
         
        Serie Poesía Latinoamericana  (1965 – 1980)
        PAUL GUILLÉN
         
        
        
         
         
        
           
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        EL PRADO
                                Qué hermoso es ese viejo pino blanco
                                      de la colina de tu infancia,
                                      que hoy volviste a visitar...
                                      Vladimir Holan
                                Voilà un tableau dont je ne suis pas  mécontent,
                                      parce qu’il rend bien compte d’un plaisir que
                                      chaque homme éprouve lorsqu’il pénètre en
                                      août dans un bois de pins. Un poète mineur,
                                      voire un poète épique s’en contenterait  peut-être.
                                      Mais nous sommes autre chose qu’un poète et
                                      nous  avons autre chose à dire
                                    Francis Ponge
        algunas veces, cuando despertamos,
          la naturaleza no nos deja seguir pensando
          destruimos todos los resquicios
          que nos permiten decir lo justo
          los olvidamos
          finalmente, un guijarro yace a la intemperie
          realmente vemos con ojos de pez de vidrio
          realmente esa es nuestra añorada esperanza:
          la destrucción colmada en los campos
          que alguna vez creímos ver
          realmente vemos las siluetas del embrión
          que se acordaja en la arena
          realmente vemos con todos los sentidos
          lo que alguien quiere decir
          y cuando desde el pino falaz, durante el verano,
          las gotas caen sobre el prado
          recordamos las hojas enteras que arden con los años
          la tierra, el centeno, los mares...
        *
        otras veces vemos
          insectos, hexágonos, paralelepípedos
          que deforman los reflejos
          del sol con la hojarasca
          otras, aún muy pocas,
          nos tendemos sobre la tierra remota
          a escudriñar las axilas de las rocas más puntiagudas,
          las más de las veces, nos confundimos
          con la hierba
          con su perfume recién cortado
          con sus signos robustos que nos hieren con las manos
          y ése no debiera ser nuestro mayor consuelo:
          desigual es el sol para los muertos
          dentro de la panza del prado
        *
        el prado no distingue entre las eras
          y sólo se limita a hablar del caos y el olvido
        *
        y los cíceros que no marcan
          las corrientes salvajes
          las pústulas de los huesos las jeringas
          una giba de verde cielo
          deshabita el pasto sagrado de las estrellas
          las ribas que tenuemente deletrean
          el latir de las tinieblas
          los márgenes que no alcanza
          el azadón inexistente
          las grietas que no acaban con la sequía
          es el estío,
          la convención de los regadíos y el tiempo
          tiempo de la nada donde cualquier cosa es prudente
          es el tiempo de la muerte en los cascos
          del ostracismo, en los álamos deletéreos del risco
          o en los contornos perceptibles del viento
          es el tiempo el tiempo el tiempo
          y no dice nada –nada de nada–
          y sobre estas lambras una ausencia de ojos
        *
        quién pudiera otear el firmamento
          y no viera a las hebras grises y alveoladas del pasto
          siempre y cuando en el bosque de zinc
          no existiera una algazara de jazmines y jacintos resollantes
          quién es el que encuentra entre los juncos rotos
          el verde manantial de la mente
          cuando aún ni siquiera se percibiera
          el breve influjo de las corrientes salvajes
          y las algas no poseerían otra cualidad
          que sus elementos axiales
          es el movimiento de una larva que da inicio
          a una lluvia prolongada & bruna
          es el caballo estúpido que relincha de miedo
          manchado de estiércol hasta las ancas;
          cuando no son los prelados & los pleonasmos
          y los ríos se detienen subterráneos
          pasan lentamente del estupro a la elocuencia
        *
        a mí me jode el viento
          mucho más que la verdad
          encontrada en lo senil
          y por muchos y grandes mástiles oblicuos
          y negados por una lógica mundana
          en tiempos en que la climatología
          ha desechado para siempre de sus fustes
          a las brújulas, astrolabios, pararrayos
          y demás medios de navegación motora
          se aproxima un día
          como una potencia diferencial
          como una larga palabra que se masca
          como un prado inmenso que nadie habita
          cómo saber que nadie aún ha muerto,
          en este instante de lucidez & asfixia,
          en que una veleta mira en dirección
          a los árboles ponientes:
          sé, que al final el aire
          terminará de matarme...
         
