SOBRE LA TIERRA ELOGIO DE LA NATURALEZA. Gabriela Mistral. Edición de Daniela Schütte, Lumen, 2023.
Por Pedro Gondolfo Publicado en REVISTA DE LIBROS de El Mercurio, 4 de febrero 2024
Antes que cualquiera otra cosa, lo que maravilla de estos textos es la espléndida calidad de la prosa de Gabriela Mistral. La gama de elementos de la tierra que ella va construyendo se extiende desde el crepúsculo a los ojos, pasando, entre otras, por el gato y las cañas huecas, entre otros. Va construyendo, decimos, porque con la precisión, riqueza y sutileza de su decir, las cosas nombradas esplenden con un nuevo brillo, parece que su ser brotara bajo la mirada aguda, cariñosa, a veces divertida, otras desgarrada y doliente, y siempre perfilada según una experiencia poética profunda y diversa.
El libro está compuesto de textos breves, escritos en distintos períodos y medios, que giran en torno a la naturaleza. El libro lo debemos a una búsqueda y selección realizadas de modo excelente por Daniela Schütte, poseyendo unidad y coherencia dentro de la variedad. Hay textos que son una joya de escritura y es buena recomendación de lectura de verano.
La relación de Gabriela Mistral no es la de una observadora que la contempla como si fuese un paisaje. En "Elogio a la naturaleza", la poeta le concede a esta un carácter divino y parece adscribir a un animismo, puesto que en ella se manifiesta activamente Dios. Esto conduce a que ella y los elementos que la componen se comportan como seres dotados de conciencia y la autora los "anima" através de la palabra poética. La animación es el recurso que más emplea Mistral en este libro.
Pero el vínculo de la poeta con la naturaleza no se limita a esta divinización que la remece y la llena de admiración y belleza. También, y de manera muy poderosa, establece una conexión entre la tierra —que es la quintaesencia de la naturaleza— y el corazón de la poeta, entre los movimientos y componentes de la naturaleza y el mundo interior de la Mistral. El desgarro, la melancolía y la alegría, las mil maneras que la naturaleza adopta, tienen un correlato con los estados de ánimo y cientos de emociones que visitan el corazón de Gabriela. En "Crepuscular", un hermosísimo texto inicial, es manifiesta esa sintonía.
La gran mayoría de estos textos se adentra en el género de "poesía en prosa", pequeños poemas en prosa, género que llevó a una culminación Charles Baudelaire. No se trata tanto de una prosa con elementos de lirismo —la prosa poética—, sino poesía dispuesta en aparente prosa. Los textos se elaboran a menudo a partir de versos acumulados sin cesura, extendidos en la página. "Voy a aprenderme esta tierra adonde me trajo el viento, una marea y un leño", canta el inicio del espléndido "Quiero aprenderme esta tierra", oración que puede ser concebida como un verso largo o como dos versos encadenados o, incluso, tres. Gabriela Mistral, como gran poeta que es, no puede sino escribir la prosa en base a versos.
Sería interesante comparar la forma telúrica, plástica y chispeante de Neruda en Odas elementales al abordar este mismo argumento con la espiritualización musical y melancólica de la Mistral, tema que escapa a las posibilidades de este comentario, pero que sería un ejercicio ilustrador de las semejanzas y diferencias entre los dos gigantes.
Más que el símil, la metáfora es el medio por el cual Mistral lleva a cabo la transfiguración poética de la naturaleza. Las metáforas son complejas, enlazándose varias de ellas en un gran verso metafórico y siguiendo sutilmente la línea de las cosas, producto de una refinada observación. Por ejemplo, "Tintes pálidos de agonía tiene de livideces el cielo opalescente", o, más abajo: "Es el alma del arte la que cubre con su ala la tierra taciturna divinizada bajo su imperio".
La relación con la naturaleza está guiada por una ética que acerca algunos de estos textos, como "Porque las cañas son huecas" o "La charca", poniéndolos, mediante elogios y recados, al borde de una fábula, aunque no existe propiamente tal una moraleja. En el charco barroso permanece en su ser diminuto e insignificante mientras lo protege la sombra de una piedra. Pero si alguien remueve la piedra el sol evapora al charco que se convierte en nube blanca: "Para las distintas charcas de aquí abajo, ¿no hay obreros providenciales que quiten las grandes piedras?". La poeta elogia al ente humilde, como la raíz del rosal, que sacrifica su belleza para posibilitar el estallido esplendido de las rosas.
La hermosura de estos textos está atravesada por las constantes de la poesía de Gabriela Mistral, en las cuales no falta la crítica social y el desgarro y la soledad amorosa. Su sutil arquitectura es elusiva y sugerente. Es imposible no espejear la propia subjetividad que se abre aquí en el bello temblor de sus líneas.
La hermosura de estos textos está atravesada por las constantes de la poesía de Gabriela Mistral.
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"Elogio de la naturaleza". Gabriela Mistral.
Edición de Daniela Schütte, Lumen, 2023.
Por Pedro Gondolfo.
Publicado en REVISTA DE LIBROS de El Mercurio, 4 de febrero 2024