Proyecto Patrimonio - 2005 | index | Pablo
Paredes | Autores |
A propósito del Primer Encuentro Iberoamericano de Jóvenes
Poetas “Estoy Afuera”
Octubre 2005, México D.F
¿Dónde están
los perros de Ciudad de México?
Por Pablo
Paredes M.
La respuesta al por qué en Ciudad de México no hay
perros callejeros es particularmente aterradora. Si por la mañana
lanzáramos 100.000 quiltros a las calles aztecas, por la tarde
habrían 100.000 quiltros reventados, amontonándose en
las bermas calientes de una ciudad
que se hunde hacia el infierno (reducto definitivamente cristiano).
Esta ciudad tiene sabor indígena, un sabor que pica en los
ojos del turista atolondrado que intenta entender la mezcla de cráneos,
cruces y chihuahuas. Es probable que alguna vez hayan habido jaurías
abandonadas circulando por la ciudad, invadiendo El Zócalo
con su felicidad de pobre y su rabia de perra. Pienso, mientras miro
a los mexicanitos sudándose y sangrándose acarreando
una virgen que pesa aún más que la conciencia de Cortés
y del PRI, que no volverá el perro arrepentido, con el rabo
entre las piernas y el hocico partido, los únicos callejeros
posibles acá, deben ser necesariamente humanos, necesariamente
indios indios que pueden tolerar mucho mucho chile, porque aquí
se sabe que el rico rico no tolera el chile y que el pobre pobre se
lava los dientes con él. Entonces es posible especular que
los perros callejeros de México son los que van apretados en
el metro, pasando por la estación Niños Héroes,
en el vagón reservado para hombres, porque estos perros callejeros
querían pegarse a las perras de México, estos perros
manoseaban y el que ha descendido en esta ciudad puede entender y
justificar el por qué (insisto con lo del infierno cristiano).
Pienso también que un perro mexicano dice me vale madre cuando
algo le parece fútil y dice eso está padre cuando algo
gratamente le impresiona, en cambio los perros de Chile, jamás
adjetivizan la palabra padre porque alguien les reveló que
hay un adjetivo que mata. Desde acá los perros de Santiago
se ven como legión, un pueblo chico conserva a sus inmundos
perros como si conservara su inmundo y garrapatiento corazón.
Me pregunté el primer día en dónde estarán
los perros callejeros de ciudad de México, tres días
después la respuesta vino a mí y me hizo caminar cuadras
y cuadras en busca de un semáforo que no encontré.
continuará…