         
        LA MUERTE DEL  HOMBRE AMARILLO
        si de un frío  vapor pudieras ver la clepsidra de tu madre
          latir entre las  ubres
          ¿no imaginarías  lo mismo para ti?
          y te abrirías de  piernas como una mandrágora
          esperando que te  rocíen algún líquido celeste
                                                                                 entre  los muslos
          y en la basura de  huesos y frutos secos
          encontrarías un  animal afiebrado y amarillo -maldito payaso azul-
          lleno de  escombros y liendres
          ¿acaso te  hubieras imaginado vivir
          solo de bosta
          y ubres?
          pero es la madre  la que te amamanta con un terrible
          líquido amarillo
          y te hace ser  quién eres
          maldito seno  amarillo
          que se asemeja a  la ubre de una vaca en celo
          y a los gusanos  que aran
          sus ciclos
          concéntricos y  reales
          si la levedad se  estropea con el peso de los astros
          y escuchas
          el sollozo del  infante no nacido
          madre ven a darme  de tu líquido verde
          ahora que ya  estás a punto de morir
          y no me mientas
          que en mí crees
          Hoy hablé con mi  abuelo
          quizás después de  cincuenta años
          lo noté igual a  mí
          él piensa que  sigo pequeño
          pero no se da  cuenta que ya tengo un pene grande
          y que ahora me  gustan los tratos con esos mercaderes
          y yo que caminaba  por esta ciudad
          sin recuerdo de  uno mismo
          y ahora las  calles no son las mismas
          y lo único que  puedo recordar son los amigos y los viajes
          para no volver  nunca ni antes
          maldito líquido  violeta que te pusiste en tu velo
          de novia
          cuando me  abandonaste en ese altar —en el cual no creo,
          pero igual me  dolió—entonces,
          aún dudaba de las  premoniciones
          y te miraba  fijamente
          y de pronto me  robaron la cartera!
         
         
        LAS TÉNEBRES SIRTES
                                                       A Lía Rebaza
        Las Ténebres Sirtes
          un lugar en donde
          ves el cielo
          descampado
          de mayo
          Un ajedrez
          de estrellas
          en donde uno
          puede moverse
          como una princesa
          que no existe
          Un infierno azul
          compuesto de alcohol
          y augures de luz
          —vacío—
          De pronto ves
          a Aldebarán
          llamado el seguidor
          que persigue
          a las 7 Pléyades
          y no se cansa
          de recorrer
          la misma estancia
          porque a cada paso que da
          el brillo rojo de su ojo
          no es la cima del frondoso  carpe
          que en la primera lluvia
          se atraviesa
          como un tamiz
          de sus recuerdos
          es decir
          su brillo no es natural
          y por ello brilla
          o no brilla por ser sustancia
          o forma del agua
          o forma de la luz
          o forma del espanto
          o existe
          además
          con un soplido
          puedes cambiar
          la posición del mundo
          ahora,
          ves un bosque
          que no es éste
          y se mantiene
          constante
          y sueñas
          con encontrar
          en alguna parte
          lo que antes
          para ti
          era sagrado
          estás frente
          al ecuador celeste
          y no puedes distinguir el frío
          de la hambruna
          y me da miedo
          de olvidarme del mundo
          y de la vida
          pero aún sigo aquí
          y me mantendré
          hasta que los carpos
          revienten en cenizas
          frescas y foscas
          hasta que los hombres
          sientan la dicha de ser Uno
          entre ellos mismos
          pero
          cuando
          has querido
          encontrar
          una respuesta
          a tus actos
          has dicho
          la tierra
          abre
          sus febles
          mandrágoras
          para apaciguar
          una aciaga realidad
          entonces
          por qué niegas
          el rumbo perpetuo
          de las constelaciones
          si nosotros
          también aciagos
          hemos remontado
          promontorios estériles
          frías estaciones de lo  venidero
          pero
          para qué preguntas
          por la irradiación
          del plasma entre tus córneas
          si nosotros
          también otra vez
          no hemos olvidado lo pasajero
          y flébil
          todo aquello que nos conmueve
          y preocupa
          así finalmente
          verás
          un brillo de esferas
          un ligero resquemor
          y no hay avaricia
          que contenga estas fiambras
          y si la felicidad
          la noche desciende
          sobre los astros
          y las fuentes se abrevan
          en manantiales
          líquidos y ferruginosos
          es el espanto
          de un tiempo remoto y sin  historia
          y solamente los grabados del  cielo
          alumbrando las estaciones
          y solamente estarse confundido
          en un sueño inútil y agrietado
          pero para eso se vive una  muerte
          y la esterilidad no debe
          corromper tu visión
          pues ves una conglomeración
          de estrellas
          tan arriba
          y piensas que ahí también
          debería habitar un germen
          que nos diga algo
          pero si tan sólo supieras
          que tus actos se repiten en el  cielo
          y que la Aurora solamente sale  para ti
          es motivo para decirlo
          el Can & la Hydra refulgen  en su horario
          y no es que exista
          algo que les diga que hacer
          sino las estrellas
                                    ondas  celestes
                                                         polvo cósmico
          se trasladan con tus pasos
          que es distinto aferrarse a  una verdad
          porque la realidad niega y lo  transforma todo
          que así es y todo
          el cosmos va formando una  nueva verdad
          en  tus labios
         
