Búsqueda
Jeremiah se sienta en una habitación en Cornell
Iluminado por luces fluorescentes.
Sus oídos cubiertos por audífonos, está bailando mientras busca
. . . . (No se parece en nada a Jodie Foster)
No está monitoreando el telescopio, sus audífonos están escuchando a Queen
El telescopio le envía nada más que una cadena de números
Sus yemas están buscando
Escribiendo un nuevo algoritmo para filtrar el dominio de la frecuencia
Clasificando una pequeña señal de inteligencia
. . . . (inteligencia hipotética)
de las mil mil mil fuentes de ruido del cielo
Son las cuatro a. m., su hora favorita de la noche
Sin distracciones
Afuera, las estrellas son brillantes
Adentro, las estrellas le cantan solo a él.
A novecientos años luz de distancia
En dirección a Perseo
Criaturas inteligentes se preguntan por qué no oyen nada desde los cielos
Están enviado mensajes,
Han estado enviado mensajes durante cientos de años
Uno de ellos, famoso por su pensamiento claro
Tiene un pickup electromagnético en la cabeza
(o, lo que pasaría por una cabeza)
Está pensando en ideas claras y simples
1+1=2
1+2=3
1+3=4
Y las señales electromagnéticas de su cerebro
(o, lo que pasaría por un cerebro)
Están siendo amplificados y transmitidos al cielo
En dirección a la Tierra
Es la señal más simple que conocen
Un cerebro pensando
1+1=2
2+2=4
Jeremiah ha estado buscando durante años
Tiene barba como Moisés
Lentes como Jerry García
Una cabeza calva como Jesse Ventura
Paciencia como Job
Ellos están ahí fuera
Si tan solo los telescopios fueran más grandes…
Si tan solo pudieran buscar más profundo…
Si tan solo sus algoritmos de filtrado fueran más incisivos.
A novecientos años luz de distancia
En dirección a Perseo
Los extraterrestres son pacientes
Están enviando sus pensamientos a las estrellas
Ideas claras y simples
Estamos aquí
Estamos aquí
Estamos aquí
¿Dónde están?
Diez formas de saber si tu gato es un extraterrestre
1. El gato tiene poderes de hipnosis inexplicables. Ocasionalmente se teletransporta cuando nadie está mirando.
2. Cuando llegas a casa, la radio está sintonizada en el espacio muerto entre estaciones. Aunque estás seguro de que estaba en Easy Listening la última vez que la usaste.
3. El gato se sienta en tu regazo y aparece una luz brillante, lo siguiente que sabes es que han pasado tres días y no sabes qué ha sucedido durante las últimas 72 horas.
4. Recibes misteriosas llamadas telefónicas preguntando por nombres de los que nunca has oído hablar. La voz suena como Elvis.
5. Tu gato está interesado en tu antiguo libro de química de la universidad y absorbe su contenido al sentarse sobre él. Tras algunos minutos, el gato pasa cuidadosamente a una nueva página.
6. Las cosas en tu casa desaparecen misteriosamente. Papel de aluminio. Colgadores. Blanqueador. El tubo de magnetrón de tu horno de microondas.
7. El gato a veces parece estar tratando de hablar inglés, sobre todo palabras simples: “wow”, “me”, “now”, “yow”, “¡out!” y “trióxido de plutonio-237 purificado isotópicamente”.
8. El gato ha tomado excepcional interés en la antena parabólica de la televisión. Crees que esto podría ser normal para los gatos, pero tu gato lo ha reconectado y apuntado a la galaxia de Andrómeda.
9. Los vecinos se quejan de luces brillantes que revolotean sobre tu casa durante la noche.
10. Todos los gatos son extraterrestres. ¿Por qué el tuyo debería ser diferente?
Fantasmas
Neutrinos cósmicos
fantasmas de las supernovas:
recuerdo de estrellas.
Neutrinos cósmicos
pasan por la Tierra y por nosotros:
para ellos, nosotros somos fantasmas.
Potencial humano
Tenía una novia que decía que podía ver auras,
radiantes campos de energía inundando cada humano
todos los colores desde el rubí al ultravioleta
(Todos irradiamos unos cien vatios,
principalmente en el infrarrojo.
