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Hallazgo Epistolario 1962-1973:
La reveladora correspondencia entre Pablo Neruda y Jorge Edwards

Por Pedro Pablo Guerrero
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 18 de Noviembre de 2007

En el volumen "Cartas que romperemos de inmediato y recordaremos siempre", que Alfaguara publicará en las próximas semanas, el investigador y diplomático chileno Abraham Quezada reúne 46 misivas que intercambiaron ambos escritores.

"Estamos ansiosos de saber noticias nuevas y de la familia. Por lo tanto, quiero que nos regales con una de esas picarescas cartas que romperemos de inmediato y recordaremos siempre", le escribe Neruda a Jorge Edwards el 14 de junio de 1963, desde Valparaíso. Se trataba de una afortunada frase -perfecta para el título de un libro- que no llegó a cumplirse. Las cartas no fueron destruidas. Se salvó el noventa por ciento, estima el investigador chileno Abraham Quezada, quien, tras dos años de búsqueda, dio con 29 misivas del poeta dirigidas a Jorge Edwards, la mayoría guardadas en la Firestone Library de la Universidad de Princeton, Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales, en Nueva Jersey, mientras que en el Archivo de la Fundación Pablo Neruda, de Santiago, Quezada encontró 17 cartas que Edwards le remitió al vate.

"Pablo Neruda era un corresponsal chistoso, chispeante, bromista", apunta el escritor en el prólogo del libro, donde recuerda la manía del poeta por alterar su nombre y tratar con apodos a otras personas. Neruda solía llamarlo Jorge, pero también Xorxo, Xarxo, George o Pedwards. Allende era el Boss, mientras que Eduardo Frei Montalva, Narigueto I. En la correspondencia, los juegos de palabras nerudianos se extendían a la conjugación de verbos tan insólitos como "tenchear", aplicado a las conversaciones del poeta y Embajador en China Armando Uribe con Hortensia Bussi, durante una visita a Chile en abril de 1973.

Como no todas estas alusiones son tan transparentes, Abraham Quezada debió construir un nutrido aparato de notas y anexos. "Son escrituras crípticas, empeñadas en disimular intimidades, secretos, enemistades inconvenientes, amores aún más inconvenientes", explica Edwards en el prólogo. En palabras de Quezada, se trata de "códigos de comunicación, palabras o frases inescrutables, inaccesibles para los no iniciados".

A juicio del recopilador, los grandes temas del epistolario se pueden resumir en seis: el reverso de la trama o trasfondo epistolar de Adiós, Poeta... y Persona non grata; el desencanto creciente de Pablo Neruda con el estalinismo y el culto de la personalidad; su profunda decepción por la carta de los intelectuales cubanos de 1966; las negociaciones sostenidas en París sobre la deuda externa y el embargo a las partidas de cobre durante la Unidad Popular; la visión de los corresponsales en torno al gobierno de Allende, y, por último, lo que tal vez sea la "primera evidencia documental donde Neruda, directa y personalmente, aparece realizando gestiones para la obtención" del Nobel.

Este lobby que, visto desde hoy, parece impúdico, resultaba fundamental en esos tiempos de Guerra Fría, cuando incluso prominentes intelectuales latinoamericanos fueron utilizados, por lado y lado, con mayor o menor conciencia, en una virulenta lucha cultural.

Años en que, frente a los premios y encuentros intelectuales promovidos por la Unión Soviética, la CIA financiaba revistas culturales y artículos que boicoteaban las candidaturas de escritores comunistas al Nobel, como lo comprobaría Frances Stonor Saunders en su libro La CIA y la guerra fría cultural (2001).

Familiares resultan en la correspondencia de esos años los nombres de Emir Rodríguez Monegal y su revista "Mundo Nuevo", o el del escritor Ricardo Paseyro, a quien Neruda llama Pipipaseyro o "asqueroso uruguayete", y que se empeñaba en desprestigiar al poeta chileno cada vez que su nombre "sonaba" para el Nobel. A tal punto llegaba esta inquina, que la carrera por el Premio de la Academia Sueca se transformó también en algo personal. En una carta fechada en Isla Negra el 27 de julio de 1966, junto con avisarle a Edwards que el Ministerio de Relaciones Exteriores "mandará a Suecia una exposición de mis libros", el poeta anotaba que "No es el premio lo importante, sino aplastar a Pipipaseyro".

Del lado cubano, los ataques que Neruda recibió en 1966 por asistir al congreso del PEN Club en Nueva York, motivaron una sentida pero moderada declaración de prensa que ocultó lo que en las cartas privadas con Edwards queda en evidencia.

Isla Negra, 3 de agosto de 1966
Querido Jorge:
Ya le había dado unos versos a Monegal, pero tanto me han fregado los cubanos, que te confirmo mi telegrama para que los retires. Por ningún motivo déjaselos. Aquí te envío otra carta para que procedas con más autoridad.

