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EL MAR ENTERRADO
Patricio Jara.
Seix Barral, Santiago, 2005, 226 páginas.
El soldado de papel
Por Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio. Viernes 27 de mayo de 2005
"El mar enterrado" es un esfuerzo interesante y promisorio, aunque las andanzas del protagonista y sus compañeros carecen de coherencia, se desparraman sin un plan unitario.
El capitán Eusebio Matrás nota que pierde lamentablemente el tiempo en La Paz, dando clases en los institutos castrenses, donde pasa revista a los hechos y figuras célebres del pasado boliviano. Jamás ha participado en algún acontecimiento bélico, sus afanes pedagógicos caen más bien en el vacío, comienza a perder la seguridad en sí mismo y termina por enterarse de que le han puesto un desagradable sobrenombre: el soldado de papel. Por ese motivo, pide el traslado a Antofagasta, lugar en el que espera satisfacer su vocación de profesor y, a la vez, desarrollarse como militar en un escenario diferente, cosmopolita, conflictivo.
Estamos a fines de la década de 1870, la ciudad nortina ha sido fundada hace poco, pero ya posee varios miles de almas, provenientes de todos los puntos cardinales y es uno de los centros marítimos y comerciales más pujantes de la nación altiplánica. Matrás volverá a padecer incomprensiones intelectuales, mas no podrá quejarse por falta de aventuras, que constituyen la parte fundamental de El mar enterrado, segunda novela de Patricio Jara.
Tal como lo hiciera con su premiada obra El sangrador, Jara sitúa la acción en el siglo XIX, logrando dar vida a una era y un mundo fenecidos, aunque ligados, de manera inextricable, con nuestro presente y con la formación del extraño país en que vivimos. Para ello se ha documentado de forma copiosa, ha buceado en archivos, bibliotecas, periódicos de ese tiempo, se ha empapado de la atmósfera febril de aquella época y si bien el vocabulario puede ser un tanto actual, la reconstrucción de esos años es acertada.
Sin embargo, lo más destacable de El mar... reside en la posición del protagonista y casi todos los personajes del libro. Se trata de un grupo de hombres de armas que intenta mantener el orden en medio de crecientes amenazas de piratas, delincuentes, marinos peruanos sublevados, mineros instalados al margen de la ley y... chilenos, que se han ido apoderando de la riqueza y los recursos de la zona. La tarea resulta titánica para un contingente de apenas 50 oficiales y suboficiales mal pertrechados, con armamento anticuado, sin comunicaciones eficaces con la capital.
Jara ni siquiera insinúa las causas que llevaron a la Guerra del Pacífico y hace muy bien en evitar el espinudo tema. Con todo, ponerse en el lugar de los derrotados, rescatando imaginariamente sus experiencias, requiere una admirable dosis de coraje intelectual. Además, el joven autor no cae en las trampas de la idealización o la verborrea facilona, lo cual debe celebrarse en estos momentos tan chovinistas y arrogantes por los que pasamos. El mar... peca de otros defectos, relacionados más con su estructura y su tendencia al pintoresquismo que con el estilo y los puntos de vista anteriores.
Aun cuando la narración es amena y Jara es cuidadoso en el lenguaje, las andanzas de Matrás y sus compañeros carecen de cohesión, se desparraman, se disparan en una aglomeración de incidentes, sin un plan unitario o ajustado a una
sistematización del relato. Así, tras la llegada
del protagonista al entonces puerto boliviano, se describen una serie de incursiones contra maleantes a bordo del destartalado lanchón "Bernardino"; poco después viene la revuelta de San Antonio de Los Cabros; más tarde le sigue la ominosa aparición del acorazado "Huáscar", alzado contra el gobierno legítimo y, poco antes, el punto central de la crónica ha sido el terremoto de 1877 y el tsunami que arrasó Antofagasta, incluyéndose, entre los sucesos, la curiosa violación de una desconocida por un desconocido.
Mientras tanto, Catalino Tejerina, subordinado de Matrás, ha organizado un circo de pulgas acróbatas, Alonso Grillo, otro subalterno, se ha puesto a practicar la lucha libre en un establecimiento clandestino o el propio héroe se ha dedicado a ayudar, de modo loable, a la viuda María Quitral, cuyo mando fue acuchillado involuntariamente por él.
El mar... es, entonces, un esfuerzo interesante, promisorio, dentro de la singular apuesta de Patricio Jara por dar forma literaria a un turbulento período de nuestra historia. Pero le falta bastante para alcanzar el estatuto de novela.
* * *
Patricio Jara
nació en Antofagasta en 1974. Es periodista y colabora en diversos medios escritos. En 2002, su novela El sangrador obtuvo el premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, y en 2004 se reeditó su novela breve De aquí se ve tu casa. Actualmente trabaja como académico de la Universidad Santo Tomás, en Antofagasta.