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Üi: EL PUMA AZUL DE TODOS SUS PEWMA
DE ADRIANA PAREDES PINDA
Por Paulo Huirimilla
La nota que a continuación escribo viene a comentar el libro üi (identidad o nombre) de la poeta mapuche-huilliche Adriana Paredes Pinda.
Como paratexto se presenta una dedicatoria, donde nombra su kupalme (su linaje) y a queridas personas, niños y niñas mapuche y “al puma azul de todos mis pewma”, imagen poética que se reitera en varias partes del texto.
Otro texto antecesor al corpus de poético es un metatexto cuya estructura es: epígrafe, poema y carta, donde de nuevo recurre a su kupalme e imágenes poéticas, para explicar su proceder mapuche, y de paso, bofetea los discursos de la cultura occidental:
“no me atormentaría la semántica
ni la cognición ni los enfoques interpretativos” (Pinda, p.7)
Además define su por qué escribo:
“estoy enferma posesa
por el wekufe de la escritura” (Pinda, p.7)
…
“escribo de puro ego” (Pinda, p8)
Se recurre luego a dialogar con otros poetas mapuche, para a posteriori, desmontar aquel discurso eurodominante de género:
“algo del género pesa en el mundo globalizado…
ya me van a decir que somos feministas” (Pinda, p.8)
Luego nos habla del corazón sacrificado de Licarayén (la princesa o doncella reche o pura) en contraposición a lo torcido del ser quizás: “no llevarán mi corazón ardiendo jamás” (Pinda, 9) y la imposibilidad de arrojar su corazón al mar o a la montaña, que se lo han robado, pero escribe: "me han robado el licán por eso escribo” (Pinda, p.9). También nos habla de la recuperación de la lengua, pero: “habremos, sin embargo, perdido el aliento” ( Pinda, p.10); del renacimiento del pueblo mapuche, abofeteando de nuevo al imperio como corresponde: “la cultura escritural nos convierte en desolados y desoladas, nos hace herederos de su imperialismo discursivo de su poder simbólico y nos desarmamos” (Pinda, p.10). Vendrá luego a poner una suerte de enemistad o impasse entre la escritura y la oralidad: “la cultura escritural es ciega” (Pinda, p.11) y a la “puta ciencia” porque algo se quebró en nuestros procesos cognitivos con la pérdida del idioma madre nuestro, el paso desde el che zungun al winca zugun no ha sido gratuito, nos ha costado sangre y esperanza” (Pinda, p.11), pero hay una suerte de mestizaje que habla: “pienso que pienso desde el castellano y por eso mis contradicciones” ( Pinda, p.11). Ciérrase el metatexto, el porqué escribo: "vacío, quizá esa es la razón por la cual escribo en delirio de mí” (Pinda, p.12)…” ¿habremos de nacer de nuevo en mapuzungun febe…? ( Pinda, p.12). ¿Esto será üi, canto, poesía o ambos para calmar el corazón de la poeta que nunca será robada?
Este texto presenta seguidamente tres secciones: Ralum, Awün y Bío Bío:
a) Ralum se presenta aludiendo a Külapán, lonco de la resistencia del siglo XIX y se nos recuerda o informa sobre el proceso paulatino de expoliación de la tierra y el despertar de la fuerza (newen) de los mapuche. Como Ralum y su padre que se le presenta en ensoñación la poeta Pinda, asume una voz poética a la manera de los cantos de machi (Machi ül o Tayül), pues da cuenta de sus adivinaciones y sueños que anuncian desgracia:
“amanece
la piugua montada en sus tres pumas” (Pinda, p.15)
Seguidamente, se interroga a las fuerzas del mar:
“donde iremos kai kai filu
para no ahogarnos en tu rito
de miedo y espesura? ( Pinda, p.16)
Se apela a la lengua mapuche, a los volcanes y a:
“cuidarnos de kai kai
a ser tuwün con Treng Treng
la otra madre culebra” ( Pinda, p.18)
En el poema 4 de esta sección, seguimos escuchando esta voz poética a la manera de machi mujer:
“es el licán
que se perdió en nuestra trapelakucha rota” ( Pinda, p.19)
Machi mujer que viene a ordenar:
“anda ya y esto di a tus abuelos” ( Pinda, p.20) para así reestablecer el orden del mundo mapuche. Seguimos esta constante lucha entre las fuerzas del agua y tierra, caos cósmico como dice Foster.
Nótese el poema 6 el erotismo y las alusiones al cuerpo:
“al útero de la maravilla
…
los pezones morenos
para enhebrarnos al amanecer” ( Pinda, p.21)
A lo largo de esta unidad la poeta va guiando la lectura, mostrando señales de la naturaleza:
“cuatro son los volcanes
que nos retornarán a las vasijas mudas” ( Pinda, p, 22)
Enuncia además su sueño revelador o sagrado y de la palabra de los antepasados:
“_A desenterrar los Rewe_ dijeron
los ancianos- aunque en el sueño
los árboles se sequen
el aliento de los ´pacificadores´
no podrá estrangular el corazón de nuestros toros” ( Pinda, p. 23)
En el texto 9 se insertan varias conversaciones de mujeres mapuche, que vienen a reivindicar este apego permanente al territorio y su defensa, además se presagia la destrucción de la madre tierra:
“la gallina coja del augurio” ( Pinda, p.24)
…
“seguirán huyendo los bosques
de chaurakawün ceniza de humo” ( Pinda, p.24)
Termina esta unidad, contando la historia de despojo y muerte de Filipa Huenuleo:
“ a la muerte me voy montada
a la muerte
en el lomo de nuestra oscuridad” ( Pinda, p.25-26)
b) En la unidad II: “AWÜN”, ceremonia donde se da vueltas al Rehue (lugar sagrado), con caballos por parte de hombres y las autoridades religiosas tales como: Ngenpin (duelo de la palabra), kallfumalen (mujer azul) y kalfuwentru (hombre azul). Estos últimos , vírgenes y puros, que acompañan al Ngenpin, en su acto de pedido u oración.
