OBSERVACIONES
1
Y el mundo se acaba para el viviente
como se deslizan las gotas de la lluvia en las hojas del rododendro
o como el inesperado caer de la nieve en una tarde otoñal.
2
Yo también, Cayo Plinio, me admiro como Ud.
cada día
de las grandes
y pequeñas costumbres de la naturaleza.
Tal vez si Ud. volviera,
Cayo Plinio,
vería nuevas cosas
y una sola costumbre,
porque la muerte sigue igual.
3
Esta historia no es nueva,
dice el vigía:
ocurrió hace tres años
y ahora se repite.
Y el vigía señala
los restos del naufragio
que oscurecen la playa,
y a lo lejos
algo como vilanos llevados por el viento.
4
Cuando menos lo espero
me encuentro rodeado por mis fieles difuntos.
Ellos recuerdan,
cuentan lo que vieron
al andar por lugares
que yo también he amado en otro tiempo.
Siempre hablamos de cosas que pasaron,
y es grata compañía.
CANCIÓN DEL PASAJERO
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . A Eugenio Montejo
Me despido del siglo
que nos llenó de ruidos y de máquinas
y desterró el silencio
y alargó nuestros días
sobre asolados campos.
ESO ES TODO
Y vinieron los días
ajenos a sí mismos,
y de nuevo el destello,
la visión en el muro,
gotas de una clepsidra
diciendo desde lejos
la medianoche del agonizante.
Alguien enmarañaba
lo que fue, lo que es,
eso es todo:
ecos envejecidos, muy cansados
de pasar por la vida.