Cuando tengas un presentimiento, podrás presionar un botón aquí
para que siempre sepas cómo regresar.
La memoria normal comenzará a verse como un auto viejo y destartalado.
Los padres husmearán en los cerebros de sus hijos durante la noche
y examinarán las imágenes sin editar.
En vez de iglesias, tendremos radios gigantes
con enormes antenas metálicas por campanarios.
Si te sientas en las bobinas puedes escuchar a dios
con todo tu cuerpo, mientras su sagrada transmisión rebota
en las paredes de aluminio de tu torrente sanguíneo.
(A Brief History of the Future. “Chapel of Inadvertent Joy”, University of Pittsburgh Press, 2013)
Banca de madera
Estaba sentado en una banca de madera
cuando seis hombres me pasaron empujándola en una camilla,
excepto que estaba dentro de una caja de madera
y la tapa estaba cerrada. Estaba en camino
a convertirse en esqueleto. Mi padre
es definitivamente un esqueleto en este momento.
La Muerte es confusa, ¿mi padre son los huesos
dentro de una caja en una ladera
en Odessa, Delaware?, ¿o está al otro lado
del ojo de la cerradura en mi mente por el que hablo a veces?,
¿puede estar en dos lugares al mismo tiempo?, ¿se me permite
inventarlo como dicen los programas de doce pasos?,
¿se puede inventar a Dios? Dios puede ser un listón
en la puerta, un clavo en la pared.
Un clavo en el ataúd. Son las 4:59 a. m. El cielo
es un profundo océano azul. Las aves se vuelven locas
en los árboles, ¿sueñan las aves?
A mi hija le gusta contarme sus sueños,
especialmente cuando hago algo mal.
En una hora se levantará para ir a la escuela.
Estamos a mediados de mayo y la mitad de los árboles
de esta calle no tienen hojas, ¿extraño a mi padre?
En su presencia, mi cabeza empezaba a palpitar
como una ampolla y tomaba siestas en lugares aleatorios
para detener el palpitar. Fuimos cercanos
cuando era niño y él no mentía cuando dijo
que era mi libro de historia. Las aves silban
pero no silban para mí.
(Wooden Bench. “Holiday in the Islands of Grief”, University of Pittsburgh Press, 2020)
Renovando el útero
Querida mamá, gracias por darme a luz
y no abortar. El 2% de mi tiempo
en la Tierra lo he pasado dentro de tu cuerpo
eso es más que todas mis novias juntas.
Disfruté mi tiempo en el útero, leyendo
lo que los anteriores fetos habían escrito
en tus paredes. Así aprendí
a deletrear. Así salí hablando.
(Renovating the Womb. “The Splinter Factory”, Manic D Press, 2002)
Querido hombre cuyo matrimonio arruiné