Cuento de Pedro
Lemebel sobre
el Chile de los 80
llega al cómic
Ocho Libros, 68 págs.
Por Javier García
La Tercera. Viernes 24 de febrero de 2012
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El Toño mira su población sentado sobre el tejado de su casa. Mira el territorio, cruzado por el cableado de torres eléctricas, entre perros vagos y neumáticos repartidos por el suelo.
Es 1983, en la periferia de Santiago, los jóvenes se reúnen en la oscuridad a hablar de mujeres, fumar cigarrillos y preparar barricadas.
Toño está suspendido en el colegio. Son tiempos difíciles. El amor, entre el sudor de las fogatas y el rodar de las piedras, también golpea el corazón del Toño.
Es la historia de Ella entró por la ventana del baño, un cuento que el escritor chileno Pedro Lemebel difundió, en diversas universidades, en 1985. Parte de un tríptico que editaba la autora Pía Barros. Años en que Lemebel aún no era el reconocido creador de la novela Tengo miedo torero ni de las crónicas De perlas y cicatrices.
Publicado por Ocho Libros, el relato hoy es adaptado por el narrador Sergio Gómez y llevado al cómic con las ilustraciones de Ricardo Molina.
Lemebel dice que en los 80 "el cómic se puso de moda con revistas como el Trauko, ahora la estética es más limpia y cuidada. Me encantó como quedó el cuento".
El relato en su versión original, con las aventuras del Toño y su amor por la Marcela y su gata Chola, son dos breves carillas. El libro, junto a las imágenes, conforman 68 páginas.
Sobre la adaptación, Lemebel dice que "es una prolongación del cuento, y cumple su función para ser el guión de este libro".
Y en cuanto al formato cómic, recuerda que otras de sus historias han sido llevadas, por ejemplo, al teatro y se han realizado cortometrajes. "Me gusta mirar mis historias en otros formatos", dice el autor de Ella entró por la ventana del baño.
El Toño, su protagonista, tras ser molestado por su grupo de amigos en la plaza de la población, va al colegio a visitar a la Marcela. Le dicen que la perderá si no va a buscarla. El líder del grupo es Melo, le insiste que vaya, que se hace tarde, y perderá el lugar en el corazón de Marcela.
Toño va más allá. Entra a la mala al colegio. Le lleva flores, la besa delante de sus compañeras del Liceo de Niñas. La espera a la salida, y luego la invita a un cerro cerca de la población. Se besan y disfrutan del pasto húmedo y se revuelcan.
"Tú me tenías loco, Marcelita linda", le dice el Toño. Ella siente que fue abusada. En la noche, Toño tendrá pesadillas y sale a buscar a la Marcela, que está con su gata, en medio de la protesta.