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Reseña al libro; La Jaula se ha vuelto pájaro. 10 poetas mujeres jóvenes
(Fallidos Editores 2019, Medellín, Colombia)
Por Persus Nibaes
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Recientemente se ha publicado una breve antología de poesía de 10 poetas mujeres jóvenes residentes en o cercanas a la ciudad de Medellín. Una de ellas, la poeta Johana Carvajal me invitó a dar una lectura de mis textos junto a la poeta Valentina Rojas y el poeta Camilo Restrepo en el Café Ambrosía e hicimos intercambio de libros. Fue así como leí el libro; Antología Mujeres Poetas, La Jaula se ha Vuelto Pájaro. Esta es mi impresión:
El libro abre con un epígrafe de Alejandra Pizarnik; Soy mujer y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas, que no conocí, pero que forjaron un suelo común, de aquellas que amé, aunque no me amaron, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero.
La primera poeta antologada es Valentina Rojas (1998) con 5 poemas sin título. El primer poema habla de la muerte, o al menos esa es la evocación que me deja. En sus versos dice; ha llegado la hora que mi cuerpo se enfríe/ y abrace a la tierra y continúa con la necesidad de desnudarse tanto como para atravesar el espejo, como para morar el reflejo, para al final habitar el silencio. En el segundo poema continúa con la idea de la partida, del frío y del vacío. En el tercer poema también habla de la 
muerte; y me siento cuerpo putrefacto en la fosa. En el cuarto poema profundiza la idea del llanto ante la cosas de la vida; llorar al nacer, llorar la risa, llorar el llanto. El quinto poema concluye la unidad. Ahora es el ataúd el que es de carne y hueso. Podría decir que la unidad de 5 poemas son una alegoría de la muerte en vida, una metáfora de vivir muriendo y las sensaciones que la muerte le produce a la poeta.
La segunda poeta antologada es Sara Isabel Gallego (1995) con 4 poemas. El primero se llama 011. Me recordó el pseudónimo X-504 del también poeta antioqueño Jaime Jaramillo Escobar, cofundador del nadaísmo colombiano junto al poeta Gonzalo Arango. el poema habla de los tiempos en aceleración de los que nos hablan el historiador Roger Chartier y el filósofo Byung-Chul Han; El frenético devenir me agobia/las bocas me hablan de rutinas/y las miradas solo contienen silencios. (...) En este tiempo todo es etéreo/lo único real son mis gemidos/no de placer/ sino de dolor.
El segundo poema continúa el lenguaje del primero. Se llama 012. Contiene un epígrafe de Gioconda Belli que también habla de la soledad. Es un poema del cuerpo y la soledad del vacío, que le duele como puñales; el pájaro no encuentra nido, ni jaula, ni vuelo. El sexo se ha transformado en dolor y es peligroso. El tercer poema se llama Salud y tiene un epígrafe de Julio Flores; A veces melancólico me hundo/en mi noche de/escombros y/miserias, y caigo en un/silencio tan profundo/que escucho hasta el latir de/mis arterias. Es un poema que habla abiertamente de la soledad y el alcoholismo; (...) el rostro del mundo es una máscara/que solo se encuentra/en el fondo de una botella. Queda claro que el salud no es de ausencia de enfermedad, sino de hacer un brindis con la soledad. El último poema se llama Metamorfosis. Es un texto que evoca la necesidad de desplegar las alas. Del vacío en el mismo acto de escribir.
La tercera poeta es Daniela Cañaveral (1994) Los 4 poemas se titulan; Huida, Perder, Caer, Al final de la luz. Huida es un poema que habla del ser y el habitar. Es un juego lúdico entre la sensación de encontrar la esperanza en las ruinas y cenizas. Perder, dedicada a Elizabeth Bishop, la poeta estadounidense, es un poema que habla desde la perdida, jugando nuevamente con el sentido de las palabras. En el fondo habla de la perdida de un amor desde la perspectiva de la alternación del sentido. Dice no ser ella la que perdió, sino el amor de aquel que se fue. En el fondo todos sabemos que una pérdida es tanto para el que deja como para el que es dejado en el olvido. El poema Caer habla de aquel momento antes de la separación y al final cierra con la imagen de una flor. El poema Al final de la luz está dedicado al poeta colombiano José Asunción Silva. Es un poema que habla de la memoria como si esta fuera una casa antigua y quizás abandonada; agua sin vida/esperando al sediento/agua detenida en el tiempo/como la sangre/congelada en mis manos.