        
              
                
                                                                                         de La transformación de los metales (2005)
                
              
          
         
         
        LA HISTORIA PROHIBIDA DEL COMUNISMO
        Carne humana con gusanos rojos y azules: hay una pareja de rusos sentados  junto a la calavera de su realpolitik e Isabel ya sabía de su apariencia  cavernaria y de sus latidos debajo de la enagua. Los enanos sangrientos con los  saxofones creando eones. Luces de oro líquido que se impregnan en tus pupilas.  Todo silogismo es ilógico porque de lo que se trata es de un travelling  continuo que gira y gira como una noria de agua (y nos mojamos todos). Isabel,  la vecina de Ezequiel, apoya a los nazis de Oxapampa. Ahora, quién traerá la  miel que chorrea por la carretera tal si fuera la sangre de un accidente a 3000  kilómetros por hora. Ahí no podríamos encontrar siquiera huesos que roer o  pedazos de sesos pegados en el asfalto que lamer y qué sería de nosotros sólo  ver pasar los ómnibus rumbo a la cordillera y sus llantas estropeadas harían el  ruido propicio para una guerra silenciosa y étnica.
         
         
        ¿CÓMO PUEDE EXISTIR UN INKA NEGRO?
        — No. Lo que es  negro es tu alma. Lo que es negro no es el Cuzco ni Bolivia, tú engendras en el  vientre de la tierra colores traídos por un puma — son colores que mezclan el  verde, el amarillo, el lila. ¿Puedes imaginar un color así? Cuando estés abajo  sentirás las pisadas — verás las huellas — sopla más fuerte tu aliento — que  llegué a las cumbres más altas — es cierto — tú quieres subir a la cumbre del  Waytapallana y en tu primer intento pierdes un diente tres mil dólares y los  zapatos — sientes el frío desde las plantas de tus pies — cómo sube hasta tus  córneas y se enrosca a tu cerebelo — si subieras más alto verías las cabezas de  los dioses muertos — a tus perros pastando los campos — a Juan que no se ha ido  — que siempre regresa — que vive y martillea tu cerebro — hasta cuándo aguantar  las humillaciones — porqué no gritar de una vez y para siempre y mantener ese  grito como un glacial en la mente de los demás — ¿para qué he venido hasta la  cima? Escucha                                   es  el zumbido del ave celeste que contempla tu sombra y tú contemplas sus ojos de  témpano de iridio — repites: ¿cómo puede existir un Inka negro? — si en las  alturas lo negro no produce el vértigo — señalas lo blanco sobre lo blanco, ¿en  realidad existe? Viaja en tu interior hacia México, Chile o Brasil y pregunta  lo mismo. Entonces, sabrás que no hay Perú, Chile ni Bolivia. No creo. Cierra  los ojos, hablemos del mar, de las ciénagas. Ahora, rey negro, empieza tu  tiempo.
        *
        Tú respirabas de una forma malsana – era la manera perfecta de no soportar  más el
          mundo – converso solo con mis zapatos en la noche y es el frío que susurra  en mis
          huesos la perfecta unión entre las estrellas y mis ojos pero esos pasos que  escucho a lo
          lejos me hacen ser un animal enjaulado con mucho miedo mucha hambre mucha  sed —
          unidad de la materia y el espíritu – permaneces en la orilla sin tomar un  rumbo ajeno a
          las constelaciones — prefieres caminar hasta la cima del monte más alto y  negarte a
          vivir – a morir – nadie escucha tus lamentos – eres Pachacutek II – pero  nadie lo sabe –
          nadie voltea a verte — ahora escribirás en tu libreta de notas una especie  de diario en la
          ciudad que no conoces pero odias tu historia comienza en la cocina donde  diseccionas
          varios animales menores los huesos de las víctimas están regados por todas  partes
          pegados a las paredes formando una masa espectral de humus y mierda que  sólo tú
          puedes respirar nos gusta vernos a los ojos y comer de esos desperdicios  esa energía
          vive en mí o no quiere salir de mí voltea hacia otra parte tu sable reluce  junto a los
          árboles del Waytapallana viajar para nunca volver es tan triste todo esto  la cuestión es
          no hablar de la muerte sino del sufrimiento unos 1000 ó 2000 años de  constante
          sufrimiento una lucha que empieza en la tierra llega al mar y asciende al  cosmos confío
          en avanzar hacia las batallas más sangrientas a finales del año 2011 unas  voces me
          dicen que no lo escriba — un perro rueda junto a los semáforos y se deleita  viendo los
          colores al caer — es como un suicidio voluntario que no permito — avanzo  hacia la
          noche — cuándo alguien vendrá a rescatarme de este miedo — todos los poetas  son
          homosexuales — tú quieres llorar — no encajas en ninguna parte — solo  buscas alcohol
          para no seguir en este mundo — no piensas en nada — profundas crisis— no  sabes que
          hacer ni donde ver — no piensas más — la realidad se deforma y deforma tu  rostro —
          estás viejo y cansado como toda tu generación — tienes que hacer algo por  tu
          generación — tal vez romperte una tibia y no dejar de sufrir — nunca más  hablar de
          poesía… cómo salir de aquí sin heridas — sin tatuajes — sin insolación —  este sol que
          nos cae de frente en la boca y entra como las ondas del mar en la boca del  ahogado —
          retrocede — no mires más — no quieras morir ahora y darme un balazo — ese canto
          shakesperiano se repite como una bomba en mi cerebro y la historia de la  guerra étnica
          — pero yo reparto los volantes con mi nombre — con mis ideas y mis fotos —  nadie
          cree que sea el verdadero Pachacutek II — de donde habré sacado ese nombre  — toda la
          vida has mentido — ahora tienes que dejar de hacerlo — esos poemas con el  nombre de
          “Diario de Pachacutek II” se perdieron para siempre — no recuerdo ninguna  línea y tú
          los perdiste — no los guardaste junto a tus vestidos — tus cosméticos de  niña engreída
          — pensaba que podrías comprender algo — pero lo perdiste todo — este viaje  por el
          interior de la tierra me tiene exhausto cómo decirte que quiero gritar pero  ya no puedo
          — cómo salen las palabras sin sonido — cómo en mi mente retumba el sonido  de las
          letras cuando salen del cerebro — porque hacer tantos problemas de nada —  la historia
          del Perú es un manicomio de poetas — ahí están todos los necios y no tan  necios — los
          cisnes y los incendiarios — un poeta que tenga heridas por dentro o que  hable del peso
          y del zapato — no veo más que las ondas musicales y repito una canción de  Patty Pravo
          no quiero llegar al final — tengo que retomar el camino — mi equipaje es  tan pesado —
          lleva contigo lo que más necesites — una nueva mente para expandir tu mente
          maltrecha — de nuevo respiras con angustia y no quieres repetir la última  frase E
          Dimmi Che Non Vuoi Morire — no la repitas más y cuenta tu historia  secreta hasta los
          días en que empieza la guerra — nunca retrocedas — no vaciles en decir la  verdad — tú
          debes decirlo como si retomarás un metro griego o latino — dilo con todas  tus fuerzas y
          busca en esos libros antiguos las expresiones que desafíen tu mente —  revuelve el
          pasado con una vulva en tus manos — sólo así comprenderás lo que digo — no  voltees
          más y regresa por donde viniste — mi Winchester es una plaza llena de balas  con
          avenidas y fosas comunes — sueña una canción – en la farmacia de los  ángeles ebrios
          — inyecta tus ojos con pentotal — y empieza tu orgía en un film de 16  milímetros
         