Después de esta breve contextualización de una ceremonia, se poetiza a Mercedes Millapán, mujer que le cantó a los danzantes hombre avestruces, danzó y fue raptada por el viento y por el puma, por allá en Queulén, en la cordillera, muy cerca del Llaima, en la zona del Kallaki, tal vez, cerca del Llaima, territorio antiguo del los Huenteche o arribanos:
“peñasco en la nieve
los pumas” (Pinda, p.29)
…
“el sol
envenenada ciego palpitante
las cabezas del Llaima” (Pinda, p31)
…
“fue un aliento
el rapto del pangi” (Pinda, p.33)
Nótese el erotismo entre la mujer y el puma, su respiradero, vonvertido en viento hembra/macho:
“la conociste
en menguante la malguen
húmeda ofició
húmeda ofició
lanares
sudor
en sus pezones” (Pinda, p. 33)
…
“desnuda de mí
cabalgando” (Pinda, p. 34)
…
“el traitraiko de su vientre
los tendrás
le garugaron
toda
su espeses
caliente” (Pinda, p.35)
…
“los pechos
henchidos” (Pinda, p36)
Los espacios en blanco entre los versos, denotan, cierta imposibilidad para decir, con esta lengua dominante.
Llamó, danzó y cantó Mercedes Millapán como la vieja costumbre de llamar a su tío el león, quien alimentó a los primeros mapuche:
“maye maye acui” (Pinda, p.37)
Se embarazó de él:
“arrejuntaos
y lamíos
en la miel
de su preñez” (Pinda, p.39)
Ciérrese este capítulo diciendo que la naturaleza (puelche o trapial) roban mujeres como:
“cantó
y se perdió
Mercedes Millapán
Oigan y callen” (Pinda, p.40)
c) El tercer corpus poético, viene siendo un canto a la resistencia de los mapuche-pewenche y una denuncia a los transnacionales:
“y
Endesa
veremos
C
A
E
R” (Pinda, p.45)
Se debe agregar, el procedimiento recurrente del pelom (adivinación) y el pewma (sueño revelador), que anticipan malos augurios:
“Bío Bío era oscuro como el sueño
que tuve
anoche. Lo vi convertirse
en un gran piojo blanco” (Pinda, p.48)
…
“galopa un caballo ardiente
en el lomo del Bío Bío” (Pinda, p.54)
También se hace alusión a los Loncos o caciques de la resistencia del S.XIX:
“únicamente
por eso Külapag no tendrás
sólo
a enterrar a su padre” (Pinda, p.49)
En el poema 10 se asume la voz de Francisca Curriao, Ngenpin, dueña de la palabra, quien relata sobre la lucha entre los espíritus, que habitan los volcanes (pillán) y el ser que cuida el río Bío Bío (Punalka Ngen). A la manera de Machi, Pinda, busca el caballo para tomar su aliento:
“resuella kawellu resuella es
galope todo el mar” (Pinda, p.59)
De esta manera, se debe sanar a un hombre, pero éste ya había emprendido su viaje, en una canoa, al otro mundo, pasando por el río de las lágrimas:
“pero él ya se había encontrado con su huampu” (Pinda, p.59)
Aparece a continuación en el poema 13 y 14 el perimontun(la visión) de la destrucción de la represa, se convoca para ello, al dueño del agua, al viento y la fuerza del toro, que apareció en su sueño:
“soñé
que caía la represa
padre” (Pinda, p.61)
Del poema 17 al 21 se enuncia de nuevo a Punalka, cuya madre es el río Bío Bío y se le hace hablar en el texto:
“Bío Bío
se llama mi
madre” (Pinda, p.68)
porque ha regresado del mar, al parecer, a ordenar su territorio.
Del poema 22 al 33 viene a nombrar a poetas y a la pewenche, Nicolasa Quintremán, quien identifica a la poeta como
“Danza de cóndores” (Pinda, p.77)
La poeta con una voz trágica, enuncia la no construcción de la represa:
“Que no suba wekvfe que no
suba Tranay represa tranay” (Pinda, p82)
Se termina el libro üi, la poeta Pinda, al proferir un extenso poema en doble registro (mapunchedungun y castellano) titulado Ngen ko (ser protector del agua). Aquí se convoca a los seres protectores del Bío Bío como Punalka; del Cautín como Kallfupag; de la tierra de la costa de Valdivia como Mankián; de San Juan de la Costa como Wenteyao, todos para aportar toda su fuerza espiritual para frenar el avance de la modernidad, que se ha traducido en: la construcción de la represa Ralco; la contaminación del mar en Mehuín; la construcción de la carretera de la costa, los basurales, etc. todos megaproyectos, que pasan, casualmente por territorio mapuche. Agréguese, la contaminación permanente de ríos, en específico, la del río Rahue, por parte del frigorífico, donde la poeta ve una sirena, el animal encanto o Toro.
Por último, el procedimiento de construcción textual, que usa la poeta es el diálogo con los Ngen, el canto elegíaco del Llamekán y la interrogación hacia las serpientes del agua y de la tierra (Kaikai engu Treng Treng filú). Con desesperanza nos dirá:
“¿Vive Kai-Kai?
Le pregunto al anciano viento…” (Pinda, p.96)