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        El  más allá de Víctor Vich
        Víctor Vich, Voces  más allá de lo simbólico.  Ensayos sobre poesía peruana. Lima: FCE, 2013. 
        Por Pedro Granados 
        
        
          
        
        
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        Leemos por ahí: "Este libro explora los últimos cuarenta años de la  poesía peruana a partir de obras que encarnan significativos cambios, tanto en  la subjetividad como en los lenguajes poéticos en curso. Es un estudio de doce  poetas contemporáneos" (Luis Hernández, Abelardo Sánchez León, Jorge  Pimentel, José Watanabe, Carlos López Degregori, Mario Montalbetti, Róger  Santiváñez, Eduardo Chirinos, Rocío Silva Santisteban, Domingo de Ramos,  Rossella Di Paolo y Lorenzo Helguero).
          
          También en la Internet nos encontramos ya con un primer sesgado juicio  de valor, "Callada poesía": "los ensayos de este libro discurren  por cauces que tienen menos que ver con la poesía que con lo que esta puede  decir del poeta frente a su sociedad y su tiempo, y es aquí, fuera de lo  simbólico, donde reside su mayor interés" (Abelardo Oquendo, La  República, 26/10/2013)
          
          Y otro más: “La poesía no es solo un discurso sobre el que se puedan  aplicar armas teóricas pues su exceso, la emoción que textualiza, escapa a un  andamiaje teórico cerrado. En este caso, sucede lo mismo. La lectura que se  hace de Hernández puede ser la más polémica del libro” (Victoria Guerrero Peirano, buensalvaje).  
          
          Es decir, los ensayos de Víctor Vich (conocido cultor de los estudios  culturales, que seguro ardería si lo calificamos de crítico literario), por un  lado, a decir de Oquendo,  se entretienen  en la serie social y no penetran la poesía; por el otro, y según Guerrero, su agenda  teórica saldría bien librada, aunque a costa de familiarizar o naturalizar --en  sus complejas alteridades y temperatura emotiva-- los mismos textos poéticos  que analiza. Sobre todo si coincidimos en que la literatura parecería ser: “la  única práctica cultural que sustenta los deseos” (Gabriela Montaldo).  
          
          Puntualizamos que Vich aprueba el examen; su antología y la tesitura del  narrador de Voces más allá de lo  simbólico son las de una prueba escrita.   El vuelo (la puntual teoría que emplea y la selección de los poemas  entre un canon realmente conservador) se halla asegurado.  Obvio, presenta a algunos poetas mejor que a  otros.  Varias generalidades, lugares  comunes la mayoría, por ejemplo sobre Jorge Pimentel o Domingo de Ramos; que  asimismo constituyen, los poemas de ambos autores, como una pequeña fiesta de  las correspondencias crítica; un ámbito donde el narrador se siente realmente a  sus anchas.  Aunque el más “dialéctico”  entre todos, y acaso también el que Vich aborda con más fervor, sea el estudio  dedicado a la poesía de Lorenzo Helguero.   Aquí la trama entre el lugar (o lugares) de enunciación, la construcción  del fuero interno del poeta y los poemas, lucen leves e incluso probablemente  arbitrarios; pero metodológicamente resultan más convincentes y, el discurso,  como más atractivo y vivo.  En cambio, en  la mayoría de los otros abordajes, el lugar de enunciación tanto como el sujeto  poético lucen como plataformas separadas y un tanto esquemáticas. 
          
          En este último sentido, el “dialéctico” o móvil o complejo o paradójico,  cómo no apuntar, por ejemplo, que la del grupo Kloaka constituyó, en los años  ochenta e incluso noventa, la poesía oficial del Perú.  Es decir, una que tuvo el apoyo de las  tribunas universitarias y los medios de comunicación en Lima y provincias;  llámese la institución literaria toda.   En contra de otras opciones o derroteros estéticos, no menos políticos  (todo un fetiche en la mirada tozudamente holística de Vich), como por ejemplo  las obras de Vladimir Herrera y Magdalena Chocano.  Aquí faltaría allanar, como de algún modo lo  hace con Helguero, el origen pequeño burgués y hasta burgués de Kloaka y sus simpatizantes (con  excepción de De Ramos, por supuesto); grupo oportunista y propagandístico que  tuvo (¿tiene?) ahora mismo estudiosos que siguen soslayando aquella importante  información y perfil social de sus miembros.  Kloaka, bastante como Hora Zero,  como un grupo que, ante todo, tomó por asalto  a los ingenuos o urgidos de reconocimiento del barrio.  Un grupo radicalmente narcisista, mimético y  argollero.
          
          No existe el humor en este volumen; ni siquiera cuando se ventila la  poesía de Luis Hernández Camarero.  Y nos  extraña mucho que Víctor Vich no atendiera nuestros “Los poetas vivos y más  vivos del Perú” o “Mirko  Lauer y Mario Montalbetti/ Post - 2000”, recogidos junto a otros ensayos en  nuestro Autismo comprometido: sobre poesía peruana reciente (Lima:  Paracaídas editores, 2013).  Échele una mirada.