         
        El cinema de Satán
                                                       A  Julián Petrovick
           
           Él ha venido a sentarse a tu costado. Sabe que  debe retirar su pierna postiza. Su cojinillo guarda una tolvanera de balines  anaranjados y rojos. Sus ojos secos miran el orvallo. Las miradas cruzadas,  serradas las cabezas de todos los ángeles, en una salvilla llena de vasijas  plateadas están servidas las cervices e iliacos. El cérvido se ufana de su  potencia con la lengua para sanar sus heridas infestadas de gusanos azules. Sus  patas posteriores han sido confeccionadas con varios cuerpos de perros de  presa, mastines nevados, el perro de Pávlov, urogallos, ojos de manta rayas,  sus patas anteriores son de cal, cinabrio, cáncamo y zinc. Sus ojos ahora están  gelatinosos el magnetismo que irradian no me hace dudar de todos sus nombres.  Todos sus nombres guardan su rostro. No puedes mirarlo de frente. La luz muerta  que despide tiene el olor de la peste negra. Veo sus fauces, a lo lejos, llenas  de sangre. Un andrógino desenrosca su miembro argénteo y lo hierve dentro de su  estómago con algunos sábalos, róbalos y sabiolas. El festín empieza cuando el  ángel de la S se enrosca en el bajo vientre del cabrón Y LO HACE DELIRAR. ÉL VE  SU CONTINUO SERRALLO EN EBULLICIÓN DE LAS MÁS PROFUNDAS VERIJAS Y LO LAME. TODO  ES ÉXTASIS EN ESE MUNDO SUBTERRÁNEO. 
         