La cuarta poeta es María Alejandra Uribe (1993) Los 3 poemas son; Confesión, Efeméride Suicida, De la vida Como Parto. Confesión habla de ser una mujer pecadora por amar de manera indecente. Es un poema que evoca la necesidad femenina de sacarse de encima los prejuicios religiosos. Ella acepta ser pecadora y le da lo mismo lo que piensen los más puritanos de aquello. El poema Efeméride Suicida tiene un epígrafe de Cioran que habla sobre el apetito de morir. Explica en el poema que la muerte es parte del ciclo de la vida. la finitud como centro de la existencia y su celebración. El poema De la Vida como Parto tiene un epígrafe del filósofo colombiano Víctor Raúl Jaramillo. Es un poema que suplica por renacer después de la muerte; cada mujer es nodriza/de ángeles que ascienden en espiral...
Denota en su imaginario que a pesar de sentirse pecadora como en el poema anterior, tiene un profundo sentido religioso católico cristiano de la vida.
La quinta poeta es Johana Carvajal (1993) Los poemas Izanami, Día, Llanto, Memoria, Dolor.
Izanami (diosa de la creación y la muerte en la mitología japonesa) tiene un epígrafe del Libro Tibetano de los Muertos. Habla de morir mil veces y renacer. Lo que muere es el cuerpo pero el espíritu es inmortal; Curar no es solo un efecto/proviene de las entrañas/de romperse en pedazos/y morir mil veces. Día también es un poema que habla del renacer. De la luz de la mañana y de la fuerza de la vida diurna; Los poemas Llanto, Memoria y Dolor son como un solo poema en 3 partes. También podrían ser 3 haikú o poemas breves al estilo japonés. Evocan la inmensidad del llanto como océano, la memoria como flores que miran desde el recuerdo, el dolor de la proximidad de 2 cuerpos ardientes como soles.
La sexta poeta es Manuela Salinas (1993) con los poemas; Para Mujer con Sueño de Gato, Recuerdo, Sombra y Lluvia y VI. El poema Para Mujer con Sueño de Gato habla de la evocación que la geografía del Valle del Aburrá, donde está emplazada la ciudad de Medellín le produce sobre un amor lejano. El poema Recuerdo también evoca un amor lejano y la ausencia de la persona para ese sentimiento. El poema Sombra y Lluvia también habla de soledades y objetos perdidos en la calle. la sombra y la lluvia como una amenaza a la vida. El poema VI es más bien existencialista, donde el paso de los años y el salir de la edad juvenil le provoca una incertidumbre respecto del futuro, el cual para ella es un dios desconocido; A merced del sentimiento más incorrecto/flotan incandescentes espejismos/de mi propia traición contra la vida.
La séptima poeta es Johana Casanova (1991) Usa un pseudónimo Gaia, que es el nombre de la Tierra como organismo vivo según la hipótesis de John Lovelock o el titán de la Tierra según la mitología griega. Los poemas; Ciclo de Luna, Almas de Agua y Rotación componen sus textos. Ciclo de Luna contiene una epígrafe de Alfonsina Storni; Soy un alma desnuda en estos versos/Alma desnuda que angustiada y/sola va dejando sus pétalos dispersos. Funciona nuevamente como un poema declaración. Es un texto que habla de la mujer como elemento cósmico de fertilidad; Fuimos abiertas para que el sol entrara/ (...) Somos el rugido del río que lleva piedras/la luna ilumina nuestro reflejo en el agua. También contiene una forma de deshacerse de la culpa cristiana; No somos la vergüenza de una iglesia. El poema también termina con la imagen de una flor. El poema Almas de Agua es una alegoría a las relaciones humanas simbolizadas en los elementos jungianos de la naturaleza; hielo, desierto, huracán, bosque, océano, son las metaforizaciones de un amor que está hecho de naturaleza. Se observa un imaginario cercano a lo griego al nombrar el Olimpo y el dios Poseidón. El poema Rotación también habla de la vida y de la muerte como un ciclo. Un juego lúdico entre la razón, la distancia y a existencia.
