"EL OJO
DE VIDRIO"
de Juan Pablo
Wirimilla
colección de la
región de Los Lagos 2002
Por Cristián
Cruz
El joven poeta Juan Pablo Wirimilla se inscribe dentro de los
poetas étnicos de nuestro país, corriente literaria
antigua proveniente de la oralidad primaria de las comunidades originarias
de nuestro
profundo sur y que hoy se comienza a plasmar en un lenguaje escrito,
occidental que mezcla nuestra cultura haciéndola mucho más
versátil y rica en elementos.
"El Ojo de Vidrio" trata del bandolerismo sureño
y su relación con la idiosincrasia, llevada ésta última,
a los caminos y vericuetos de la expresión poética.
Un poco justificando la malévolas acciones de esos seres provenientes
de la realidad, pero debido a su desaparición, transformados
casi al mito y la leyenda. Que mejor que este género que todo
lo permite y todo lo transforma, la poesía resaltando las audacias
y fechorías de este personaje.
Wirimilla aplica ese temple de constante cantina, matizando con extractos
de canciones rancheras para maquillar aún más los poemas,
y darle la atmósfera de constante tensión.
Al situar a este autor dentro de la corriente etnocultural poética
hablamos de un sin número de fuerzas culturales ancestrales
indeterminadas, dentro de ellas, se encuentra este clásico
cuadro típico del sur de Chile, el bandolero, el Ojo de Vidrio,
suerte de inspirador poético, de propulsor de imagen y palabra.
"A matar a nuestro padre/ vino el otro/ desde entonces el ojo
de vidrio llora/ salpica el reflejo en el río" tema virgen
en la poesía es este personaje, tan conocido por todos, pero
tan olvidado y exiliado del género del relato, la novela y
el cuento. Perteneciente casi al movimiento del realismo mágico,
por su fantasía y su fantasmagórica presencia, este
libro se encarga de sacarlo a flote, resaltando la fidelidad y el
tino del autor para en casi treinta poemas llevarnos al mundo poético
del salteador de caminos , del ojo de vidrio en la palabra y en la
tradición.
Memorial
Cabalga don pedro Peñan Avendaño encorvado el
lomo
en el caballo del huaso de una espuela
con un perro blanco al anca.
Corta flores de noche y de día
sus bolsillos se llenan de quilas
sus hijos lo han muerto
mientras duerme
ahí anda uno en la cárcel
otro flotando en el río
el que sigue robando vacas y caballos
con la mirada del Wekufü
y cada cual seguirá su ley
hasta que el mundo sea.