         
        NINGÚN LIMBO BAJO EL SOL
                                           “Tanto te  soñé desnuda que he perdido el Sol”
        1.
          El revés de las  cosas pierde su realidad y se convierte en un cable pelado, un sol que
          alumbra las  estaciones se detiene en la ficción de lo existente, la luz del día girando en
          el poema.
          Imagina lo blanco  sobre lo blanco, su sombra, su contorno, el perfil de la materia y la
          trilogía del mar,  una galaxia entera fallece entre los restos de tu rostro pétreo.
          En el prado: la  música, los insectos, las lágrimas caen sobre los pétalos y vomitan sobre
          un rosal  sanguíneo y curvo.
          Tus ojos ven la  ebullición de una espina en la córnea, y el poema empieza a sangrar y
          desfallece de  nuevo. Y en el incendio de esta fiesta pienso y me consumo aguantando el
          mundo que me  aprisiona y me asfixia — no poder arriesgar el seso ni las manos menos
          el silencio, si  me acompañaras una noche por este camino verías que lo obsceno es más
          negro que mis  venas. En este instante no desarmes mis palabras no desarmes mis
          instancias mis  esencias de oro verde.
          La herida estalla  como un látigo en el poema, el dolor se acrece en los pantanos, pero tu
          dolor inasible  bajo las formas del absente vive en esa boca callada — evocas la
          combustión de los  planetas ese corazón putrefacto que se quiebra a pedazos gélidos,
          humana Capital de  las dolencias, derruida en el recuerdo y el absurdo.
          Pero tú vuelves  al poema.
          No puedo rendirme  en conseguir la imagen perfecta debo pronunciar miles de palabras
          para encontrarte  o perseguirte: “y, sí, Amor es una bella palabra”. Desde el amor, el
          poema se niega a  seguirme, se aleja cada día más negando la convicción que antes tenía,
          desde el  silencio, se niega en arribar a la otra margen. Ese cable pelado que destila la
          ponzoña del mundo  — nudos que contradicen la armonía de los crepúsculos ¿para qué
          seguir  nombrándote y seguir sufriendo en el poema?
        2.
          Dos cuerpos  permanecen opuestos en la cama sus sombras respiran junto a la pared, el
          espíritu se va en  cada bocanada, la inmateria como prolongación de la Belleza, el primer
          fuego como  extinción del lecho nupcial. Tu cuerpo desnudo ocupa toda la habitación y
          me aprisiona  contra las paredes, no puedo respirar el fuego de tu vientre, debo morder
          con suavidad esa  sustancia, morder porque mi boca necesita del líquido verde de tus
          pasos contempla  cómo en una cueva una fiera salvaje se inunda de recuerdos y los
          minerales  penetran por sus poros y forman nuevos seres si alguien creciera dentro de ti
          nunca te darías  cuenta del momento de la transformación sólo notarías una pequeña
          cantidad de agua  fétida chorreando las iluminaciones, finalmente podría llamarte Sofía
          pero ¿acaso ese  fue tu nombre?
        3.
          Podrías decir que  lo elemental del hábito es bailar con la muerte en una feria
          provinciana — ese  lenguaje mudo en las eses pierde su realidad o tú pierdes tu realidad
          y te vas  borrando, tal vez, todo esto sea una bella mentira. El celador todo el día no  te
          deja salir del  mundo y te hace hablar del peso, del zapato y del astro. Pero tú guardas en
          tus sesos un  pedazo de ala, un pedazo de sol y un pedazo de kilo. Eres el moribundo
          aquel, el que cae  bajo el sol de mayo abatido y su piel arde en cenizas, siempre en
          descenso,  también, eres la víctima mayor de un incendio, por eso, tu rostro está roto,
          cojo, amoratado  ¿se nota esa parte en el poema? La poesía como un péndulo ahuecado
          con casas y citas  bordadas en un líquido celeste que no me atrevo a consumir — todo
          ello parece un  signo de inmovibilidad, donde los Dioses dejarían constancia de su paso
          por el mundo  mediante el incesto mortal. Lo hemos intuido hace miles de siglos desde
          otras galaxias y  otros símbolos. Habito más que el infierno y me consumo en llamas en
          esta Villa,  herido por la rotación de los planetas que se suceden en el poema horadando