No sé si te has enterado de los ataques cubanos. Éstos van más bien en contra de nuestra línea de coexistencia, es decir, contra el PC chileno y también contra la URSS. Son parte del resultado del Culto.
Te abrazo. Los esperamos pronto.
Pablo Neruda


Jorge Edwards le responde manifestando una serie de aprensiones respecto de su campaña al Nobel. En la carta queda de manifiesto el papel decisivo que jugarían sus amigos, los escritores suecos Sun Axelsson y Arthur Lundqvist, traductor de Neruda y miembro de la Academia Sueca.

París, 5 de agosto de 1966
Querido Pablo:
Acabo de recibir un cable oficial pidiéndome que viaje a Estocolmo para organizar la exposición tuya. Quiero hacerte rápidamente algunas observaciones:
a) Creo que a fines de agosto es muy mala época. Toda Europa está de vacaciones, y sobre todo los nórdicos y las nórdicas de toda especie, que emigran al sur.
b) Sun no estará y creo que Lundqvist tampoco.
c) ¿Por qué no hacer esto por el 25 de septiembre? Se podría planear alguna conferencia mía sobre poesía chilena, etc. Estoy invitado desde hace tiempo por el Instituto Iberoamericano de Gotemburgo y ellos mismos me ofrecieron prepararme conferencias en Estocolmo. Pero no es posible hacer nada con el instituto antes de fines de septiembre.
d) Quizá podrían mandar también a Enrique Lihn, que está aquí de nuevo, y hacer una verdadera semana dedicada a la poesía chilena, con tu exposición, alguna charla mía, alguna de Lundqvist, par example, alguna conferencia de Lihn sobre la poesía chilena desde ti hasta hoy, etc. Creo que en esta forma el asunto tendría mayor repercusión.
e) No me parece que justifique mi viaje sólo para organizar la exposición. En esto no tengo mayor experiencia y lo puede hacer cualquiera. Además, dentro de mis proyectos personales, la fecha me complica enormemente.
f ) El premio se da por mediados de octubre. Pipipaseyro y sus posibles adláteres se movilizan pocos días antes. Fines de septiembre y comienzos de octubre son los días en que vale la pena hacer algo. Tenemos experiencia aquí que las exposiciones, visitas oficiales, etc, que se efectúan en agosto caen en el vacío.
Me gustaría ir a Estocolmo y hacer algo, pero en buenas condiciones. Pensaba ir a la isla griega de Sun a fines de mes y justamente desde allá, donde pululan los suecos y la Sun impera, como rubicunda y corpulenta diosa dispensadora de los dones terrestres, se podría planear muy bien algo para el comienzo de la temporada.
A Monegal debes escribirle a revista Mundo Nuevo, 97, rue St. Lazare, Paris VIII. Mi situación con él es delicada después de que me negué por escrito a colaborar en su revista. Por eso, me resulta difícil pedirle tus colaboraciones. Ahora está en Montevideo, me han dicho, pero podrías escribirle a la misma dirección a Tomás Segovia, asistente de redacción. Debes hacerlo rápido porque entiendo que los próximos dos números ya están impresos.
Me alegro de que no colabores: la revista es un bodrio, nació difunta, ni Asturias, ni Alberti, ni Barral, ni Mario Vargas, ni Carpentier, ni Cortázar, ni nadie colaborará, salvo Carlos Fuentes, que actúa con demasiado apuro, y el tono de majadería anticomunista es el mismo de su antecesor Cuadernos, de mediocre memoria.
Trata de arreglar con el ministerio lo del viaje a Estocolmo para fines de septiembre. Ahora me resulta sumamente difícil y creo que bastante inútil. El secretario de la embajada puede ordenar los libros y colocarlos.
Yo podría hacer algo en Estocolmo, con Sun y Lundqvist, y en Gotemburgo, donde ya tengo una invitación para dar a conocer tu poesía, dentro de un programa más amplio que la simple exposición bibliográfica, en la época en que comienza la actividad literaria, universitaria, etc., esto es a fines de septiembre.
Espero tus noticias. Un abrazo de Jorge


Neruda le contesta que la exposición de sus libros en Suecia -la mayoría provenientes de la Universidad de Chile- coincidirá con la exhibición fotográfica itinerante "Rostro de Chile", organizada por Antonio Quintana, con el apoyo de la Cancillería.