Dudo que ella pudiera verlos)
Pero si
ella realmente podía ver incluso una fracción
incluso la más pequeña porción
de energía inherente a cada humano,
energía de Einstein
–si de verdad pudiéramos alcanzar nuestro máximo potencial–
su ojo interior sería
no solo deslumbrado
sino cegado.
Taquiones
Los taquiones corren
hacia atrás y hacia delante en el tiempo,
quizás también hacia los lados.
Un mensaje de taquión
envío a mi yo más joven:
chico, no seas tan tonto.
¡Un mensaje de mi futuro yo!
Lo ignoraré.
Los viejos son aburridos.
Salida de la Tierra, vista desde Meridiani, Sol 687
Una mota azul-blanquecina,
difusa a través de diáfanas nubes grises.
Elevándose sobre dunas amarillas
en un cielo pálido pálido
mientras rayos cósmicos titilan como luciérnagas al filo de la vista.
Eso somos
tú y yo
y todos los que conoces;
todos los que alguna vez vivieron,
todos los que alguna vez murieron.
Todos nosotros.
¿Estabas sonriendo? ¿Saludaste?
Cinco libras de luz solar
El peso de la luz solar que incide sobre la Tierra cada segundo
es de dos kilogramos.
Unas cinco libras.
El peso de un gatito
de seis meses de edad, todavía juguetón,
todavía persiguiendo su cola
y todo lo demás, real e imaginario.
Cinco libras de luz solar
corren a la Tierra,
cruzando noventa y cinco millones de millas en ocho minutos,
esparciendo nubes,
absorbidos por suelos desérticos y selvas tropicales,
reflejados en el hielo ártico,
refractándose en una miríada de arcoíris.
El gatito
corre por la casa
esparciendo libros y papeles,
persiguiendo miríadas de arcoíris imaginarios,
cruzando el ancho
de mi oficina,
de la sala de estar,
de la cocina,
en poco menos de un segundo.
Durante ese tiempo, otras cinco libras de luz solar chocan contra la Tierra.
Un poco de esas cinco libras de luz solar se reflejan al espacio.
El gatito brinca en los muebles de la cocina y se devuelve a mi oficina
esparciendo libros y papeles.
Permanecen tres o cuatro libras de luz solar calentando la Tierra.
El gatito, temporalmente inmóvil, duerme a la luz del sol.
Tomo el gatito en una mano
e imagino que estoy sosteniendo toda la luz solar que incide sobre la Tierra.
Paisajes
Hay otras dimensiones; lugares
donde no podemos ir, direcciones que no podemos ver.
Hay lugares donde nuestros cuerpos
serían paradójicos, imposibles;
donde podemos ir solo en nuestras matemáticas,
o en nuestros sueños, ¿no son
lo mismo? Matemáticas, ¿una tierra
de pura imaginación? Lugares más lejanos que el infinito
y más cercanos que el ancho de un átomo,
donde la luz es un gel, como pudín
o más sólida que el granito; o lugares
donde no existe ni luz ni calor ni sonido,
sino otras fuerzas inconcebibles
para nosotros; o lugares donde la gravedad es
tan fuerte que nada existe excepto agujeros
negros bailando su lenta danza de la gravedad
girando en espiral, dando vueltas
en un lugar que nunca ha conocido la luz.
Universos sobre universos más cercanos a nosotros
que nuestra piel, separados de nosotros solo
por esa dirección que no podemos ver, sin embargo,
tan diferentes de nosotros que el nacimiento,
la explosión, el enfriamiento y la muerte
de un universo, todo lo que es o puede ser,
sucede en solo una fracción de una fracción
de un nanosegundo y, sin embargo, ese fragmento
fraccional de un instante todavía
está sucediendo, aún ahora, y aún ahora,
en una dimensión temporal de la que no sabemos
nada. E incluso allí, en ese universo
inimaginable (o imaginable solo en nuestras
matemáticas, es decir, nuestros sueños), en ese fragmento
de nanosegundo, un ser inimaginable
(o, un ser imaginable solo en nuestras
matemáticas, es decir,…) de ese
eterno ahora congelado, escribe o habla
o vibra de alguna forma inimaginable
de otros universos, de nosotros quienes somos tan improbables
que solo podemos ser imaginados en matemáticas o en sueños.