          la presión y el  patíbulo.
        4.
          El cielo se  derrumba sobre el poema. Son como restos de un naufragio, como una hoja
          de nuez perdida  en la cabeza, como un inmenso túnel pegajoso que nunca acaba. Para
          qué sigues  mirando al cielo si el derrumbe lo perdió todo — voltea tu mirada hacia las
          sirtes del mundo.  No poseo la madurez para hablar de tu talento sólo puedo hablar del
          mundo donde  habitas junto al silbo de los aires amorosos oh tus ínsulas extrañas oh tus
          ríos nemorosos no  temeré a la fieras y andaré por bosques y fronteras o no seré nunca
          más nadie.
        5.
          El poema calla su  luz no aguanta las molestias de ser una cosa inerte a veces yo mismo
          me niego y pendo  como un hielo desde la torre más alta. Finalmente, ¿desbrozarás el
          cáliz de fuego de  tus propias palabras? Vivir encerrado sin necesidad de la palabra es
          como para morirse  ahogado en sempiternas corrientes submarinas y, así, resurgir con el
          verano sangriento  amarrado a una camisa de fuerza violado y morado junto a peces de
          colores.
        6.
          Una muñeca de  museo te hace una muesca desde el relente de las horas te pide que
          confieses tu  historia secreta — cierras los parpados. Recuerdas toda la historia como en
          una mano vacía,  se te caen pedazos de historia, los desperdicias en la sección sexta, te
          distraes con el  ruido de las teclas, con la picazón de tu cuerpo y te desvías de la noche.
          El ojo se abre,  lo cierro y se consume, los residuos de luz destierran a los insectos. Soy
          el único vestigio  del vértigo. Soy aquel ser sin rostro que el vacío niega, soy quien
          anuda su vientre,  su páncreas a las palabras, sin órganos, sin rostro y sin deseo. El
          poema no trastoca  el fluir de tus córneas sólo espera que tras los tenues hilillos de luz la
          sombra de tu ser  arda como un árbol de moras líquidas.
        7.
          Uñas de vidrio o  un cuerpo que se desplaza desde tu pelo hasta los más remotos
          planetas por la  historia secreta, despacio, muy despacio. El balbuceo toca tu lengua, tu
          tráquea, tu  transición. El místico marcado por las pústulas de un encierro en el
          Convento de las  Descalzas. Un mamífero afiebrado por su deseo de ser otro. En la
          penumbra, sientes  los grilletes que te aprisionan, no podrás llegar a la otra margen. El
          cervatillo de  plata jamás lo hará. En la madrugada, los alaridos del marqués rompen la
          mañana en  cautiverio. Tu cuerpo desnudo es como un cristal fuerte, afiebrado y sin
          revés.
        8.
          El paso del cero  al uno y del uno al cero cargado del sinsentido por tus riberas transita
          tu hermosura y  mis ojos no lo pueden ver. Repaso el Cosmos con el pie, siento unas
          letras en mis  sesos que se entrechocan y salen chispas, ese no poder asir es mi
          desesperación.  Resisto en mi interior – recuerdo: el poema se vuelve una sombra en tu
          cabeza.
        9.
          Una navaja corta  el poema en doce partes desiguales nada se parece a un planeta, un
          zapato, un tallo,  una espina. Fijo la visión en  el peine, habito los bajos fondos y
          descubro que los  altos dones nos serán negados.
        10.
          El poema se niega  a sí mismo, se transforma, se vuelve verde, líquido, savia, tampoco
          las palabras  dicen quienes son o si has muerto en la batalla y nadie piensa en ti, los
          otros, ellos, los  que están en tu lugar, has muerto y eres otro, he muerto y soy otro, todos
          estamos muertos,  este mundo muerto, estos bosques muertos, esta agua muerta, estos
          amigos muertos,  esta mujeres muertas, estos perros muertos, no quiero ser alguien
          distinto. El  poema se niega a sí mismo: He aquí su eternidad.
        11.
          El poema penetra  los astros, los tallos, la espina y el zapato. Las esporas sangrientas,
          franqueando el  peso de todos los elementos, relinchan a la hora final de la historia
          secreta.
        12.
          Ah, la historia  secreta, entre su cuerpo cavernoso y el poema, nada encontrarás.
         