[Isla Negra], 8 de agosto de 1966
Querido Jorge:
El ministro decidió hacer mi exposición bibliográfica, junto con el Rostro de Chile, en Estocolmo, y a petición mía te ha encargado que dirijas la parte de mis libros. Pensé que este sería un agradable viaje para ti y que puedes hacer el favor de contrarrestar la campaña del asqueroso uruguayete. No creo en el premio. Han cargado demasiado la medida produciendo el terror y no ha habido ninguna campaña defensiva. En este sentido esta iniciativa es grandiosa, puesto que con conferencias y recitales se le podría dar mucha vida.
Será indispensable que te pongas en contacto inmediato con Arthur Lundqvist (St. Eriksgatan 114, Stockholm) y que le escribas también a Sun Axelsson. Entiendo que [Benjamín] Subercaseaux va a dar una conferencia.
Aquí la universidad está haciendo un catálogo y los libros estarán empacados esta semana y llegarán el 22 o 23 a Estocolmo. Supongo que la embajada habrá encontrado vitrinas. Son más de cuatrocientos ítems y ojalá partas con el «Toro" en las faltriqueras. No puede faltar ese libro.
A Jorge Sanhueza se le ha despertado su antiguo deseo de viaje, y con toda razón. Pero tú eres el gran jefe.
Por favor, Jorge, mándame noticias de todo y no me defraudes porque creo que harás un lindo paseo y que lo harás muy bien.
El ministro quiere que tú invites a críticos y a prensa, etc. No sé si te dije que la carta de los cubanos escritores es sencillamente vil. Yo les contesté con moderación para no mostrar una profunda división que, sin embargo, se está abriendo, muy a pesar nuestro.
Abrazos!
Pablo


En respuesta a una carta donde Edwards le advertía que la feria industrial en Estocolmo donde se expondrán sus libros es absolutamente inadecuada ("se venden refrigeradores y máquinas de lavar y de coser"), el poeta contesta con resignación.

[Isla Negra], 12 de septiembre de [1966]
O grande George Edwards:
Tienes razón. La exposición máquino-pecuaria no era marco para los libros. Pero se quería tener un conjunto panorámico y geoliterario.
Qué hacerle!
Te ruego vayas por allá, si no todo andará mal. Ojalá que hables, des una charla, con el magnífico estudio que publicaste en Europa.
Subercaseaux es cónsul, y el ministro me dijo cuando hablamos que tú dependerás del embajador, no así B.S., que le era más fácil enviar a éste. Comprendes?
Otrosí: los escritores cubanos se portaron como cabrones. A la voz del amo agregaron envidia y vileza.
En Concepción sostuve ante el rector tu candidatura al Premio Atenea y así quedó comprometido. Él te estima mucho y había leído tu libro.
Dale o mándale al Queque [Jorge Sanhueza] la siguiente carta. Y escríbeme!
Pablo


Con el paso de los años la amistad entre los dos escritores se volvió cada vez más estrecha. Neruda, cachurero, ya no solamente le hace a Edwards engorrosos encargos, como comprar tambores de bandas militares británicas o tramitar el embarque a Chile del Citroën que usó mientras fue Embajador en Francia. También le da consejos sobre asuntos diplomáticos y le confía sus opiniones sobre la evolución de los acontecimientos políticos durante la Unidad Popular, impensadamente tranquilizadoras y optimistas, a pesar de la evidencia de los hechos. "Voluntarismo final", lo llama Abraham Quezada, quien lo atribuye, en parte, al entusiasmo que sintió al regresar a Chile a comienzos de 1973, después de dos años de ausencia.

La penúltima carta de Neruda a Edwards, enviada desde Isla Negra el 14 de abril de ese año, trasluce una serenidad que contrasta con la situación política de Chile y con la salud del poeta.

"Escribo bien y mucho.
Esta receta se practica en esta costa fenomenal. El país es tónico, estimulante, como ningún otro. Vivir en otra parte me parece parasitario. Qué tontería fue quedarnos tanto tiempo fuera. Si en verdad hay mucho defecto, se hacen frente a ti las mejores cosas, en medio de una batalla que en el fondo es tranquila".


* * *

 

Abraham Quezada, el "cartero" de Neruda

"Soy una especie de il postino de Neruda, un investigador especializado en la prosa epistolar del poeta", afirma Abraham Quezada Vergara. Este diplomático, escritor y docente nació en Antofagasta en 1961. En 1980 ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde se tituló como Profesor de Historia y Geografía. Graduado en Diplomacia en la Academia Diplomática "Andrés Bello" en 1993. Magíster en Relaciones Internacionales en 2001. Ha estado destinado en Corea del Sur y Kenya, y actualmente se desempeña en la Misión Permanente de Chile ante Naciones Unidas, Nueva York, con el grado de Segundo Secretario.

Asegura que está "casado" con la diplomacia, pero que la literatura nerudiana es su "amante". Paralelamente a su actividad profesional, ha publicado varios libros y artículos. Entre ellos, sobresale su trabajo Pedro Aguirre Cerda o la trayectoria de un ideal educativo, obra ganadora del primer lugar a nivel nacional organizado por la Universidad de Chile en 1990, y un Diccionario de conceptos históricos y geográficos de Chile (2004). En los últimos años se ha especializado en la vida y obra de Pablo Neruda, destacándose la publicación de artículos y libros como Pablo Neruda, Epistolario viajero, 1927-1973, editado en 2004 por RIL.

 

 

 

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