, sino que es aquel que experimenta de modo permanente la forma como vivencia buscada incesantemente para la vida, en un recomenzar sin tregua. De ello mismo, insiste, además, en proponer el ensayo como una forma que se postula radicalmente como disidencia respecto al discurso instituido o doxológico, es decir, como un ejercicio intelectual que se propone "despenar" lo ya pensado.
Posteriormente, en este libro inagotable, cuya reedición es un gran acierto, se acerca al ensayo —el libro es una secuencia de acercamientos— percibiéndolo como todo discurso que es una búsqueda, exploración o interrogación sostenida y que, en consecuencia, "no puede avanzar sino corrigiéndose, censurándose, comentándose y, en algunos extremos, suprimiéndose". Es lo que llama "escritura heurística". En esta dirección, recogiendo un comentario de Ortega y Gasset (el autor en lengua hispana que más influyó en él), el talante del ensayo auténtico sería la insobornable "conciencia del naufragio".
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"La palabra quebrada", Martín Cerda.
Cormorán Ediciones 2022, 218 páginas.
Por Pedro Gandolfo.
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 11 de diciembre de 2022