        
              
                                                              de Historia secreta (2008)
              
          
         
         
        ESE ALGO QUE NOS ES ESQUIVO SIEMPRE
        “No meat, no mind, no consciousness!”
          Michael McClure:  Plum Stones, Unchanged
        “¡Sin carne, sin  mente, sin conciencia!
          Todos los días  están repletos de conciencia
          Y las noches no  tienen mente
          Los horarios sin  cuerpos y sin carne
          La balada del sin  conciencia
          Se revuelve  dentro de la mente
          La tierra se abre  como una flor sin carne
          Los cerdos de la  banca no tienen conciencia
          Las cosas en su  interior no poseen mente
          En los mercados  sube el precio de la carne
          En tanto se  estropea como vidrios rotos la mente
          Una vez más las  personas se quedan sin conciencia
          Y tú no podrías  dudar que solo vivo para ti
          Por una carne,  por una mente y una conciencia”
         
         
        JOSÉ MARÍA  ARGUEDAS CONVERSA CON KILKU WARAK’A MIENTRAS LOS ZORROS VIAJAN POR EL INTERIOR  DE LA TIERRA  
                                Escucha padre mío,
                                  Escucha madre mía,
                                  Escuchen hermanitos:
                                  dicen que estas tierras  ya no son nuestras
                                  que nuestros sueños de  justicia fueron asesinados
                                  y que hoy en nuestros  corazones viven gentiles del ayer
                                  Eduardo Ninamango  Mallqui: Pukutay
                                Se resienten mis pobres  pulmones y riñones,
                                  sudo tanto estos días  que se me cae la piel       
                                  Joseph Brodsky:  Divertimento mexicano
         
