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OBRAS
SELECTAS
de Pedro Lastra
Por
Alejandro Lavquén
Editorial Andrés Bello, acaba de publicar el libro Obras Selectas,
del poeta y académico Pedro Lastra. El volumen reúne, además de sus
textos poéticos, varios de sus ensayos sobre literatura hispanoamericana.
Por ejemplo: "Horacio Quiroga revisitado", "Juan José Arreola y su
vocación por la oralidad"
y "El pan y las palabras: poesía de Eugenio Montejo", escritos sin
duda de gran utilidad para ir conociendo a estos autores.
Pedro Lastra, ha tenido una extensa carrera como académico, dentro
y fuera de Chile. Entre 1972 y 1994 fue profesor de literatura hispanoamericana
en la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook, donde en
1995 fue designado Profesor Emérito. También es miembro correspondiente
de la Academia Chilena de la Lengua y profesor honorario de las Universidades
San Marcos (Perú) y de San Andrés (Bolivia). Desde 1978 fue uno de
los editores de la sección de poesía hispanoamericana del Handbook
of Latin American Studies que publica la Biblioteca del Congreso,
de Washington. Vasto conocedor de nuestra literatura ha publicado,
entre otros, los libros: "Y éramos inmortales" (1974); "Noticias del
extranjero" (Lom Ediciones, 1998); "Conversaciones con Enrique Lihn"
(1980); "Leído y anotado" (2000) y "Palabras de amor" (2002), ambos
por Lom Ediciones. Es también uno de los pocos escritores chilenos
traducidos al griego, en una hermosa edición bilingüe del libro "Canción
del pasajero" (2001).
Como poeta, Pedro Lastra –entre las nuevas generaciones- quizá sea
menos conocido que como académico. Esto por un problema de difusión
de su obra, y también por ignorancia y falta de lectura de los nuevos
vates. Obras Selectas, hace justicia con el autor y nos entrega
buena parte de sus poemas. Algunos de ellos dignos de cualquier antología
universal, como el titulado: Ya hablaremos de nuestra juventud:
"Ya hablaremos de nuestra juventud,
ya hablaremos después, muertos o vivos
con tanto tiempo encima,
con años fantasmales que no fueron los nuestros
y días que vinieron del mar y regresaron
a su profunda permanencia.
Ya hablaremos de nuestra juventud
casi olvidándola,
confundiendo las noches y sus nombres,
lo que nos fue quitado, la presencia
de una turbia batalla con los sueños.
Hablaremos sentados en los parques
como veinte años antes, como treinta años antes,
indignados del mundo,
sin recordar palabra, quiénes fuimos,
dónde creció el amor,
en qué vagas ciudades habitamos".
La obra de Lastra, se presenta sin rebuscamientos lingüísticos en
la construcción de los textos, sino que se basa en la sencillez del
lenguaje, lo que no significa de ningún modo "descuido" o "falta de
rigor", por el contrario. Con un lenguaje sencillo y al alcance de
todo lector, el poeta logra imágenes notables. Lastra es un poeta
sin artilugios a la moda, pero de una sensibilidad genuina. Óscar
Hahn, ha dicho de su obra: "su música es otra; está más allá de los
sensorial y es anterior a las palabras, aunque se manifiesta a través
de ellas".