La octava poeta es Johana Tobón (de pseudónimo Aihnoa Rose) (1990) Sus poemas; El Lobo, Pariéndome, Mi sombra y Yo, y Poema Para el Soldado que Lucha por una Patria Muerta son su selección. El Lobo es un poema que retrata la ciudad de Medellín como un lobo que se devora haciendo un paralelo al Leviatán de Hobbes aunque la frase es del escritor latino Plauto y su obra Asinaria del siglo II Antes de Cristo. También hace referencia al valle donde está emplazada la ciudad y su modernidad que se come a todos los seres por igual; Veo pavimento caliente y dormido/donde crecían flores/ que sembraba el Taita/veo un lobo devorarse a sí mismo. El poema Pariéndome expresa un hablante lírico que se ha parido a sí mismo. Es un juego de renacimiento y quejumbre por todas las cargas que trae llegar a esta tierra en forma de mujer; Yo miré la tierra/y me vi a mí misma pujando/pujaba tan fuerte que hubiese podido/hacer trizas el universo con mi puño. El poema Mi sombra y Yo, habla del desdoblamiento de sentirse mujer y verse desde afuera; Tal vez el fantasma de la otra/o el miembro amputado/de toda carne/Esbeltas y voraces como la difunta muerte. El poema también termina con la imagen de una flor. El texto Poema Para el Soldado que Lucha por una Patria Muerta habla desde una dialéctica hombre-mujer. Asocia a lo masculino con las balacera y la hidalguía, mientras a la mujer con el acto de amamantar la vida; Bien... y ese es nuestro destino, el de mis/ovarios y el de sus brazos de cañón: nutrir/esta tierra de infértiles soldados, que serán/árboles caídos.
La novena poeta es Idaly Obando (1987) con los textos; Estirpe, La Espera, A la Montaña y Desazón.
Estirpe es un poema que habla de la sangre en sus diferentes formas; sangre de tu propia sangre/tres gotas/tres tonos diferentes/rojo escarlata/rojo carmín/rojo amaranto/(...) tres gotas de sangre que alguna vez fueron una sola. Evoca a las tres formas en como se puede ver la sangre ya sea como líquido vital, signo femenino o señal de familia. Por el título del poema pensamos que las otras formas de sangre son metáforas de esta última. El poema La Espera nuevamente juega con diferentes color en el cielo en el momento de la espera a un amor ausente. El poema A la Montaña nuevamente alude a la geografía para hablar de la ausencia de su tierra natal. Desazón es una prosa poética habla del vacío existencial de la vida contemporánea. Hace referencia al final del texto al personaje bíblico del libro del Génesis; Pero estando allí sentiremos nostalgia del pasado, desearemos regresar y el vacío nos perseguirá a donde vayamos, continuaremos por la vida vagando eternamente como Caín...
La décima poeta es Karla Arango (1986) Con los poemas; Heridas Filosóficas, Poesía Efervescente, Río Adentro y Posibilidades. El poema Heridas Filosóficas habla sobre la hermenéutica y las posibilidades y riesgos de la interpretación y de los diversos sentidos de la palabra. El poema Poesía Efervescente trabaja la misma temática sobre conceptos y significados; y aunque la palabra sea el vehículo/para acariciar la eternidad/lo que nos mueve va más allá de lo que dice... El poema Río Adentro vuelve a trabajar la metáfora de lo geográfico para reflejar lo propio; Yo bajé de la quebrada clara/y por amor al caos/me reflejé en la roca. Por último el poema Posibilidades nuevamente habla de las posibilidades de la palabra; A veces solo somos/lo que pueden decir las palabras.
En general la poesía de esta antología de 10 poetas mujeres de Medellín transita entre el existencialismo, las alegorías geográficas para la condición de mujer y el significado de lo femenino en un mundo en proceso de desacralización y de construcción de nuevos rituales del cuerpo y del espíritu. Seguramente de alguna de ellas saldrá una nueva voz continental para las generaciones futuras. Solo el tiempo dirá quién se mantiene en carrera no en el sentido de competencia sino de permanencia y quién se consumirá en esta tierra caliente.
Medellín 31 de julio del 2019