        Y ante las voces de  lo que está sucediendo 
          de hermosas mujeres  quechuas 
          salen corriendo  zorros lagartijas y cabezas 
          cabezas de brujas 
          que vuelan en  dirección opuesta al apu salkantay 
          tú ves desde tus  pulmones 
          esos hilillos de  luz tan tenues 
          que te provoca  lamer con tu lengua 
          pero no puedes 
          ¿es que todo esto  es un sueño 
          o es que estás en  el interior de la tierra? 
          Horadando una nueva  verdad para tus ojos 
          el zorro plateado  como la nieve purísima 
          está descendiendo a  decirte algo 
          en su lengua sin  manos 
          tu rostro ya no  será el mismo 
          porque de lo que se  trata es de ser otro 
          otras manos lo  dirían mejor ¿tú crees? 
          y tú empiezas tu  canto 
          escupiendo verdades  y humo hacia los nevados 
          puedes transformarte  en un témpano 
          de hielo azul y  romper tus órganos internos 
          y si quisieras  regresar a tu estado original 
          sería muy tarde  sólo regresarías como un pequeño 
          charco de sangre  algunos tejidos y cartílagos 
          algunos versos mal  heridos 
          y tu corazón solo sería  ceniza para los ojos 
          de los demás
         
         
        DESPUÉS DE  ESCUCHAR “STEVEN BROWN READS JOHN KEATS”  
        Steven Brown lee poemas 
          de John Keats 
          con oscilaciones  reverberaciones 
          voces chirriantes  loops 
          yo también hubiera  querido 
          grabar algo  parecido 
          sobre todo haber  nacido 
          hace cinco décadas 
          y ser parte del  grupo 
          TUXEDOMOON 
          pararme en el  escenario 
          y ser ovacionado 
          por miles de  chiquillas 
          ardientes y  disparatadas 
          y que cuando bajara 
          me esperara una  botella 
          de vodka y un ácido 
          para mi corazón
         
         
        CATLEYA  
                                (LLRL)
                    ¡Que se distienda como luz de  estrella,
                      Y sea luz cuajada que dormita
                      En la satisfacción de la catleya!...
                      Martín Adán: Diario de poeta
         
        Cuál es esa flor  que habita en tus ojos 
          Y se niega a  mostrarse 
          Cuál es esa flor  que en tus pestañas 
          Florece como  pétalos violetas 
          Cuál es esa flor  que miro 
          Todos los días 
          Y no puedo alcanzar 
          ¿Esa flor vive  dentro de ti 
          O dentro de mí? 
          Si tan sólo pudiera  tocarla 
          El cielo se abriría  para los dos 
          Tanta dicha es  imposible 
          De imaginar
         
        
              
                                                                           de Ese algo que nos es esquivo siempre (2012) 
              
          
         
        * * *
          
        Paul Guillén (Ica, Perú, 1976). Estudió literatura en  la Universidad de San Marcos. Publicó los poemarios: La transformación de los metales (2005) e Historia secreta (2008), y las plaquettes La muerte del hombre amarillo (2004), Ningún limbo bajo el sol (2011) y Ese algo que nos esquivo siempre (2012). Ha sido incluido en  antologías publicadas en México, Inglaterra, España, Argentina, Brasil, EE.UU.,  Suecia, Ecuador y Colombia. Su poesía ha sido traducida al portugués, checo,  francés e inglés. Ha publicado ensayos y entrevistas en revistas como Tsé-Tsé, Galerna, Hispanic poetry review,  Letras.s5, Guaraguao, Martín, entre otras. Actualmente es miembro del  consejo consultivo de la revista Metrópolis (México), del consejo editorial de  Lustra Editores (Perú), dirige la revista Rio Grande Review (Texas) y cursa la  maestría de Creative Writing en la University of Texas at El Paso. Blog:  www.sol-negro.blogspot.com