ENCARNIZADA CORDIALIDAD
«La novela del corazón», de Roberto Castillo. Laurel, Santiago, 2022, 300 páginas Por Pedro Gandolfo Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 22 de enero de 2023
La venganza es el motor de este libro, venganza planeada y ejecutada por mujeres y narrada con fruición exquisita. La historia de esa venganza está lejos de desplegarse de la manera convencional, según una disposición diacrónica, horizontal y lineal, sino que se asemeja a un intrincado y fascinante laberinto, en el cual las piezas se van reuniendo como en un rompecabezas. En ese puzle el autor se preocupa aplicadamente por los detalles —lo cual no quiere decir en modo alguno que se trate de una narración morosa, al contrario—, "puesto que sin detalles no hay historia, y a la mierda los tiempos, el tiempo. (...) la historia siempre se come al tiempos. En otra parte dice: "El tiempo se mueve de formas muy raras: se desenvuelve, se adelanta, hace rodeos antes de seguir su curso y en esas pausas, esos frenazos, esos desvíos o retrocesos el pasado y el futuro se tocan e impregnan entre sí".
A cambio de la disposición diacrónica —que rechaza—, Castillo propone un relato contado por un narrador fantasmal y basado en las coincidencias y las sincronías. Esas sincronías recogen los hilos del corazón, el corazón sacado de su lugar, exhibido, palpado y trasplantado, el corazón diseccionado, robado, guardado en formol, atesorado y después devorado. El corazón de una persona, que es central en la narración, es el órgano humano literalmente considerado, el corazón enfermo de un trasplantado o el corazón sano de un donante (supuesto) o el corazón muerto de un cadáver, pero también metonímicamente, es el corazón de Chile (así llaman al primer narrador de la novela) y es el corazón del poder, el nudo de toda dominación. Por estos desplazamientos se escurren los niveles de escritura de la novela y las eventuales perspectivas de lectura.
La novela del corazón es, pues, un relato arriesgado en lo formal, aunque muy seductor, ya que también el siniestro mundo representado por él no da tregua y transforma al lector en detective y lector necrófilo.
El relato, que exhibe una gran capacidad del autor para hacer comparecer lo visual a través de las palabras casi al borde de lo cinematográfico (puede evocar ciertas películas de David Cronenberg), se caracteriza por una retórica cercana a la estética de lo gore: la sangre salpica y corre por doquier, abundan las vísceras y los cuerpos diseccionados o en putrefacción, los quirófanos y las morgues, los órganos arrancados, los cadáveres en continuidad con los vivos, los olores deletéreos,
todo descrito con proximidad, detalle y encarnizamiento. El cuerpo humano —la corporalidad es protagonista de este relato— es concebido no como una sede de desnudez romántica que esconde una sutil intimidad. El pudor y el decoro corporal se transgreden constantemente. El cuerpo es exhibido, escrutado y destrozado con curiosidad científica como en La lección de anatomía. La frontera del cuerpo se abre y se exhibe su interior, aquello que usualmente permanece oculto, con la prodigalidad de una violencia cruenta liminar al mundo de lo grotesco y negro. El mecanicismo corporal aparece ironizado como una forma teórica de violencia, la violencia de la ciencia, que se entiende a la violencia del médico contra el paciente, su dominación y endiosamiento. Castillo empuja y atraviesa poderosamente todos esos límites y supuestos.
Ello pone al lector en un aprieto ético, y político y casi físico, que es, con todo, soportable (a veces con náuseas), como el narrador soporta ser testigo inmediato de un trasplante de corazón en el primer capítulo.
La novela también, y quizás muy profundamente, trata del cuerpo de Chile, de los poderosos y políticos, lo cual le permite urdir el corazón de Portales con el corazón de Pinochet. Es un Chile en que opera, pues, no solo la venganza, sino también la matanza: "En Chile el charqueo es la norma, las autopsias son eso, la culminación de la matanza y la matanza es sinécdoque del poder, la matanza es la ruina calcinada del palacio antiguo sobre la que se construye un nuevo orden", dice, y en otra parte añade: "(...) en Chile basta abrir un poco la tierra y los ojos para encontrarse con pedazos de cuerpos", o habla de "la parte de Chile que siempre fue guerra".
El presente de la novela es distópico y transcurre en Valparaíso en medio de una guerra civil entre "unionistas" y "autonomistas", donde Valparaíso es también laberíntico y tétrico, como es la narración y sus historias. Ese tiempo a su vez se alarga hacia el pasado en 1967 y recorre varios puntos a través de saltos hacia adelante y atrás, como Valparaíso mismo, todo trabado por el músculo palpitante.
La novela del corazón —un título literal para una novela no literal— es un relato impactante y reflexivo a la vez, construido con inteligencia y oficio, y escrito con una prosa afilada y precisa.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com ENCARNIZADA CORDIALIDAD.
«La novela del corazón», de Roberto Castillo.
Laurel, Santiago, 2022, 300 páginas.
Por Pedro Gandolfo.
Publicado en Revista de Libros de El Mercurio, 22 de enero de 2023