Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
                  o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas
                  ............... que se deshojan como congojas, 
                  
                  escarbo los últimos atardeceres.
                Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano
                  o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados
                  ............... de la historia
                  o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
                  voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito
                  contra la muralla negra. 
                Y como ya todo es inútil,
                  como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,
                  su actitud llena la tierra de lamentos.
                Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,
                  del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco 
                  de los enfurecidos ancianos,
                  la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,
                  el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente 
                  pálido
                  de los fusilamientos, la angustia
                  del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas 
                  abiertas
                  del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.
                Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
                  por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo 
                  personal,
                  ............... y catástrofes de 
                  ciudades 
                  que murieron y son polvo remoto, aúllan. 
                Ha llegado la hora vestida de pánico
                  en la cual todas las vidas carecen de sentido, carecen de destino, 
                  carecen de
                  estilo y de espada,
                  carecen de dirección, de voz, carecen
                  de todo lo rojo y terrible de las empresas o las epopeyas o las vivencias 
                  ecuménicas,
                  que justificarán la existencia como peligro y como suicidio; 
                  un mito enorme,
                  equivocado, rupreste, de rumiante
                  fue el existir; y restan las chaquetas solas del ágape inexorable, 
                  las risas caídas
                  y el arrepentimiento invernal de los excesos,
                  en aquel entonces antiquísimo con rasgos de santo y de demonio,
                  cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía las mujeres 
                  que quería
                  y un revólver de hombre a la cintura.
                  
                  Fallan las glándulas
                  y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoge 
                  a la medida del abatimiento
                  ............... o atardeciendo
                  araña la perdida felicidad en los escombros;
                  el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados;
                  yo ando lamiendo su ternura,
                  pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad, 
                  se destruye en
                  ............... la eternidad y aunque 
                  existo porque batallo y "mi poesia es mi
                  ............... militancia",
                  todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando desde la otra 
                  orilla. 
                Busco los musgos, las cosas usadas y estupefactas,
                  lo postpretérito y difícil, arado de pasado e infinitamente 
                  de olvido, polvoso
                  y mohoso como las panoplias de antaño, como las familias de 
                  antaño
                  ...............como las monedas de antaño,
                  con el resplandor de los ataúdes enfurecidos,
                  el gigante relincho de los sombreros muertos, o aquello únicamente 
                  aquello
                  que se está cayendo en las formas,
                  el yo público, la figura atronadora del ser
                  que se ahoga contradiciéndose.
                  
                  Ahora la hembra domina, envenenada,
                  y el vino se burla de nosotros como un cómplice de nosotros, 
                  emborrachándonos,
                  ...............cuando nos llevamos la 
                  copa a la boca dolorosa,
                  acorralándonos y aculatándonos contra nosotros mismos 
                  como mitos.
                
                  Estamos muy cansados de escribir universos sobre universos
                  y la inmortalidad que otrora tanto amaba el corazón adolescente, 
                  se arrastra
                  como una pobre puta envejeciendo;
                  sabemos que podemos escalar todas las montañas de la literatura 
                  como en la
                  ..............juventud heroica, que nos 
                  aguanta el ánimo
                  el coraje suicida de los temerarios, y sin embargo yo,
                  definitivamente viudo, definitivamente  solo, definitivamente 
                  viejo, y apuñalado
                  de padecimientos,
                  ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme,
                  el autorretrato de todo lo heroico de la sociedad y la naturaleza 
                  me abruma;
                  ¿qué les sucede a los ancianos con su propia ex-combatiente 
                  sombra?
                  se confunden con ella ardiendo y son fuego rugiendo sueño de 
                  sombra hecho de sombra,
                  lo sombrío definitivo y un ataúd que anda llorando sombra 
                  contra sombra.
                Viviendo del recuerdo, amamantándome
                  del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad 
                  de la adolescencia,
                  padre y abuelo, padre de innumerables familias,
                  rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación
                  en la que todos están muertos entre muertos,
                  y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos 
                  y héroes
                  labrada con palancas universales o como bramando.
                ¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos 
                  pellejos ardiendo?
                  porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos 
                  todo, lo quisimos
                  ..............todo, lo pudimos todo y 
                  se nos quebraron las manos,
                  las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
                  y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, 
                  ataúd por ataúd,
                  desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo 
                  abajo,
                  vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo 
                  el derrumbamiento general,
                  calculándolo, a la sordina,
                  y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad;
                  vacias restan las botellas,
                  gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, 
                  nuestro viejo tiempo, la época
                  y tu, Winétt, colosal e inexorable.
                Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente,
                  como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro 
                  funeral del mundo,
                  ..............como el entierro nacional 
                  
                  de las edades, y yo voy muerto andando.
                Infinitamente cansado, desengañado, errado, 
                  con la sensación categórica de haberme equivocado en 
                  lo ejecutado o desperdiciado
                  ..............o abandonado o atropellado 
                  al avatar del destino
                  en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada;
                  comprendo y admiro a los líderes,
                  pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que 
                  apostó su destino
                  ..............a la baraja
                  de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo, 
                  el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría 
                  y régimen,
                  pero queda hecho pedazos y a la expectativa; 
                  rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra,
                  anhelo ya la antigua plaza de provincia
                  y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la 
                  retreta apolillada en los extramuros.
                Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo,
                  ¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo 
                  siempre y el vendaval desenfrenado 
                  ..............que yo soy íntegro, 
                  se asocie
                  a la personalidad popular del huracán!
                A la manera de la estación de ferrocarriles,
                  mi situación está poblada de adioses y de ausencia, 
                  una gran lágrima enfurecida
                  derrama tiempo con sueño y águilas tristes;
                  cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,
                  cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.
                El aventurero de los océanos deshabitados,
                  el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador 
                  de
                  ..............ciudades tentaculares,
                  como un gran capitán frustrado,
                  rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio 
                  celestial del vocabulario
                  espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto
                  al soñador que arrastraría adentro del pecho universal 
                  muerto, el cadáver de
                  ..............un conductor de pueblos,
                  con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.